[A] Primera reunión de la Mont Pelerin Society [ángulo superior derecho en color sepia], del año 1947.
[B] El fondo corresponde a la ampliación del "Ala izquierda" de esa foto, visto desde donde está sentado Hayek [una humilde mesa con mantel, cerca de una estufa, o sea: sin aire acondicionado]. En el centro de esa primera fila de oyentes está su mentor: Ludwig von Mises.
[C] La foto del ángulo superior izquierdo corresponde a la entrega del Premio Nobel que, en realidad, no es entregado por la Fundación Nobel, sino que es una copia del Premio Nobel concedida por los bancos de Suecia.
Antes que nada lean y repitan esta frase que se me ocurrió haciendo un esfuerzo por entender a los izquierdistas que en principio fueron idealistas, pero a los que después el fanatismo los fue reptilizando, para de idealistas pasar a ser cínicos y peligrosos: "El mercado fue el árbol que no les dejó ver el bosque a los sociólogos e intelectuales de izquierda".
En sintonía con las ideas económicas, políticas, y filosóficas de Hayek, en especial con lo que él explica que es una ley, tengo un planteo liberal sobre lo que el Estado debe o no debe ser [después de todo, un sistema político no es otra cosa que un montón de leyes].
Para Hayek una ley "real" no es la voluntad del gobernante puesta por escrito para forzarnos a obedecerla, ni tampoco lo es una norma negociada entre varias fuerzas políticas que representan a diferentes intereses, porque la ley debe ser el espejo de la filosofía con la que cada sociedad transita su vida cotidiana.
Es por eso no se puede hacer una ley sino "descubrirla", pues la ley se basa en los precedentes logrados por un sistema grupal de prueba y error en el que los principios sociales más efectivos son transmitidos de una generación a la siguiente, tales como la libertad, la justicia, el respeto de la propiedad privada, y el cumplimiento de los contratos.
Las principales reglas que le ponen orden a una sociedad no son el producto de un diseño consciente, sino el resultado de una evolución cultural que permite que la mayor parte de las reglas efectivas hayan sido pulidas con el tiempo por medio de la costumbre/tradición y la experiencia, o sea: todo lo opuesto a la improvisación o al cambio subrepticio de leyes que decide algún gobernante que piensa que tiene más poder del que realmente tiene.
Vivimos todo el tiempo siguiendo libremente normas de conducta sociales que no fueron diseñadas ni por sociólogos ni por pretenciosos intelectuales [todos de izquierda], que en gran medida no entienden que el orden espontáneo de los mercados es consecuencia inevitable del orden social que lo precede, y cuya evolución fue racional y siempre dirigida a vivir con libertad, seguridad, e igualdad ante leyes que son generales [lo opuesto a los privilegios]. La única diferencia entre el orden social y el funcionamiento del mercado, es que a este último lo tenemos más presente porque todos los días compramos, vendemos, y trabajamos para terceros, y por lo tanto lo tenemos mucho más estudiado: El mercado fue el árbol que no les dejó ver el bosque a los sociólogos e intelectuales de izquierda.
En síntesis, Hayek descubre que los gobiernos confunden "ley" con legislación. Así la legislación debe limitarse a las reglas generales que garanticen y defiendan nuestra libertad, por lo tanto, si nuestro núcleo filosófico y psicológico es que somos libres y que la sociedad defiende nuestra libertad y seguridad, entonces la ley debe servir para explicitar qué cosas "no hacer", con la finalidad de proteger a terceros, a diferencia del modo actual caracterizado por órdenes dadas a grupos particulares para que cedan parte de su libertad que como contrapartida se expresa en la adquisición de privilegios para otros, donde el ejemplo más común es no poder disponer libremente de nuestro dinero obtenido legalmente, porque más de la mitad nos es arrebatado vía impuestos directos o indirectos.
¿ Cómo solucionar esto ?: Pues bien, hay que partir porque el sistema no puede ser unitario, porque yo lo veo fuertemente relacionado con el instintivo miedo a lo desconocido, o sea: es como una ramificación que implica que incluso un grupo de idiotas va a preferir ser gobernado por un idiota cercano al que conozca, antes que ser gobernado desde lejos por alguien inteligente pero al que nunca se lo va a ver. Aunque sabemos que el miedo en general no es zonzo, y la persona inteligente puesta a gobernar, incluso puede ser honesta y solidaria, pero va a ser más honesta si se le mira de cerca todo lo que hace.
Pero resulta que tampoco el sistema del poder puede ser federal, pues ninguno de los dos diseños de Estado fue una creación espontánea surgida de la sociedad y, en el caso argentino peor: nuestro sistema constitucional fue importado de U.S.A. en donde rara vez ha funcionado bien, pero, incoherentemente manteniendo una justicia derivada del antiguo derecho romano. Obviamente el sistema funcionaría mejor con el "common law" [consuetudinario y casuístico], que con nuestra ensalada romana con positivismo francés, y funcionaría mejor por dos vías: primero la de las instituciones políticas y, segundo, por una justicia más independiente y eficaz, con jueces comprometidos con la justicia en vez de con el poder, con la excusa de que "la ley es la ley" y ellos no pueden hacer nada ni medianamente justo porque deben obedecer las leyes que los políticos nos vomitan por centenares cada año.
La solución para esto es la "multi-democracia" y permitir que el orden espontáneo comience a emerger libremente Ver: "25 artículos para una Constitución multidemocrática".
En cuanto al sistema electoral, Hayek ha mencionado que libremente los pueblos han elegido a tiranos, y yo le agrego que por sobre estos, también han elegido a sus caprichosos y contradictorios dioses [con estos dioses, el verdadero "milagro" fue salirnos de la edad media]. Si la información es imposible de recolectar por los gobiernos que pretenden imponernos una economía centralizada, para el ciudadano recolectar la información para decidir cómo integrar a esos gobiernos, no sólo es imposible... ¡ no existe !, o existe pero es improcedente, por ejemplo, informarse sobre toda la historia de un Estado no nos dice nada ni remotamente aproximado a lo que pueden llegar a hacer sus políticos en el futuro, aunque ya casi desterradas las locuras como el nazismo y el leninismo-stalinismo, y siendo cada vez menos utilizada en el primer mundo la numerología incoherente keynesiana [ya doblemente refutada en teoría y en los hechos], hay cierto grado de previsibilidad, aunque... ¿ quién hubiera imaginado que el "Consenso de Washington" se extinguiese sin haber encontrado ni a un solo buen ejecutante, dándole pié a la opuesta ola del socialismo resucitado del siglo XXI ? [Haciendo una doble salvedad: Washington nos tiene a todos pesados y medidos, y no necesita una supercomputadora para predecir qué cosas harían todos los gobernantes al sur del Río Bravo una hora después de que sus parlamentos les diesen el "O.K." para comenzar a privatizar, porque los primos del norte anhelan llevar la democracia y la libertad a todo el mundo, pero primero están sus negocios y, cuando se trata de hacer dinero... "no mercy", y al espíritu libertario del consenso lo cajonearon hasta pudrirse, y si esos pueblos optaron por líderes corruptos, es su problema... y que se jodan].
En cierta forma no intencional, pero aceptemos que por fatal arrogancia y por una alta cuota de corrupción mixta, entre ideólogos y ejecutantes, el neoliberalismo le terminó clavando un puñal por la espalda al liberalismo, y los únicos que se lo pueden quitar son Mises, Hayek, Rand... y yo, que no soy un genio a la altura de estos monstruos intelectuales, pero lo que yo cuestiono de las democracias se debe resolver antes que cualquiera de todos sus planteos, desde los más simples, hasta los más brillantes.
Debido a que la democracia falla reiteradas veces porque no puede autodepurarse "en tiempo real", sino con "delay" [con suerte... algo que Argentina no tuvo, visto que el voto en contra del kirchnerismo llegó después de que ganara tres elecciones presidenciales], la solución está en votar sobre lo que es imposible que no se tenga información, por ejemplo, con los docentes votando autoridades y políticas docentes, médicos votando a médicos, y finalmente: economistas votando a economistas, con sus propios congresos y sus propias leyes, de modo que todos los votantes podamos ejercer un voto "autocalificado", y que todos los votados se hagan cargo automáticamente por todo lo que hayan hecho, gracias al voto de censura o al derecho de revocatoria.
Aquí únicamente nos faltaría inventar un aparato que haga sonar una alarma cuando detecte una falla de la democracia, porque si no tenemos una máquina imparcial y externa, completamente ajena al sistema, la única opción que nos queda es votar, y resulta que el voto fue precisamente lo que le facilitó llegar al poder al que hizo fallar a la democracia. ¿ Complicado... no ?
El que la decisión sea votando entre congresistas que aprueben un juicio político, o entre los jueces de la Corte Suprema, no cambia "la cosa", y ésta es que votar no sirve, pues el voto tiene una sóla función: evitar que nos matemos para terminar una dicusión, o tratando de definir el reparto del poder en donde sea, desde clubes de fútbol, hasta países. Después de todo si nos vamos a matar, es casi seguro que ganará el bando que tenga más gente, por lo que votar es una especie de "rendición": se renuncia a defender una postura que subjetivamente se considera correcta, a cambio de la paz. Incluso lo subjetivo puede ser objetivo: Mises demostró que el socialismo era inviable, y esos tercos siguieron medio siglo tratando de resolver la cuadratura del círculo, y Hayek rebatió punto por punto al trabajo de Keynes... y siguen apareciendo a diario keynesianos, socialistas, y comunistas, porque la verdad es un valor despreciable cuando se tiene la mayoría, y lo perverso de la democracia es que no triunfa la verdad sino la mayoría que, en el colmo de la imbecilidad, se autojustifica: "el pueblo nunca se equivoca", entonces... ¿ por qué cambian los gobiernos, no deberíamos votar únicamente cuando muere un líder para seleccionar a un sucesor ?
La multi-democracia permite ver competir los estilos de conducción y gestión de cada ministerio, y comparar los resultados entre los mismos ministerios de distintas provincias, o incluso, entre diferentes ministerios de una misma provincia, al final del año cuando se presentan los balances.
Este tipo de competencia no nos puede perjudicar, sino todo lo contrario, porque lo que nos perjudica es la duración de los mandatos, las reelecciones, y la "cartelización", que implica que en una democracia que reparte diputados y senadores proporcionalmente [aprox.], sin embargo permite que el poder ejecutivo sea copado en un 100% ni por una alianza, ni por un partido, ni por una línea interna de un partido... sino por una sola persona, con todos sus ministros/satélites trabajando para ella, y no para sus conciudadanos. Para colmo, siendo solidarios internamente encubriendo unos las negligencias o delitos de los otros, o sea: operando como un cartel, o como una "familia" siciliana de la mafia.
Finalmente, si afirmo que el Estado no puede ser ni unitario ni federal... ¿ cuál es la salida ?: La salida es la sinceridad descarnada. Por ejemplo, si los docentes deciden que existiendo un ministerio de educación por provincia, el tener un ministerio nacional es un gasto improductivo que puede redireccionarse hacia donde haga falta, entonces la educación será democráticamente federal con "cero" intromisión estatal porque dejaría de existir ese ministerio. Por otro lado, cuando los médicos se percaten sobre que los mosquitos no entienden de fronteras provinciales, y que existiendo un Ministerio nacional de Salud, obviamente implican una gasto redundante todos los demás ministerios provinciales, pues democráticamente el sistema de salud pública será unitario, cerrando los burocráticos ministerios de salud provinciales en donde nunca se atendió ni curó a nadie.
Esto demuestra con una lógica simple de asimilar [o sea: no gasten menos, sino gasten mejor] que, al menos hoy, gobernar bien comienza por achicar el Estado, y este procedimiento no sólo debe aplicarse a cada ministerio redundante, sino que puede aplicarse a cada empresa estatal, eliminando gastos injustificables, y frenando a la corrupción cuando genera metástasis, o sea: siempre habrá corrupción mientras se tengan empresas públicas, pero este modelo de Estado no le da mucho margen para expandirse y, el mejor ejemplo, es que en vez de tener una aerolínea de "Bandera", que cada provincia tenga su propia aerolínea local de "Banderita", pagando con su propio dinero si la gestiona mal y tiene déficit y, a la provincia que no quiera tener una aerolínea, que no se la obligue desde el poder central a poner ni un solo peso.
Con esto espero haber completado y traducido a las necesidades de Argentina, el cristalino pensamiento de una de las mentes más brillantes, y dignas de admiración, del siglo XX.
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