[39] EL TRABAJO

1] Introducción: El fin del siglo XX marcó un avance revolucionario en informática y genética de tal magnitud que muchas eficientes tecnologías anteriores pasaron de la noche a la mañana a estar irreversiblemente condenadas a muerte.
Estas revoluciones, sin embargo, resultaron primitivas en cuanto a la relación con el trabajo, de hecho, el final del siglo XX ocasionó un retroceso para los derechos y conquistas de los trabajadores de modo que es posible afirmar que esta "tercera revolución industrial" se comportó realmente como una segunda "primera revolución".
Claro que esto no ha sido responsabilidad de los genios del Hardware y el Software, sino de los capitalistas que hicieron que esas revoluciones salieran de los laboratorios y se transformasen en artículos de consumo. La revolución neoliberal que precedió el proceso y que después se potenció gracias a él, no sólo se manifestó como una revolución en la gestión de negocios al ritmo acelerado que permitieron la informática y las mejores comunicaciones, sino que sacudió las políticas económicas de los Estados y, con los megabeneficios que trajo, no era necesario que los costos para pasar al sistema nuevo hayan necesitado usar como variables de ajuste a los salarios y la desocupación vía mudar la producción a cualquier rincón perdido del planeta con menos impuestos o más bajos salarios, y eso trajo consecuencias... y vaya si las trajo: ¡ hoy vivimos rodeados de lujos tecnológicos de prestaciones insólitas que generalmente subutilizamos !
Esto no sólo ha sido innecesario sino que terminó siendo contraproducente conduciéndonos a todos a una crisis de la que no escapó el poder económico, y la explicación al retroceso en las condiciones laborales está en que con las empresas al filo de la quiebra, ante la posibilidad de perder el trabajo, es preferible perder a todas las conquistas sociales y trabajar en el mercado informal o "en negro"... ¡ si se tiene suerte porque muchos trabajadores han pasado a ser inútiles que no se pueden reconvertir en nada necesario para el mercado laboral del siglo XXI !
Los trabajadores y la patronal no tienen intereses opuestos [a los empleados les va mal si a "su" empresa le va mal] y, por eso, sus intereses son convergentes por lo que si tienen conflictos lo más práctico es que los discutan entre ellos sin usar de mediador a todo un ministerio con su correspondiente gasto [para el caso del trabajador el gasto es doble ya que de sus sueldos sale el dinero para pagar tanto a la burocracia estatal como también los honorarios de sus sindicalistas].
En el nuevo sistema, a diferencia del anterior Ministerio de Trabajo al que se acudía para mediar en una crisis entre la patronal y los trabajadores, el nuevo Departamento de Estado del Trabajo tiene toda la información disponible para predecir las inevitables quiebras [por ejemplo de tecnologías que se vuelven obsoletas] para elaborar estrategias de reconversión si los empresarios carecen de iniciativas más allá de hacer lobby para cerrar la importación de aparatos modernos, y los empleados carecen de ideas diferentes a la de nacionalizar la empresa con el dinero de terceros que han pagado sus impuestos para otras cosas que regalárselo a empresarios ineficientes, o a sindicalistas que se vuelven socialistas en las malas... ¡ y encima a lo malo, lo empeoran !
Los problemas del trabajo son siete. Primero: una inútil resistencia a la flexibilización laboral que se supera en parte gracias a la informalidad [y no por los subsidios para marchar o hacer piquetes]. Segundo: la falta de flexibilización frena el surgimiento de nuevas empresas lo que agrava el problema. Tercero: aumentó la población con menos empresas instaladas y por ejemplo en el mundial de Argentina se tenían 25 millones de habitantes que para el mundial de Qatar ya eran 47 millones de habitantes. Cuarto: la competencia china. Quinto: la industria del juicio laboral. Sexto: el empleo público supernumerario. Séptimo: el robo a los trabajadores que representa el sistema jubilatorio.

2] Artículo 39 [esbozos previos]: No hay más dueño del trabajo que el propio trabajador que será socio de su propio supersindicato de afiliación obligatoria y monopólica por sector, que se encargará de ofrecer su trabajo, cobrar, vigilar que las condiciones de trabajo sean las óptimas, igualando el poder de contratación en manos empresariales, fijándole un "nivel" al valor del trabajo para utilizarlo como "metro patrón", y defendiendo las pretenciones salariales de cada persona de acuerdo a su calidad, mediante un registro veraz de antecedentes calificados entre el supersindicato y empresarios reconocidos por la cámara sectorial.
[A] La Nación pasará de ser una democracia de partidos y ciudadanos, a ser una multidemocracia de trabajadores agrupados en sus corporaciones profesionales para ser simultáneamente parte de los mercados como comerciantes ofertantes de mano de obra, e instituciones estatales democráticas, con un órgano legislativo al que se accede por sorteo, uno ejecutivo al que se accede por concursos, y una auditoría externa.
[B] Los contratantes de mano de obra simplemente pasarán a alquilársela abonándole por adelantado al supersindicato, que les retendrá a sus socios los porcentajes que ellos decidan en su congreso, para el seguro social que solidarizará los gastos en salud, para invertir en capacitación, para crear un fondo de desempleo, y para tener un fondo de retiro, pues las jubilaciones pasan a ser eclusivamente sindicales y cada uno decidirá si continúa el sistema de reparto transferido desde el Estado, o adopta otro sistema.
[C] Se podrá cambiar de supersindicato, y hasta fundar nuevos, pero no crearlos para competir entre ellos, más allá de que haya competencias naturales entre algunas profesiones.
[D] La demostración de subfacturaciones y pagos o beneficios adicionales a un trabajador, le permitirán al supersindicato sancionar a la empresa contratante, pero no a pagar excepto al desquiciado sistema previsional de reparto que ha perdido su razón se ser. La sanciones de ningún tipo podrán recaer en el trabajador que tiene todo el derecho a obtener lo máximo por su trabajo, ni para la empresa que le ha hecho un favor al trabajador, pero, la ley es para todos y si el 1% pagó, aunque el dinero evadido no fue a engrosar los fondos previsionales que hoy han desaparecido, el 99% que hizo trampas va a tener que pagar.
[E] Cada trabajador es libre de cambiar de trabajo incluso si como afiliado de un supersindicato trabaja para el mismo supersindicato. Para que los trabajadores cambien de empleo pasando de un sindicato a otro, o el trabajador, o el nuevo sindicato, deberán comprar su pase.
[F] El empleador alquila y paga por "X" cantidad de horas/hombre y el supersindicato es libre de mandar a dos o tres profesionales para cumplirlas. El empleador es el supersindicato, y el alquilante puede rechazar sin justificación a un empleado cualquiera que le envíen sin importar si se trata de decisiones evidentemente discriminatorias. Así, los trabajadores consiguen que el supersindicato les cumpla todo lo que por siglos no pudieron hacerle cumplir a los empleadores, mientras que al mismo tiempo, para los empleadores la flexibilización laboral es total, sin límites ni siquiera morales, porque ya no están contratando a ninguna persona sino un servicio pagando por adelantado, y si no les ha gustado el servicio, están en su derecho de no volver a contratar.
[G] El supersindicato administrará fondos de pensión y seguros de riesgo laboral, y con ellos podrá funcionar como financista para empresas del sector cobrándoles tasas menores a las que cobran los bancos, a cambio de un porcentaje en las ganancias y tomando a sus instalaciones en garantía.
[H] Las deudas del Estado con el sistema previsional no prescriben nunca. Con el sistema actual virtualmente quebrado y sostenido como un engaño, seguramente a las futuras jubilaciones no se las pagará el trabajador activo al pasivo, y los haberes jubilatorios se originarán en las rentas producidas por el dinero retenido del salario durante años, de modo que cada trabajador se pague su propia jubilación.
[I] Los extranjeros tendrán el derecho de afiliarse libremente en sus respectivas áreas, ya se trate de residentes definitivos o inmigrantes temporarios en zonas de frontera. La adquisición de los derechos sociales correspondientes es automática, exceptuando al subsidio por desempleo que es un derecho que se adquirirá al segundo año de trabajo contínuo salvo que una ley interna del sindicato ponga otro límite. Los trabajadores temporarios en zona de frontera incluirán entre sus conquistas sociales a los viáticos.
La contratación de trabajadores ilegales, sólo es una infracción para el contratante. Al trabajador extranjero no se lo deportará, ni se le prohibirá trabajar, ni se le confiscará su salario.
[J] La relación entre el afiliado y su supersindicato deberá tener un trato personalizado. Los negociadores o "representantes" son a su vez trabajadores que aunque son elegidos por los trabajadores, cobran su sueldo del supersindicato.
[K] El subsidio de desempleo exigirá el cumplimiento de pasantías en empresas públicas siempre necesitadas de personal en las áreas de atención al público que requieren de muy poca inversión de capital por empleado. La empresa o dependencia pública que recibe personal subsidiado hasta podrá cobrar por la capacitación de éste según lo que determinen sus reglamentos internos.

3] Comentario A: La célula básica de nuestra organización es un ciudadano negligente despreocupado del estado de los negocios públicos, y pasaremos a ser una democracia de trabajadores en donde la condición de trabajador, o de aprendiz para los más jóvenes, será la que otorgue derechos civiles y sociales: quien no trabaje ni tenga un proyecto de trabajo futuro estudiando, será un parásito para la sociedad [excepto niños, enfermos, amas de casa, y jubilados].
El ciudadano carece de intereses concretos a diferencia del trabajador con interés por trabajar, mejorarse, y conseguir permanentes mejoras en sus remuneraciones.
Como trabajadores tenemos derecho a participar en los concursos para elegir autoridades sindicales, como candidatos, como fiscalizadores de los concursos, o inscribirnos en los sorteos según se lo reglamente en cada supersindicato, sin más elecciones al estilo antiguo con "proselitismo". Como ciudadanos si no estamos afiliados a algún partido político no tenemos ningún derecho a ser elegidos, pero, en una multidemocracia sí.
Sin importar si se trata de un sindicato de miles de personas, un colegio profesional, o una cámara de 20 banqueros, el sistema no tendrá toda la pompa del viejo sistema democrático de partidos, pero es mucho más democrático que votar listas sábanas uno de cada 104 domingos, o tener internas partidarias o sindicales "de terror", ganadas siempre con un número ridículamente bajo de votantes "clientísimos".
El ciudadano activo que surgió después del feudalismo se agotó al conquistar sus demandas de democracia, igualdad, y seguridad, para convertirse en un ciudadano pasivo, excepto por las últimas reivindicaciones aún pendientes para la mujer, como eliminar los cupos que las subestiman.
Se debe avanzar contra la informalización de la economía mediante el pago exclusivo de los salarios por intermedio de los supersindicatos que serán los nuevos empleadores monopólicos.
El trabajo está en la frontera entre la organización social y la desorganización "formal" de los mercados que son por naturaleza libres y anti-regulaciones, y como una república de trabajadores no puede tener población redundante, como el grueso de las mujeres que al mismo tiempo que trabajan en sus hogares no son consideradas como trabajadoras, o una parte importante de los que reciben algún tipo de subsidio público y al mismo tiempo tienen un trabajo en negro, la única solución es convertir a las asociaciones de trabajadores en empresas autogestionadas dedicadas a vender o alquilar "trabajo" según las leyes de la oferta y la demanda, o sea que los supersindicatos serán por un lado regulación, estatismo monopólico, y Estado benefactor, mientras que por el otro lado serán empresas liberales, encontrando así el equilibrio que el sistema nunca tuvo entre la flexibilización laboral inevitable [por el lado del desempleo], y la deseada seguridad social inalcanzable para las mayorías.
La única forma para que el sistema no tenga excluidos es que la inclusión sea obligatoria: ser estudiante, aprendiz, trabajador, ama de casa, o jubilado. El trabajo informal ha sido la respuesta natural a un sistema benefactor ineficiente aplicado en un entorno económico cambiante [la aparición del sector servicios, la irrupción de la mujer, y niveles crecientes de automatización que redujeron al mínimo el número de operarios].
Todos los trabajadores tendrán seguro de desempleo y salud, que incluirá a las etapas no productivas de la vida como la ancianidad, infancia, y la etapa de capacitación, más todos los beneficios sociales a cargo del supersindicato que los contrata de por vida y que es de propiedad de sus mismos trabajadores, por lo tanto votan a sus administradores, legislación interna, implementación y regulación de los beneficios sociales [porque son socios] internos de su sindicato, solventándolos con sus ingresos.
Obviamente el supersindicato le facturará más a los empresarios de lo que les pagará a los trabajadores, y aunque tenga el monopolio de la oferta de mano de obra por sector, al momento de fijar el valor del trabajo de sus socios no quedará excluido de tener que cumplir con la ley de la oferta y la demanda y si pone valores muy altos para la hora de trabajo, o si el diferencial entre lo que cobra y paga es muy alto, se deberá enfrentar a otros supersindicatos que quieran atraer capitales hacia su sector, pues sólo el aumento del capital invertido en el sector aumentará los salarios, pues todo lo demás no es sino una transferencia de ingresos adornada con discursos populistas: un sueldo artificialmente alto para un empleado, implica que otro quedará desocupado y cobrando subsidio de desempleo, gracias a lo que se descuenta de los salarios de quienes trabajan.

Comentario B: Las empresas y particulares alquilantes pagarán por adelantado el valor del alquiler del personal por el tiempo solicitado sin pagar ningún beneficio social adicional: la flexibilidad laboral es absoluta, y al mismo tiempo la cobertura social es absoluta pues el sindicato no puede incumplir con los derechos sociales ampliados de sus propios dueños.
El empresario sólo alquila horas de trabajo especificando el tipo de profesional que necesita y el supersindicato se lo proporciona y hasta se lo cambia si no es de su agrado.
El empresario se desliga de toda otra responsabilidad hacia el empleado, como el de hacer aportes patronales, pagar indemnización por despidos, ni pagar vacaciones, antigüedad, salario familiar, ni tendrán que discutir si el período de prueba debe ser de tres meses o tres años, ni pagar indemnizaciones por accidentes de trabajo pues las inspecciones que vigilen la seguridad laboral serán responsabilidad del supersindicato al igual que su seguro por riesgo laboral, porque el empresario ya no será el "patrón" sino el supersindicato y los empresarios sólo "alquilan" personal pagando por mes, al principio y no al final, como todo alquiler.
Si un empresario requiere de un electricista por 21 días, el supersindicato puede enviarle a tres electricistas por 7 días cada uno, salvo que el empresario pida específicamente a un electricista con el que ya trabajó antes, o uno muy bien recomendado, ofreciendo pagar una "prima" subiendo el sueldo.
Si el supersindicato de la Salud tiene a un cirujano por años en determinado hospital privado, al inaugurarse uno nuevo puede reubicarlo en éste último y mandar un reemplazante al primero sin consultar al contratante, igual que las empresas que se venden y cambian de dueños o gerentes sin consultar a sus empleados.
Si el primer hospital quiere recuperar al médico más experimentado, el supersindicato escuchará ofertas [las "primas" anuales, aumentos de sueldo, o ambos], y comenzarán a funcionar de una buena vez, los aumentos de sueldo gracias a la oferta y la demanda [aquí a los profesionales les convendría tener, en vez de "delegados", a representantes como los de los futbolistas, o agentes como los de los artistas, que permanentemente busquen dónde colocarlos a mejor precio].
Sólo así se acaba para siempre la cuestión de la desigualdad de poder en la contratación de mano de obra.
Con desocupación el supersindicato puede mandar a la empresa al profesional que le pidan pero para trabajar seis horas en vez de ocho, más otro profesional para cubrir esas dos horas [durante las que el primer profesional hará docencia], se completan así las 8 Hs. por las que han pagado y se aprovecha mejor al más experimentado formando nuevos profesionales [como con desocupación los salarios nunca suben, por lo menos se premia a los mejores profesionales con menos trabajo]. Esto es obviamente diferente al mito [que por ciclos resucita], consistente en reducir por ley la jornada laboral [y sin reducir el salario] para forzar a la patronal a contratar más empleados. Como esto no es otra cosa que un aumento de sueldo indirecto, va a causar el mismo efecto que cualquier aumento de sueldo directo por decreto: más desocucpación, inestabilidad laboral, conflictividad social, pérdida del ritmo de producción en las empresas con más personal y por lo tanto más afectadas, lo que todo sumado implica una pérdida en la calidad de vida de la sociedad.
Milton Friedman fue invitado a dar una conferencia en la China que comenzaba a deshacerse de su pasado comunista entrando de una forma bastante heterodoxa al mercado globalizado neoliberal. Pues bien durante su viaje vio a miles de trabajadores cavando con palas a una larga zanja que, después le informaron, una vez terminada sería el canal más largo del mundo. Asombrado Friedman preguntó por qué no estaban usando retroexcavadoras y, para agrandar aún más su asombro, la respuesta fue que de ese modo le podían dar trabajo a más personas, entonces el genial "Monstruo de Chicago" repreguntó: "¿ y entonces por qué en vez de palas, mejor no les dan cucharitas de café ?".
Lo que Friedman hizo fue exponer de una forma extremadamente absurda a una situación que ya era absurda, consistente en hacer algo mal, o incluso hacerlo bien pero de una forma intencionalmente ineficiente. Definitivamente, sin importar la excusa utilizada: si se hace algo mal no se va a obtener un buen resultado [lejos de la China famosa por tener refranes y dichos populares para todas las cosas, en Argentina decimos: "lo barato sale caro"]. Si las cosas hubiesen estado bien hechas de entrada, con el ahorro de tiempo y dinero aportado por las retroexcavadoras, los chinos pudieron haber hecho tres canales, finalmente empleando a más trabajadores, y beneficiando a varias regiones del país, mejorando la calidad de vida de la sociedad.
En síntesis, en contra de las creencias mayoritarias, la tecnología no genera desocupación sino la reubicación de la fuerza laboral en donde realmente se necesite [atención: no en donde el trabajador quiera trabajar, sino en donde se necesite]. Y lo mismo pasa con el dinero que tiene que ir a donde se lo necesite: si un empleador se ve forzado a pagar mayores salarios por una antojadiza decisión política/ideológica, ese dinero no lo podrá invertir en su empresa mejorando sus servicios al cliente al mismo tiempo de mejorar el rendimiento y hasta la seguridad de sus empleados, e incluso si un empresario no quiere mejorar la seguridad de sus empleados sino que prefiere comprarse un nuevo auto de lujo, al no contar con ese dinero por los mayores salarios que tuvo que pagar, como consecuencia indirecta de esto el fabricante de autos de lujo tendrá que despedir personal... y la sociedad en general obviamente se perjudica.
Con el sistema del sindicato como empresa monopólica dedicada al alquiler de mano de obra, si el empresario solicitante no pagó una prima para tener en exclusividad a determinado profesional, se le pueden enviar a dos que hagan medio turno, o lo que sea necesario cuando eventualmente haya desocuapción y entren a mediar cuestiones psicológicas que el sindicato debería prevenir entre sus afiliados [los largos períodos de desocupación causan depresión]. Por el contrario, en casos de plena ocupación el sindicato no podría cubrir los reemplazos por enfermedad, licencias, vacaciones, etc., y como los alquileres de mano de obra los cobra por adelantado, no puede incumplir con la cantidad de horas por las que se ha pagado, entonces, el sindicato se vería forzado a tener siempre a un porcentaje de afiliados intencionalmente desocupados, muy bien pagados, muy adaptables, y especializados en hacer suplencias. El trabajo de estos trabajadores mientras no trabajan, sería visitar a sus colegas e informarse.
Históricamente el trabajo tiene dos politícas: por la suba en el primer mundo, y por la baja en el tercer mundo, aunque en ambos casos se llegó al nivel de salarios actual "trampeando" a los mercados que no son libres sino altamente regulados. De ser libres, la oferta y la demanda causarían grandes desniveles entre las profesiones, con mucha movilidad, y muy excepcional permanencia de un trabajador en una sola empresa durante toda su vida productiva [hoy ese tipo de desniveles se ven, pero entre las gerencias y los trabajadores].
Aunque fácticamente para los mercados el trabajo sea una mercadería más que se debe comprar junto con los otros insumos, presenta la peculiaridad de no ser pagado por adelantado, pese a ello, el trabajo se vende como una mercadería y hay quienes compran y quienes venden manteniendo un problema legendario de la humanidad: la desigualdad de poder entre, por un lado, el que ofrece su trabajo, y por el otro, entre los que eligen a quién contratar, en qué condiciones, y por cuánto dinero, sin discutir.
Mientras esto sucede frente a la vista de todos, para la teoría ortodoxa liberal esa desigualdad simplemente es un mito: el empresario no tiene ninguna posición de superioridad desde el momento en que ni siquiera puede fijar el precio del salario porque a éste lo determina el mercado. Sea como sea, la conversión de los sindicatos en empresas monopólicas soluciona el problema: como van a estar obligados a pagar subsidios de desempleo, jubilaciones, contratos eternos, salario familiar, antigüedad, salud, capacitación [doble: obviamente la del área de cada sindicato, pero también la de administración de empresas adaptada a su nuevo status], finalmente a los sindicatos no les va a quedar otra salida que tener que tragarse todo el populismo que han estado mamando durante más de 100 años, aprender del liberalismo que detestan sin saber que les conviene, estudiar la "Teoría de precios" [porque el salario es el precio del trabajo, y no lo que se les debe pagar porque eso es lo que los trabajadores argumentan que necesitan], y olvidarse del Estado, porque el sindicato prácticamente se habrá convertido en un mini-Estado benefactor, al mismo tiempo que va a ser inevitablemente una mega-empresa.

Comentario C: Esto será como en el fútbol donde el club que formó desde las inferiores a un jugador es el dueño del pase y usará a ese jugador en su equipo o lo venderá a otro, así el supersindicato usa a los médicos que formó gratis en sus universidades para trabajar en sus propios hospitales, o los alquila a instituciones privadas, o a instituciones corporativas como las obras sociales.
Otro ejemplo puede ser el del supersindicato de periodistas. Este se trata de un rubro en donde predominan los izquierdistas, y que tiene sus propias escuelas, y que en el futuro pueden administar su canal de T.V., emisora de radio, y hasta diarios y revistas, pero, la cooperativa incluye a periodistas de derecha, y entonces dirigentes izquierdistas deberán negociar con los dueños de medios privados por determinados periodistas de derecha, tratando de cobrarles su alquiler lo más caro posible, aunque eso implique el hacerle ganar un salario mejor que el pagado a sus propios periodistas de izquierda.
El negociador por el supersindicato puede ser de izquierda, pero si no coloca a ese periodista en un canal de derecha, luego los canales de izquierda no lo querrán ni regalado y entonces le tendrá que comenzar a pagar subsidio de desempleo cuando él podría estar generando ingresos para su supersindicato.
La ley de la oferta y la demanda no toma partido por uno u otro lado de la negociación y, aunque a algunos "no les entre", sólo busca el punto de equilibrio sin segundas intenciones.
Este sistema de ninguna manera propone, justificándose en los abusos anteriores, permitir nuevos abusos de signo contrario, por lo tanto cada periodista [o trabajador de cualquier actividad] elegirá al negociador o representante que más le convenga.
Un operario o un profesional pueden conseguir ofertas de trabajo superiores a las gestionadas por su supersindicato y, excepto que haya cobrado "primas" por exclusividad, no tiene ninguna obligación contractual con las empresas: el supersindicato lo seguirá representando en la nueva negociación de contrato, le enviará a un reemplazante al cliente anterior, le pagará su salario y prima al trabajador cuando corresponda, y tambien le pagará su parte al representante que le ha hecho ganar más dinero al sindicato.

Comentario D: Si los patrones pasan a ser "clientes" que compran lo que el supersindicato vende, entonces parte del negocio será saber cuidarlos. Si en casos como éste el empleador paga más de lo pactado, y no menos, no puede ser sancionado con punitorios.
Trabajos adicionales "en negro" y subfacturaciones no implican tanto una traición del trabajador involucrado para con sus colegas con los que "coparticipa" sus ganancias mensuales porque sabe que recibirá más en otro momento de su vida, sino una mala gestión sindical de la que es justo protegerse, o de un mal control y una mala política de las organizaciones sindicales cuidando su propio presente, en vez del futuro de los trabajadores al llegar a la edad del retiro. La jubilación debería ser un simple ahorro forzoso visto el comportamiento general "dispendioso" con el dinero, pero también puede definirse como un salario por algo "pre-trabajado", o sea que el trabajador trabaja cierta cantidad de tiempo cada día que no se le pagará a fin de mes sino dentro de varios años, entonces... ¿ quién debería guardar ese dinero ?, pues hasta ahora lo han hecho los políticos y se lo gastaron criminalmente estafando a los jubilados, hubo una breve experiencia con administradoras de fondos de pensión que no cumplieron con las expectativas pero sin llegar a los niveles de perversión de los peronistas que les han regalado jubilaciones a quienes nunca aportaron al sistema ni un solo peso, entonces, sólo resta dejarles el dinero de los trabajadores a los mismos trabajadores.
Como sea que se concrete la regularización de estos trabajadores que deben cobrar en la vejez lo que ya han trabajado, el problema de las jubilaciones obsequiadas debe resolverse primero en la justicia, y después votando, porque eso no puede tener un final feliz y habrá que ponerse de acuerdo para hacer lo menos malo de una vez y no seguir estirando el problema en el tiempo, porque "a la peronista" no se le soluciona el presente a los jubilados actuales, y además se les garantiza a los trabajadores de hoy que no va a tener una jubilación digna sino miserable en el futuro.

Comentario E: En casos excepcionales las mejoras pueden ser extra salariales, como por ejemplo cambiar de trabajo porque el prestigio de algunas empresas le permitirán sumar experiencia y pasar a facturar mejor su trabajo en el futuro, o incluso por la ubicación en zonas privilegiadas por el trabajador, pero, en estos casos el supersindicato no puede perder dinero, y la diferencia entre lo que el alquilante paga y lo que el trabajador cobra se ampliará, obviamente, con su firma.

Comentario F: A cualquier tipo de injusticias las reparará la solidaridad interna del supersindicato que, si tiene a un técnico discapacitado sin poder colocar, además del subsidio de desempleo, bien puede darle trabajos internos en su área de capacitación. Para que cualquier empresario pueda ver que éste sistema es el que tiene más flexibilidad laboral en todo el mundo, nadie le pedirá solidaridad ni altruismo ni a las empresas más solventes pues eso no implica dinero para el sistema sino fuga de empresas. La indignación y el enojo que pueda tener la sociedad porque una empresa es "desalmada", no le va a pagar el pan a nadie.
Si por prejuicios los empresarios prefieren ingenieros rubios con cara de alemanes, en el supersindicato los obligan a cambiarse el apellido por el materno si es necesario, y obvio, les tiñen el cabello, les prohiben tomar sol, y los facturan más caros. Esto no sólo es bueno a nivel salarial, sino también a nivel de las coberturas sociales que el supersindicato debe pagarles a los que ganen menos dinero. Además, un sujeto rubio mediocre sobrevalorado "se inspira" y trabaja mejor, mientras que un buen trabajador moreno subvaluado a la larga terminará deprimido y trabajando "a reglamento", de modo que ganarán todos si el supersindicato hace inteligencia sobre las empresas para no mandar a uno de los suyos a fracasar desde antes de entrar a la cancha.

Comentario G: Algunas veces con poco dinero recibido rápido se pueden evitar quebrantos y tener que pagar después los subsidios de desempleo. Las instalaciones tomadas como garantías pueden ser valuadas por los mismos operarios del supersindicato mejor que nadie, y en caso de ejecutarse las garantías, el supersindicato puede vendérselas a cooperativas de sus mismos trabajadores, especiamente si el supersindicato puede asegurarle la compra de una parte importante de su producción generándole ahorros a una parte y seguridad a la otra.
La auditoría determinará cuáles ayudas son posibles sin poner en riesgo al patrimonio del supersindicato, pues una cosa es ayudar en tiempos difíciles y otra es tener que pagar por los pecados de otros.
La futura relación con las cooperativas dueñas de empresas así adquiridas debería ser, sanamente "a cara de perro".

Comentario H: Si para recomponer las cajas previsionales hay que vaciar el tesoro nacional, cuando ellas depositen el dinero bien pueden hacerlo en el mismo tesoro limitándose el proceso a mover certificados en vez de dinero. Mientras el dinero no se convierta en dólares para fugarse del país, no importa si se lo guarda en el Banco Central o en la caja fuerte del sindicato.

Comentario I: A los inmigrantes ilegales el trabajo los dignifica, pues conseguir un buen trabajador es más importante que cumplir con los papeleos de la burocracia estatal. La falta de trabajo desespera a la gente y la lleva al delito y, evidentemente primero hay que evitar el hambre, segundo el delito, y tercero hacer felices a los funcionarios de inmigraciones.
Si para determinados emprendimientos no alcanzan los profesionales del país, los supersindicatos pueden traerlos priorizando a los países limítrofes, negociando con los supersindicatos vecinos el valor del "pase" [si en ese país no hay supersindicatos, directamente con el empleado], esta selección de personal se haría en nuestras embajadas y consulados para evitar el arribo de trabajadores sin ningún contrato a "probar suerte" que, si quieren venir igual no habrá forma de detenerlos, pero, así sería más prolijo y se evitarán "tiempos muertos" desocupados y en un país que desconocen.
Para los empleadores, la selección de profesionales en el exterior para asegurarse su exclusividad estará permitida, pero, tendrá que afiliarlo en el correspondiente supersindicato, y si estúpidamente no se lo hace, pues nos condenaremos al trabajo extranjero en condiciones de "dumping".
Si vamos a ser un país liberal, seámoslo en un 100% y no sólo en donde les conviene a algunos. El techo al salario que un supersindicato de técnicos podrá pelearle a los empresarios, estará limitado por el piso que tengan los sueldos del supersindicato de ingenieros locales, y no por lo que cueste traer a un técnico extranjero nacido en un país más pobre.

Comentario J: Dentro del supersindicato cada trabajador podrá elegir representantes o agentes que a diferencia de los viejos delegados estén capacitados por el sindicato para negociar contratos más beneficiosos "a comisión" seleccionados entre los mejores negociadores naturales, o entre los trabajadores cercanos a la edad de retiro, hábiles para evaluar a trabajadores y contratantes.
Las diferencias entre los estilos y la calidad de los trabajadores deben respetarse, para que los supersindicatos no se nos conviertan en colmenas de mediocres.
En tiempos de la primera revolución industrial, según la leyenda negra, cualquier reclamo social era contestado por la patronal con balas y, los primeros dirigentes gremiales, terminaban apuñalados en extrañas riñas callejeras.
Los tiempos del sindicalismo fuerte coincidieron con los de las grandes empresas nacionalizadas, pero, no se tuvo equilibrio siendo fuertes contra la patronal pero sumisos con los partidos políticos.
Con el repliegue estatista y las privatizaciones, esos sindicalistas no desaparecieron sino que perduraron por ser sobornables e insensibles a que los trabajadores queden a merced de los capitalistas, sindicalistas sólo "combativos" cuando hay un gobierno de signo opuesto, pero, no contra gobiernos propios, ni contra las empresas más abusivas que son las que suelen tener a dirigentes políticos, o a sus testaferros, en sus directorios.
El crear estos supersindicatos para ser la organización de trabajadores en un sistema sin partidos políticos, parece ser la única solución para cuestiones de representatividad y capacidad negociadora, por un lado, más absoluta flexibilidad laboral y simpleza administrativa, para el lado del capitalismo triunfante, en el sentido más amplio imaginable: sus antiguos adversarios sindicalistas ahora van a ser colegas empresarios capitalistas. Si todos son empresarios [los trabajadores son accionistas y por lo tanto dueños de su sindicato], se acaban al mismo tiempo y definitivamente el mito marxista de la teoría de la explotación, la plusvalía, y el salario de subsistencia.
En este sistema el sueldo irá aumentando por la acumulación de capital de la sociedad, combinado con los logros de cada individuo al ganar el respeto de los empleadores dispuestos a pagar primas anuales y "alquileres" acordes a sus diferencias de productividad o talentos, posibilidad de progreso que en el sistema actual no existe y frustra a cientos de buenos trabajadores igualándolos a todos hacia abajo.
Las leyes de mercado se impondrán como siempre lo terminan haciendo, independientemente de la resistencia que los políticos "no-liberales" les opongan y de las chicanas que los capitalistas "liberales-cuando-les-conviene" inventen.
Lamentablemente los empresarios liberales parece que por miserables, ignorantes, o tontos, desperdiciaron las ventajas de la competencia para mejorar la calidad de la oferta de mano de obra.

Comentario K: Esto evitará el intento del trabajador de cobrar el subsidio y por otro lado trabajar en negro, y también que los dirigentes sindicales cobren mal dinero por enviar personal gratuito a empresas o municipios dirigidos por políticos amigos.