1] Introducción: Próximamente el personal militar y
policial por su edad será insospechable de haber actuado durante la dictadura militar de fines del siglo XX, pero como
difícilmente [incuestionable, pero legalmente imposible desde el punto de vista laboral] se excluya a todos los
instructores y colaboradores civiles que hayan servido durante la dictadura, un nuevo Estado debería tener una nueva
fuerza central que responda al crímen moderno capacitada por instructores seleccionados por concurso internacional, y
varias fuerzas periféricas provinciales no completamente limpias permeadas básicamente por el narcotráfico, aunque de hecho tener fuerzas completamente limpias
será imposible pues siempre habrán sujetos nacidos en cualquier época y lugar con tendencia al abuso de la
fuerza y hasta propensos a cometer delitos con o sin el uniforme puesto.
2] Artículo 48 [esbozos previos]: El monopolio para el uso de la fuerza recae en el Estado, pero, sus diversas fuerzas especializadas y sus numerosas fuerzas regionales no poseen monopolios territoriales, pudiendo unas actuar en territorios de otras de forma conjunta o secreta, planeada o improvisada, e incluso con unas investigando o deteniendo el accionar delictivo de otras fuerzas.
[A] Las fuerzas de seguridad enfrentarán al delito con toda la capacidad de su buen saber y criterio, según la autonomía que le permite la ley y no según la ideología de los políticos en el poder, lógicamente limitados por los medios de los que se los provean para actuar y hacerlo de manera segura. Excepcionalmente sólo deberán trabajar con un supervisor externo las reparticiones en donde haya sido sancionado parte de su personal por mal desempeño, impericia, abuso de autoridad, o uso excesivo de la fuerza. Una sanción a un efectivo de una comisaría o cuartel no es extensible a toda la comisaría o cuartel, y menos a toda la fuerza.
[B] Las fuerzas de tierra serán municipales con gastos coparticipados de los municipios a la Nación. Se harán las transferencias de los patrimonios de cada fuerza a los municipios que las hospedan. Habrá un mando único sólo en caso de guerra. En tiempos de paz, los municipios son autónomos para decidir si les conviene tener policía y ejército, o una fuerza mixta. Los municipios en donde operan la gendarmería y los guardacostas tienen el mismo derecho, pero, los gastos que excedan al promedio de los gastos de los municipios internos serán solventados por la Nación.
[C] La división de "narcóticos" completa con su infraestructura y presupuesto no seguirá perteneciendo a la policía sino a Salud Pública.
[D] Desaparecerá la fuerza aérea y cada municipio
tendrá según sus necesidades una fuerza policial, militar, mixta, o naval, y hasta una división
aérea con helicópteros en municipios urbanos, o aviones en zonas rurales, y hasta hidroaviones en zonas boscosas,
porque diferentes tipos de necesidades requieren diferentes tipos de transportes aéreos.
El Departamento de Estado de Turismo absorberá el control sobre los aeropuertos separando a la
aviación civil de la militar para siempre. Los aeropuertos pertenecientes al Estado son empresas comerciales diferentes
a las aerolíneas estatales o privadas con las que trabajan. Estos no pueden ser estales y, o se venderán a
operadores privados, o a sus municipios si eso lo han votado sus ciudadanos, mientras que el Departamento de Estado de Turismo
que no lucra con esta actividad pero que es el único con poder para recaudar impuestos aquí, inspecciona, supervisa,
audita, y temporalmente interviene y toma el control en casos especiales que involucren a sus gestores, como complicidad con el
narcotráfico, la trata de personas, negligencia en el libre ingreso de turistas desde zonas con epidemias, tráfico de
armas, recepción y almacenamiento de productos tóxicos prohibidos, y finalmente fallas en el control que permita
la libre salida de obras de arte, fósiles, y hasta animales exóticos locales protegidos.
3] Comentario A: Es improbable que un veedor, ya sea un fiscal o un juez, conviertan a ineptos en eficientes, o a brutos en inteligentes, pero, sí pueden hacer algo para controlar los abusos y el "gatillo fácil". Los reiterados casos de destrato o desprecio peronista hacia los integrantes de todas las fuerzas, más la liberación de convictos con la excusa de una epidemia, junto a su largo historial de corrupción, inhabilitan para siempre a cualquier peronista para esta tarea de control.
Comentario B: En los municipios de frontera, Prefectura y Gendarmería serán polifuncionales como policía de aduanas con el objeto de evitar ingresos ilícitos de personas o mercaderías por los pasos internacionales o infiltrándose por nuestras fronteras no amuralladas, con un presupuesto que en parte será subsidiado por el Departamento de Estado de economía / comercio exterior. Las fuerzas serán, en tiempos de paz y según su ubicación geográfica, polifuncionales para servir como gendarmería, guardacostas, o policía, o como reacción, resistencia, y organización de los reservistas y el resto de la civilidad frente a invasores externos, rebrotes subversivos, o neo-malones de aborígenes y, finalmente, en el caso de reincidir con golpes de Estado militares. En casos de conmoción interna, hasta los bomberos deben estar entrenados para intervenir y enfrentar situaciones anárquicas en donde las fuerzas policiales necesiten ayuda para controlar a masas de vándalos o saqueadores.
Comentario C: La policía está infiltrada. Todas las divisiones de narcóticos del país, pasarán a Salud Pública. Todo el personal de la nueva estructura anti narcotráfico tendrá una alta rotación en todos los niveles. En los casos de "guerra narco" urbana, pueden haber "estado de sitio local", "toque de queda", y pena de muerte por delitos contra las autoridades, incluso por amenazas.
Comentario D: Aunque parece que la artillería motorizada no desaparecerá
nunca, lo mismo que les sucede a sus parientes, los tanques, frente a armas portátiles muy económicas de la
infantería, le está sucediendo a los helicópteros y aviones de la Fuerza Aérea
costosa, obsoleta, y estratégicamente superada por drones y misiles. Se requiere demasiado gasto para una fuerza eminentemente
de ataque, y a diferencia de las fuerzas de tierra no se pueden reemplazar sus carencias con más hombres. Renunciando a la
guerra ofensiva se destinará el presupuesto necesario para investigación y desarrollo de armamento nacional, y el
armamento aún operativo se distribuirá entre las nuevas fuerzas que lo soliciten, o se pondrá a la venta.
El Departamento de Estado de Educación absorberá Fabricaciones
Militares con todo su presupuesto. La facultad de Ingeniería creará una carrera orientada a la tecnología
aeroespacial, misiles, sistemas de defensa antiaéreos y anti misiles, y aviones no tripulados.
La reorganización hará que el ejército parásito o vegetativo en
tiempos de paz deje de existir y las nuevas policías aumenten de número y tengan un entrenamiento multipropósito
[es igual dispararle a un delincuente que a un soldado invasor].
Toda la división de ingeniería pasará al Departamento de Estado de Obras
Públicas, con el objeto de tener un equipo de gente doblemente preparada y con la logística necesaria para la
intervención rápida no sólo militar, sino frente a evacuaciones y catástrofes de la población civil.
Las fuerzas de tierra y agua tendrán sus divisiones aéreas, mientras que la
fuerza aérea se dividirá en tres. Todo lo que no justifique su utilización para vigilar las fronteras [pasando a
depender de Comercio], lucha contra el narcotráfico [pasando a depender de Salud Pública], y para actuar en
catástrofes [pasando a Obras Públicas], será vendido.
Parte de la infraestructura de la Marina de Guerra pasará a ser el Municipio de la
Antártida [si legalmente no se puede, lo será de las Islas Orcadas, o de la isla de los Estados]: Argentina pretende un
sector antártico pero por el Pacto Antártico no puede ocupar esas zonas [reclamadas por Inglaterra y Chile], pero, las
Orcadas eran Argentinas antes de firmarlo. La armada se fusionará con la Dirección Nacional del Antártico y
refuncionalizará barcos, submarinos, y portaaviones nuevos, viejos, comprados o hechos en Argentina, para transporte hacia la
Antártida y mantener una dotación más numerosa para investigación oceanográfica y climática,
porque será mucho más útil explorar sus posibilidades económicas que despilfarrar dinero en buques que nunca
irán a una guerra.