EL TEOREMA DE RONALD COASE:





EL TEOREMA DE
RONALD COASE:


  1. Para compensar a varios "cráneos" de la izquierda como Marcuse, Althusser, o el local Laclau, alcanza con uno sólo de nuestros premios Nobel desconocidos para las mayorías, como es el caso del genial Ronald Coase.
  2. No me canso de repetirlo, pero criticar a la izquierda es hacer leña del árbol caído, y sería preferible debatir entre liberales las cosas que hemos estado dejando nosotros por la mitad.
  3. Aunque izquierda hubo siempre, formalmente nace en 1789 con la revolución francesa, por un grupo de sujetos que se sentaban en el sector izquierdo durante las reuniones de los "estados generales". Poco después un tal Babeuf a la cabeza de un grupo de izquierdistas hacen la autodenominada "Conspiración de los iguales" pero Babeuf es rápidamente apresado y tal como era la última moda de París, le cortaron la cabeza. Casi un siglo después [82 años] un grupo de trabajadores se apoderan y atrincheran en la "comuna de París" en marzo del 1871 haciendo el primer ensayo del comunismo de Marx [1818-1883], pero los comuneros tuvieron poco peso en la historia pues fueron desalojados a las patadas por el ejército en tres meses.
  4. Mucho después, Lenin en 1917, 46 años después de la comuna, y 69 años después del manifiesto, pretende llevar a la práctica taxativamente todas las ideas estúpidas de Marx, que deliraba al creer que había inventado un sistema productivo mejor que el del liberalismo, y el resultado fue que en Rusia se empezaron a morir de hambre, por lo que Lenin cerró la etapa comunista en 1924 con el Nuevo Plan Económico [NEP] o sea: el comunismo de Marx en un Estado copado 100% por comunistas, sin cipayos saboteando nada [porque estaban todos muertos], y con U.S.A. mirándose el ombligo porque durante lo que se conoce como "los años locos" la estaban pasando de maravillas, y entonces las desventuras políticas de los rusos no les importaban un carajo, pues bien... fracasó en apenas 7 años, y si la U.R.S.S. sobrevivió hasta 1991 fue por las cuotas de liberalismo que le permitieron tener a sus productores.
  5. Después de este fracaso, los comunistas hicieron dos cosas, la primera fue hacerse los boludos con el tema de superar a la producción de los países liberales, pasando de autopublicitarse como científicamente más productivos a autopublicitarse como más justos, morales, solidarios con los desposeídos, y bla, bla, blá. La segunda cosa que hicieron fue tratar de ningunear los avances que venía haciendo la derecha en el nivel de vida [de todas las clases sociales], en la ciencia económica, y en las condiciones laborales.
  6. Esta ofensiva verbal hubiese muerto en el olvido, pero, fue retomada por disidentes de la derecha partidarios del estatismo e intervencionismo que, sin poder fogonear sobre las hipotéticas y ya rebatidas contradicciones internas, encontraron al tema de las externalidades negativas.
  7. Probablemente Marx nunca haya inspeccionado una fábrica en la Inglaterra de la primera revolución industrial [ni mucho menos dialogado con sus trabajadores], tomando por ciertas a las afirmaciones de los periodistas de izquierda que publicaban en los diarios londinenses, y aunque no es el tema que planteo en este punto, cabe preguntarse: Si los trabajadores morían de tuberculosis por las malas condiciones laborales, si los niños eran explotados trabajando 14 horas diarias hasta reventar, entonces, ¿ cómo fue posible el aumento notable de la población inglesa a partir de la revolución industrial ?
  8. El tema que planteo es que aunque la leyenda negra de la revolución industrial haya sido 100% cierta, y no en gran parte una exageración y dramatización para ganar más lectores, 90 años después la izquierda seguía hablando de lo mismo como si nada hubiese cambiado en las condiciones laborales, más por las mejoras que el capitalismo lograba invirtiendo en investigación para mejorar sus máquinas en productividad y seguridad, que por los beneficios sociales que llegaron de la mano del "Estado de Bienestar" que no era socialista sino un invento de la derecha [esta es una de las cosas que nosotros hemos estado dejando por la mitad, para que la izquierda después la tome como a una bandera propia].
  9. Era a todas luces evidente que la sociedad de consumo denostada por las izquierdas mejoraba el nivel de vida de todos, y que pese al eterno machacar de sus voceros, los trabajadores no estaban excluidos sino que por el contrario estaban muy cómodos consumiendo y su preocupación era poder consumir más, y no la de apropiarse de los medios de producción para cumplir con la desacertada profecía revolucionaria de Marx.
  10. Como lo demostró Ludwig Von Mises sin "peros" ni "baches", el sistema sin derecho de propiedad elucubrado por Marx no puede producir, ni comerciar, ni invertir eficientemente, porque no puede calcular nada al no tener un sistema de precios libres definidos entre la oferta y demanda involucrando democráticamente las preferencias y valoraciones de miles de individuos, pero, por ellos considerados como perversas imposiciones de los capitalistas, reemplazándolos por precios impuestos en principio por decisiones políticas, y luego recalculados por mecanismos técnico-burocráticos [espiar los precios de los Estados vecinos con economías libres].
    Sin derecho de propiedad no hay precios, y sin precios no hay cálculo económico que determine qué conviene producir, o cuál servicio prestar, recayendo en los burócratas el poder de obligar a quienes quieran a producir lo que el Estado crea necesario, y al precio que el burócrata fije, sobreviniendo todo tipo de errores, despilfarros, ineficiencias, desabastecimiento, hambruna, y la quiebra total de un Estado al que sólo le queda exportar bienes primarios, producir lo básico, con baja calidad, esclavizando a su propia gente, o exprimiendo a otros Estados menores.
  11. Y mientras la profecía de Marx seguía sin cumplirse, casi del cielo bajó una crisis dentro del capitalismo [no la profetizada de los trabajadores que harían explorar todo porque el dinero no les alcanzaba ni para comprar su propia producción], sino que se trató de una crisis financiera [y Marx, el "genial economista", no sabía absolutamente nada de finanzas], y la solución a esta crisis y la depresión posterior, no fue una revolución comunista, sino el intervencionismo y estatismo propuesto por Keynes e impulsado por toda la casta política. Resultó que oculto detrás del galimatías matemático-económico keynesiano que el liberalismo ya rebatió fundamentadamente punto por punto, estaba el hecho psicológico que, sin muchas vueltas, Keynes expuso sin ocultar cuando dijo que: "la función consumo es la ley psicológica fundamental de la economía", y que en medio de un gran desconcierto y crisis, es mejor que el Estado se entrometa aunque más no sea "haciendo rostro y dando discursos motivacionales populistas", para que al final la crisis la pague la clase media.
  12. En la justificación del intervencionismo, una de las espadas de los keynesianos ha sido el cuento de las "fallas del mercado", en donde una de las más discutidas es la de las "externalidades", y es aquí en donde entra en la historia Ronald Coase que resuelve desde la más cristalina escuela liberal al problema con el teorema que lleva su nombre, demostrando dos cosas, primero, que el Estado no debe subsidiar las externalidades positivas, ni castigar con impuestos a las negativas [la solución de Pigou], sino dejar que las soluciones surjan libremente entre las partes que llegarán a un acuerdo mutuamente satisfactorio, sin importar a quién asista el derecho siempre que, primero, esté claramente definido el derecho de propiedad y los costos de transacción sean bajos. Segundo, que en el caso de bienes públicos [que se diferencian de los privados por dos características: exclusión y rivalidad en el consumo], la solución es vincular un bien privado con uno público, por ejemplo, el interés privado de una empresa por hacerse publicidad por la televisión abierta que no puede cobrarle el servicio a sus espectadores como sí lo hace la televisión por cable. Tercero, la solución institucional, o sea: el ejemplo de los faros de los que hoy se ocupan los Estados, pero que Coase rescató de la historia, ya olvidada hace tiempo, el hecho de que por 400 años los faros fueron privados, construidos por asociaciones de compañías navieras, no interesadas en el negocio de cobrar el servicio de señalización que hace la luz del faro [aprovechado gratis por los "free riders"], sino en que sus barcos no se accidenten.
  13. Punto final: Otra cosa que los liberales hemos estado dejando de hacer, es la aplicación del Teorema de Coase a centenas de problemas políticos nacidos de la concepción del poder como relación de obediencia, cuando la relación es inversa y el político no existe para dar órdenes sino para dar un servicio a la población, por lo que éste no puede ser dado siguiendo a un filósofo y fracasado economista improvisado como Marx, porque la solución óptima obviamente es de economistas serios como Pareto, y también como Coase.
    No podemos dejar de ser críticos con nuestros sistemas políticos y económicos porque si no, la crítica va a llegar desde los autoconvocados voceros de los excluidos, que no va a ser una crítica constructiva sino destructiva. No podemos dejar de ver que la democracia nos está quedando chica y hace falta una democracia más grande, o sea: una multidemocracia, porque la solución óptima al problema del poder no es achicar el Estado sino dividirlo.
    ¿ Cuáles han sido históricamente los grupos con pretensiones de dominio ?: ésta obviamente no es una cuestión de clase como dedujo equivocadamente Marx, sino corporativa, en la que se destaca el grupo de los guerreros y que hoy son los militares. Las "noblezas" por todos lados son los descendientes educados de un árbol genealógico que arranca con algún guerrero conquistador. Otro grupo es el de los religiosos sobre las creencias en lo divino. Otro grupo es curiosamente el de los filósofos sobre su creencia de superioridad intelectual que los capacita para dirigir a los menos inteligentes. Otra corporación menos pedante pero igual de inepta es la de los abogados que apoyan sus pretenciones no sobre su inteligencia sino sobre su memoria y el conocimiento de la ley. Pues bien, resulta que la multidemocracia se fundamenta sobre el hecho históricamente fácil de verificar de que nunca hubo un intento de asalto al poder por parte de los médicos, ni de los docentes, ni de los ingenieros, ni mucho menos de los matemáticos que les enseñan casi todo lo que saben a los ingenieros. Estos profesionales que han pasado toda su existencia, generación tras generación, dando un servicio a la humanidad, son los verdaderos excluidos a los que ni siquiera se les permite autogestionar sus respectivas áreas, y no sé que es más desubicado e incoherente para un país: tener un ministro de educación militar que piensa que los estudiantes universitarios son peligrosos "per se", o tener un ministro de educación filósofo, cínico propagandista de una ideología atrasada del siglo XIX, a la que le falló su sistema económico en 1924, y después le falló su internacionalismo en 1956 cuando 2.500 tanques soviéticos entraron en Hungría, y al que final y afortunadamente sin causar otra de sus habituales masacres, en 1991 la burocracia de su dictadura del proletariado finalmente hizo colapsar al Estado más grande que jamás haya existido, hace ya un cuarto de siglo.
  14.  ¿ Si cayó un coloso como la U.R.S.S., no puede caer también un Estado de hasta ahora muy mediocre desempeño como el argentino ? No afirmo que vaya a caer Argentina y en el planeta en su lugar quede un pozo, ni que caiga el gobierno ya sea por el voto o por un golpe de Estado, sino que caiga el Estado o "mejor prevenir que curar", que una multidemocracia desaloje a la democracia: más democracia no nos va a venir mal. La eterna discusión: "Estado grande vs. Estado chico" puede ser salvada con la fórmula "Estado ni chico ni grande sino necesario, pero, con poder ejecutivo chico", y con todo el poder que posee en nuestra democracia el poder ejecutivo, limitarlo no podría tener objeciones de parte de la oposición [que vendrían a ser "free riders"], pero, al aprobar este tipo de cambio, nos estaría firmando un seguro utilizable para frenar a cualquier tipo de líder pernicioso que pudiese alcanzar el poder en el futuro.


Indice del liberalismo