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HOMOFOBIA

1] Fobia real o estúpida: Hay quienes simplemente no tendrán nunca amigos afeminados y hasta quienes tirarán una molotov en un bar gay, porque de la misma forma emboscan y disparan contra hinchas de un club rival, o destrozan el local de un partido político opositor. Aquí el problema no radica en la homofobia sino en la violencia que se descarga mejor contra el diferente, el indefenso, y con impunidad, lo que no pasa sólo en Argentina, pero, aquí lo hacemos mejor.
Como al Estado le resulta imposible defender a todos sus ciudadanos [mujeres golpeadas, asaltados, víctimas de conductores alcoholizados, antisemitismo, racismo, etc.] sólo le queda actuar a posteriori y meter a los violentos en la cárcel.
Como esto no repara el daño causado a la víctima [si es que se anima a denunciarlo], es mucho mejor prevenir y si el Estado falla, se debe pasar a la autodefensa.
Claro que hay grupos absolutamente incapaces de defenderse y aquí viene el problema de la colisión con lo "políticamente correcto". Soy el autor intelectual del siguiente disparate absolutamente lógico [disparate desde lo políticamente correcto y lógico desde el punto de vista de la prevención]: hay que volver al viejo sistema educativo que separaba a los estudiantes por sexo, pero, incluyendo a los homosexuales varones en una tercera división [las lesbianas son muy pocas como para hacerles escuelas especiales].
El objeto de esta separación es protegerlos de vivir bajo la censura permanente, sin poder expresarse, conviviendo día a día con la discriminación, beneficiándolos con una educación sin inhibiciones entre iguales [profesores y alumnos] dándoles una educación más libre y segura, ya que entre los compañeritos de la escuela "no discriminatoria" y políticamente correcta, hay homofóbicos golpeadores, y hasta violadores.
Obviamente esto equivale a ponerles a los homosexuales un cartel señalador desde chicos [como hacían los nazis con los judíos], por eso ni los homosexuales más "orgullosos" parecen dispuestos a dar talleres de danza, música, pintura o literatura propias [y si quieren boxeo, fútbol, etc.], lo que obedece a su buen instinto: el haber sido discriminados tanto tiempo los ha forjado y el arte que han generado funcionó como válvula de escape, por eso, protegerlos en escuelas separadas apagaría su principal motor creativo y sentaría el precedente para que en el futuro hayan médicos, almacenes, verdulerías y, finalmente, ghettos para homosexuales.
Esto parece discriminar fascistamente, pero, como los judios tienen sus propias y excelentes escuelas sin que se los haya obligado [de no ser así, entonces sí sería discriminatorio] y como nadie los puede acusar de ser nazis [ni de tener un pelo de tontos], me apoyo en ellos para decir que frente a un dilema o se arregla una cuestión, o se arregla la otra, y la solución "políticamente correcta" no es sino no hacer nada, y dejar las cosas tal como están.
¿ Qué es lo correcto, o acaso toda la pavada de dejarlos hacer el ridículo en sus marchas del "orgullo" gay, sirve para algo útil, mientras que asegurarle la paz y tranquilidad a los más chicos durante los difíciles años de la infancia y adolescencia, no cuenta por la supuesta incorreción política ?
El orgullo que festeja una minoría dentro de la comunidad gay, es inútil, y manifestarse orgullosos de su promiscuidad no es más que de la incumbencia de los trolos adultos. Esto sí se justificaría por el orgullo de sus muchos artistas y hombres de ciencia que han aportado su talento para todos, aunque en la literatura y pintura de los sesentas hasta hoy [o sea desde el comienzo hasta el fin de la "guerra" de independencia gay] muchos le deban su éxito a compartir la cama con los críticos de arte, y a que siempre habrán consumidores snob con demasiado dinero y poco buen gusto, que harán que los representantes artísticos de unos, y los consejeros de inversión de otros, estén orgullosos de ellos, aunque eso diste mucho del reconocimiento popular [al que curiosamente llegaron muy pocos bailarines clásicos, incluso respetados por quienes no ven ballet, ni escuchan música clásica].
Si la comunidad gay quiere hablar en serio de orgullo, salgan campeones de fútbol u otra cosa, qué carajo de orgullo puede dar el hacer un carnaval ridículo cada tanto, o que alguien haga una pintarrajeada estúpida sobre las fotos de Marilyn Monroe, y que otro escriba "desenmascarando" a todos los gay que creo tienen el derecho de llevar toda la doble vida que se les antoje y, en última instancia, ¿ a quién puede importarle si George Washington y Alexander Hamilton eran pareja ?
El verdadero orgullo no depende del reconocimiento de los demás, pero éste permite no engañarse con la propaganda propia.

2] La homofobia del gay hacia el que lleva una doble vida es despreciable en cantidad, pero, también es un problema interno de la comunidad gay.

3] La homofobia por temor y desinformación sobre el S.I.D.A. es relativamente lógica aunque a largo lazo no es justificable.
Se puede informar pero por cuestiones como la del tabaquismo, ya sabemos que años de dar información a algunas personas no les sirvió para nada, entonces, debemos aprovechar que la comunidad gay tiene una importantísima presencia entre banqueros, financistas, y agentes de bolsa. El motivo es indirecto: Hay un viejo estigma antisemita sobre la falta de patriotismo de los judíos económicamente "poderosos" de nuestro país y, ¿ cuál es la verdadera patria gay ?, ¿ qué les damos además de desprecio, para que se sientan parte de nuestra Nación, en vez de verla como un lugar donde hacer dinero despiadadamente, para después gastarlo en las vacaciones en los grandes centros gay del primer mundo, a donde se llevaron el dinero, y de donde nos importaron el H.I.V. ?
Si ya propuse blanquear nuestra relación con las prostitutas, por qué no blanquear el papel de la comunidad gay en la sociedad, y hacer una ciudad "rosa" de algún pueblo de la costa [entre los que ya se propuso crear una cadena de ciudades representativas de varias naciones].
Alguien dirá que es otra vez el asunto ese de las escuelas para homosexuales pero a lo bestia: todo un pueblo de homosexuales. Bueno, dejen de sobredimensionar la cuestión de la discriminación porque termina siendo peor que la discriminación. Si no se paralizan por esto, esta idea puede ser un buen negocio inmobiliario, para la construcción, para el turismo, y para el sistema de salud, pues si pueden tener su municipalidad eficientemente administrada, allí tendrán un motivo real de orgullo gay.
No quiero hacer un "leprosario" autogestionado, pero, una forma de que se tome conciencia para que no se abandonen los tratamientos [los famosos cócteles de drogas], para que autoelaboren sistemas de prevención, de contención, de ocupación laboral, etc. es que coordinen todos sus esfuerzos sin depender de nadie más que de ellos mismos.
No van a quedar aislados ya que los recursos de salud pública y educación correspondientes les van a llegar igual, pero, en épocas de crisis económica es mejor depender de sus propias fuerzas [fíjense cuánto les envía el Estado a cualquier pueblo del interior que no sea sospechado de ser gay y van a ver que tan estúpido es esperar que el Estado se ponga a hacer lo que ellos mismos sabrán hacer mejor que nadie en tiempo y forma].
Hay una ventaja adicional que radica en la documentación personal de los habitantes del municipio [Lesbos podría ser un buen nombre]. Resulta notable que en la Argentina les causen tantos problemas con los documentos de identidad: si con eso no pueden perjudicar a nadie, déjenlos anotarse con el sexo o la variante que más les guste, además de permitirles cambiar de sexo a temprana edad, especialidad que podría desarrollarse en sus propios hospitales.

4] Entre la escuela, el barrio y el trabajo conocí a media docena de muchachos afeminados. Uno de ellos lamentablemente años después falleció [S.I.D.A.]. Yo era alumno preceptor debido a mi altura tipo "granadero", y ¡ el cura párroco ! me dijo: "cuidalo a éste que no queremos tener problemas".
Yo pensé que el problema era por la violencia homofóbica, pero a poco de convertirme en su guardaespaldas comprobé que el problema era el del acoso sexual, y que este muchacho evidentemente era de los del "sí" fácil. Siempre me quedó la duda: ¿ En cuál categoría sexual se debe incluir a sujetos como los de quinto año, como bisexuales o como heterosexuales light ?, porque evidentemente su "presa" y motivo de sus deseos era gay.
En nuestra división había un chiste de vestuario [salimos una vez campeones y otra subcampeores de fútbol]: "jabón que toca el suelo, es parte del suelo"... pero como sea, se nos conocía como los que teníamos a un compañero puto, y por la falsa denuncia de un socio [por vandalismo], se nos prohibió usar el vestuario y por ello nos teníamos que ir a ducharnos a nuestras casas [hasta que entendieron que nuestro puto era asmático y no hacía ningún deporte].
Después de las sospechas sobre mi propio equipo, ya no sé cómo debo comportarme en cualquier vestuario pues siempre hay algún "sospechado" [las mujeres son las peores marcadoras, y "malas" en la doble acepción de la palabra, porque lo hacen por maldad, y porque no la embocan], aunque debo reconocer que mi hermana acierta, y cuando tiene la oportunidad se fija en cómo bailan los hombres y, para ella, el que baila con... otro hombre: es homosexual.

5] El asunto de los vestuarios se soluciona haciendo un solo vestuario unisex [y así, de paso, la próxima vez que me equivoque entrando a un toilette femenino, ninguna de las intolerantes que esté adentro intentará matarme].
No sirve en mi defensa pero [la ley de las compensaciones], cierta vez me tocó vivir la situación inversa y no reaccioné violentamente: me encontré a una chica peinándose en el baño de caballeros de un teatro, baño con el cartelito bien pegado en el medio de la puerta y con mingitorios en la paredes por lo que supuse que no habría luz en el baño de damas [pedí permiso e hice lo que fui a hacer y, al intentar iniciar una conversación con quien seguía a mis espaldas arreglándose frente al espejo como si nada, estaba tan tentado de la risa que no podía dirigir el chorro con prolijidad] y como quince años después descubrí lo que había pasado: fui con una dama al teatro y a la salida ella me pidió que le avise si había hombres en nuestro toilette porque la cola del femenino era tremenda, y los que habíamos estado en primera fila llegábamos últimos a los baños [me arruinó la anécdota de la chica en el baño de hombres, que yo contaba sugiriendo que era un travesti, y resultó ser una meona apurada saltándose la cola].
Pero, casualmente por la misma época vi una cosa definitivamente muy rara: una señora con pene, a la que recibí en el quirófamo para operarse de la vesícula, y como no me coincidía el nombre de varón con la cara de mujer, pragmáticamente levanté la sábana [era un varón que de chico sufrió paperas que le atrofiaron los testículos, y es por eso el cambio de sexo a edad temprana funciona: sin testículos produciendo la testosterona que embrutece el cuerpo, cualquiera se parecería a una mujer].
También vi un paciente con un pene de 10 Cm. por arriba de la rodilla ¡ pero que no podía tener erecciones !, y creanme que nada se compara en espectacularidad a las chicas que se tienen que hacer reducciones de busto.

6] Servicio militar: Puede ser un prejuicio el encasillar a los homosexuales como especialmente importantes por su aporte a las artes y ciencias, o por lo menos, su aporte, no parece haber sido especialmente importante en los ejércitos, si bien lo han hecho, por ejemplo, Alejandro Magno.
Alejandro era un griego homosexual que, en honor a la verdad, ni era homosexual ni era griego, sino bisexual, y algo así como Uruguayo porque había nacido en Macedonia.
Lo que ocurrío con Alejandro fue simplemente que todos los griegos eran bisexuales por aquellos años y, lo que socialmente se consideraba una degeneración espantosa [por la que se condenaba a tomar el muy venenoso té de cicuta], era que en las relaciones homosexuales el sujeto de mayor edad sea el pasivo [los filósofos se la comían, con filosofía].
Saber esto, más que los piratas [malísimos, tatuados, y barbudos] eran todos homosexuales, hace que poco me importe que estos sean discriminados en los ejércitos y marinas, pues no me gusta gastar mi dinero en pagarle la carrera militar a nadie, y deseo que durante el siglo XXI esto sea reconsiderado por todos los países para que las fuerzas armadas pasen a ser historia [hoy sólo consideran que si un soldado se les contagia de S.I.D.A. le tendrán que pagar el tratamiento de por vida, y como los ejércitos no están para curar gente, sino para reclutar gente sana que pueda recibir balazos, ésta es una discriminación funcional y lógica].

7] No hace falta demostrar que la prevención es más exitosa que cualquier tratamiento, y en especial contra el terrible H.I.V.
Aunque se crea lo contrario el S.I.D.A. no es contagioso sino transmisible [y con eso le alcanzó para causar una catástrofe], imaginen lo que sucederá si muta hacia una forma contagiosa como la gripe, e imaginen después la reacción de la gente si los científicos, a pesar de los avances en ingeniería genética, no les pueden diseñar a tiempo los anticuerpos que los defiendan: de un día para el otro se pasará de la tolerancia a los campos de cuarentena que sí que serán "leprosarios", o campos de exterminio, donde no habrá Zyclon-B sino virus oportunistas.

8] La tolerancia: Lo políticamente correcto creo que es una falsa ilusión la tregua o "tolerancia" que hoy no existe, ya que quien usa ese término, sin duda archiva mentalmente a los homosexuales como a enfermos.
Se están equivocando todos pues "tolerar" no es sinónimo de "aceptar" sino de "resignarse ante algo que resulta negativo" y, por eso, la única palabra o actitud aceptable en realidad debería ser "indiferencia", incluso al riesgo de que la indiferencia actúe a favor de los homofóbicos puros o de los homofóbicos que llevan una doble vida porque, todos juntos, son menos que los homosexuales [no se puede hacer un censo pero seguramente facistas, homofóbicos y racistas, serían las verdaderas minorías].
La homosexualidad no es una enfermedad sino apenas la irreversible consecuencia de un déficit de testosterona durante la gestación [la hormona que hace que comiencen a crecer los testículos y el cerebro] por una falla en el cromosoma X, secuencia 2928 [que se recibe de la madre], por lo que el proceso de transformar un feto mujer en varón [ya que todos somos mujeres durante el primer mes de gestación], se realiza incompleto, quedando gran parte del cerebro femenino original.
Por esto, la opción real que tienen los homosexuales está entre vivir disimulando o sincerarse, pero jamás la de "cambiar".
El heterosexual no cambia jamás de orientación sexual y sólo el que simula ser heterosexual puede hacerlo. El cambio es tan imposible como cambiarle a las personas los conceptos de olores feos por agradables.
Mi amigo "Chucky" es un colorado misionero con un apellido ucraniano que hace creer que es judío, cuando en realidad es un ateo de familia cristiana. Este sujeto para casarse se convirtió al judaísmo [junto con su pequeño doberman, al que dejó de llamar Ringo para llamarlo Silberman], pero, aunque le creo cuando dice que es feliz si su mujer es feliz, nunca dejó de ser el cristiano "pasivo" casi ateo que conocí. De la misma manera un homosexual se casa, tiene hijos, y cuando nadie lo sospecha cambia de vereda, pero, en realidad blanquea lo que siempre ha sido.
Con el genoma humano descifrado podrán hacerse test de embarazos más precisos que indiquen sexo y algo más para poder suministrarle testosterona adicional a quien la requiera [o algún promotor de testosterona] a partir del segundo mes de gestación, por esto, nuestros homosexuales serán los últimos homosexuales de la historia. Disfrutemos su arte, humor, más toda su creatividad y, quienes sean homofóbicos, siéntense a ver cómo la ciencia comete un genocidio por eugenesia.
Sostengo que la "tolerancia" encierra un peligro similar al de una bomba de tiempo y no para los homosexuales sino para todos [y como se están dando las cosas, va a explotar], porque al no haber ni una cura definitiva, ni una vacuna, los enfermos de S.I.D.A. que se someten al exitoso tratamiento del "cóctel de drogas", pasan a ser usados por el virus como laboratorios vivientes donde ensayar su nueva mutación multirresistente [ya están apareciendo evidencias de resistencia].
El éxito de las drogas nuevas hace que se abandonen los tratamientos y el autocontrol, volviendo a la promiscuidad que es en gran parte responsable de la epidemia y, si causar una muerte es un delito, no entiendo por qué cuando un infectado con S.I.D.A. abandona su tratamiento, no tipificamos ya a su acción, u omisión, como intento de homicidio.

9] Una de las leyes antidiscriminación es la que prohibe los análisis de sangre como requisitos para ser aceptados en los trabajos [se ve que los empleadores no tienen mucha confianza en su autocontrol] pero, no sé si recuerdan que en el segmento dedicado a la prostitución propongo, así como hay D.N.I. nacional y C.I. policial [que no sé para qué sirve] que Salud Pública emita su propia libreta en donde consten todas las enfermedades incluyendo a las de transmisión sexual.
Será obligatorio tener el documento y los test anuales, pero, no lo será presentarlo en los exámenes prelaborales, para sí usarlo con el dentista, o con cualquier compañero o compañera sexual.
No está mal tener sexo casual con dos o tres personas distintas cada fin de semana, sino que en las actuales condiciones eso es suicida y, por argumentos anti-discriminación, no podemos privarnos de ese seguro cuya falta le permite a la epidemia seguir creciendo pese a los avances contra el virus que ya evitan que los infectados se mueran "por" la inmunodeficiencia, aunque, cuando les llegue su hora, se irán "con" el H.I.V. en la sangre.
Esto no es discriminar minorías sino prevenir a favor de los más numerosos homosexuales sanos y no sólo es más barato prevenir que tratar a los enfermos de por vida, sino que ese tratamiento con sus efectos colaterales son también una agonía.
La contradicción entre el derecho de llevar una doble vida y la obligación del análisis para detectar el S.I.D.A. no es tal, sino que el derecho "mayor" a la vida de una "mayoría" se impone sobre un derecho "menor" como la intimidad de una "minoría" y creo que uno puede imponerse civilizadamente sin arrasar al otro.
Así como propongo una sana "indiferencia" entre heterosexuales y homosexuales, estos últimos no pueden ser indiferentes a que la enfermedad se sigue extendiendo y ya es hora de que hagan algo además de ser promiscuos [que no digo que esté mal], aceptando sin protestar el análisis para toda la Nación porque la sociedad tiene miedo de sumarles una ofensa al gravísimo problema de salud que ya tienen "ambos" y no sólo la comunidad gay que está en conflico con toda la sociedad que los ha rechazado, discriminado, y humillado permantemente [yo no, y tengo testigos de lo bueno que soy, pues no discriminé en los quirófanos ni a los putos, ni a los faloperos con S.I.D.A. durante los primeros años de la enfermedad en los que había más ignorancia y miedo].

10] La desaparición del H.I.V. sólo ha ocurrido en las primeras planas de los diarios cuando el "cóctel de drogas" evitó la muerte de los ricos y famosos, pero, que haya dejado de ser noticia no quiere decir que haya dejado de matar gente, ni de seguir mutando.
Si no se cambia rápido de política, indefectiblemente va a llegar el retrovirus multirresistente o la mutación aérea contagiosa [ya están avisados y después no pongan excusas].

Claudio Corniola