AMBIVALENCIA




 AMBIVALENCIA


  1. En la foto vemos a un desangelado adolescente [googlear: youtube Jamie Transgender Dr. Toby Mayer] de aproximados quince años de edad y, unos cinco años después, con un par de kilos menos, un retoque en la nariz, pómulos, labios, las cejas depiladas, un muy buen maquillaje, y un mejor fotógrafo, vemos a un transexual que podría competir en un concurso de belleza de igual a igual con las más bellas mujeres, pero... no es igual [ni tampoco lo sería si consiguiesen achicarle los huesos y darle un tamaño más femenino, algo que no se ve en la foto, pero sí se ve en el aburrido video hecho sobre su proceso de transformación].
  2. Ni un travesti, ni tampoco un transexual, es igual a una mujer ni lo va a ser, porque sólo es igual a si mismo porque es único, y debería estar orgulloso de ser único, en vez de estar "orgullosa" por ser "aceptada" como una mujer más "en los papeles", o sea en registros y documentos de identidad, que no le van a servir de mucho a la hora de intentar encontrar a una pareja masculina fuera del círculo gay, porque si fuera realmente una mujer que siente como mujer [pese a las simpatías y hermandad que debe haber forjado dentro del entorno gay por compartir pesares, luchas, triunfos y derrotas], por lógica su ideal de pareja no puede ser gay sino heterosexual.
  3. Cuanto más mujer se sienta un gay, más desearía formar pareja con un heterosexual con todos sus defectos incluidos, pero, 100% heterosexual, y esto lleva a un dilema lógico porque un heterosexual nunca aceptaría formar pareja con alguien que tiene su mismo sexo biológico... diga lo que diga su documento de identidad.
  4. Pero, el caso del adolescente de la foto no sólo es excepcional por el espectacular cambio producido en el sentido hombre>mujer sino porque por el contrario el adolescente a esa edad pasa por un período de brutal masculinización que se produce en algunos individuos a temprana edad, mientras que en otros llega más retrasado, lo que entre adolescentes varones genera un problema dramático que la sociedad parece querer ignorar y por lo tanto no adopta ninguna acción defensiva, incluso en el siglo XXI teniendo mucha y mejor información que en los precedentes: entre los adolescentes varones hay más violaciones de las que sufren las mujeres, y la ambivalencia entonces se nos manifiesta con toda su incoherencia: hombres jóvenes que necesitan probar su masculinidad y para ello someten sexualmente a otros hombres.
  5. Por si no quedó claro, tenemos un gran problema, con muchas víctimas, en donde homosexuales violan a heterosexuales, en su mayoría célibes, sin importar que estos delincuentes autodeterminen que su identidad sexual es la heterosexual: por lo que hacen, son homosexuales.
  6. Y la misma omisión "políticamente correcta" se da con los numerosos sacerdotes católicos pedófilos [según un informe interno de la iglesia católica de U.S.A. serían el 6% del total]: No importa si el niño o adolescente abusado es imberbe porque todavía no tiene barba, no terminó de desarrollarse, y por lo tanto se lo ve ambiguo... ¡ el pedófilo al mismo tiempo es un homosexual, y nadie lo dice para proteger el estatus de víctimas de los gays !
  7. Entonces, resulta que también tenemos una comunicación ambivalente... y malintencionada.


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