SHADOW GABINET2: JOSE LUIS ESPERT


  1. José Luis Espert es otro economista que va derecho a mi "Shadow Gabinet". A seis meses del inicio de la gestión Macri, siempre crítico, claro-clarísimo, liberal ortodoxo combativo, pero, ya sin el nivel de acidez corrosiva que exhibía en cuanto choque televisivo tuvo con los impresentables lenguaraces "economicómicos" kirchneristas, verdaderas ametralladoras de mentiras, slogans, y números irracionales que muchos creyeron hasta que la cuenta les dió que Argentina tenía menos pobres que Alemania, y yo apostaría a que además de haber suavizado su acidez, posiblemente después de haberse tomado un tecito de tilo, Espert dijera que "en materia económica, el PRO es el kirchnerismo pero con buenos modales", pero... que estaba tranquilo con la evolución de una economía que no arranca aunque ya deja de caer, con un dólar controlado, y con una inflación que tiende hacia la baja, y pese a confirmar que Macri se apostó todo a tratar de sacarle jugo a las piedras solamente con el arte de gestionar con prolijidad lo que quedó después del saqueo kirchnerista, según sus palabras: "me di cuenta que Cambiemos no quiere un cambio sino una continuidad armónica", y eso explica que aunque los opositores repitan hasta el cansancio que Macri aplica las recetas de ajuste neoliberales y que gobierna para los ricos, al final en materia económica, el PRO poco ha desarticulado de los mamarrachos del kirchnerismo post Lavagna-Redrado, y el mayor cambio se ve en las formas: buenos modales que se entienden como un intento de unir en vez de separar, de no ocultar información, de no señalar con el dedo acusador a los que piensan distinto, no abusar del control de los medios oficiales, etc.

  2. Yo quiero un cambio de rumbo, pero, pasar de Kicillof a Rand o Rothbard, es imposible, y creo que el rumbo implica seguir adelante por un camino que se inicia en Cristina Fernández de Kirchner [es un hecho el que nunca en nuestra historia hubo menos activismo comunista que durante su gobierno, por cierto por causas internas, pero también determinantes causas externas], el segundo paso ya dado es Macri, el próximo paso [que para mí será el del "milagro argentino"] será el de un gobierno hayekiano, y sólo después John Galt podría ser el presidente de Argentina.

  3. Espert, saliendo de mi especulación sobre el futuro, reclamó cambiar ya mismo el rumbo en 180° porque, si no se hacen las cosas consistentemente, vamos a volar por los aires en algún momento de los 5 a 10 años, y si bien obviamente hay que pagarles lo que les corresponde a los jubilados, tenemos una peligrosa situación fiscal previa con un déficit que es el mayor en el último medio siglo. Y lo más peligroso es que el gobierno quiera compensar al tarifazo con populismo, y si no le funciona el blanqueo para atraer los dólares necesarios, va a meter la mano en el "Fondo de Garantía de Sustentabilidad", que no está para cubrir gastos, sino que pertenece a los aportantes activos, a los que ya se les robó plata en 2008 cuando se eliminaron las AFJP. "El gobierno de Mauricio Macri puede llegar a tener el déficit fiscal bien medido más grande del último medio siglo desde la segunda guerra mundial".

  4. "Cuidado con emitir pesos contra reservas porque es tan inflacionario como emitir pesos contra adelantos transitorios. La actividad está cayendo desde principios del último trimestre del año pasado. La buena noticia sería que la economía deje de caer, pero no va a haber crecimiento... no se puede andar diciendo que a cinco meses de experimentar la quinta crisis en cuarenta años de pronto sale el sol: Mentir tampoco es la solución".

  5. ¿ Qué implica cambiarle el rumbo 180°, al modelo kirchnerista que, pocos lo recuerdan, se autodefinía como "Modelo productivo de matriz diversificada con inclusión social" ?, que, para ser franco, no sé que cuernos significa, pero, sí sé lo que hicieron, y eso se puede cambiar. Bueno, más bien lo que pretendieron hacer fue demostrar que J. B. Say estaba equivocado, y luego sin la "Ley de los mercados de Say", los liberales tendríamos que dejar de opinar de economía por ignorantes. Para ello resucitaron por enésima vez a Keynes [recordemos que Keynes le dió a los antiliberales su único triunfo de la historia, pero en un marco como el de la segunda guera mundial en donde hay una falsa plena ocupación por el esfuerzo industrial bélico, y por las cantidades de trabajadores enviados a combatir, y que se estiró durante la posguerra hasta puntualmente el año 1973].

  6. Así fue como entusiasmados con la nueva ["nuevísima"], teoría económica de Axel Kicillof, se pusieron laboriosamente a hacer funcionar la impresora de billetes para ampliar la base monetaria y alentar al consumo, que devendría en un aumento de la producción, o sea: al revés de la postura liberal que sostiene que la producción lógicamente viene antes del consumo, y que el incentivo para producir debe ser reducir impuestos y sobre todo eliminar regulaciones, y eso finalmente es el giro de 180°: pasar de una economía de demanda [consumo], a otra economía de oferta [producción].

  7. Wilfred Trotter dijo que la mente rechaza una nueva idea con la misma fuerza que el cuerpo rechaza una proteína que le es extraña y se resiste a ella con similar energía. Quizás no sería descabellado decir que una idea nueva es el antígeno de más rápido efecto que conoce la ciencia. Si nos observamos con sinceridad descubriremos que con frecuencia hemos empezado a atacar una nueva idea antes de que haya terminado de ser formulada. Pues bien, está claro que no son nuevas, pero, a fuerza de no ser utilizadas, resulta que las soluciones liberales están para ser reestrenadas, más allá de lo que popularmente se denomina "ajuste" generalmente adjetivado como neoliberal, cuando todos los gobiernos populistas han hecho muchos más ajustes, torpes, insuficientes, y enmascados tras toneladas de excusas. Un ajuste clásico no es de derecha ni de izquierda, sino de sentido común forzado porque a los políticos el sentido común les causa alergia y, en vez de ir en busca de la estabilidad, inyectan dinero, bajan las tasas de interés, y se embarcan en grandes proyectos de obra públicas... ¡ en los años electorales !, para ajustar sus gastos el año siguiente, cosa que los ineptos kirchneristas creyeron que podían hacer durante doce años, y que además de ineptos fueron pedantes pues con sus carpetas llenas de números dibujados, pretendían mostrarse ante el mundo como los vencedores finales en el debate contra los liberales. Pues bien amigos aprendices de hechiceros a los que no les gustan los gobiernos que ajustan sus gastos con sus ingresos, pues funden un partido de magos, ganen una elección, y después hagan un desajuste si tanto les gusta.

  8. El sentido común sugería hacer una auditoría del desastre que dejaron los kirchneristas, y luego exponer cuál va a ser la política de sinceramiento de las tarifas de los servicios públicos: frontal, gradual, sectorial, etc., pero ajuste al fin y no negociable, aunque la opción "sectorial" si bien evitaría que los opositores repitan hasta el estallido testicular eso de "Macri gobierna para los ricos", pues es bastante inmoral, siendo lo correcto el pago proporcional al consumo y punto, sin dividir a la sociedad en castas. Me parece indicado ejemplificar esto con la siguente anécdota del actual presidente ruso:

    • Hace unos años el rey de Arabia visitó a Putin en Moscú, y antes de partir le dijo que quería comprar una gran parcela y edificar, con dinero totalmente árabe, una gran mezquita en la capital rusa.

    • "No hay problema", le contestó el ruso, pero le puso como condición que autorice a que se construya, también en su ciudad capital, una gran iglesia ortodoxa.

    • "No puede ser", dijo el árabe.

    • "¿Por qué?", preguntó Putin.

    • "Porque su religión no es la verdadera y no podemos dejar que se engañe al pueblo".

    • "Yo pienso igual de su religión y sin embargo permitiría edificar su templo si hubiera correspondencia, así que hemos terminado el tema".

    • El 4 de agosto de 2013 el líder ruso se dirigió al parlamento en Moscú con este discurso acerca de las tensiones con las minorías étnicas:
      "¡ En Rusia vivid como rusos ! Cualquier minoría, de cualquier parte, que quiera vivir en Rusia, trabajar y comer en Rusia, debe hablar ruso y debe respetar las leyes rusas. Si ellos prefieren la Ley Sharia y vivir una vida de musulmanes les aconsejamos que se vayan a aquellos lugares donde esa sea la ley del Estado... Rusia no necesita minorías musulmanas, esas minorías necesitan a Rusia, y no les garantizamos privilegios especiales ni tratamos de cambiar nuestras leyes adaptándolas a sus deseos. No importa lo alto que exclamen que hay discriminación, no toleraremos faltas de respeto hacia nuestra cultura rusa. Debemos aprender mucho de los atentados suicidias en América, Inglaterra, Holanda, y Francia, si es que queremos sobrevivir como nación. Los musulmanes están venciendo en esos países, y no lo lograrán en Rusia. Las tradiciones y costumbres rusas no son compatibles con la falta de cultura y formas primitivas de la Ley Sharia de los musulmanes. Cuando este honorable cuerpo legislativo piense crear nuevas leyes, deberá tener en mente primero el interés nacional ruso, observando que las minorías musulmanas no son rusas".

  9. Pues bien, Argentina es un país de derecha, lo hizo grande la derecha, y lo hicieron descender hasta el infierno los izquierdistas, primero los radicales yrigoyenistas, y sobre llovido llegó la peor inundación totalitaria, fascista, populista, inflacionista, y corrupta, elucubrada por el coronel pedófilo Juan Domingo Perón y sus discípulos posteriores como Menem, Kirchner, y Fernández de Kirchner. Entonces, al "estilo Putin": si quieren hacer populismo, háganlo pero con su dinero, y no con el mío. Dejen que se instale una villa de emergencia en su barrio, y no en el mío. Y si el gobierno PRO va a traer sirios, que sean ateos, y que se adapten [entre otras cosas] a que en Argentina las mujeres no son esclavas de sus esposos.

  10. Si tenemos un país liberal no podemos negar la llegada de inmigrantes, sea o no sea sirio-libanesa la bella esposa del señor presidente. Esto va más allá de tener buenos modales "internacionales", o ser solidarios y generosos, que no es lo mismo que ser altruístas. "Altruísmo" implica que uno debe sacrificarse por el otro, pero yo no tengo que pagar más impuestos para hacer viviendas económicas para dárselas a los inmigrantes [ni árabes, ni de países limítrofes], ni tengo que regalar el espacio de recreación de mi ciudad [por más pelotuda recreación que sea] para que nuestros queridos hermanos del interior edifiquen allí villas de emergencia verticales. Por ejemplo, yo puedo ser solidario y acojer en mi casa a la familia entera de un vecino con cinco hijos al que se le incendió la casa, pero, altruísmo es entrar al fuego a rescatarle a la familia sabiendo que no voy a poder salir, y que por lo tanto voy a morir dejando huérfanos a mis hijos. Es cierto que la vida de cinco niños vale más que la de un adulto pero... ¡ ni a un bombero se le puede exigir un acto suicida !, por lo tanto, que el acto altruísta lo haga el padre o la madre. o sin ser tan tremendistas: que los techos para los hijos de los inmigrantes y "okupas", se los paguen sus padres, igual que el terreno, mientras que yo me ocupo de mis hijos [fue una verdadera pena que el ex-presidente Kirchner se haya muerto sin haber asesorado a todos los okupas para compar terrenos en Santa Cruz al excelente precio al que los adquirió él].

  11. La impensada denostación del altruísmo, y en opuesto, la exaltación del egoísmo, fue una iluminación brillante de Ayn Rand que incluso a muchos liberales les cuesta defender, pero, que voy a desarrollar en las posdatas del mes de agosto, aunque como adelanto, hay que resaltar que es una cuestión extraeconómica e invicta: nadie puede refutar los argumentos de Rand, contentandose con utilizar una estrategia baja conocida como la del "espantapájaros" con la que se reversionan las palabras del oponente haciendo una especie de caricatura de sus palabras, y luego se ataca a esa caricatura, algo así como decir que Leonardo Da Vinci era un mal pintor, y ofrecer como prueba una fotocopia en blanco y negro de la Gioconda. Para el caso de Rand, se la acusa de ser desalmada, carecer de generosidad, de combatir la fraternidad, y de no ser solidaria, al mismo tiempo que cínicamente, nadie asume su propio egoísmo, ni que publicitan una sociedad igualitaria en donde algunos van a ser más iguales que el resto de la sociedad. Ayn Rand no le prohibe a nadie ser solidario ni generoso, y tiene muy buenos argumentos para afirmar que si el bombero del ejemplo anterior decide perder la vida en su trabajo, es porque se trata de un demente, y ella simplemente propone que usted sea solidario con quien quiera, pues ella lo va a ser con quien prefiera, en vez de que un político decida con quien todos debemos ser solidarios de manera cohercitiva, por ejemplo, cediendo nuestro territorio comunitario para que los ocupas puedan escriturarlo como propio [tómese nota del contrasentido: los liberales defendemos los terrenos comunitarios, y los pobres okupas excluídos defienden a la propiedad privada, pero, si es "gratuita"].

  12. Los progresistas/izquierdistas impusieron a su cínica moral como el estandard políticamante correcto: ellos van a repartir lo que no es de ellos, y si usted defiende lo que es suyo, entonces va a ser acusado de ser un antipatria poseído por el demonio. Para peor, impusieron a su jerga y hay que vivir con el diccionario del progresismo en el bolsillo para no verbalizar algo posible de sanción por parte del Inadi, algo como decirle "negro" a un negro [hombre de color], o "indio" a un indio [pueblo originario], o "puto" a un puto [gay, o sea: "puto" pero en inglés].


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