El humor es un claro indicador de inteligencia, en cambio la payasada es física, pero además se trata de la inteligencia en bruto, o sea desprovista de todo: de cultura, empatía, memoria, responsabilidad, miedo, límites y, sobre todo, de literalidad.
Las payasadas son muy difíciles porque caminan al borde de la estupidez, y a la inversa del humor que funciona con espontaneidad, para que una payasada sea buena, tuvo que ser pensada y ensayada casi profesionalmente.
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El humor es un juego mental y su casi exclusiva única regla es el absurdo, aunque hay otras reglas como la de actuar con velocidad o repentización [no sirve un chiste mucho tiempo después de lo que sea que lo haya motivado], con originalidad, valentía, y autocrítica, entre otros condimentos.
La ironía es una forma de humor muy poco efectiva pues funciona en negativo, ya que no busca hacer reír sino como efecto secundario.
La principal intención de la ironía es demostrar enojo y herir, diciéndole a alguien delincuente, cínico, tonto, etc., indirectamente sin utilizar esas palabras, y únicamente se puede hacer reír a quienes quisieran decir esos agravios, pero no se animan.
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La mejor ironía que dije en mi vida fue haciendo un trámite burocrático previo al pago de un impuesto. Yo tenía el dinero pero el trámite exigía irracionalmente la fotocopia de mi documento de identidad, y en esa oficina se negaban a ofrecerme su fotocopiadora. Debido a esto tuve que salir de ese edificio hasta encontrar un comercio que hiciera fotocopiados, y tuve que hacerlo bajo una lluvia torrencial, volviendo completamente mojado a cerrar el trámite ante la misma vieja y terca empleada, con quien tuve el siguiente diálogo, con el sonido de la lluvia y los truenos como fondo:
Empleada: ¿ Está lloviendo afuera ?
Yo: No, la gente por la calle me escupía... [y un jóven empleado que escuchaba el diálogo, ¡ se cayó de la silla !].
Pues bien, analizando el humor, cualquiera se puede dar cuenta de por qué son tan diferentes la izquierda y la derecha, o sea: porque son diferentes sus tipos de enojos. Por ejemplo, yo me puedo enojar si se me rompe un vaso, pero ante un accidente similar, hay otros tipos de personalidades que se enojan con el vendedor que no les vendió un vaso a prueba de caídas desde lo alto de las mesas. Otro ejemplo muy común es que usted se puede enojar cuando tratan de mentirle, pero hay otras personas que se enojan y ofenden [y tanto como para pasar a la violencia física] si usted los cuestiona o directamente no les cree sus mentiras.
UN TIO BLANCO HETERO: Este originalísimo personaje ha sido creado por un autor horrorizado por la penetración izquierdista en campos extra-políticos en los países en donde en la competencia política no triunfan casi nunca sino excepcionalmente y de la mano de líderes moderados. La izquierda derrotada políticamente ha elucubrado lo "políticamente correcto", resurgiendo de la extinción a la que se encaminaba desde la caída del Muro de Berlín, la U.R.S.S. y la voltereta del P.C. chino hacia el mercado.
Creo no estar muy equivocado al justificar a lo "políticamente correcto" como un relajamiento de la derecha triunfante tras la larga guerra fría, algo como: "Ya tenemos lo que queríamos, entonces podemos ser generosos y regalarles algo a los izquierdistas, y tal vez con esto se calmen y hasta se vuelvan derechistas".
Pero, lo políticamente correcto se convirtió en una "Caja de Pandora", y UTBH nos hace un excelente resumen del horror, sobre todo en U.S.A., Canadá, y España, indignado, enojado, y sobre todo perplejo por el punto hasta el que ha llegado no sólo la penetración izquierdista, sino su soberbia y cinismo descarado [en Argentina tenemos una palabra para esto: "caradurismo"], pero... ¡ UTBH no pierde nunca el sentido del humor !
Si recuerdan la lista de ingredientes del humor, recapaciten sobre la cuestión de los límites, pues bien, se suele creer que la gente de derecha es la más afín a poner límites, porque estos dejan las cosas estáticas, y el mismo preconcepto errado corre para la experimentación: Revisen la historia y comprobarán que cada vez que ha caído un paradigma, generalmente fue alguien de derecha.
Punto final antes de sugerirles cuatro videos obligatorios del incomparable púgil invicto UTBH y su noqueador directo de derecha: Una divisoria más entre izquierdas y derechas es la que está entre las "mentes abiertas" y las "mentes cerradas", pues bien, esta dicotomía no tiene una mierda que ver con nada mental, porque "mentes abiertas" es un eufemismo para no decir "nalgas abiertas", o sea experimentación sexual y obviamente promiscuidad, mientras que los derechistas tenemos las nalgas bien apretadas y el culo contra la pared.
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Pronombres trans y doctrinas totalitarias
[El caso Lindsay Shepherd].
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Micromachismos y macrogilipolleces.
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La mentira feminista del género.
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Políticamente correcto.
Orígenes y formas de la enfermedad.
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Indice feminazi
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