LOS SUEÑOS:

1] Tome por hábito el preguntarle siempre a sus hijos pequeños cómo han sido sus sueños pues esto trae tres ventajas: primero, el niño ejercitará la memoria lo que le será de mucha ayuda para cuando le llegue la adolescencia y ya pueda autoanalizar sus sueños cosa que sólo podrá hacer si previamente los recuerda. Segundo, esta cuestión le permitirá evaluar cómo va la formación y el crecimiento mental de su hijo a través de los miedos que se manifiestan en los sueños. Tercero después de cierta práctica con ellos usted podrá analizar sus propios sueños.
Una vez soñé con mi fallecido abuelo y al enterarse mi madre me dijo que debía jugar en la lotería al N° 48 y, más que obvio, que ese número no salió y perdí el dinero apostado.
Es más, el 99% de las personas que soñaron alguna cosa ésta no tuvo nada que ver con el resultado de la lotería, pero, la gente lo cree igual y en todos los países hay algún tipo de guía interpretativa de los sueños que, presuponen estúpidamente que son mensajes cifrados de lo que el futuro nos depara.
Claro que nadie se pregunta el sentido de recibir mensajes en clave y, por ejemplo, para advertirnos de que tendremos un accidente nos llega un sueño en el que hay un ave negra, no sé que opina usted, pero, ¿ quién envía el mensaje no puede ser un poco más directo ?
Los sueños no se cumplen [que fácil sería entonces vivir], y aunque eso lo saben todos hay un profundo deseo de que eso suceda condicionado por el miedo a lo desconocido que es también el responsable de la existencia de profesiones como la de los adivinos, tarotistas, lectores de manos, borras de café, etc.
Tuve en toda mi vida tres sueños premonitorios increíbles pero absolutamente improductivos. El primero fue a los quince años y como consecuencia de despertarme a las tres de la mañana por el ruido de una terrible frenada en la esquina de mi casa que interrumpió un sueño en el que alguien me hablaba del carbunclo.
Al abrir los ojos y escuchar los motores de los autos reanudar la marcha obviamente tras evitar la colisión, una duda terrible invadió mi cabeza: ¿ carbunclo ?, ¿ qué carajo es un carbunclo ? no se imaginan la sorpresa cuando cuatro horas después mi padre me manda a comprar el diario antes de ir al colegio y en primera plana decía en tamaño catástrofe: "ascienden a siete millones de dólares las perdidas por el carbunclo".
Después de esa indiscutible premonición de apenas cuatro horas, pasaron años hasta que soñé que una señora con cara de desesperación vestida con un abrigo negro y una estrella de David amarilla en el pecho me tomaba del brazo y me preguntaba reiteradamente y muy angustiada algo en otro idioma que yo no entendía. Al día siguiente, atravesando la Plaza de Mayo me da vuelta una señora de la misma edad sujetándome del brazo exactamente como la señora del sueño pero ésta tenía un vestido colorido y una cámara fotográfica en la otra y pese a que estaba diciéndome no se qué cosa en otro idioma me di cuenta de que quería que le tome una foto con la Casa Rosada de fondo.
La última es más reciente: sueño que estoy perdido y pregunto como llegar a Floresta y me dicen que tome el 395 [número imposible para un colectivo dentro de la ciudad pues son todos menores de 200] me tomo el colectivo y no recuerdo cómo termina el sueño pero al día siguiente lo juego a la lotería, ahora bien, yo no soy un jugador habitual y no sabía ¡ que hay tres sorteos diarios, y el sueño no decía en que sorteo jugar ! y me equivoqué jugándole al de la tarde porque el 395 salió a la noche.
Eso no es nada, de cabeza dura vuelvo a apostar al día siguiente pero al 95 [menos premio pero más chances jugando dos cifras] en la jugada de la noche y el 95 sale a la mañana siguiente. Bueno, como con sueños tan poco precisos uno puede irse a la quiebra [perdí $ 20 convertibles], nunca más jugué a la lotería ni a nada y le recomiendo hacer lo mismo.

2] Los sueños no son premoniciones aunque algunos dotados para ver los titulares del diario del día de mañana anden sueltos [supongo que por eso hasta hay una serie de televisión de un sujeto que recibe el diario del próximo día], entonces, ¿ qué cosas son los sueños ?
Bien, los sueños son ensayos mentales muy parecidos a las ideas en donde una parte del cerebro imagina algo y otra parte lo bombardea con críticas para testear si la idea pude o no funcionar en el mundo real, produciéndose un debate interno a cara de perro [con las grandes ideas] o más flojo en las cabecitas de las personas más autocondescendientes. Cada vez que yo hago una propuesta y alguien automáticamente grita: "¡ tengo una idea !", yo contesto: "No, yo tuve una idea... vos estás por decir una pelotudez".
En el caso de los sueños, una parte del cerebro imagina algo entre malo y horrible, engaña intencionalmente a la otra parte del cerebro para que crea que está despierta [algo notable, y después nos asombramos de la gente que se autoengaña, o se cree sus propias mentiras, pues bien... nos pasa a todos cada maldita noche], y la parte sádica del cerebro no nos da la posibilidad del bombardeo de opciones, porque en el sueño no hay una segunda chance... ¡ al que se equivoca, el montruo lo atrapa !
Creame que nadie tuvo pesadillas tan terribles como las mías [una infancia enfermiza, doce años alternando fiebres y dificultad para dormir debido a una otitis crónica], de las que por lo general salgo bien, incluso tres veces [mi hermana, su hija, y un amigo de la infancia] me contaron que en una de sus pesadillas intervine yo para salvarlos, o sea: hasta salgo bien de las pesadillas de otras personas [esto sí que es muy, pero muy raro].
Así es como antes de ir a dormir una madre le cuenta a su hijo un cuentito con un final feliz, y minutos después durante el descanso, el cerebro no descansa, se aburre, y escenifica un cuento de terror para que "la víctima" se las arregle y salga de ella, o no salga, no importa, la intención es que si algún día le pasa algo similar, se reaccione más rápido.
El sueño no es una señal de televisión que capta el cerebro con alguna especie de antena interna, para así poder pasarnos una película nocturna, sino toda una construcción hecha con elementos que ya están en la memoria del mismo cerebro, pero, en otra parte inconexa o bloqueada, por ejemplo: Sueño que estoy en vuelo y la muy amable azafata me parece conocida, pienso y descubro que es una vendedora de computadoras que conocí unos días atrás, ¿ por qué ? porque el cerebro no se pone a inventar rostros femeninos y usa lo que hay en el archivo de la memoria pero cerrando el acceso a la memoria a la parte del cerebro a la que le está mostrando esa escenificación para que no desconfíe. Cuando el cerebro comete ese tipo de error yo digo, o más bien grito: ¡ esa vendedora no puede estar acá, esto es un sueño, es un sueño, un sueño ! hasta que me despierto porque ya sé que el hijo de puta del guionista macabro del cerebro me va a hacer pegar el susto del siglo estrellando el avión contra algo, pues su tarea nocturna es imaginar cosas truculentas, como por ejemplo terroristas de Al Qaeda, o un grupo de peronistas, para ver cómo me las arreglo sólo en un avión lleno de extras que nunca te ayudan para nada [excepto yo, cuando me meto en los sueños ajenos].

3] ¿ Por qué es tan perverso, creativo, y activo, el provocador de pesadillas hasta de los niños más pequeños ?: No sé, pero sin dudas es el mismo cerebro del niño de cuatro años que se asusta y llora por la pesadilla el que generó las imágenes de algún monstruo [tal vez sacado de Jurasic Park porque el cerebro no inventa] para que le devore la cabeza a su madre de un mordisco y después comience a correrlo a él. O sea que el cerebro de esos inocentes angelitos elucubra morbosidades sanguinarias desde muy temprana edad, lo que explica que hayan niños homicidas sanguinarios pues todos los dulces niños tienen el potencial y si tiene dudas sobre su tierno bebé, averigüe sus sueños.
A la temprana edad de cuatro años mi cerebro me hizo "la del monstruo", pero no saliendo de abajo de la cama, sino con el "Monstruo de la Laguna Negra" [uno de los bichos más feos de "Sábados de Super Acción" del Canal 11] de la siguiente y original manera: Sueño que despierto con ganas de orinar y, descalzo, voy hasta baño pero me mojo los pies antes de entrar, justo al pasar frente al armario de los artículos de limpieza donde se guardaban baldes y escobas, como supongo que algún balde se debe haber caído derramando el agua, abro la puerta y, ¡ mierda, adentro estaba el Monstruo de la Laguna Negra [nunca más abrí una puerta en un sueño hasta ser muy grande] !
Lo notable es que no me habían dejado ver la película en blanco y negro [fue en los 60's], y debo haber cruzado delante del televisor para ir a mi dormitorio para apenas ver una fracción de muy pocos segundos de alguna escena, y poco después estaba soñando con ese monstruo... ¡ y en colores !
Si se le pide a un chico que escriba una historia, éstas no tienen delicadezas como la del charco de agua que no venía del balde, sino del monstruo ese con agallas y que resultaba estar siempre mojado: he allí un indicador para el padre observador de un futuro Stephen King.
Hay más de media docena de sueños por noche y obviamente la mayoría se olvidan quedando con más posibilidades los recuerdos del último o esos extraños sueños "a los saltos" que no serían saltos sino fragmentos de sueños distintos.
Como ya dije, todo el sueño está armado con fragmentos de la realidad obtenidos de la memoria y esto sirve para cosas como la siguiente: Sueño que estoy después de una larga persecución al borde de un abismo sujetándome de una baranda mientras mi perseguidor diabólicamente maquillado como el bajista de Kiss pero armado con unas garras poderosas y vistiendo un traje negro parecido al de un samurai japonés lleno de esas estrellas asesinas que usan los ninjas y con varios cuchillos en el cinturón de esos con la hoja en zig-zag [creo que son los "criss" malayos], pues bien, mirando como escapar [fue un sueño largo que comenzó con un templo en una montaña, en el que desperté lo que yo pensaba que era una estatua] caigo en el detalle de que en la mano con la que me sujeto de la baranda tengo puesto mi adorado Citizen con tres cronómetros y alarma, que me había sido robado pocos días antes en el vestuario del trabajo mientras me duchaba, o sea que la parte "guionista" del cerebro cometió el error de no cerrarle a la parte consciente el recuerdo de que ese reloj había sido robado y en consecuencia, la parte consciente del cerebro se pregunta cómo es posible tener ese reloj puesto y después la más obvia ¿ qué hago yo en una montaña japonesa, en un templo o museo abandonado, perseguido por ese engendro satánico ?, por lo que a continuación le digo a mi perseguidor "esto es un sueño", pero el subconsciente guionista es realmente un hijo de puta y la estatua guerrera viviente pintarrajeada como Gene Simons, el bajista de Kiss, saca su espada samurai y se pone en posición para sacar un sablazo y separarme la cabeza del cuello mientras me pregunta irónicamente ¿ y esto es también un sueño ?...
La verdad es que estaba bastante asustado y el corazón me latía como si realmente hubiese estado corriendo por adentro de ese templo, así que miré el reloj por segunda vez, miré el precipicio que me confirmó no estar en Buenos Aires que si mal no recordaba es el lugar de donde no salgo nunca y, mirando fijo a mi asesino le digo desafiante sabiendo que yo podía matarlo con sólo despertar: "sí, esto es un sueño... y vos sos un pelotudo" [me desperté de la risa, pero a carcajadas, y nunca más tuve persecuciones oníricas].

4] Matrix: El cerebro hace una simulación, una pequeña "Matrix" sólo para usted y para exigirle entrar en acción, sin embargo, hay excepciones que pueden ser los "sueños para descarga de emociones".
Delia es la madre de mi mejor amigo recientemente fallecido con el que ya he soñado varias veces como si no hubiera muerto, más que probablemente porque lo extraño una enormidad. En esos sueños ellos siempre están juntos, pero la última vez, sueño que salgo de un lugar y lo veo entre un montón de chicos sentado en el umbral de un maxiquiosco con aproximadamente una edad de doce años como la que tenía cuando lo conocí [hicimos la secundaria juntos], entonces le pregunto "¿ qué haces vos acá ?" y no me contesta, pero, después de mucho soñar con él en ese sueño me doy cuenta de que es Mario y recuerdo que está muerto y que, por lo tanto, estoy viendo un sueño y me voy a despertar, entonces me siento junto a él y lo abrazo. Y sí, después me desperté, pero me saqué un poco las ganas de abrazarlo.
Ahora bien, Delia me confesó que nunca sueña con Mario y la conclusión a la que he llegado es que ella sí sueña con Mario, pero, lo olvida porque ella como madre lo debe querer mil veces más fuerte que yo y, si no lo olvidara, preferiría seguir soñando que está con su hijo en vez de seguir viviendo en el mundo real.

5] Autoanálisis onírico: Si anota sus sueños temprano antes de olvidarlos, verá que estos tienen patrones y que no hace falta un analista para interpretarlos: son como balas de fogueo con las que a uno le disparan con sus propios miedos.
Cuando tras algunos días de práctica domine la técnica podrá salirse de las pesadillas si es observador con los detalles ilógicos. Una vez consciente de estar en un sueño, podrá abrir puertas y mirar qué trucos le preparó su máquina de imaginar [todavía no puedo descifrar esos cambios brutales como pasar por una puerta de la casa de mi tía a una biblioteca monumental, y tampoco esos "relevos" de personajes para que el papel de mi hermana lo tenga una actriz, o una compañera de trabajo, etc. [hubo una historieta llamada "Las puertitas del señor López" donde el historietista parecía tener sueños como los míos excepto porque sus mujeres eran increíbles y, las mías, algo más vulgares].
Soy un gran preguntador de sueños ajenos [en especial infantiles] y he llegado a la conclusión de que sólo el soñador puede interpretarlos correctamente, o el padre observador que deduce con qué ladrillos el niño armó el sueño, y cuáles situaciones de la vida real le sembraron miedos y angustias que una parte de su mente después quiso explorar [parece obvio que un psicoanalista no cuenta con esos datos], y a mí no deja de asombrarme el que la máquina mental de crear sueños sea tan adulta.
Como la mayoría de los sueños se olvidan para no tener que avergonzarse de las reacciones que se tuvieron, recuerden que son ensayos para saber que hacer en una situación angustiante, como una invasión de abejas asesinas, un asalto a mano armada, etc. [no sé si halagarme porque mis amigos y parientes las hayan resuelto usándome de héroe, o desconfiar de ellos por su tendencia onírica para ponerme en peligro, y por creer que yo estoy para sacrificarme por ellos].

6] Dejavú: Por último, así como el mismo cerebro que genera es el mismo que tiene el archivo del que se sacan las imágenes con las que se arma la escenografía, casting, etc. es también el mismo cerebro que será protagonista y tendrá que improvisar salidas para las situaciones que se le presenten, pues bien, es el mismo cerebro que guardará en la memoria, o el sueño, o el resultado del "experimento" como si fuera una experiencia de la vida real, comprenderá entonces si recuerda el sueño que les conté, que yo no abra las puertas de los lugares que no conozco, sin embargo siempre hay una primera vez y, en un lugar donde hacia poco tiempo que trabajaba terminé abriendo la puerta del lugar donde un jefe se hacia dar sexo oral por una empleada [¿ pero será posible ?, ¡ sabía que no tenía que abrir puertas, desde chico lo supe, y tuve que ir a abrir justo esa puerta, carajo !].
Si el cerebro comete errores y cierra mal la memoria de la que se nutre como sacando ladrillos para armar con ellos el sueño, una vez terminado éste, ¿ puede guardarlo mal y en vez de archivarlo en la memoria rápida [la que dura poco, por eso casi todos olvidan las cosas que sueñan] terminar por error archivados en las capas más profundas y estables de la memoria ?
Sí, algunas pesadillas impactantes como las que involucran la muerte de seres queridos quedan grabadas a fuego, pero, incluso hay sueños que por accidente quedan grabados más profundamente, tanto, que días después estando despiertos no se los puede diferenciar y esos sueños se archivan en la memoria como si fueran de la vida real.
Seguramente usted se ha encontrado con alguna persona o matrimonio al que no veía desde hace mucho y, después de los saludos, se han puesto a bucear en la memoria para encontrar el dato de la última vez que se vieron. Ellos coinciden en que fue en una estación de servicio hace dos años, pero usted recuerda haberlos visto hace medio año en una parilla muy de moda. El asunto de la diferencia en los archivos de la memoria se vuelve algo tenebroso cuando ellos le digan que nunca fueron a esa parrilla... ¡ y que hace cinco años que son vegetarianos !
Hay una explicación: usted lo soñó y archivó mal al sueño poniéndolo en la memoria principal, en vez de ponerlo en la memoria temporal en donde se tiran los sueños normalmente para ser olvidados en 24 hs. o en dos minutos. Para su desgracia, una vez que lo hizo mal, después no tendrá forma de diferenciar a ese sueño de la realidad [imaginese entonces, lo que deben padecer los esquizofrénicos].
Yo recuerdo hasta el más mínimo detalle de una noche en la que me regalaron un "pase" para entrar a una pileta de natación en un lugar donde después comprobé que no había ninguna pileta, y todavía hoy estoy convencido de haber nadado dos horas en una pileta climatizada, sin gente, en el subsuelo de un edificio ubicado en la calle Paraguay entre Cerrito y Libertad [Buenos Aires].
Si el cerebro lo archivó mal como si fuera el recuerdo de algo real, cuando se abre ese archivo resulta ser exactamente igual a un archivo de un hecho real y por lo tanto no hay forma de diferenciarlos [¿ por qué no me habré soñado en un harém ?].
Ahora bien, pasemos a cosas prácticas: ¿ sabe usted cuántas de sus fobias, miedos, prejuicios, depresiones, y dejavús, provienen de pesadillas mal archivadas ?
Resulta que hasta el mayor olvidador de sueños recuerda algunos y lo que deben hacer es escribirlos y guardarlos porque, para su sorpresa, al releerlos algún tiempo después se van recordado otros detalles, y eso es lógico pues todo el sueño entero está guardado en el cerebro que lo construyó con cosas guardadas en la memoria, pero, desde un carril cerebral no se ve lo que pasa en otro de los carriles.
Hágalo con paciencia pues cuando el sueño comienza a "abrirse" se vuelve un poco obsesivo y esté seguro de que, si se trata de un sueño importante, con el tiempo aflorará completo.
Al final aparecerá una mujer desnuda de la que salen insectos desde el interior de su vagina y allí descubrirá por qué no le gustan las mujeres muy peludas, o descubrirá que el sueño ese del perro enorme que lo persigue mientras usted apenas puede correr en cámara lenta, no termina cuando el perro se lo come sino cuando el perro le hace algo mucho más indigno y allí descubrirá por qué solo le agradan los perros chihuahuas.
No puedo incluir una lista de explicaciones porque la explicación está en el sueño entero, y sólo usted lo sabe, así que póngase a trabajar... ¡ y que tenga dulces sueños !

7] Sensación de techo: A los cinco sentidos [gusto, olfato, tacto, vista y oído], hay que agregarle la sensación de techo ya que somos muchos los que hasta con los ojos cerrados percibimos si estamos en una habitación de techo alto o bajo y, obviamente eso nos afecta el sueño cuando circunstancialmente se cambia a una habitación de una altura diferente a la que estamos acostumbrados.
Ayúdeme a interpretar este sueño. Como ya expuse, el sueño se hace con cosas sacadas de la cabeza del que sueña y en este sueño el "ladrillo" usado fue la sensación de techo que al menos yo tengo bastante desarrollada.
Como dato ya recurrente de mis sueños y pesadillas todo comienza cuando sueño que me despierto y las cosas no están como deberían estar, en especial las luces que no encienden y, obvio, yo tengo que salir a enfrentar algún problema desnudo, descalzo, y a oscuras.
La pesadilla: Me despierto y, como siempre, en vez de encender el velador, bajo de la cama y manoteo la llave de luz del dormitorio que está a dos pasos de la cama junto a la puerta [siempre le acierto con apenas un par de manotazos], pero, esta vez doy tres y cuatro manotazos y la pared no aparece, doy otro paso adelante y la pared sigue sin aparecer [¿ qué hice anoche, de la cama de quién me acabo de levantar ? -pienso].
Como no encuentro la pared, en la negrura total trato de volver a la cama, dos, tres, y cuatro pasos hacia atrás y la cama no aparece, entonces, desnudo y descalzo parado en un lugar desconocido y totalmente negro, percibo que el techo es alto y abovedado como un templo circular de unos doce metros de diámetro, o sea, con el techo seis metros por sobre mi cabeza.
Con esa certeza giro buscando un punto de luz que me señale una puerta o una ventana y allí veo que no estoy solo: entre lo que no era otra cosa que negro total, había algo todavía más negro, una presencia no humana agazapada que me estaba mirando, pues, retrocede ligeramente en silencio cuando paso la mirada por sobre su oculta posición cerca de la pared.
Bien, me desperté con unas palpitaciones como las que no recuerdo haber tenido en otras pesadillas [y supe que me había despertado porque por la ventana de mi dormitorio ya sea de noche o de día siempre se filtran luces] todo empapado en sudor.
¿ Cuánto tiempo le lleva a una persona normal empaparse en sudor ?, porque los expertos dicen que los sueños duran segundos, incluso, por la percepción de tiempo que quedó en mi memoria este sueño no tuvo más de un minuto en tiempo real.
Ese fue mi sueño con menor gastos de producción ¡ no había nada, ni extras, ni decorado, ni utilería, ni nada, estaba todo negro pero igual me hizo entrar en pánico !
El Stephen King interior me dijo: "no importa tu capacidad de análisis e introspección, siempre te tendré en mis garras por las noches cuando estés desarmado e indefenso".
¿ Debo llamar a un analista o a un electricista ?, porque resulta que no fue la primera vez que sueño que despierto y, aunque en los otros sueños sí encontraba la llave de la luz, la misma no enciende, o en su lugar están los cables pelados "chisporroteando" como si hubieran arrancado las llaves de luz con tapa y todo, para que al final me vea obligado a salir "tanteando" del dormitorio y cruzar el living para llegar hasta el disyuntor y el estante de la biblioteca en donde está la linterna y, en el líving, o hay un féretro con el cadáver de mi madre [gracias a Dios todavía está viva], o está todo lleno de víboras pariendo viboritas viscosas, o hay agua entrando a chorros por la ventana, o mi biblioteca está en llamas [eso no lo vi, pero pasó en la vida real en mi primera casa, y puedo probar que yo estaba en la escuela, y por lo tanto no fue mi culpa], o ese tan extraño en el que me despierto por los ruidos de un supuesto ladrón [me había llevado una enormidad de tiempo y di mil vueltas en la cama antes de poder conciliar el sueño, porque estaba con mucha fiebre], como de costumbre las luces no encienden y tengo que entrar en el living a oscuras, y allí veo a un ángel luminoso revisando mis libros que, al ser sorprendido, me dice: "No te asustes, el Señor quiere que escribas un libro para ayudar a las mujeres que sufren". Como para esa época ya era ateo, le discuto: "Esto es un sueño, y vos no sos un ángel, sino una actriz de T.V. sacada de mi memoria", lo que ella niega con la cabeza mientras se señala las alitas. Una vez despierto hago memoria hasta confirmar que efectivamente era Maura Tierney, la actriz que hizo el papel de hotelera en la película "Insomnio" [o sea que mi guionista interior, además de macabro, se está tratando de hacer el gracioso].
No tiene que ver con los sueños excepto por la coincidencia obvia entre sueño e insomnio, pero, muchos años antes fui consultado por una compañera de estudio con insomnio y le dije que las drogas le producirían acostumbramiento y que la causa del insomnio debía resolverse primero y, como dato ocasional, le comenté que los delfines son mamíferos que no duermen nunca o se ahogarían. Entonces ella, que no sabía nadar, comenzó a ir a natación y ahora duerme bien y tiene muy bien cuidado a su físico [cuando hay que dar consejos a ciegas... ¡ soy el "elegido" !].
Bravo por ella, pero, no salgo de mi asombro: a alguien se le dan razones bien fundamentadas sobre su enfermedad y los pasos a seguir para superarla, pero, el sujeto no obedece ninguna y termina en las manos de curanderos y estafadores, mientras que otras personas apenas con una pavada encuentran la salida como si ya tuvieran el 90% de la salida en mente y apenas le faltara una "revelación", un "click" en la cabeza que por algún motivo no pueden terminar de resolver solos.
Hice la curva de mis "frases célebres" esas que me olvido y son mis amigos los que siempre me las recuerdan porque les produjeron "clicks", y he descubierto que me toman muy en serio después de las comidas [por eso sólo hablo cuando llega el momento del café] y lo extraño es que comenzando la digestión el cuerpo envía más sangre al aparato digestivo que al cerebro [eso explica la "modorra" posterior a las comidas], pero, no explica la "buena onda" y la mayor permeabilidad hacia las ideas más insólitas que se me ocurren, ni la "sobreinterpretación" por la que terminan agradeciéndome haberles solucionado problemas cuando en una de esas contesté con un chiste. Soy un "elegido" en serio, y aprovechándome de eso, voy a darles un consejo a los médicos: para evitar la interrupción de los tratamientos, se les deben dar las recetas a los pacientes en un sobre cerrado secreto que diga: "leer después de la comida" [y por lo que más quieran... ¡ escriban como la gente !].
¿ Qué les parece llevar a la sobremesa la cuestión de los sueños y pesadillas ?, para compararlos y hasta arriesgar interpretaciones, pues, aunque no se trate de una familia de psicólogos, es algo mejor que hablar de fútbol, política, o chismes sobre peleas familiares [y, no se haga el gracioso diciéndole a su señora, delante de sus hijos, que soñó que su suegra era una bruja, o se expondrá a los sueños de ella, donde no puede barrer la vereda porque el palo de la escoba está blando ¡ y chiquito !].
El psicoanálisis le hará tomar conciencia de los problemas que la mente quiere olvidar [ocultándolos en las zonas profundas de la mente], pero, en los sueños no hay problemas sino ensayos de soluciones, por eso, ¿ no es raro que se los quieran olvidar ?

8] Me deprimo en Navidad, y lo hago incluso desde muy chico. Yo vivía en el segundo cuerpo de un edificio donde tenía toda la terraza para mí. En la terraza del edificio que daba al frente la mitad había sido ocupada con un precioso [así lo recuerdo] chalet prefabricado donde vivían mi abuela Aída y mi tía Norma [la menor de mis cinco tías] y una enorme jaula para canarios con forma de pagoda china [recuerdo haber abierto una vez esa jaula para intentar tomar a uno de esos preciosos canarios para acariciarlos, pero, ellos se asustaron tanto que volaron chocándose entre ellos desplumándose y con riesgo de lastimarse contra los barrotes, por lo que retiré mi mano y la cerré].
Creo que un cinco de enero, Norma, que se desvivía por sus sobrinos, trae a casa la noticia de que los Reyes Magos pasarían por la esquina comercial del barrio [que en 1964 era la de Lope de Vega y Beiró]. Así que se queda en casa cuidando a mis dos hermanos menores mientras mi madre me lleva a ver ese espectáculo por cierto desagradable de tres hombres a caballo muy arropados [uno de ellos era el primer negro que yo veía en mi vida: muy brilloso, chorreaba transpiración a litros, y desteñía], claro que a los cuatro años ya es difícil engañar a un chico sobre todo porque esos farsantes no traían camellos sino caballos [mamá me convenció de que los magos los transforman cuando les conviene y que incluso los pueden convertir en caballos alados para llevarles regalos a los niños de otros países].
Yo soy desconfiado pero no desagradecido, por lo tanto queridos Reyes Magos: muchas, pero muchísimas gracias por mi primera y adorada bicicleta azul, muy superior a la remera que me trajo Papá Noel con la excusa de tener un año pobre, sin cumplir el simple pedido que le había hecho [una AK-47 y algunas granadas para hacerlas explotar en los festejos de año nuevo].
Para la Navidad siguiente decidí esperar despierto a Papá Noel ¡ para reclamarle el regalo incumplido del año pasado ! y, ante mi anuncio, mi madre se ofreció a hacerme compañía, hablando, y hablando, y hablando toda la noche hasta cansarme y dormirme profundamente al punto de no escucharlo llegar.
Así comprobé que para cosas importantes era mejor no pedirle favores a mi madre, y un par de semanas después decidí esperar despierto a los Reyes Magos para pedirles que le avisen a Papá Noel que yo no olvido ni perdono, yendo rápido a dormir [sin mirar T.V.] para poder despertar al oír a sus caballos alados [necesarios para llegar hasta mi terraza] si llegaban muy tarde.
A cuarenta años de aquellos hechos recuerdo que unos ruidos me despiertan, salgo de mi dormitorio y veo al árbol de Navidad rodeado por veinte autitos "Matchbox", lo que me apura pues los Reyes ya iban de salida. Subo las escaleras hasta la terraza, abro la puerta y no los veo... [supuse que les estarían dejando regalos a mis cuatro primos repartidos por todo el primer cuerpo del edificio] claro que imposibilitados para dejar a sus caballos alados en la terraza del primer cuerpo reducida por culpa del chalecito de mi abuela, ¡ ellos los habían dejado en la mía !: uno enorme y negro a la izquierda, uno blanco a la derecha, y uno "té con leche" en el centro [a los que supuse como un papá, una mamá, y su potrillo], atados al alambre de la ropa usado de "palenque", pero, no parados sobre la terraza, sino aleteando en el vacío tras la baranda que daba al fondo [que en realidad no era una baranda sino una pared baja a la que no se podía atar nada].
Cuando apenas piso la terraza los caballos me ven y se asustan comenzando a volar alocados chocándose entre ellos con riesgo de lastimarse, sobre todo el potrillo ubicado entre dos caballos grandes [y el negro parecía haberse vuelto loco], así que me retiré y cerré la puerta de la terraza por su seguridad.
A la mañana siguiente mi madre me despierta para que vea el árbol ["ya lo vi", le dije], luego a los empujones y semidormido me llevó hasta la terraza para ver si los caballos se habían tomado el agua y comido el pasto que les dejamos ["ya se lo comieron", le dije] y mientras ella buscaba las pruebas trayéndome una palangana y un balde vacíos, yo encuentro a una enorme pluma blanca en el ángulo derecho del fondo de la terraza, ¡ una evidente pluma de caballo !, pues las palomas son chicas y sólo las había visto en las plazas, pero nunca en mi terraza.
Tomo a esa pluma mágica y con la boca todavía abierta de asombro se la muestro a mi madre sin poder articular una palabra, como si con sólo mostrar la evidencia ella fuese a comprender, pero, ella sin darme tiempo a reaccionar me la quita de la mano y la tira por sobre la baranda ["soltá esa cosa inmunda que tiene piojos", argumentó], y sólo me quedó asomarme por la baranda para ver a mi pluma de caballo descender haciendo tirabuzones... ¡ el único chico en el mundo que tenía una pluma de caballo volador, un tesoro único, y la había perdido en un segundo por culpa de mi madre !
Papá, mamá, sé que los de "Beiró y Lope de Vega" fueron actores, pero, después yo vi a tres caballos volando en mi terraza, y por eso siempre discutimos tanto. Ver para creer: ¡ y yo que creo en los Reyes Magos, tengo problemas para creerles a mis padres !
Con el tiempo [y en mi familia sólo se mueren los muy viejos] no hice más que acumular decepciones navideñas contra alegrías de "Reyes" y, después de la edad de la inocencia, las Navidades continuaron molestándome "desde adentro".
La contaminación pagana de rituales importados de U.S.A. me molesta, la actitud de los mayores obligándonos a estar felices me ofende [no la de los chicos por lógica alegres demandantes de juguetes], el "ataque kitsch" que hacen desde todos los comercios me altera los nervios, ese gordo pedorro con nariz de alcohólico me asquea [¿ renos en Buenos Aires ?, ¡ te vendemos caballos, infeliz !], villancicos insoportables en inglés o peores grabados en España [¿ che, para las fiestas no pueden cantar como la gente ?].
¿ Nos peleamos por los acuerdos de comercio y las barreras arancelarias ?: Mejor paremos unilateralmente de poner en T.V. a sus insoporrrrrtables películas navideñas importadas, y mandemos al demonio a ese clon de Carl Marx ¡ que pretende entrar por el tiro balanceado de la estufa para dejar regalos en un pino plegable para interiores, sólo útil para electrocutar a criaturitas curiosas !
Aumentan los infartos, suicidios, crisis depresivas, peleas mortales entre parientes alcoholizados, mutilaciones pirotécnicas, cegueras de champagne, y en cada año hay un show letal de accidentes de tránsito.
Y por último: ¡ muera el polo norte, que ni siquiera es un continente como la bellísima Antártida !

Claudio Corniola