[1]
|
Ya sea por cambios tecnológicos o por el agotamiento de ciertos recursos naturales, en Argentina hay docenas de "pueblos fantasma", por lo que el Estado que pierde dinero con sus convictos, no debe construir más cárceles sino cercar a algunos de estos pueblos, e instrumentar un sistema de "deportaciones internas", instalando fábricas para darles trabajo a los ex-reos, llevándose toda su producción. Cuando por lo que fuere un delincuente reincidente sea liberado por segunda vez, ya no podrá pasar a la libertad total, sino a una vigilada en uno de estos pueblos, con vigilancia entre los mismos reos, y con trabajo garantizado.
|