Deben haber tres personas en el mundo que entienden esto, yo soy una y se los explico [las otras dos personas son: Paul Singer y John Maynard Keynes, pero, este último está muerto, como él mismo lo predijo].

Si usted le tiene alergia a los gatos, y entra una rata a su casa, soportará la molestia de tener que pedirle prestado a su hermana al gato más musculoso que tenga, para que desempeñe el papel de "matón a sueldo" ecológico. Porque por culpa de su alergia estará estornudando durante un par de días, pero, el gato se irá después de, a lo sumo, haber trabajado durante treinta minutos.

Keynes hace lo mismo con la desocupación: trae a la inflación y aumenta los salarios nominales [porque el salario real es el salario nominal menos la inflación] y así engaña a los mercados, que al principio la ignoran, luego les podrá parecer baja, y después hasta tal vez se resignen porque peor es la desocupación, pero, el problema es que al tener más dinero que hace consumir más y, por arrastre, que se necesite producir más y contratar más empleados [la historia no miente], siempre sucedió que una vez bajada la tasa de desempleo... ¡ el gato no se quiere ir, peor, engorda, crece, se convierte en un puma y... como los pumas no cazan ratas, éstas van a volver, y la economía va a tener desocupación con alta inflación !!!

Esto ha pasado siempre, y se debe a la conjunción de políticos mentirosos, con economistas pedantes, y votantes no racionales sino emocionales.

Por último, hay varios modelos pero un sólo sistema económico: el del mercado [liberalismo]. La economía centralizada [marxismo], sí es un sistema, pero no es económico, tratándose de un sistema de esclavismo despersonalizado "en grupos", en donde ya no hay una relación directa entre una persona esclava y otra persona que la compra y la ingresa a su patrimonio para usufructuar su trabajo, contratando a un grupo de matones y asesinos para vigilar que los esclavos no escapen hacia la libertad, sino que de forma diferente pero paralela, en el comunismo vemos lo mismo pero en una mega-escala social: el grupo que gobierna, el grupo que trabaja, y el desproporcionado grupo que vigila que la gente no se les escape hacia los países liberales. Finalmente, el keynesianismo con sus muchas vueltas, no llega a ser un sistema, sino una política de corto plazo sólo aplicable dentro de un sistema que maneja miles de variables como el de los mercados, afectando a unos limitados cuatro o cinco puntos sensibles que el poder político puede manipular, como la expansión de la base monetaria, la expansión del crédito blando, los salarios nominales a la alta, los salarios reales a la baja, y eventualmente cuando avizoran el fracaso de estas políticas: el control de precios, que tarde o temprano llega para fracasar, pero que sirve para inculpar a cualquiera menos al gobierno.

El keynesianismo es un tipo de capitalismo que le miente a mercados cada vez más difíciles de engañar [y que se protegen comprando dólares], y al final los que se autoengañan son los políticos que creen que el largo plazo no los va a alcanzar, pero, como buscan reelegirse, el ciclo keynesiano de corto plazo les termina explotando en la jeta a sus propios creadores.

Mi consejo es que no espere a que un gato le quite a los ratones: mantenga usted su casa limpia y en orden, pues así los simpáticos ratones [junto con las desagradables kukarachas], ni van a intentar ingresar.

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