Hyperhospital: Paul Ekman y las mentiras.

PAUL EKMAN: ¿ CÓMO DETECTAR MENTIRAS ?

El Dr. Ekman es profesor de psicología, asesor del FBI, y también del Departamento de Defensa de USA. Sus estudios sobre las microexpresiones faciales involuntarias y su significado, no sólo han tenido éxito editorial, sino que han llegado hasta la televisión gracias a la excelente serie policial "Lie to me" -foto-, que desafortunadamente ya no se emite [amaba a esa serie].

Actitud corporal: El mentir, aunque en ciertas ocasiones pueda ser una actividad graciosa sin otra intencionalidad oculta, generalmente es una situación estresante por el peligro latente de ser descubiertos...

y el estrés se nota en la cara, en la mirada, en el cambio del tono de voz, en la falta de fluidez al dialogar, en los gestos contradictorios [como decir "sí", mientras se niega con el movimiento de la cabeza], en la piel [sudoración], en la gesticulación que hacen las manos acompañando a lo que se dice.

Dejando en claro que obviamente quien se ha autoengañado o repite la mentira de otro convencido de que es verdad, no va a hacer ninguna señal delatora, pero, va a exhibir un gran vacío argumental para sostener lo que afirma, y va a entrar en conflicto con la lógica por ejemplo al no poder detectar sus propias contradicciones, por más claramente que se las señalen.
Movimiento de manos: Estas de manera automática acompañan y teatralizan lo que se dice. En general las palmas hacia arriba indican "nada que ocultar", mientras que su inmovilidad, o las manos autosujetándose y conteniédose, indican la dificultad y por lo tanto la concentración mental necesaria para elaborar un discurso falso y acompañarlo simultáneamente interpretando a la gestualidad corporal concordante con lo que se dice.
Manos en la cara: La misma alta sensibilidad de la nariz para detectar partículas en el aire provocando el estornudo para que éstas no lleguen a los pulmones, va a complotar y ser contraproducente cuando se intente mentir. En estas situaciones la nariz pica muy ligeramente [no llega a crecer como la nariz de Pinocho], y entonces resulta casi inevitable el que con una mano instintivamente se haga un toquecito suave en su base. Es posible que se esté diciendo la verdad en el momento en el que la nariz pica por otro motivo, pero, en estos casos el rascado es alevoso.
Los malos mentirosos tienen una especie de remordimiento instantáneo al mentir, saben ciertamente que lo que están diciendo no debe decirse, y de ese conflicto interno, surge un gesto delator: una de las manos en algún momento va a intentar tapar a la boca que miente y, en algunos casos de alta confianza ente dos personas, hasta se puede llegar a intentar tapar a la boca de la otra persona cuando está diciendo una mentira muy torpe, para interrumpir y pasar a tomar el control sobre lo que se esté fabulando.
Dirección de la mirada: Esquivar la mirada directa es tanto una señal que delata al mentiroso, como su opuesta mirada fija clavada pétrea y sin pestanear al ritmo normal. Este tipo de mirada indica que el mentiroso no le teme a su inquisidor y que tiene confianza en hacer pasar a su mentira por verdad. Mis fuentes Paul Ekman y Allan Peace, nada dicen sobre la dirección de la mirada, y aunque hay estudios de Grinder y Bandler sobre las señales implícitas en la dirección de la mirada, también hay investigaciones de varios centros de estudio universitarios con resultados opuestos, sin embargo hay una tendencia a mirar hacia la izquierda al reflexionar sobre el pasado o al hacer memoria, documentada de una muy curiosa forma en la mirada de las estatuas de los próceres, pues éstas miran al pasado, mientras que la de los líderes políticos miran de frente hacia el futuro. En síntesis, dice la verdad el que mira hacia la izquierda, y en especial si es hacia arriba tratando de recordar lo que se vió, porque cuando se mira hacia abajo se recuerdan las emociones que se sintieron [y por lo tanto se obtendrán respuestas menos confiables y subjetivas], mientras que quien mira hacia la derecha está utilizando a la parte creativa del cerebro y por lo tanto está inventando lo que dice.
Dilatación de las pupilas: Las pupilas reaccionan instantáneamente frente a la luz o su falta, contrayéndose o dilatándose [se achican, o se agrandan], pero, también reaccionan dilatándose frente a una emoción o exitación fuerte. Una de ellas es la sexual, y la otra es el temor. Es por eso que el mentiroso instintivamente oculta su mirada delatora por el miedo a ser descubierto. La dilatación es una señal fidedigna porque no puede ser controlada por el que miente, pero, es de difícil interpretación porque puede ser causada por varios tipos diferentes de emociones fuertes. Además, una mentira no improvisada sino fríamente calculada no dilata las pupilas del mentiroso frío y seguro de si mismo, pero, hay músculos involuntarios en los párpados que cierran el ojo [se les ve menos la parte blanca, o cornea] lo que el saber popular identifica como "estar pensando en hacer una maldad".

Un dato extremadamente curioso es que los humanos somos los únicos animales a los que se les ve a parte blanca del ojo.

Mentir puede obtener beneficios, nuestros niños apenas hablan y ya mienten, pero... ¿ podría sobrevivir una sociedad de permanentes mentirosos ?
Por eso la evolución seleccionó a los monos parlanchines con mayor cerebro y capacidad para mentir, pero les puso ojos delatores y movimientos involuntarios más perceptibles gracias a lo blanco del ojo, algo exclusivo humano que no tienen los otros animales.

Simulación de respuestas emocionales: La más común entre los mentirosos es la simulación desproporcionada de indignación cuando son descubiertos, aunque también hay otros recursos aplicables según las circunstancias, como el asombro, indefensión, y la pena/llanto.
Tono de voz: Ya sea por autoconvencimiento en la viabilidad de su mentira [tomo estridente], como por las opuestas dudas sobre el éxito de la misma [tono bajo], la voz deja de sentirse normal, porque el estrés genera una tensión interna que inevitablemente afecta a las cuerdas vocales [aunque no es tan fácil de percibirlo como lo es con los gestos visibles].
Actos fallidos: Estos suceden por la extremada autoconfianza en la viabilidad de la mentira que está por decirse, o por la alta impunidad del mentiroso, pero, hay que tener cuidado con la gente de escaso vocabulario porque también pueden equivocarse por brutos al tratar de incluir en su discurso a palabras no habituales, por ejemplo, decir que se está a favor de la eugenesia [eliminar a los bebés que nacen con defectos], cuando se está discutiendo sobre otro tema y se quiso decir que se estaba a favor de la eutanasia [dejar morir rápido por piedad, a alguien que de todas formas está condenado a morir pero con una larga agonía]. Estos posibles errores obligan a analizar el contexto de lo dicho, por ejemplo, también es muy común "poner una palabra en la boca de otro": Es lo mismo decir que "se está en contra de la dependencia", o que "se está a favor de la independencia", pero, si alquien acaba de pronunciar a la palabra "dependencia", es muy posible que alguien a continuación cometa un "furcio", y no un fallido, al decir que "está a favor de la dependencia" [sin haber dicho el prefijo "in" como correspondía, cambiando el sentido real de lo que se quiso decir, por lo que esto no es una mentira, sino un error].

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