Una frase definitoria de Derrida, presente en su libro sobre la gramatología, es "Nada hay fuera del texto", una frase que si se aplica a la gramatología [algo que no es "gramática", sino el nombre pomposo para una ciencia que no existe sobre la forma de interpretar textos] pues bien, resulta ser una estúpida perogrullada, o sea: para la ciencia que estudia los textos, no importa para nada lo que no esté escrito. Obvio: al analizar los cimientos de un edificio, los ingenieros no miran las macetas que hay en los balcones, sino los cimientos, y lo demás no les importa para nada.
Entonces, la famosa frase de Derrida en realidad tuvo que ser traducida desde el francés al castellano como: "Nada me importa si no está escrito", con lo que deja de ser una estúpida perogrullada pero nos revela su verdadera naturaleza cínica, porque los filósofos, los psicólogos, y los comunistas, se la pasan haciendo exactamente lo contrario, o sea: sobreinterpretando y fabulando afirmando encontrar en los escritos ajenos cosas que no hay, llevando al buen arte de saber leer entre líneas, al mezquino insulto encubierto que implica el acto de tergiversar, o peor... sacar de contexto
para que al adversario lo ataquen sus propias palabras. Tal vez es por esto que la izquierda lo adoptó automáticamente pese a que Derrida en sus textos no opinaba sobre Marx ni el comunismo, sumado a que en ciertos círculos intelectuales lo que no se entiende se pone de moda, y el tardío debate generado en U.S.A. en donde un sector de la derecha finalmente entendió que en vez de dejar agonizar la moda [que ya se había agotado en Francia], su deber era combatirlo, para no hacer otra cosa que acrecentar su fama.
Algo sobre los filósofos, los psicólogos, y los comunistas: los filósofos comunistas juegan todo el tiempo con el material propio de los psicólogos, y los psicólogos comunistas hacen lo mismo con las peroratas huecas de los filósofos, y los comunistas pese a que el comunismo es un sistema económico del siglo XIX muerto en el siglo XX, en el siglo XXI insisten en creer que sigue vivo con argumentos diluídos de los filósofos y los psicólogos, básicamente no argumentando sobre el comunismo, sino sobre las supuestas fallas que sueñan que hay en el liberalismo, en vez de decir "Nada hay en economía que funcione bien fuera del comunismo", tratan de negar los éxitos del liberalismo, o sea: de su vencedor.
Pues bien, negar, ningunear, y subestimar los argumentos ajenos es lo que proclamó Heidegger con su "destrucción de la metafísica", un concepto al que Derrida adhiere, pero al que le modifica la palabra "destrucción" y la reemplaza por su famoso neologismo "deconstrucción". Derrida traduce al francés la palabra heideggeriana "destrucción" como "deconstrucción" y yo la voy a volver a traducir del francés al castellano simple y menos pomposamente
como "desmenuzar", que es una palabra no muy utilizada que significa deshacer algo hasta en sus menores partes como desarmar un rompecabezas para después también desarmar a cada pieza, y que ejemplifica mejor lo que han estado haciendo los izquierdistas con cualquier texto que cayese en sus manos, para "revelar" las puertas ocultas por las que habrían de entrar desde afuera del texto, todo tipo de fantasmas, espectros, y demonios del club de la derecha.
Un ejercicio práctico de deconstrucción lo facilito con la frase "demonios del club de la derecha": Si la izquierda es lo colectivo, la derecha es lo individualista e independiente, luego si el demonio es el diablo, entonces Claudio Corniola es hincha del Club Atlético Independiente, "el diablo rojo", bueno, esto que parece un chiste malo es 100% lacaniano, y Derrida es otra cosa.
Vean cómo utilicé palabras con carga negativa [subjetivamente negativas] para armar un texto líneas arriba
recurriendo a "fantasmas, espectros, y demonios", que sirven de ejemplo porque la izquierda en vez de opinar sobre la
izquierda prefiere tratar de inocular un miedo irreflexivo hacia la derecha y "fantasmas, espectros, y demonios" son
seres o entes atemorizantes. [Posdata: Sí soy socio de Independiente].
¿ Pero por qué en vez de escribir en mi texto cosas como "fantasmas, espectros, y demonios", directamente no puse las cosas que ponen los izquierdistas, como "jefes explotadores, gobiernos fascistas, multinacionales yankees, y banqueros judíos" ?
¡ Sorpresa !... porque resulta que la palabra "texto" es de origen textil, y las telas tienen muchos hilos entrelazados, y cuando se confecciona un texto no se ponen todos los hilos pues instintivamente se presupone que el lector ya los tiene leídos, aprendidos, o asimilados, de forma paralela casi instintivamente como es el proceso por el que el escritor evitó escribirlos al pasar sus ideas al papel. Por ejemplo, es lo mismo que pasa hablando cuando una persona sedienta solicita "un vaso de agua", en vez de "un vaso de vidrio con agua". Agregarle "por favor" al pedido, es un detalle de modales, como agregarle entes temibles al parrafo analizado o "desmenuzado", es un detalle involuntario de calidad pues fíjense todas las palabras que me ahorré escribir y sin embargo la imagen o sensación que quise transmitirle al lector fue perfectamente decodificada
sin esfuerzo, de manera automática: La derecha es terrorífica.
De esto es de lo que nos horrorizamos cuando nos enteramos que en los exámenes la mitad de los alumnos de Argentina fallan en la comprensión de textos, pues no es que no saben qué cosa es un "espectro" porque nunca utilizaron esa palabra en su vida, sino porque en sus cabezas con todos los hilos a la vista, no arman el tejido.
Decodificar no es un trabajo intelectual difícil ni fatigante, sino que por el contrario es gratificante, por
eso leer un texto es entretenido, mientras que leer el diccionario o la guía de teléfonos es aburrido. Pero, por
lógica, el no tener las herramientas intelectuales necesarias aprendidas convierten al texto más divertido en un
libro aburrido, y por eso nuestra juventud no lee, lo que no se debe a que no tenga tiempo, ni a que no entienda la conveniencia
de ser cultos sobre la de ser brutos, sino porque simplemente no tiene chances de disfrutarlo, igual a un ciego tratando de armar
un rompecabezas.
Las mentiras y las ironías son textos 100% para decodificar, ambas dicen lo opuesto de lo que se tiene que decir, sin embargo al mentir existe en el sujeto emisor "A" la intención de evitar que el sujeto "B" comprenda, mientras que en la ironía en "A" está la intención de que "B" entienda, y que además sepa que "A" está enojado, furioso, o de mal humor.
El síndrome de Asperger es la incapacidad [incluso en personas cultas] para decodificar las ironías, interpretándolas literalmente. Entre las mentiras y las ironías están las burlas que son una muestras de humor negativo, quienes padecen Asperger no las detectan, e incluso hay varios tipos de burlas desde las groseras hasta las "finas" que requieren para cualquiera mucho más tiempo para "caer" dentro del verdadero sentido malicioso que contienen.
Ahora bien, para las izquierdas poder inducir un Síndrome de Asperger en las masas sería como tocar el
cielo con las manos, porque el negocio obviamente está en que sus mentiras no se decodifiquen: el rompecabezas
tiene cien piezas, pero ellos tratan de engañar mostrando cien veces la misma pieza: hoy es la igualdad, antes fue la
justicia social, y antes fue la plusvalía de la que ya nadie se acuerda.
Otro ejercicio de texto desmenuzado es el que hice meses atrás sobre una parte pequeña del Apocalipsis
incluído al final de la Biblia. Creo que todo el mundo decodifica mal un texto que espero lean y les agrade sobre "La
ramera de Babilonia".
Otro ejercicio de texto desmenuzado es el que hice meses atrás sobre una parte pequeña del Apocalipsis
incluído al final de la Biblia. Creo que todo el mundo decodifica mal un texto que espero lean y les agrade sobre "La
ramera de Babilonia".
Volviendo a Derrida, gran parte de su obra es heideggeriana, pero la disolución del principio de realidad a la que abona todo el izquierdismo posmoderno es de Nietzsche que propone "No hay hechos, sólo interpretaciones", lo que es su mejor defensa conta el pequeño dato desagradable y feo de que los hechos se llevan a las patadas con las ideas de izquierda. Nuestro acceso a la realidad no es el lenguaje sino los sentidos, y es la razón la que nos permite procesar esa información "de primera mano", que sí puede ser transmitida o enseñada por medio del lenguaje, independientemente de que se lo haga con más o menos objetividad o subjetividad por parte del emisor, y que la comprensión de textos del receptor funcione bien, porque los hechos existen más allá de los sentidos, del razonamiento y subjetividad al interpretarlos, de la transmisión o comunicación utilizando el lenguaje [textos], de las reinterpretaciones subjetivas del receptor, y finalmente la realidad existe independientemente del receptor, o de que no haya un receptor, y deconstruyendo a Derrida, lo que él hace no es negar la existencia de la realidad sino la autoridad del lenguaje como interface entre la realidad y la razón, porque, como ya lo he expuesto antes, el lenguaje está en la mira de la izquierda porque es un producto cultural espontáneo, pero, las palabras que utilizamos no son naturales: no hay nada en un árbol o en una piedra que nos obligue a llamarlos "árbol" y "piedra", estas denominaciones son producto de la supervivencia de las palabras más aptas dentro del mercado de palabras, y es lo mismo para todos los giros, los acentos, y los idiomas, ¿ y cómo transmitir las revelaciones de la izquierda utilizando un lenguaje de derecha ?, lo que lleva a la propuesta de, si el lenguaje no es natural sino inventado, diseñar otro lenguaje, o modificar los contenidos de las palabras, con el objetivo no de facilitar la comunicación, sino el de implantar miedos, prejuicios, e ideologías automáticamente sin largas argumentaciones ni adoctrinamientos, por ejemplo tratando de imponer el cambio de sentido para la palabra "derecha" asimilándola con "autoritarismo".
Cuando Derrida despotrica porque el lenguaje es "impropio" [otro neologismo del mismo estilo que "deconstrucción"], dice otra perogrullada pues el lenguaje es comunitario, y es curioso que a los comunistas lo comunitario les moleste, lo que se debe a que si es comunitario no es de ellos, la izquierda por más que lo intente no va a adueñarse del lenguaje que, si es impropio no puede ser apropiado y pasar a ser propiedad privada del partido que dictará las palabras que podemos usar, el contenido que van a tener, y la forma en la que debemos hablar, porque [ya lo he expresado en otro ensayo] han probado con hipnosis, drogas, propaganda intensiva, y adoctrinamiento en las escuelas, para fracasar siempre en su intento de formatear las mentes para que el nuevo hombre sea socialista integral, un ser que no piense en si mismo sino como parte de la colmena, y la culpa de su fracaso radica en que el lenguaje es una creación espontánea 100% hayekiana, con lo que después de tantos fracasos no han descubierto popperianamente cómo vencer, sino por qué pierden y nunca nos podrán vencer. Un ejemplo concreto de esto es que obviamente es más fácil adoctrinar a un menor de edad que a un adulto, precisamente por su falta de lenguaje, pero los jóvenes militantes comunistas excepcionalmente seguirán siendo idealistas y comunistas de adultos, y lo más probable es que el 99% devengan en conservadores, y el 1% se convierta en cínicos y corruptos dirigentes políticos, o en algunos de sus periféricos [sociólogos, filósofos, propagandistas, gestapos, y KGB's del pensamiento].
Derrida completa su análisis del lenguaje descubriendo que este no es único, y eso es terrible, porque en el caso de que el partido totalitario triunfe y domine al lenguaje, la gente va a recurrir a otro lenguaje, por ejemplo como funciona el lenguaje interno carcelario hecho para que los vigiladores no entiendan. Entonces con un lenguaje impropio y que no es único, los socialistas no resuelven por qué las sociedades liberales se creen libres, esta es una contradicción y por lo tanto debería destruir a la sociedad liberal desde adentro, una sociedad falsa en donde el individuo se cree dueño de si mismo, cuando lo que hace es hablar y por lo tanto pensar según lo ordena un paquete de leyes que le es impuesto desde afuera con tal fuerza que [excepto por algunos poetas experimentales que jueguen con el lenguaje] va a ser la única institución cuyas leyes se respetarán toda la vida, porque incluso si se trata de un individuo que evade impuestos, que se apropia indebidamente de lo ajeno, que se va a pescar el día de elecciones, y que ni siquiera respeta la santidad del matrimonio, cuando tenga sed va a pedir "un vaso de agua, por favor" en vez de "5n v1s4 d2 1g51, p4r f1v4r" porque él habla como se le antoja y es libre de reemplazar a las vocales por números.
Derrida es uno de los pensadores más autocelebrados por la izquierda y no puede resolver esta pavada, pues hizo mal en leer a Heidegger, Nietzsche, Platón, y Rousseau, cuando tuvo que leer a Bastiat, Mises, Hayek, y Popper, y como el lenguaje es la suma de las leyes de la ortografía, gramática, y sintaxis, Derrida debería empezar por Friedrich von Hayek pues él explica qué cosa es una ley y cómo la sociedad que las genera se ordena espontáneamente, incluyendo entre sus leyes a las que le permiten al lenguaje ser algo fijo y elástico a la vez, analizado con un punto de vista diametralmente opuesto al de los izquierdistas que confunden siempre a la ley con la voluntad del gobernante.
Para Derrida no hay una verdad, y enumera cantidades de alternativas para todas las cosas, pero, que existan muchos tipos diferentes de tornillos, no nos habilita para afirmar que no existen los clavos haciendo perfectamente bien su trabajo. La razón es que todo su esquema de pensamiento, todos sus ideales, todos sus sueños y deseos para él y para su sociedad tienen cimientos falsos, y escribe cien libros sin poder probar que ni uno solo sea verdadero [por ejemplo, falta el "Teorema de Derrida"], entonces, si niega que exista la verdad, su razón de existir deja de ser categóricamente falsa, y entra en el purgatorio de las alternativas posibles.
Si no hay una verdad, entonces la lucha de la izquierda es contra las ideas que se instalan como verdaderas vía lenguaje. Ahora supongamos lo peor e imaginemos una ucronía como las excelentes "1984" [Orwell] y "Un mundo feliz" [Huxley], una en donde se llega a escribir un texto con la versión más poderosa posible del comunismo, una tan inapelable que todo el que la lea se convertirá en comunista, incluso los más encarnizados anticomunistas, de los que probablemente gran parte se suicide después de leerlo, y entonces el comunismo consigue gobernar en todo el mundo sin destruir parte del mismo con una guerra de exterminio y aniquilación de sus adversarios, para que Derrida o sus descendientes unifiquen el lenguaje, de modo que todos hablemos en ruso, el "hombre nuevo" sea educado y aprenda un idioma reformado por los filósofos, sociólogos, semiólogos, y propagandistas, en el que no existan las palabras "libertad", "autoestima", "individualismo", "egoísmo", "competencia", "herencia", ni "propiedad privada", pues bien:
[1] Si alguien inventó las vacunas, pese a que no existía la palabra "vacuna", ¿ todas esas palabras eliminadas no volverían a inventarse con otras letras pero con los mismos conceptos como cimientos ?
[2] Si no hay una verdad, ¿ una vez cambiado el lenguaje nacería la verdad, o la seguirían negando ?
[3] ¿ Cómo construir algo y, al terminar de hacerlo, decir que no es verdadero ?, por ejemplo, imaginemos al líder mundial dando una conferencia de prensa anunciando eufórico a todo el mundo que: "Regocijaos camaradas, porque hoy se ha suicidado en su baño el último liberal, con lo que hemos terminado de construir a la sociedad igualitaria perfecta, todo el mundo es socialista, nadie piensa en sí mismo sino en la sociedad, ¡ pero esto no es verdadero y nunca podrá serlo porque los socialistas creemos que no existe la verdad !".
[4] Bueno, parece que deconstruir es fácil, pero construir es otra cosa para la que son ineptos, incompetentes, y por tercos se están autolimitando, por lo tanto, dejen que la libertad haga lo suyo, y ya no nos rompan más las p2l4t1s.
Derrida busca la diferencia pues cree que eso implica conflicto siempre, y que en la historia de lo que no presenta conflicto se ve lo peor, pues está de acuerdo con Nietzsche en que entonces hubo una carnicería previa eliminado al disidente, al diferente, a la otra alternativa, por lo que entiende que no hay nada más violento que la paz y que el pensamiento único en cualquier tipo de orden aceptado. Típico de la mente izquierdista, no concibe como posible a la paz como decisión libre y por mutua conveniencia de las partes, por eso Derrida no mira un conflicto ni ninguna crisis, sino que rastrea en la historia de lo que está estable, consolidado, y en paz, para descubrir cómo se llegó a eso cortando cabezas.
Los libros de historia universal nos enseñan el período dorado del Imperio Romano denominado como la "Pax romana", pues bien: estuvieron en paz durante siglos porque previamente habían masacrado a todos los pueblos vecinos. Sin embargo, todas las fronteras del mundo plantean miedos mutuos y ejércitos en guardia de los dos lados, preparados para la defensa, pero también para la invasión si el vecino da signos de debilidad. Esto parece ser un hecho, pero a Derrida se le pasó por alto y no vió a una de las fronteras más largas del mundo, que es la existente entre la pacífica y poco poblada Canadá, y la belicosa U.S.A. diez veces más poblada y... ¿ cuántas veces U.S.A. atacó a Canadá ?, pues nunca, es más: nunca hubo una sola guerra entre dos países con gobiernos liberales, con o sin fronteras comunes, ¡ nunca !, lo que dista mucho de parecerse a lo que le pasó al ultra pacífico Tibet gobernado por monjes budistas, por desgracia vecino de la China comunista, cuya frontera minada por los dos lados con otro estado comunista como la ex U.R.S.S. es la frontera en paz con la mayor concentración de tanques del mundo.
Derrida también busca la diferencia porque es discípulo de Heidegger para quien nada es igual a si mismo, dando un paso hacia adelante sobre su antecesor intelectual que es Platón, para quien lo que creemos que es real no es igual a lo que es verdaderamente lo real. Heidegger diferencia al ser del ente o de la cosa, para maravillar a los filósofos de izquierda que ahora pueden argumentar que "A" no es igual a "A" o sea a su "ser", cometiendo un estúpido error pues si inventamos categorías nuevas, poniendo algo sobre la cosa "A" que es su ser desprovisto de atributos y adjetivos, como sí tiene la cosa "A" ya materializada, construida, y pintada de determinada manera, pues resulta que también habrá igualdades nuevas entre el "ser A" que será igual al "ser A".
Dentro de la filosofía heideggeriana, si una cosa no es igual a su ser, entonces para Derrida el lenguaje define las cosas por sus diferencias con otras cosas. ¿ Entonces qué es "A" si no es igual a "A" ?, pues "A" es lo diferente a "B", "C","D"... "Z", pero se contradice con Heidegger que combate a la metafísica definida como la búsqueda por encontrarle un orden lógico a todo, lo que por economía fuerza a las divisiones binarias [o bipolares, o dicotómicas], y como Derrida se autolimita prohibiéndose el uso del principio de igualdad, dicotómicamente fue a encontrar sentido en las diferencias, o sea que fue hacia lo opuesto, pero aunque hizo un buen trabajo, si algo es diferente implica que lo que no es diferente es igual, por lo que Derrida para ser coherente no tuvo que haber utilizado jamás a una parte de la dicotomía igual-diferente, y olvidó o no supo como hacer lo que ya he expuesto que hizo dos veces, o sea: inventar un neologismo como deconstrucción [para destrucción], e impropio [para colectivo], y tal vez Derrida no quiso o directamente tuvo una mente bloqueada o incapacitada para ver la verdad a la que le negaba existencia, y esa verdad es que el lenguaje no define a "A" sino libremente como se le antoja, aveces como igual a si mismo, y aveces como lo opuesto de algo, de lo que hay varios ejemplos, como que el frío no existe, pues resulta que es la falta de calor, de la misma manera que la oscuridad no existe, sino que es la falta de luz, y sólo gracias al lenguaje impuesto aceptamos que el frío y la oscuridad existen [también a Heidegger le hubiese encantado poder encontrar estos ejemplos pues ¿ cuál es el ser de la oscuridad ?, pues que no tiene ser: ¡ pues es la falta objetiva de la luz y también hasta del ser de la luz !].
Por último, la izquierda no existe, y apenas es la contradicción forzada de una parte del sistema completo que ha creado la derecha, lo que incluye un sistema económico [que es el fuerte que la izquierda más bombardea], más un sistema legal, un modelo de Estado, una filosofía de vida, un tipo de familia, usos y costumbres sociales obligatorios aunque no codificados en leyes, y en el medio de todo, como si fuera un cemento... 5n l2ng51j2 l3br2, 3d34t1s.