1] Introducción: "La Nación Argentina adopta para su
gobierno la forma representativa republicana federal..." afirma el art.1 de la Constitución de 1853, escrita en tiempos en
donde el Estado era la organización máxima que podía darse cualquier comunidad que domine un territorio.
Pasados ya dos siglos discutiendo sobre si un Estado debe ser grande o chico, no recapacitamos en que el Estado ha perdido su
supremacía: durante muchos años Argentina fue un "protectorado del capitalismo", con o sin dictaduras y
hasta cambiando de protectores y, la verdad es que el mercado global está sobre los Estados que, o son lo suficientemente
inteligentes como para colaborar, o llevan a la práctica pretenciosas elucubraciones para controlar qué producir, cuánto,
dónde, y a cuál precio, fracasando siempre incluso en la U.R.S.S. y China que salieron de ser una economías rurales
primitivas cuando ya habían varias naciones con economías rurales tecnologizadas, hasta llegar a ser una la segunda
potencia militar mundial, y la otra la tercera potencia militar y la segunda potencia económica mundial, pero, ¿ a
cuál precio ?: el nivel de vida de los rusos era bajo y opresivo, además pese a desarrollar su industria
pesada su PBI siempre fue menor que el de Texas, y el proteccionismo chino que hizo florecer a las ciudades de sus ZEE costeras [zonas
económicas especiales] cuando el interior sigue en otro siglo, implica que el auge exportador chino pone a los chinos a trabajar
el doble y ganando la mitad para que occidente disfrute de sus productos sin tener que transpirar y,
sin saber cuándo, sí sabemos que este tipo de "booms" económicos tarde o temprano colapsan, pero no como colapsan
las burbujas especulativas bursátiles, sino como fichas de dominó paradas para caerse en cadena.
El corporativismo de las empresas aliadas o propiedad de personajes que ejercen el poder
político en las ex potencias comunistas que conservan al autoritarismo y al terror como herramientas del poder, difiere en el
tipo de herramienta de control utilizado en las democracias occidentales que es muy indirecto [al punto que aunque son muy visibles, pues
muy pocos perciben que son herramienta de control], me refiero a los billetes del dinero fiat de cualquier país pues implican
que indirectamente la herramienta en manos
del poder son los Bancos Centrales, más el Banco Mundial y el F.M.I. cuya función no es lucrar cobrando altos intereses
usurarios pues los suyos son los intereses más bajos del mundo, y prestados sin exigir garantías a deudores incumplidores
como Argentina [que encima se queja y no quiere pagarles], sino que su trabajo es vigilar que toda su estructura de fichas de
dominó no se caiga nunca [prueba de ello es que la deuda externa de Luxemburgo "per cápita" es mayor que la de
Argentina cuando su PBI es varias veces menor y le siguen prestando para que pague las cuotas de lo que debe sin hacer tanta ceremonia
ni exposición pública del disparate que hacen no sólo allí: las celebradas y progresistas Suecia y
Finlandia están igual viviendo de arriba "haciendo mutis" mientras prolijamente hacen rodar sus deudas. ¿ Esto significa
que todos viven de arriba y nadie trabaja o lo hacen por debajo de lo que deberían trabajar y producir para solventar sus niveles
de vida y "ejemplares" Estados de Bienestar ?... pues sí: para que trabajen están los mil cuatrocientos
millones de chinos.
Los políticos son intermediarios entre el poder económico y el pueblo de cualquier
nación. Incluso U.S.A., que es la democracia más poblada, es una democracia liberal donde el poder formal reside en su
gobierno pero el poder real está en manos del poder económico y, si en algo coinciden U.S.A. y Argentina, es que en
ambos pueblos reina la ignorancia política, lo que equivale a "cero" poder y baja defensas para no dejarse manipular
dócilmente, y cien veces peor es el analfabetismo de las masas sobre la economía al punto de no ver problemas autogenerados
realmente gigantes y no ven la responsabilidad de los políticos y el Banco Central, y menos la de las deficitarias empresas
públicas nada públicas y 100% partidarias.
La revolución inglesa de 1688, la independencia de U.S.A. en 1776, y la revolución
francesa de 1789, y basta, la democracia dejó de evolucionar, y ese quietismo llevó a experimentar por el absurdo como
con el fascisno, el nazismo y el comunismo, originariamente democráticos movimientos de las masas excluidas por los viejos
sistemas que tan rápido como ascendieron se convirtieron en totalitarismos, mientras que las viejas democracias lentamente
degeneraron deviniendo en corporativismos, que son otra forma de totalitarismo, pero, no sanguinario.
2] Artículo 36 [esbozos previos]: La sociedad se organiza democráticamente a partir de sus trabajadores y no de sus ciudadanos. A quienes pagan los gastos del Estado los funcionarios deberán sumisión y obediencia.
Son los trabajadores quienes definen cuáles derechos conservan y cuáles ceden a los funcionarios con el objetivo de unificar para la Nación a una conducción que les brinde en paz, al entorno de eficiencia administrativa, estabilidad, y previsibilidad económica, para que cada trabajador pueda vivir de su profesión, generar riqueza, y poder cubrir los gastos del Estado con impuestos proporcionales a sus ingresos.
Los empresarios en tanto también trabajan y pagan impuestos, tienen derechos políticos como los de votar y ser votados, aunque sean extranjeros.
[A] No existirá el trabajador plenamente libre en ningún rubro pues todos estarán super-sindicalizados desde su nacimiento en el sindicato paterno o materno como aspirantes, luego como estudiantes, y finalmente como trabajadores, ya sea en el mismo o en otro rubro laboral.
Queda prohibido el trabajo en relación de dependencia. La nueva relación del trabajador con el trabajo será como copropietario de su propio sindicato cooperativo. Todos los trabajadores tendrán contratos de trabajo de por vida indirectamente con el Estado, pues cada sindicato será parte del gobierno, y será el único contratador de mano de obra de su sector de la economía.
[B] Cada super-sindicato que concentre a todos los trabajadores de un área de gobierno, será fusionado con el ministerio correspondiente y convertido en un "Departamento de Estado" con las mismas responsabilidades del anterior ministerio. Entre las atribuciones de los nuevos Departamentos de Estado estará recaudar los impuestos del sector [salud, educación, construcción, justicia, etc.], y fijar aranceles antidumping a las importaciones [atribución del Director del Departamento de Trabajo, en tanto se genere desocupación, como también del de Agricultura y Ganadería, si el sector sufre condiciones desfavorables para competir internamente a causa de los subsidios externos].
[C] El Gobierno Central, una vez operativa la autonomía y democracia
interna de cada Departamento de Estado, sólo se encargará de hacer las auditorías de sus gestiones, más
intervenir mediante arbitrajes en los conflictos entre los Departamentos de Estado, más funciones ceremoniales internas, y
especialmente las externas relativas a mantener buenas relaciones con las demás naciones gobernadas por sistemas
políticos como el que internamente combatimos por sus prácticas desleales.
3] Comentario A: El problema no son las corporaciones que hay, sino las que hasta ahora no hubo, como los supersindicatos cooperativos democráticos y con autoridades de mandatos revocables, con poder monopólico para discutir en un plano de igualdad con los empresarios: si según su criterio el trabajo es un recurso, o una mercadería más dentro del mercado, para el trabajador no es un recurso sino al revés, es una necesidad.
La doble naturaleza del trabajo hace que el supersindicato medie y termine la discusión ofreciéndole una mercadería a los empresarios, mientras que por el otro lado le satisface una necesidad a los trabajadores: trabajo de por vida y con subsidio de desempleo temporal como respaldo para emergencias, obviamente conservando una parte del precio del alquiler del trabajo, sin cobrarle impuestos a ninguno de los dos.
El sindicalismo hasta ahora fue corporativo defendiendo los derechos de los trabajadores, de
los dirigentes sindicales, y financiando al partido peronista, esto permitió que el peronismo pudiese tomar el poder tantas
veces cuando otros partidos no pudieron, y a otros se les hizo imposible mantenerse en el poder, por lo tanto la multidemocracia directamente le dará el poder a los trabajadores, porque no está mal que
teniendo a la mayoría elijan al presidente, lo que está mal es que no lo hagan democráticamante y que los
presidentes electos sean tan malos pero que prive el "espíritu de cuerpo peronista" antes que la buena selección
de funcionarios según su capacidad y decencia.
De esta forma no sólo se blanquea, sino que se obliga a asumir las responsabilidades de manejar mal el poder, tanto a nivel de organizaciones estatales como sindicales.
Las primeras víctimas del corporativismo fueron las monarquías que pasaron a ser constitucionales, y nuestra sociedad sólo evolucionará si nuestro corporativismo [representado no sólo por la corporación sindical] se blanquea constitucionalmente: si ya tienen el poder y no hay forma de que lo cedan, cabe exigirles que asuman la responsabilidad por los errores de sus políticas, estrategias comerciales, y por sus negligencias, o por los negocios turbios hechos con dineros públicos.
El país tiene una administración gestionada por los partidos políticos que convierten al Estado en su coto de caza para pagar la lealtad de sus afiliados repartiendo empleos públicos, pero la iglesia, sindicatos, cámaras de empresarios, propietarios de medios de comunicación, periodistas, dueños de clínicas y laboratorios, asociaciones de profesionales, inversionistas, etc., son los que tienen el dinero, y como analizando la carrera de cada funcionario vamos a encontrar a alguna de estas corporaciones impulsándolo, queda claro que en el alto nivel hay una especie de colaboración entre corporaciones en el sentido definido como "Equilibrio de Nash".
Comentario B: El Estado les cederá poder formal y responsabilidades a las corporaciones más representativas de la clásica actividad estatal, como las obras públicas, justicia, seguridad, salud, y educación, al mismo tiempo que ayudará a organizarse a las corporaciones menos representativas para que exista un nuevo equilibrio del poder, porque cualquier corporación podrá ser más o menos poderosa o exitosa al recaudar dinero, pero la independencia económica que esto garantiza no hará que una corporación sea completamente autónoma sino por el contrario interdependiente.
Comentario C: El Gobierno Central o el Municipal, según
corresponda a cada área, van a auditar a todos los nuevos Departamentos de Estado autónomos, defendiendo el dinero de
los contribuyentes, pero, aunque ésta sea una tarea del Gobierno, las oficinas de "Asuntos internos" de cada
departamento deberán proteger el prestigio de la institución frente al resto de la sociedad, simplemente vigilando el
incremento patrimonial de sus funcionarios y allegados. La publicidad de los actos de gobierno, más la de las
auditorías, más los informes de "Asuntos internos", son un deber de los funcionarios, y una garantía
para los ciudadanos. La integridad del sistema, aunque pueda ser manchada por la falta de integridad de algunos funcionarios
corruptos, no se defiende con censura. Las ideologías keynesianas mienten obligatoriamente porque necesitan que
sus sociedades crean en la ficción de sus monedas, mientras que la ideolgía socialista miente en absolutamente todo, en
cambio, el sistema multidemocrático no puede permitirse ni una sola mentira, por eso debe adoptar la ciencia económica
liberal ortodoxa nacida en 1776 [Adam Smith: La riqueza de las naciones] ya con 250 años de evolución y perfeccionamiento
irrefutable, y en vez de simular una lucha contra el corporativismo ya existente, lo blanquea, lo democratiza, y lo vigila, con una
excepción: la corporación de los políticos desaparece, y la corporación que decida ser socialista será
libre de hacerlo, pero si fracasa quiebra y desaparece sin poder "socializar" su fracaso para que el resto de la sociedad les
pague sus desatinos.
Los pesos y contrapesos de la Constitución [sabemos bien que, por lo regular, funcionan
mal] se reemplazarán por la alternancia de competencias o alianzas entre las corporaciones, cambiantes obviamente según
las circunstancias, blanqueando una realidad sabida: la Constitución no reconoce el poder de las corporaciones, desconoce lo
que es un "testaferro", y así crea una necesidad que los políticos satisfacen y facturan.
El político es un intermediario o un mediador que, sin ser parte de las fuerzas económicas en permanente disputa, se beneficia de ellas [como los abogados se benefician con cada juicio sin importar si ganan o pierden], y en la búsqueda de la "organización nacional" lo hicieron en connivencia con los terratenientes, después los populismos buscando una industrialización que nunca alcanzaron, han hecho pasar fortunas del campo a manos de empresarios incompetentes para competir contra empresas del exterior, pero muy hábiles para conseguir que les subsidien y financien injustamente sus actividades. Finalmente, buscando una modernización que nadie pidió, hicieron una mega transferencia de dinero de los trabajadores y ahorristas hacia el sector financiero y bancario.
El sistema actual tiene cuatro partes: el poder real, el gobierno, los partidos políticos y por último el electorado, mientras que el sistema corporativista tendría sólo dos partes: las corporaciones y el gobierno, ya que el pueblo está integrando las corporaciones sindicales y profesionales y éstas no sólo tienen presencia en el Gobierno Central, sino que además se encargan de determinadas áreas específicas del gobierno, mientras que éste las fiscaliza o audita.
El paso que le falta dar a la democracia no es volver a la elección indirecta del Presidente, sino prescindir de ese tipo de líderes resabio de costumbres tribales, pues esos sujetos aleatoriamente hasta pueden ser "monárquicos" de hecho.
Ya existe un sistema corporativo aunque la Constitución lo ignore y, blanquearlo, sería bueno como sea que se haga. Quienes tienen el poder ni lo reducen ni lo aumentan, lo importante es que nos diremos las cosas de frente, de manera que si alguna medida que se cree beneficiosa [aunque impopular por falta de comprensión], se ejecuta y fracasa, alguien se haga responsable.
La personalidad de nuestros trabajadores, profesionales y empresariado, determinará si quieren dar el salto para hacer crecer al país entre todos animándose a competir contra las grandes empresas extranjeras, o si algunos seguirán acumulando riquezas sobre las carencias de la mayoría de sus compatriotas cautivos, mientras otros se desentienden del problema y emigran.
No propongo que compartan las ganancias de nadie, porque si los empresarios le dan trabajo a la gente, bien ganadas que las tienen. Me refiero a terminar con esas pequeñas y miserables maniobras entre empresarios y políticos para quedarse con un 0,2% de aquí y un 0,5% de allá, con lo que un día abren un polo industrial en una provincia y dos meses después lo cierran porque les conviene ponerse a importar [que estas maniobras hoy sean posibles gracias a alguna ley firmada por nuestros democráticos diputados, no suaviza las cosas para nada].
Dijo Edmund Burke: "Las reformas para que sean eficaces deben ser moderadas", Ortega y Gasset agregó más lapidariamente: "El revolucionarismo extremo es una actitud ingenua e inmadura que suele obtener lo contrario de lo que se propone", y mi maestro Félix Loñ escribió "El objeto de toda política es influir sobre la realidad, por lo que debe partir de ella para poder ir hacia ella. Con la realidad se puede hacer cualquier cosa menos desconocerla. Lo contrario impondrá un costo muy alto: la destrucción y pérdida de vidas y bienes que hubieran podido evitarse con la moderación derivada de la habilidad y la inteligencia".
Pues bien, en mi sistema lo revolucionario no está en cambiar de sistema sino en decir la verdad sobre el sistema. El cambio de camino para obtener el dinero con el que cada departamento cubrirá sus gastos ya sin recurrir más al Ministerio de Economía, es una indiscutible eliminación de intermediarios demasiado caros, y no una revolución.
El poder y la libertad para gestionar lo tendrán los profesionales de cada área, y el poder de auditar reemplazará al poder de ejecución del "ejecutivo", que de ejecutar las leyes del poder legislativo pasó a acumular poder y eliminar controles como para poder legislar por decreto, y después de burlar así a la Constitución, pasar también a burlar a la democracia gracias al clientelismo que sólo pudo hacerse gracias al manejo discrecional de los fondos públicos, o sea, por la carencia de poder o la falta de valentía de los auditores del Estado.
La definición de Lincoln "...el gobierno del pueblo, por el pueblo, y para el pueblo", será más fácil de practicar dentro de nuestras respectivas corporaciones, en vez de sobre todo un gobierno.
El corporativismo no es una revolución, es la realidad como ya sabemos que es, y ni siquiera implica psicológicamente aceptar que se ha fracasado con la amada democracia, pues no se fracasa sino que se pasa a una democracia varias veces más participativa.
Sólo hay que renunciar a la vieja mentalidad paternalista, renunciar al "gran hermano", y descartar la creencia en la
santidad del voto: el voto está pervertido por la publicidad, propaganda, y por el hambre "clientilizado", y eso es
irreversible.
El manejo directo de fondos específicos traerá un gran ahorro por pagarle únicamente el sueldo a nuestros representantes, y no al de los obreros metalúrgicos, o a los camioneros, o a los que sean que estén al frente de la C.G.T. gracias al apoyo de las 62 organizaciones peronistas [que nadie sabe qué cosa son].