Frank Bunker Gilbreth [07/07/1868 - 14/06/1924] fue un pionero de la organización científica y el estudio de movimientos y factores humanos. Después de la secundaria, Gilbreth se inició como aprendiz de albañil, llegó a ser contratista de obras, luego se convirtió en un inventor, y finalmente en ingeniero. Fue profesor en Purdue University, se casó con Lillian Evelyn Moller y tuvieron 12 hijos. Según sus biógrafos [dos de sus hijos] el vuelco hacia el estudio de los movimientos y la optimización del trabajo ocurrió cuando siendo contratista de obra quedó atónito al ver a los obreros perder el tiempo y cansarse de más, al descargar ladrillos de un camión, circulando cada uno cargando cierta cantidad de ladrilos, en vez de quedarse estáticos en línea para arrojarse los ladrillos como se hace en la actualidad, haciendo circular a los ladrillos en vez de a las personas.
Esto dio como resultado el estudio que realizó, con su esposa, sobre los hábitos de los operarios y oficinistas en todo tipo de industrias para encontrar maneras de incrementar las ganancias del empleador y hacer la labor del trabajador más eficiente y menos cansadora.
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Este es el escenario fabricado por Gilbreth en donde filmaba y cronometraba a todos los trabajadores para hacerles repetir sus rutinas y ver los movimientos innecesarios.
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Las películas de Gilbreth sirvieron al ejército de Estados Unidos durante la Primera Guerra Mundial para encontrar maneras más rápidas y eficientes de desarmar, limpiar/reparar, y rearmar fusiles incluso en una completa oscuridad. Gilbreth redujo estas tareas en 17 movimientos a los que llamó "therbligs" [Gilbreth escrito casi al revés].
Gilbreth fue el primero en proponer la posición fija de los cirujanos, y llevó a crear la instrumentación quirúrgica, convirtiendo a una cirugía en un trabajo de equipo [sin conocer las investigaciones de Gilbreth, en Argentina el Dr. Bosch Arana -mi escuela-, por la misma época y sin filmaciones cronometradas, había adoptado la misma solución].
A diferencia de Frederick Winslow Taylor concentrado en la velocidad y automatismo de los trabajadores, los Gilbreth trataron de enseñarles a los empresarios que todos los aspectos de un lugar de trabajo tienen que estar constantemente cuestionados e implementado mejoras, y que los movimientos repetitivos tayloreanos podrían ocasionarle lesiones al trabajador. Esta visión completa de los procesos laborales convierte a Gilbreth en el primer coach de equipos [la diferencia entre Gilbreth y Heidegger no es la que hay entre el día y la noche, sino la que hay entre la luz y la nada absoluta], con Gilbreth incluso superando al famoso pionero Henry Ford inventor [adaptador] de la línea de montaje, que en poco se diferenciaba del proceso utilizado en los mataderos de Chicago para faenar al ganado que entraba vivo y salía hacia las carnicerías cortado y empaquetado. [Nota: En uno de los barrios más humildes de la Ciudad de Buenos Aires llamado "Mataderos", debido a su casi única actividad comercial, el típico club barrial de ligas menores de fútbol se llama "Nueva Chicago"].
Por cierto, Henry Ford no se hizo injustamente famoso: él no buscaba ni la velocidad de Taylor, ni la eficiencia de Gilbreth, sino que con una fusión de los aportes de ambos [más el ya mencionado de los carniceros] buscaba llevar sus productos mediante el mayor ahorro posible, hacia un mayor número de consumidores, obviamente agradecidos, al igual que sus trabajadores que fueron los primeros en tener jornadas laborales reducidas, fines de semana de descanso, y excelentes motivaciones para trabajar rápido, eficientemente, y aportar propuestas para el mejoramiento y evolución permanente de los procesos productivos gracias a una genialidad exclusiva de Ford [y no de los sindicatos]... ¡ aumentos de salarios !
El ícono del taylorismo fue el cronómetro [caricaturizado en la película "Tiempos modernos" de Chaplin], mientras que los Gilbreth optaron por mejorar las maniobras al reducir los movimientos pues atendieron al bienestar de los trabajadores, y encontraron que la clave para mejorar la eficiencia en el trabajo era eliminar los movimientos innecesarios. Sus esfuerzos para reducir la fatiga incluyeron el rediseño de herramientas, el ajuste de la altura de los escritorios y sillas, lo que inició los estudios de la actual ergonometría.
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Gilbreth usaba a su mujer e hijos en sus experimentos, los que están graciosamente expuestos en la biografía titulada como "Cheaper by the Dozen" [Más barato por docena], escrita por sus hijos Frank y Ernestine, el que inspiró a dos películas, la primera en 1950 con Clifton Webb y Myrna Loy, y la segunda del año 2003 con Steve Martin y Bonnie Hunt, sin referencia con el libro, salvo por la familia con doce hijos, y el apellido que tiene Hunt en el film: Gilbreth.
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