[30] FIN DEL BIPARTIDISMO

1] Introducción: El maniqueísmo es una tendencia mental natural hacia la pereza que se ejecuta al dividir todo en binomios: bueno/malo, frío/caliente, izquierda/derecha, amigo/enemigo, y finalmente blanco/negro eliminando a los grises. Más de dos cansa mucho a la mayoría de los cerebros y por cierto aveces ver los diferentes grises es para mentes muy entrenadas. En Argentina tenemos vigente al peronismo/antiperonismo pero eso nunca fue un bipartidismo real, ni tampoco tenemos un federalismo real pues J. D. Perón se encargó de eliminar a todo el espectro político desde el centro hacia la izquierda para manipularlo desde su partido de neta inspiración fascista corporativa prepotente, como también se encargó de eliminar a las autonomías provinciales subordinándolas a su partido, y si no hay un bipartidismo real es primero porque no existe un partido formal antiperonista, segundo porque el peronismo / justicialismo / kirchnerismo tampoco es un partido funcionando con las reglas habituales de todos los partidos del mundo, o sea: una ideología de derecha o de izquierda pero que no se cambia, con un sometimiento a reglas acordadas entre todos y que tampoco se cambian, para funcionar de forma similar a como lo hace una mafia con reglas internas importadas de los militares, de modo que todo aquel que no lleve puesto su uniforme se considera enemigo, y al enemigo ni justicia, lo que implica que es válido hacer trampas, chantajes, sobornos, calumnias... y también homicidios.
Antes el monopolio del poder estaba en manos de los conservadores que representaban los intereses de una minoría adinerada que no atacaba a la clase media y la dejaba crecer, y que precisamente por ser una minoría, no recurría al uso de la fuerza como arma política, en cierta forma tercerizando eso en los militares que incluso dando un golpe en 1930 está bien probado que no mataban a nadie, lo que recién sucedería cuando peleándose entre ellos bombardearían la Plaza de Mayo atacando a Perón.
Antes de Perón el bipartidismo estuvo brevemente entre los conservadores y la U.C.R. que es un partido socialdemócrata que sobrevivió a los tumbos tanto por culpa de sus dos adversarios, como por culpas propias con muy malas gestiones de gobierno condicionadas por una ideología ambigua socialista "a medias" inapropiada para un partido que reune a todos los votantes de derecha anti-fascista y los castiga con dirigentes que son orgullosos pseudo progresistas "anti-mercado". No fue Kropotkin, ni Marx, ni Trotsky, sino George Washington quien dijo: "No tengan partidos políticos, los partidos son malos, si los dejan van a arruinar este país que hemos fundado. Nada de partidos, elijan individuos que crean capaces, que sean líderes en sus comunidades, y elíjanlos para el liderazgo nacional": Pues bien, si la U.C.R. sobrevivió 100 años fue por el consejo de Washington presentando dirigentes "mansos y tranquilos" en una sociedad mayoritariamente de clase media [cada vez menos], sin una lucha de clases, y apenas con una juventud setentista guevarista rechazada por todos [que por eso peleó sola y perdió la guerra que inició], porque pese a ser un desastre en sus últimas dos presidencias, como partido político siempre lo fue comenzando por la presidencia de Yrigoyen, luego durante los largos años de oposición infructuosa contra el peronismo, y si ahora sobrevive es porque la derecha les tiró un salvavidas llamado Mauricio Macri, el primer presidente al que el peronismo no pudo voltear [los peronistas hasta han volteado gobiernos propios como los de Cámpora y Rodríguez Saá].
En 1930 la ausencia de líderes civiles conservadores dejó el poder en manos de impresentables como los generales Uriburu, Ramírez, y Farrell, que hicieron todo lo posible para el ascenso del coronel Perón, y tras él tal vez los más ejecutivos fueron los generales Onganía y Videla pero ambos muy picapiedras y lejos de ser considerados estadistas, pero... ¿ qué es un estadista ?, pues no un radical porque no sólo un estadista debe ser buen administrador y un buen representante del país ante el resto del mundo, sino alguien que lejos de la vista del público, de los micrófonos, y de las cámaras ante las que siempre se debe ver "como un duque", para después todos los días subirse con suficiencia a un ring a trompearse a mano limpia contra propios y ajenos que pretendan arrebatarle la menor cuota de poder, o cuestionarle cualquier política, de modo que se lo respete y no sea como con el peronismo en la oposición en donde cualquiera de la tercera o cuarta línea se anima a confrontar con el presidente.
Las preferencias del votante estadounidense no fluctúan como el argentino que por turnos elige entre dos tipos de autoritarismo cuando se enamora de líderes peronistas, radicales, o conciente tácitamente sin reaccionar cuando los militares han asaltado el poder. En U.S.A. la alternancia entre demócratas y republicanos puede sugerir esa similitud, pero las preferencias de su electorado fluctúan dentro del partido Republicano entre la anarquía [de los anarco-liberales] y el autoritarismo [de la derecha conservadora], mientras que en el partido Demócrata pueden ir del Estado de Bienestar hacia el socialismo encubierto y, pese a lo que circunstancialmente quieran sus votantes, sus dos partidos tienen por jefes reales a un grupo de poderosas corporaciones moviendo todos los hilos y, hasta ahora se las han arreglado muy bien para controlar a su gente.
El americano individualmente no es ni liberal, ni conservador, ni socialista, sino anarquista, pero, hay un punto en el que se da cuenta que con tantos anarquistas su país terminaría en el caos, entonces, cada cuatro años vota con una visión autoritaria para controlar a tantos anarquistas sueltos y, si esa necesidad es muy fuerte ganarán los republicanos, o si es más laxa, ganarán los demócratas. El día después de votar los americanos vuelven a ser anarquistas, y me caen simpáticos, lo que obviamente no se extiende a sus gobiernos electos [odiados en todo el mundo], excepto por el de Ronald Reagan.
Pues bien: Si así controlan las corporaciones a la población de la mayor potencia mundial... ¿ qué tipo de trato preferencial creemos que nos merecemos nosotros ?
En el siglo XXI ya deberíamos dejar de idolatrar a algunos políticos siempre de doble cara, y adoptar una sana "tecnolatría" [por nosotros y nuestros hijos] y admirar a los tipos más brillantes de la comunidad médica, para dejarles elegir entre ellos al jefe de la salud pública, o al decano de los ingenieros para Obras Públicas, al de los docentes, o los juristas, etc., o sea: los líderes de las comunidades cientifícas que ya se merecen nuestra admiración por su sacrificada entrega al estudio de su ciencia sin perjudicar a nadie, a diferencia del político que no estudia nada sino que apenas planea como pasar una vida de reyes pagada por nosotros. Lo que yo propongo no es una guerra contra las corporaciones industriales, comerciales, y financieras, sino el tener nuestras propias corporaciones minidemocráticas, en vez de tener una pomposa gran democracia falsa, sobornable, y para peor ineficiente incluso cuando trata de beneficiar a sus verdaderos amos corporativos.
Si hay algo peor que el bipartidismo que enfrenta a una ideología "anti" de la mano de los antidemocráticos fascistas peronistas, enfrentados a dos "anti" peronistas aveces radicales y otras veces militares, es el sistema de partido único comunista combatido por todos incluso por el peronismo en el que se termina infiltrando no sólo con ideas marxistas, sino hasta los huesos en la descarada pretención de sus líderes de eternizarse en el poder.
Quedó claro que no alcanza con ser antiperonistas si uno de sus vencedores como Alfonsín cuando estaba en alza intentó crear el tercer movimiento histórico con él a la cabeza, y que cuando fue derrotado negoció dando vergüenza con el peronismo, dejando expuesto que el problema es la cabeza, y por eso la solución que se propone desde estas páginas es un sistema multidemocrático... pero sin partidos y con un presidente que presida las reuniones del gabinete, pero que no gobierne, sino que medie entre las demandas o conflictos de ellos, y además los audite.
La polarización total de la política, con discusiones eternas por pavadas, traba al Congreso multipartidista en los papeles [bipartidista en el reparto de bancas, pero hegemónico en los hechos], sin importar quien tenga la razón porque:

[1] Lo que es bueno para el oficialismo, aunque sea bueno para la Nación, es malo para la oposición.

[2] Mejor un mal presidente propio que tener uno bueno pero del otro partido.

[3] Los partidos les cobran a sus afiliados que llegan a ocupar puestos en el gobierno una cuota llamada "disciplina partidaria" [a los puestos más altos, en obediencia, pero, a los puestos más bajos, en efectivo].

[4] Las terceras fuerzas deben ser absorbidas o eliminadas, sin importar si para hacer esto último hay que negociar con el principal enemigo. Un ejemplo contundente de esto es que el peronismo nació para enfrentar al comunismo y en poco tiempo absorbió a casi todas las izquierdas. Otro ejemplo es que los ingleses combatieron a Perón por nazi, pero después se cansaron de hacer buenos negocios con él... el cínico que "combatía al capital".
Trabado el Congreso durante todo el año [excepto por los últimos tres días de diarrea legislativa en que aprueban cualquier porquería], el Poder Ejecutivo es libre de gobernar por decreto.
Entonces no tendría sentido seguir llamando "bipartidista" al sistema que en realidad es de dos partidos únicos [uno en el poder y otro en la oposición] donde el partido de turno en el poder deja automáticamente de ser democrático para convertirse en verticalista [y en eso los dos partidos son iguales donde la diferencia es que uno es más federalista que el otro apoyado en los fuertes caudillos provinciales], pero, sólo es federalista cuando está en la oposición, pues en el poder es el más verticalista y unitario de todos.
Mientras un partido se ensucia en el poder [lo que se conoce como "desgaste", y nunca "ganar experiencia"], el otro se limpia y cura las heridas para reemplazarlo, excepto por el pésimo alfonsinismo que no se recuperó nunca, pactó con el peronismo, fue cómplice del peronismo en el golpe al radical De la Rúa que logró llegar al poder con una alianza progresista, muchos de los dirigentes alfonsinistas se enrolaron en el peronismo kirchnerista, que logró ser derrotado por otra alianza de una UCR tan debilitada que fue la segunda fuerza en esta alianza antiperonista liderada por el "Pro", que en los papeles previos era derechista, pero terminó siendo estatista en lo político, y keynesiano "soft" en lo económico.
Al cuestionarse más fuertemente el sistema representativo por partidos, estos se unirán para no desaparecer, y así el nuevo bipartidismo se jugará entre los "partidistas" y los que quieren una multidemocracia sin partidos que, por lógica, no podrán fundar un partido propio, creando una red entre los colegios profesionales, las cámaras empresariales, y los sindicatos hasta ahora inseparables del peronismo [que antes combatía al capital mientras que ahora vacaciona en Aspen y Disney World, o invierte y compra propiedades de lujo en Miami, o New York, en las zonas más caras donde viven los odiados "neoliberales"... pero no tanto.
Sinceramente creo que los sindicatos hoy conducidos por empresarios millonarios no tienen motivos para ser en el siglo XXI más leales al "45" que a la década neoliberal del 90 cuando los sindicalistas peronistas comenzaron a reconvertirse en empresarios, como hizo la mafia en U.S.A. dejando los negocios ilegales para tener hoteles y casinos, pero, sin dejar nunca de hacer negocios sucios como proveedores del Estado.

2] Artículo 30 [esbozos previos]: Todas las ideologías, asociaciones civiles, etc., ya son del pueblo, y cualquier asociación que intente identificarse como "pueblo" usa una estrategia ilegal para demonizar a sus oponentes con fines hostiles, abriendo verbalmente el camino a una escalada de violencia que debe prevenirse: esta demonización es punible como "discurso del odio".
El Estado no tolera la existencia de justicias privadas, ni la creación de fuerzas paramilitares como la Triple "A" peronista, ni subversivos como los Montoneros peronistas, y obviamente tampoco tolerará la clásica creación de grupos de choque que los partidos políticos o personalistas organizan con sindicalistas e hinchadas de fútbol, ya sea para ejercer la violencia contra sus opositores, como para intimidarlos mediante la presencia masiva en las calles en marchas, piquetes, y actos masivos de proselitismo, de protesta, de apoyo, etc.
No se permitirá un retroceso en los derechos políticos que sustentan a la república en favor de aumentar el poder de los partidos políticos con la excusa de ser democráticos tras ganar una elección, porque eso significa que son muchos y no que son democráticos, ni siquiera eliminando el sistema electoral y obligando a la población a afilirse a un partido político sin chances de votar en blanco ni abstenerse, pues el conteo de fichas no le permite a la primera minoría mutilar los derechos de las otras minorías, y la menor minoría es el individuo. Tales intentos como declararon los constituyentes de 1853 alcanzan para retirarle la personería jurídica a un partido por ser "infames traidores a la Patria".
El nuevo sistema acepta nuevas corrientes de opinión, pero no autoriza a organizar nuevos partidos ni alianzas, pues al no tener los partidos ninguna función en el nuevo esquema institucional, los actuales sobrevivientes son suficientes para cumplir con los derechos de libertad de asociación, y de libertad de expresión, pero, sin ser financiados por el Estado.

[A] No se proscribirán los partidos políticos que puedan sobrevivir de forma pasiva como grupos de opinión, foros de debate, o de difusión doctrinaria, e incluso se permitirá que actúen de forma activa a nivel municipal como auditorías paralelas, porque la transición de la forma arcaica de gobernar hacia la forma novedosa multidemocrática necesita de la sana competencia. No se combate lo que los partidos piensen o digan, pero sí se combatirá al clientelismo que ha sido el combustible histórico de los partidos: una forma de servilismo que traiciona a la democracia y es incompatible con la multidemocracia.

[B] En el futuro quienes deseen competir para desalojar a la multidemocracia como sistema más eficiente para organizar a nuestra sociedad, por ejemplo usando sistemas automatizados o robotizados, insobornables, excentos de todo error humano [aunque sin hombres no hay democracia] tendrán libertad para hacer sus ensayos pero democráticamente deberán hacerlo corporación por corporación [ver tema 31].

[C] No habrá ningún cargo público reelegible, pero sí pueden haber "saltos" entre diferentes áreas mientras se hagan mediante elecciones. No se tolerarán las organizaciones o logias de cualquier tipo [abiertas u ocultas], destinadas a sumar poder infiltrando a sus miembros en el Estado vía nombramientos. El nepotismo ampliando lo familiar también al círculo de amistades, queda prohibido excepto si es "ad honorem".

[D] Los partidos políticos que vayan muriendo no podrán reabrirse. También irán muriendo sus militantes, funcionarios, e ideólogos, y el Estado multidemocrático no rendirá ningún tipo de homenaje a estos actores del viejo régimen, y además retirará todo homenaje ya hecho por ellos a ellos mismos sin haber sido nunca votado.

3] Comentario A: La función que esta Constitución le reserva a los viejos partidos políticos no es subdividirse, ni aliarse, sino aceptar su derrota por un sistema superior y desaparecer lentamente sin violencia. Los partidos son útiles muriéndose, mientras que de proscribírselos obtienen una causa por la que luchar, como ya lo han hecho, incluso, cuando sabían que tenían muy pocas chances de ganar.

Comentario B: Ya tenemos sistemas automáticos que nos gobiernan autoritariamente y limitan nuestra libertad: los semáforos. En una emergencia por ejemplo médica y con la debida precaución de frenar antes de cruzar, un automovilista puede pasar un semáforo en rojo sin ser castigado.

Comentario C: El empleado público sin funciones nombrado gracias a manejos políticos será el primero en ser despedido por el cobro de honorarios sin trabajar, y además se le investigará la relación salario-patrimonio.

Comentario D: Son delitos las necrovenganzas que delatan la estupidez estratégica y la muy limitada inteligencia de los sujetos que merodearon el poder a lo largo de los siglos y en todas partes del mundo. Por cierto que no le cabe responsabilidad al pueblo sobre los disparates que ocurrieron en torno a varios de los cadáveres de quienes corporizaron en vida a alguna ideología política, sino a cierta tara humana necrofílica inevitable hasta ahora, e indigna a nivel institucional. Y también es un delito lo opuesto como santificar o la creación de una mitología heróica en torno a cualquier político.

Comentario E: La imbecilidad de los políticos, algo en lo que se destacó el primer peronismo fascista, sólo genera odios insanos como los que llevaron a alguien a escribir "Viva el cáncer". La muerte inevitable de algunos de los actuales líderes políticos forzarán homenajes desde discretos hasta multitudinarios, y como son más quienes los odian al punto de no respetar su dolor, estos grupos pueden llegar a encontrarse y terminar produciendo una "batalla campal", que podemos prevenir, después de todo el fallecido ni se entera del homenaje, y no necesita que lo acompañen más muertos. La forma más simple es que el Estado tenga el derecho de forzar, por ejemplo a los familiares de Cristina Fernández de Kirchner, a velarla cuando muera y enterrarla en el cementerio de el Calafate.