Voy a confundir un poco las cosas: Para nosotros los liberales coherentes [los que hablamos y actuamos como liberales] a diferencia de los izquierdistas conspicuos [que hablan como socialistas, progresistas, o peronistas, pero viven como oligarcas capitalistas], todo lo colectivo nos aterra: la masa no piensa, no entiende, no dialoga, jamás se hace cargo de sus errores, es compulsiva, bipolar, y sumamente intolerante con los opositores, los disidentes, y las minorías, por eso el colectivismo que adula y se retroalimenta en la masa es la peor calamidad que puede padecer una sociedad.
Esta es mi definición y Hayek hubiera coincidido 100% con ella: nada bueno puede salir de "la colmena", sin embargo, Hayek explica, y tiene razón, sobre que las leyes no son la voluntad de los legisladores, aunque solemos creer que su voluntad es ley por estar largamente acostumbrados al autoritarismo, cuando en realidad el legislador plasma, redondea, emprolija, y define con precisión técnica, lo que está funcionando bien en la sociedad por acuerdos tácitos que respetan tradiciones fuertemente arraigadas entre sus ciudadanos.
Entonces el legislador no inventa sino que descubre una ley, racionaliza sus principios, pero no le impone a su sociedad su voluntad, luego, la ley es un fruto colectivo transgeneracional, pero colectivo.
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Creo que la solución es que la masa en caliente es peligrosa, revolucionaria, y vandálica, pero en frío, con tiempo para el ensayo y error, una sociedad encontrará mejores soluciones que una sola cabeza.
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Aunque está claro que ni a dos mil matemáticos y físicos juntos se les ocurrió la "Teoría de la relatividad" salida de la única cabeza que tenía Einstein.
El orden espontáneo hayekiano no es incompatible con los aportes de los genios solitarios, de hecho, Hayek es uno de esos raros genios irrepetibles que han beneficiado, no sólo a su sociedad, sino a toda la humanidad. Siendo muy raro encontrar en el registro histórico a tiranos que hayan sido genios, donde creo que solo se puede contar a Napoleón, pero, ¿ qué hizo Napoleón además de andar a los cañonazos por toda Europa ?... pues hizo el famoso "Código Napoleón", y nuestro sistema legal le debe mucho a ese código civil
francés y, a su vez éste está en deuda con el Código Justiniano, que no inventó nada, porque el
derecho romano [uno de los mayores logros de Roma] llevaba siglos de evolución espontánea "hayekiana", siendo muy
superior a las leyes contemporáneas salidas de una sóla cabeza, ya sea la de un gran juez, o la de un meticuloso monarca.
Pareciera que el concepto de lo que es una ley según Hayek se aplica más al derecho consuetudinario o "Common law" de Inglaterra y U.S.A. que al derecho positivo de Francia, Alemania, o el de Argentina que copia el presidencialismo de U.S.A. y lo mezcla con el sistema legal europeo.
Pese a esto, el delirio de grandeza de los legisladores que quieren dejar su nombre en la historia como los creadores de alguna ley, termina produciendo estas leyes:
En Francia es ilegal ponerle a un cerdo el nombre "Napoleón". [Como el protagonista de la novela: "Rebelión en la granja" de Orwell].
En Inglaterra pegar una estampilla con la cara de la reina al revés, es traición a la patria.
En la ciudad de Buenos Aires es ilegal tener a un cerdo por mascota, pese a que no ensucian más que un Gran Danés.
En San Miguel, Provincia de Buenos Aires, está prohibido besarse en las plazas [¿ a las mascotas que copulan delante de los niños, las acribillan "en el acto" ?
Hay centenares de leyes absurdas y desopilantes por todo el mundo, algunas son espantosas como las del mundo musulmán, pero, hay muchas más leyes ilógicas, por ejemplo en Canadá es ilegal llamar a una persona utilizando los pronombres masculino y femenino, si ella tiene una orientación sexual anormal. También está prohibido el uso del plural del pronombre masculino [que sirve como genérico], y poco faltó en Argentina para que CFK nos obligue a utilizar el "todos y todas".
El idioma y sus leyes gramaticales son el mejor ejemplo de las leyes hayekianas, porque el idioma es libre, no es de nadie, lo generamos todos, y es una evolución histórica viva, y entonces ya sabe la izquierda lo que puede hacer con su último delirio: tratar de imponernos el "todes" para ya no decir "todos", y al todavía más ilógico por impronunciable "todxs", guárdenselo en el culx.
Finalmente como corresponde para homenajear a este enorme luchador, economista, sociólogo, historiador, aquí les dejo siete leyes de mercado... ¡ dictadas por nadie ! [la traducción es mía]:
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