Como el neoliberalismo se diferencia del liberalismo únicamente en la
política monetaria, las supuestas fallas son nuestras, o sea: del liberalismo clásico, cuando nadie dijo que el mercado sea perfecto, excepto nosotros y de una forma indirecta: hay problemas de
información que no puede ser instantánea, global, actualizada en tiempo real, verificable, y sobre todo predictible
porque la información sólo tiene tiempo pasado y presente, o sea: no tiene futuro y cualquier predicción no es
información sino suposición, y por lo tanto no es confiable ni infalible. Esto no es un tema abstracto, la oleada
neoliberal de privatizaciones [80's y 90's] lo supo de entrada y por ello en los contratos siempre se incluyeron millonarias y
disparatadas cláusulas de compensaciones, lo que dicho en lenguaje común significa que las empresas nunca corren
riesgos, obtienen un monopolio [entonces lo tildado de "neoliberal", no es liberalismo] y no sólo no tienen competencia directa de otra empresa, sino que puentean la competencia indirecta, por ejemplo
si usted compra paneles solares y se desconecta de la red eléctrica porque la considera demasiado cara, entonces su municipio
con los impuestos que le harán pagar a usted va a compensar a la empresa privatizada por su merma de ganancias, y lo mismo pasa si se desconecta del gas para consumir sólo electricidad, y lo mismo pasa si sólo comienza a consumir agua embotellada. Para los usuarios la duplicación o triplicación de las tarifas que van a pagar no admiten ninguna forma de ahorro ni optimización del consumo porque si éste cae, la empresa le va a reclamar por vía judicial veinte o treinta veces más a su municipio, y su municipio se lo va a hacer pagar a usted.
El principal problema que tienen los mercados para enfrentar a los monopolios es que la democracia pone a los políticos en control de las negociaciones grupales, y el consumidor no puede negociar cara a cara con la empresa, y eso abre tres caminos: [1] Aumentos de facturas innegociables. [2] Aumentos de impuestos, [3] Facturas subsidiadas que se pagan vía inflación espiralada.
Oskar Morgenstern es un liberal clásico de la Escuela Austríaca, discípulo directo de Ludwig von Mises, o sea: no es un liberal neoclásico de la Escuela de Chicago [a quienes la izquierda les cambiaron el nombre por el de "neoliberales"] y que nos explicó a todos cómo y por qué el neoliberalismo habría de tomar las riendas de la economía mundial después de la crisis del keynesianismo disparada por la crisis del petróleo de 1973 y... lo notable es que lo hizo antes del nacimiento del neoliberalismo.
Pocos captan las diferencias que son muy importantes en dos cuestiones que hacen que el neoliberalismo no sea liberalismo, sino el mercantilismo inevitable del poder concentrado en unos pocos monopolios: primero, en utilizar una política monetaria que genera inflación al expandir la base monetaria al ritmo del crecimiento del PBI y, segundo, por su manejo de las políticas activas movidas gracias al gasto público [en U.S.A. sobre todo en defensa] y el endeudamiento, todo muy evidentemente negociado entre el Estado y los grandes grupos económicos, lo que ya no es "economía de mercado", sino "mercantilismo" un corporativismo con proteccionismo, que es una especie de capitalismo para unos pocos, con ganancias sin riesgos para los capitalistas y pérdidas que se socializan [como las de los banqueros], o con transferencias que en Argentina van del campo a las industrias ineficientes protegidas, o que en general van de los consumidores a los empresarios socios o directamente testaferros de los políticos.
El liberalismo clásico no fue mutando progresivamente hasta convertirse en neoliberalismo, porque siempre se mantuvo apegado a lo que podía demostarle a la sociedad sobre cuáles eran su sistema, su método, y la moralidad concreta que los justificaba. El liberalismo fue abandonado durante décadas en todo el mundo pero no por miedo a la grieta que el liberalismo supuestamente fogoneaba, sino por miedo al fascismo y comunismo, y el resultado fue que la grieta se amplió más que nunca gracias al "Estado benefactor", y nadie me lo puede rebatir: todas las mayores fortunas actuales están en manos de una generación de emprendedores que comenzaron a trabajar en garajes, pasando de cero a cientos de empleados bien pagados que se ahogarían de la risa si alguien pretendiese defenderlos de la patronal que se apropia de la "plusvalía" que les pertenece. Todos estos emprendedores enfrentaron el desafío de competir como buenos liberales y triunfaron, pero, mañana podrían perder, ¿ y quién quiere perder ?... es entonces cuando aparece la oportunidad para que el político se entrometa en un juego ajeno para favorecer a un bando poniendo de su lado a todo el peso del Estado y, cuando un empresario pacta con un político [el único que les puede eliminar la competencia, eliminar los riesgos, y hasta les permite socializar sus pérdidas] deja de ser un empresario liberal y se convierte en otra cosa, algunos liberales los llaman "empresaurios", antes se los llamaba "conservadores u oligarcas", hoy la izquierda y los populismos para incomodar a los liberales los llama "neoliberales", y yo los llamo "delincuentes".
Los dos errores intencionalmente cortoplacistas de siempre como la emisión y los impuestos [para Friedman se justificaba emitir contra un aumento de la actividad económica y de la población, mientras que los impuestos debían bajar siempre que fuese posible], llevaron al neoliberalismo local a un colapso predecible con baja inflación y altos impuestos y endeudamiento.
Con todos los trucos keynesianos más algunos nuevos elucubrados sólo para estirar la buena vida "a lo Ponzi"
la crisis de las sub-prime llevó de ganancias corporativas récord en el 2007 vendiendo derivados que ni ellos podían explicar qué cosas eran, a la agonía en el 2008 [que
afectó a los otros países que imitaron a U.S.A. excepto por Argentina que colapsó en el 2001... y después no digan que no los advertimos].
Y así las derechas terminaron con la fiesta de la globalización iniciada tras el mucho peor
colapso de las izquierdas que intentan lanzar su último manotazo de ahogado insistiendo en calificar como
"neoliberal" a todo bicho que camina, como si una crisis finaciero-especulativa de los bancos y bancos de inversión [o sea: un fracaso de apostadores], fuese
igual a un fracaso del liberalismo [libre empresa, o sea: innovadores, productores, y trabajadores].
Morgenstern es el padre de la teoría de los juegos que explica por qué los mercados hacen lo que hacen, lo que al fin de cuentas es lo mismo que decir por qué la gente hace lo que hace: beneficiarse o no perjudicarse, y obviamente hacerlo con el menor esfuerzo posible siempre, sin importar si es con gobiernos decentes o corruptos, y con leyes claras y generales, o con leyes dictadas "a piacere" que implican privilegios descarados, e incluso explica lo que la gente hace ya sea que se trate de particulares o funcionarios públicos: todos buscan satisfacer metas egoístas [el "bien común" existe, pero, los políticos deben tropezarse con él mientras buscan alcanzar sus metas personales].
El tema ya fue tratado con el premio Nobel de economía John Nash -Una mente brillante- aunque sin entrar en las cuestiones matemáticas ni lógicas de alta complejidad, y también pueden ver "Las supuestas fallas del mercado" sobre cómo resolver el tema de las cadenas de intermediación demasiado largas.
¿ Y qué opinan los más ilustres pensadores socialistas junto con los infatigables charlatanes keynesianos sobre la Teoría de los Juegos ?, pues nada de nada, "cero opinión", escapándose de todos los debates sobre el tema.
Pues resulta que no tienen mucho que opinar y nada que mostrar, es por eso que no les tiembla el pulso a la hora de censurar opiniones adversas en los casos en los que han llegado al poder. Quienes despotrican desde la caída de la U.R.S.S. contra el "discurso único", se han autoconvencido de ser revolucionarios, y no hacen más que encerrarse en las universidades públicas a disfrutar de su agradable microclima plagado de discursos "políticamente correctos", pero, fuera de las aulas monitoreadas por el gobierno en una universidad hoy en notable decadencia y desprestigio, el hecho irrefutable es que incluso el peor neoliberalismo, pese a sus fallas y privatizaciones fraudulentas, es mejor que cualquier tipo de populismo, progresismo, socialismo, y obviamente cualquier comunismo stalinista, trotkysta, maoísta, o el que mañana intenten resucitar. Contra las fallas del primero están la justicia y el "voto castigo", mientres que contra las segundas opciones sólo sirve emigrar.
Todos estos profesores no entienden que el pasado no vuelve, y podrían celebrar su diversidad pero de un sólo lado de la balanza yéndose todos juntos a un pic-nic fascista sin ninguna voz que les diga en la jeta "epur si muove", y que su condenado neoliberalismo así como el primer liberalismo de Adam Smith y David Ricardo había disparado a la revolución industrial, no se quedó atrás y generó las condiciones para la revolución de la informática y la telefonía celular que han cambiado al mundo y lo siguen cambiando en paz, sin guerras, ni guerrillas, ni genocidios de opositores.
En un tema complejo, Morgenstern nos dió el método que puede convertir en cuestiones lógico matemáticas a los interrogantes de las decisiones tanto de los mercados como de las personas, método con el que se llega a una solución por más difícil que sea encontrarla y por más conocimientos científicos que sean necesarios poseer previamente, pero, lo que nos aporta es que una vez encontrada la solución, siempre que se repitan los mismos elementos componentes, aunque cambien las personas, las modas, o los gobiernos, el resultado va a ser el mismo, pero... ¿ es posible esto ?
Adam Smith entendía que el conjunto siempre se beneficiaba de la suma de acciones egoístas sin importar cuáles cosas se sumen, mientras sean el producto de decisiones libres pues estas serían racionales [y entre lo racional figura el no perjudicar a terceros], mientras que volviendo sobre la idea de Nash [que espero haya vuelto a leer, que para eso le puse el link en el Punto-1], una decisión exitosa es egoísta, pero, al mismo tiempo piensa en el beneficio del conjunto, pero... ¿ cómo es posible que algo egoísta beneficie indirectamente a la sociedad, si es evidente que hay personalidades recelosas del entorno social y que se sienten oprimidas como víctimas del robo o recorte de su libertad, hasta el punto de no regalar nunca ni un centavo de limosma en navidad, esa peculiar época del año en la que todos somos buenos y generosos ?
La opresión de la sociedad sobre el individuo es un hecho constante, que existe aunque algunos sean incapaces de verla, pero, depende del individuo el renunciar a todas sus libertades, identificarse con la comunidad o pueblo, para ser una feliz parte del ganado, disolverse en lo colectivo y que todo el año sea navidad o... lejos de lo imaginado como opuesto, contra viento y marea otros van a buscar y encontrar un equilibrio entre las demandas sociales [esa masa omnipresente que se ve] y las necesidades privadas [que aisladas pasan desapercibidas], y ese equilibrio es muy simple y autocumplible: no hacerle a los demás lo que no se quiere que los demás le hagan a uno mismo, incluso siendo plenamente conscientes de que su obrar no obliga a la masa a ningún tipo de reciprocidad.
Y aquí "saltó el ancho": Hay cosas autocumplibles por parte de los individuos libres, y hay coerción y obligación forzada para las decisiones defendidas por la masa. Las primeras benefician al todo, mientras que las segundas surgidas del todo, terminan siendo autoperjudicantes... ¿ por qué ?: pues porque cuando se mata a un mosquito con una granada, se termina destruyendo todo lo que está en diez metros a la redonda. Ya en el siglo XVII Quesnay de los fisiócratas franceses dijo: "laissez faire, laissez passer, le monde va de lui mêmme".
Los fisiócratas encontraban paralelos entre la fisiología del cuerpo humano y el comportamiento del cuerpo social, obviamente, con centro en la salud de la economía, y lo opuesto sería un entomólogo [el biólogo que se especializa en insectos] tratando de hacer con mentalidad totalitaria, que una sociedad humana funcione como una colmena de abejas.
El sentimiento navideño supera lo religioso y se extiende a toda la sociedad por la proximidad del fin de año. El fin de ciclo trae una oleada de esperanza colectiva que tal vez en tiempos pre-industriales debía bendecir a las sociedades durante la primavera en el momento de las cosechas. Fuera de estas oleadas emocionales, el hombre dependiente emocionalmente de su pertenecia a la colmena va a estar dominado por la angustia y la incertidumbre y sólo espera que la masa lo proteja. En cambio, el hombre libre no se preocupa, sino que lejos de ser un irresponsable negligente, se ocupa en persona de sus problemas lo que por genialidad o aunque más no sea por ensayo y error, genera soluciones. En cambio la colmena no genera soluciones y simplemente se sirve expropiando el fruto del trabajo ajeno, completamente convencida y hasta creyéndose moralmente justificada, de estar solucionando algo, cuando cualquiera con dos dedos de frente debería rendirse ante las evidencias: expropiar y/o confiscar no soluciona nada y no es otra cosa que "pan para hoy y hambre para mañana". De los días de gloria de Chávez al desastre de Maduro hay una explicación lógica que pocos creyeron y, "ver para creer", de no haber sido por Internet mostrándole a todo el mundo la verdad, todavía habría gente creyendo que el socialismo puede cumplir las promesas que hace, y algo más: esas promesas dichas con un lenguaje exaltado y motivador, en el fondo si se las analiza fríamente, no son otra cosa que una pesadilla.
La visión smithsoniana [la suma de egoísmos benefician al todo], la visión de Nash [el equilibrio que lleva a la cartelización], y la utopía marxista del "hombre nuevo", un zombie feliz abeja obrera de una colmena que cree que es suya pero que no le pertenece, ni tampoco le permite hacer nada fuera de libreto, o los aguijones de cientos de obreras le van a caer encima, pues bien, todas juntas prácticamente explican la historia completa del siglo XX.
Las fallas de los mercados desde los tres puntos de vista:
[1] Desde el punto de vista liberal la economía funciona mejor con una mínima presencia del Estado: [A] Un hipotético mercado libre con competencia perfecta y muchos ofertantes [con lo que no existen formadores de precios, sino tomadores de precios], muchos productos, y mucha demanda, lleva los precios a un punto de equilibrio general, pero la realidad es que el equilibrio óptimo de cada mercado no se logra ni automática ni simultáneamente en todos los mercados. Pero, que el equilibrio óptimo no se logre automática y simultáneamente en todos los mercados no quiere decir que el mercado falle, sino que el equilibrio no se alcanza ni automática ni simultáneamente en todos los mercados, y nada más. [B] Los conflictos denominados "externalidades" se resuelven si hay derechos de propiedad claramente definidos y bajos costos de transacción, sencillamente negociando entre las partes incluso sin importar cuál de las dos partes sea la que tiene el derecho. [C] Atando la provisión de un bien público gratuito a uno privado [por ejemplo: la televisión por aire es gratis, pero, toda la publicidad que emite fue facturada].
[2] Desde el punto de vista dirigista, al final no funciona la economía: [A] Como la competencia nunca es perfecta, eso justifica el intervencionismo regulador estatal, porque si una empresa pone precios altos, es un formador de precios abusivos y monopólicos, si pone precios bajos es un competidor desleal que hace dumping, y si pone los mismos precios hay colusión o cartelización en el mercado. [B] A las externalidades positivas el Estado debe subsidiarlas, y a las negativas cargarles impuestos. [C] Bienes privados [exclusión y rivalidad en el consumo] son ofrecidos por los mercados, pero, los bienes públicos [ni exclusión, ni rivalidad] quedan afuera del mercado, que entonces falla y debe ser suplido por el Estado [por ejemplo: los faros que señalizan la navegación marítima -ejemplo demolido por Ronald Coase-].
[3] Desde el punto de vista comunista con economía centralizada, al final no funciona el Estado: [A] Dejan de existir la oferta y la competencia, para que el Estado fije los precios en sus mercados o proveedurías [pocos productos, baja calidad, baja producción y racionamiento forzado. y muchas "colas" interminables para poder conseguir alimentos]. [B] Las externalidades negativas privadas se castigan con la cárcel, mientras que las positivas dejan de existir. [C] Dejan de existir los bienes privados, y los bienes públicos son de uso obligatorio.
En síntesis, las fallas de los mercados no son tales, y las supuestas soluciones para esas fallas son generadoras de gravísimos problemas, y lo más notable es esto: Morgenstern y todos los intelectuales liberales estudian el mercado libre, los estatistas/keynesianos estudian el mercado libre para encontrarle supuestas fallas que justifiquen el que ellos mismos tengan trabajo solucionándolas, y finalmente los comunistas/socialistas estudian el mercado para encontrarle cosas que las masas poco informadas y manipulables puedan odiar y luego deleguen en ellos el ser la vanguardia [un término militarista] en su lucha por la liberación. [Nota: ¿ liberación ?... ¡ qué caradurismo !, deberían dejar a la palabra "libertad" y sus derivados para los liberales, para en cambio utilizar a la palabra "colectivización"].
De hecho [zapatero a tus zapatos] si los liberales estudiamos el mercado libre, ¿ por qué los estatistas no estudian la burocracia del Estado [en qué cabeza cabe que pueda crecer indefinidamente] ?, y finalmente, ¿ por qué los comunistas no estudian [o vuelven a estudiar, porque lo hicieron mal] a la psicología y la sociología necesaria para pulir sus técnicas de control y dominación de las masas ?
La teoría de los juegos: ¿ Piedra, papel, o tijera... cómo hacer para ganar ?, ¿ un jugador diestro enfrentando en un penal a un arquero zurdo... a dónde debería patear ? más decisiones del mercado de valores, estrategias de guerra, y hasta cómo negocia una familia a dónde ir de vacaciones, todo convertido en gráficos cuadros de doble entrada, sin embargo, juegos o competencias hubo desde muchos milenios antes de Morgenstern y Nash. De hecho este desarrollo coincide con el momento más caliente de la guerra fría y ya sabemos, la izquierda perdió... ¿ pero perdió porque los matemáticos soviéticos estaban calculando las trayectorias de sus misiles con múltiples cabezas en vez de dedicarse a la "Teoría de los juegos" ?
Unos cráneos muy ocupados en ganar la "Batalla cultural", pero que perdieron por no tener una MTV con música propia, sorprendidos por el arribo de la llamada generación "X" más escéptica y posmoderna que los verdaderos posmodernos con su cultura elitista sin ningún derrame ni eco, llenándose más rápido de arrugas y calvicie de lo que cualquiera hubiese imaginado, gastando su tiempo y dinero en esa colosal farsa que fue el psicoanálisis, ¡ que se tragaron en serio !, si hasta intentaron fusionar a Marx con Freud en la pedante "Escuela de Frankfurt" que generó tantos libros, tanta fama, tantos premios... ¡ y tantos suicidios !
La izquierda jugó sus cartas apostando a generar confusión, las ideas verdaderas chocando pero no contra las ideas del otro, sino contra reacciones psicológicas, unos defendiendo el balance del presupuesto, y los otros contestando: "los ricos les roban a los pobres"... "están violando los derechos humanos"... "hay niños muriendo de hambre"... sí, claro, ya sabemos quiénes se hicieron ricos en los países que cayeron bajo el control de alguna de las izquierdas, ya sabemos de sus genocidios en Ucrania, China, Camboya, y recemos para que se salve Venezuela.
En aquellos días las izquierdas estaban en la cresta de la ola: los mayores intelectuales
[inflados] eran de izquierda, los héroes eran los guerrilleros, de las tres mayores potencias militares dos eran de
izquierda, el 70% de la población mundial vivía bajo regímenes comunistas o en países que hacían
lo imposible por mezclar socialismo con capitalismo... ¿ y entonces qué les pasó ?, bueno, la verdad
es que no lo sé, no lo sabe nadie, Ludwig von Mises lo predijo pero no dijo a partir de cuándo, y me temo que ni se
haya imaginado que el inicio del fin fuera a coincidir exactamente con el éxito de la película "Fiebre del
sábado por la noche", una película tan mala que si se la ve hoy, es imposible parar de reírse.
En conclusión, el neoliberalismo vino a hacer lo que hizo, y tuvo éxito aunque estaba condenado a fallar [Hayek se lo había dicho a Milton Friedman, pero con ese tipo era imposible discutir porque ganaba siempre], así que hizo su revolución industrial y llenó al mundo de computadoras, y nadie le va a poder quitar ese éxito, pese a las críticas y el cínico hablar "políticamente correcto" nadie quiere borrarla ya que todos disfrutamos del bendito derrame que todos dicen que no existe. En el camino algunos se hicieron multimillonarios, en todo el mundo colapsó el comunismo, mientras que en Latinoamérica sobrevivió una cosa llamada "Socialismo del siglo XXI" especialmente en Argentina, en donde sobrevivió a los 30.000 emblemáticos, pero, a la que ya se le acabó el crédito [léase como: "vista gorda para mentir"] y ahora tenemos un gobierno de derecha homeopática que esperemos tome el coraje para hacer lo que hay que hacer: primero, leer a Hayek, en segundo lugar habría que adaptar la democracia, el gobierno, la justicia, y el federalismo, a los tiempos modernos post-neoliberales y, finalmente, aplicar la teoría de los juegos al dilema de los "planeros" porque resulta que es muy parecido al dilema de los prisioneros: haga lo que haga el gobierno, va a ser traicionado [y después no digan que no les avisé].
Posdata [2 años después]: Y así fue, el gobierno de derecha terminó siendo
muy mixto y fracasó económicamente,
y la traición se produjo tal como lo adelanté: a un gobierno que se desvivió por hacer obras públicas de
infrestructura libre de corrupción como las del grotesco gobierno kirchnerista, concentradas en los barrios pobres, pues le
contestaron con una frase para la antología de las traiciones: "nosotros no comemos cemento", cuando no sólo se
beneficiaron con las obras de pavimentación, agua potable y cloacas, sino que se aumentaron todos los subsidios para los
"necesitados" que los embolsaban sin tener que hacer ninguna contraprestación o servicio a cambio.
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