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LAS DEUDAS PUBLICAS NACIONALES

[A] Debemos analizar el problema global, y después las peculiaridades argentinas. Tenemos una deuda externa gigante en casi todos los países, y esto es una estafa hecha a todos los pueblos del mundo que han recibido como si nada un mensaje demencial de sus gobiernos, que en realidad es generado por los banqueros que los tienen comprados, y que los ha convencido para vivir endeudados como si eso fuese natural e inevitable. El problema se sintetiza en esto: imprimir billetes no le genera riqueza a los Estados [o sea la idea keynesiana], y esa no es la única forma de crear dinero, pues los que hoy tienen el poder son los bancos privados que crean dinero cuando conceden préstamos sin hacer pasar de manos al dinero físico, sino apenas como asientos contables que, a su vez, son poca cosa si se lo compara con el movimiento del dinero electrónico especulativo que hace el sector bursátil.
En el problema gobal, la solución global que propongo sería de gran agrado para Karl Marx: no la lucha del proletariado contra el capital, sino la lucha de nuevas clases sociales profesionales [los médicos, los ingenieros, los docentes, los abogados, etc.] para que la selecta clase social de los banqueros y financistas les devuelvan el control sobre su capital, mismo con el que especulan, apuestan, ganan fortunas y nunca pierden, porque, [y no creo que Marx haya siquiera imaginado esta pesadilla] siempre socializan las pérdidas.
En síntesis, la solución en una economía globalizada e interdependiente, pasa por crear a una moneda global con algún tipo de respaldo físico, y que no esté bajo el control de los banqueros y financistas.
Obviamente el neoliberalismo toma el poder mundial porque es un avance sobre el keynesianismo que dominó el mundo económico entre 1930 y 1980, y como siempre, el liberalismo genera desigualdades, pero también genera lo conocido como "efecto derrame" por un camino indirecto: otra vez se ha producido una revolución industrial gracias a los liberales, y eso nos ha llevado a un nuevo estatus de confort vistoso y barato, de la mano de las nuevas tecnologías hijas de los microchips.
El neoliberalismo liberó lo que quería liberar, o sea: las fuerzas productivas y la creatividad de los que arriesgan fortunas prestadas para ganar super fortunas, pero, por concebir a la fortuna como la suma de muchos billetes, no se replanteó la creación demencial de dinero por las dos vías ya citadas, porque le alcanzaba con el que esas sumas se equilibren con el aumento de las deudas públicas y privadas.

[B] Por cuestiones de propaganda política, en Argentina se redujo la deuda externa aumentando la deuda interna, y por eso lo correcto es hacer referencia a la "deuda pública". En Argentina tras pagarle al F.M.I. [que al final no era el ogro] la deuda sigue creciendo, pese a que le hicimos una quita obligatoria del 70% a los pequeños inversores privados entre los que habían más ahorristas, bancos, y A.F.J.P. locales [estas últimas fueron forzadas a comprar deuda argentina], y lo más raro es que se llegó al default del 2014 por el camino más insólito y estúpido, producto de una pelea perdida contra fondos especulativos que, para un Estado representan muchos problemas por poco dinero.
Yo soy liberal y creo que no hay una salida opuesta socialista, simplemente porque el socialismo ya no existe [y mientras estuvo vivo, pudo funcionar injertando muchísimas "liberalidades" en su sistema supuestamente anti-liberal y centralizado], entonces, la cuestión pasa por decidir en cuál tipo de liberalismo queremos vivir, porque hay varios, sintetizando: el clásico abrazado al patrón oro, y el último fruto "envenenado" de ese árbol que ha sido el neoliberalismo [para los memoriosos, este neoliberalismo es el segundo, pues hubo otra corriente liberal en 1960 que adoptó esa denominación].
El liberalismo clásico se fue abandonando lentamente porque una de las peculiaridades del progreso al que permite acceder, radica en que no es uniforme, produciéndose rápidas desigualdades que sólo el paso del tiempo nivela: las desigualdades surgidas tras la primera revolución industrial eran más visibles que las producidas en la segunda, y que en la tercera de la actual era computarizada, sin embargo, la diferencia entre los ingresos de los que más y menos ganan, y que fuera fijada en "6 a 1" por Platón, fue elevada a "20 a 1" por el multimillonario John Pierpont Morgan [fundador de J. P. Morgan] en el primer cuarto del siglo XX, y en el siglo XXI ha llegado a ser de "500 a 1", y aunque es bien sabido, no se lo llega a ver gracias a que el efecto derrame acumulado por el asalariado actual, indica un nivel de vida muy superior al del trabajador de la primera revolución industrial, y ese es el motivo por el que esa desigualdad de "500 a 1" no moviliza a las masas como sí las movilizaron durante la primera revolución industrial, generando no sólo el pensamiento que sería reunido y organizado en la obra de Marx, sino que cincuenta años después culminaría con la revolución que dió nacimiento a la Unión Soviética conmoviendo al mundo y causando, por terror, la llegada en occidente del "Estado benefactor" que finalmente sería quien se encargaría de desvirtuar al liberalismo clásico hasta casi reducirlo a la nada, incluso en las naciones que se definían como liberales.
De acuerdo, si miramos a Billy Gates o Elon Musk resulta que sus mansiones no valen 500 sino 1.000 veces más que nuestras casas, pero en su cocina está la misma heladera que usted tiene, en su living el mismo televisor de 55 pulgadas que yo tengo, su teléfono celular es el mismo que el de nosotros u otro con similares prestaciones, y esas mini igualdades no las originó ningún gobierno igualitarista, sino el mercado.
El triunfo neoliberal que barrió casi conjuntamente a keynesianos y comunistas fue tal que, después de cada una de sus crisis, siempre lo ha sucedido otro tipo de neoliberalismo apenas diferente. El neoliberalismo necesita generar deuda para luego emitir billetes, y aunque cueste creerlo, los intereses que generan esas deudas son secundarios, y lo prueba el hecho de que Argentina incumplió varias veces con sus obligaciones, y el sistema ni se mosqueó.
Cada vez que Argentina incumple, se le permite canjear su deuda por otra de plazos más largos e intereses mayores, incluso con "quitas", porque lo que al sistema le importa es que siga pagando, pero, no para recibir dólares que obviamente ellos podrían imprimir sin tener que molestarse tanto por nuestra culpa, sino por el hecho de pagar. Aquí hay un paralelo con el turismo: el hecho no es pararse frente a las pirámides o frente al Taj Mahal y obtener el testimonio fotográfico para poder presumir después, cuando cualquier fotógrafo por mucho menos dinero nos haría esa foto trucada incluso con mejor estilo, composición, y calidad... el hecho importante es viajar aunque no haya nadie a quien contárselo.
En Argentina muchos creyeron que los radicales y su ministro ex-peronista Cavallo tras el "Megacanje", irían a un plan tipo "Bonex" [una confiscación temporal que ya se usa casi ortodoxamente en todas las naciones endeudadas del tercer mundo], y al final pasaron cinco presidentes en una semana y por fin se declaró el default, pedido en una reunión del G7, ¡ y no en una reunión de la Internacional Socialista !
Los gobiernos siguientes hicieron dos canjes más de deuda, dejaron de lado al plan "Bonex" y confiscaron rápidamente a todos los dólares de nuestros ahorristas cambiándolos por moneda emitida sin respaldo [previo "corralito" que después también se utilizó en Grecia, y disimuladamente... ¡ hasta en Inglaterra !] y una década después estamos otra vez en el mismo lugar, o peor, porque ahora el default nos lo impone un especulador financiero cualquiera.
Argentina fue estafada [algo nunca probado] y contestó con la misma moneda y, vista la poca reacción en contra producida por algunos ahorristas no "standard" [o sea jubilados, docentes, carpinteros, etc., mal asesorados por sus bancos], la reacción del mundo de las altas finanzas fue seguir haciendo negocios con nosotros... ¿ usted haría negocios con quien le ha estafado, volviéndonos a prestar dinero ?, entonces vale pensar en que el hecho importante no es cobrar los bajos intereses por los que presta el F.M.I. sino que el dinero viaje, y no que se queda clavado en una Argentina que da mil vueltas para no devolverlo.
Pues bien, volverían a hacerlo gustosamente si salimos del "Buitre-fault" y esta reacción me hace pensar en que realmente la deuda externa no importa ni existe más allá de algunos malabarismos contables hechos con la complicidad de los funcionarios locales, y así incluso cobrando el 30% de lo adeudado, esto sigue siendo un regalo adicional para ellos, pues lo importante no está en los intereses, sino en las deudas que permiten mantener funcionando a la máquina de imprimir billetes.
Ahora, por último, entre la imprenta de dólares y nosotros, hay intermediarios moviendo el dinero, cada uno con sus propios intereses, con sus propios estilos, estrategias, y hasta trampas, para que a nosotros nos llegue menos dinero y más de este se quede en sus manos.
¿ Cuál fue la falla del neoliberalismo en el tema préstamos a naciones, lo que en el caso de Argentina, incluye auto-préstamos del tesoro y del sistema previsional al gobierno de turno  ?: Lo obvio es que son préstamos sin garantía, y eso no sale de la teoría liberal clásica. Segundo, que son préstamos por intereses por debajo de lo que fijaría el mercado, y pese a ello, como las deudas no son exigibles, las naciones no las pagan y se sobre-endeudan. Tercero, la absurda peculiaridad de las deudas "soberanas": la deuda la toma un partido político, y el obligado a pagarla años después es otro partido político que no vió ni usufructuó ni a una sola moneda. Pues bien, la solución a esta falla del neoliberalismo, pese a que es un evidente disparate, no va a salir nunca de los mercados financieros, y solucionarla definitivamente implicaría una reforma constitucional para ponerles un doble límite a los endeudamientos de nuestros gobiernos: primero en los montos, y finalmente en los plazos.
Desde la época de Martínez de Hoz que se viene tomando deuda para pagar deuda, sin pagarla en realidad, y haciéndola crecer a niveles inauditos, por lo que achacarle los males argentinos de los últimos treinta años al pago de la deuda es absolutamente falso pues no se pagó nada que no se hubiera pedido prestado un par de días antes [los famosos stand-by, blindajes, etc.] o sea que si el país está subdesarrollado, atrasado, hambreado, etc., es por otra cosa.
Claro que querer hacer lo mismo sin el F.M.I., usando bonos del gobierno para pagar bonos viejos con bonos nuevos atados a la inflación, el P.B.I., o lo que sea, es un sistema que no podía funcionar por mucho tiempo en manos de incompetentes que derrochan más que imbécilmente nuestro presupuesto, y que dejaron pasar años de excelentes balances comerciales superavitarios gracias a la soja cosechada por quienes no los votaron, pero, que les regalaron un lustro en el poder casi sin crisis económicas [el gobierno quiso hacer algo muy parecido a duplicar la apuesta en el casino, más que duplicando la base monetaria y el gasto público], y los que lo elucubraron terminaron por mentirles hasta a sus madres [que para eso mandaron a sus hijos a la facultad de ciencias económicas, o sea: para que en vez de no tener inflación, ahora no tengamos un índice de precios confiable], y el resultado inocultable fue que el gobierno obtuvo un segundo lustro "venezolano" al mismo tiempo que afirma tener una pobreza "alemana".
Claro es que peor que tener un mal plan económico, es no tener ninguno, y esperar que del cielo del mercado baje un plan perfecto traído por una mano invisible.
Tuvimos operativo al "plan Lavagna-Duhalde" que fue algo valorado como bueno sólo por su largo tiempo de uso y por el entorno, o sea, por venir precedido de una crisis de las peores.
Después, tuvimos el "plan Redrado", que el gobierno se encargó de desarticular, para entronizar al "plan Kicillof", que no fue el plan soñado, pero, sí un plan posible y tolerable para sus votantes [un lento tobogán de la mediocridad del gobierno de Néstor Kirchner sojadependiente, hasta el final lastimoso de Cristina Kirchner], visto el lamentable nivel de quienes nos gobiernan más con palabras que con hechos [y menos con cifras confiables], hay que definir a su plan económico como "estable", pero en su carrera hacia el colapso, por lo que es predecible que no llevarán el país otra vez a la hiperinflación sino a un forzoso ajuste que sobrevendrá tras culminar su mandato, para que pague los platos rotos otro partido, con una inflación que va a seguir limando los ingresos de los asalariados, castigando sobre todo a la clase media, y haciendo trizas los ahorros y jubilaciones futuras, pero, licuando el exceso de gasto público ajustando sus pagos internos con "delay". O sea que los peronistas kirchneristas aumentan el gasto público en un 48% y festejan por el ahorro de un 5% con su política inflacionista, cuando no era necesario semejante aumento del gasto público en ningún rubro.

[C] Creo que deberíamos declararle oficialmente la guerra a U.S.A. y al F.M.I., pues lo primero que ellos harán es confiscar los depósitos de argentinos en sus bancos, y como resulta que la deuda externa es equivalente a lo que los argentinos tienen depositado en el exterior lo correcto sería declararle la guerra para que confisquen esos dólares, nos envíen el "libre deuda" y les entreguen a los depositantes certificados de lo confiscado para que aquí les reintegremos el dinero después de auditar su procedencia que es imposible provenga en un 100% de acumular ganancias lícitas.
Esto tiene una parte lógica: Si les confiscamos los ahorros a los ahorristas locales, ¿ por qué no hacerlo con los poderosos ahorristas argentinos que depositan sus fortunas en el exterior, o sea tocar la de los políticos, testaferros, y empresarios asociados ?
Por otro lado esto tiene una parte interesada: después de rendirnos pedimos un "Plan Marshall" como el que ni pidió Alemania y se lo dieron cuando fueron ellos los que empezaron la segunda guerra mundial, aunque no sé si saben que el F.M.I. ya le ha prestado a Argentina el equivalente a varios planes Marshall [su sigla en inglés era "E.R.P.", por European recovery plan, y consistió en una ayuda de U.S.A. de apenas U$S 13.000 millones].
La vía de reendeudarnos crónicamente tenía un agujero evidente si nos suben los intereses por el famoso "riesgo país" que ellos calculan como se les antoja, incluso, haciéndolo subir al tirar abajo los precios de nuestros bonos, algo que ahora hacemos nosotros solos al destruir la confiabilidad del I.N.D.E.C.
La costumbre de los Estados subdesarrollados de vivir endeudados que, para más datos, viene de arrastre desde el siglo XIV gracias a los banqueros italianos del renacimiento y un tal Carlos "el temerario" duque de Borgoña que vivió toda su vida a crédito y no vivió lo suficiente para pagarlos porque murió intentando conquistar Suiza y, como todos saben, hoy Borgoña no es un Estado soberano y Suiza está llena de bancos].
El F.M.I. hizo otra cosa muy curiosa además de prestarnos sin garantías: ¿ Cómo certificaba a quién le daba los préstamos, pues Argentina es parte del F.M.I. al que ingresó en democracia, pero, después el F.M.I. les prestó dinero a los dictadores, y se puede saber con cuáles credenciales pudieron endeudar al resto de los argentinos ?
¿ Cómo funciona la usura ?: La tasa de interés es el precio del dinero y se compone de tres elementos: tasa de interés originaria, compensación de la inflación y factor de riesgo. Contraer deuda es conseguir dinero a un precio más alto del que realmente tiene porque, si Argentina debe comprar combustibles o remedios, nadie le aumenta el valor de estos por ningún factor de riesgo.
Pese a estar pagando [porque algunas veces pagamos] igual nos sumaban a la tasa de interés, un plus llamado "factor de riesgo" [el famoso riesgo país], que significa que los países pobres pagan mayores intereses que los países ricos, el chiste es que Argentina es un país rico pero pobre en cerebros.
Curiosamente al inflar los intereses, por el "riesgo", se pone en riesgo el cobro del dinero prestado [tendrían menos riesgos cobrando intereses más bajos a los que tienen dificultades para devolverlos pero, si se hiciera esto, las naciones más solventes pondrían el grito en el cielo, con razón, porque eso sería subsidiar a las naciones pobres a costa suya].
Sugiero que una vez cancelado cualquier préstamo deberían hacernos el reintegro de lo pagado de más por "riesgo": eso no sería recibir un subsidio, sino recibir un trato igualitario, de lo contrario, la conclusión obvia es que los países pobres estamos subsidiando a los ricos [lástima que defaulteamos].
Si Argentina fuera un lugar de riesgo [nada más cobarde que el capital], no vendría ni una sola rupia. Si los capitales vienen es porque no hay riesgos [entonces no nos deben sumar la tasa de riesgo] y, si no vienen por el riesgo ¿ para qué sumarnos la tasa de riesgo, arriesgando todavía más la posibilidad de que recuperen su dinero los pocos que se arriesgaron a prestarnos ?
No tiene sentido, a no ser que llamemos a las cosas por su nombre: o enfrentamos un caso de usura [lo que es imposible pues el F.M.I. presta a tasas bajísimas], o todo esto se trata de un "seguro" que todos los países con riesgo pagan de más para cubrir la eventualidad del colapso de alguno [que al final fuimos nosotros].
El interés no es usura, ni tampoco lo es la diferencia entre el interés que paga una nación poderosa y una nación con inflación galopante [aunque los préstamos se hagan en dólares y se cobren en dólares y no en moneda local que es la que se devalúa], sino la tasa de riesgo que se le suma y las todavía más antojadizas notas que las consultoras y bancos de inversión de Wall Street ponen para orientar a sus clientes para la compra o venta de títulos públicos con los que, al computarse sus subas y bajas, se hace un promedio que finalmente indica el riesgo país [las más famosas son las americanas Standard & Poor's y Moody's].
Quienes nos califican no son extranjeros antiargentinos sino sus empleados locales [o sea argentinos], y me temo que un informe negativo equivocado termina archivado, mientras que por un informe positivo equivocado los pueden despedir.
Un informe negativo causa peores perjuicios que los beneficios de uno positivo, de la misma forma en que una suba de intereses en U.S.A. nos perjudica más que una baja por el mismo monto y ya podríamos llamar a esto una ley de la economía: por motivos psicológicos o por lo que sea "-1" y "+1" no tienen el mismo valor absoluto, y lo mismo le pasa al gobierno que se desgasta peleando el precio de la carne: el público protesta por el aumento del 1% pero ignora el descuentro del 1%, despreciando los logros de los gobernantes, que algún día comprenderán que deben anticiparse a las subas, ¿ pero cómo ?... pues metiéndose su ideología en el culo, no hay otra.
Si la calificación de una consultora privada influye en la formación del índice que llamamos "riesgo país" que también lo hace un banco privado [el Chase-J.P.Morgan] en vez de hacerlo el Banco Mundial, o hasta el F.M.I., mucho más influyen los "items" que integran ese indicador en el que, por ejemplo, no se toma en cuenta si un país ha cumplido, llueva, truene o aunque se le estén muriendo de hambre sus habitantes, no por uno, ni por diez, sino por cincuenta años.
En síntesis, no se puede hablar seriamente de riesgo país, sino de un indicador que no es otra cosa que la flotación sucia de la tasa de usura que orientaría a los deudores a dejar de hacer estupideces economicidas.
Lo curioso de todo esto es que, estas calificadoras que facturan por millones de dólares por sus informes a los inversores, rara vez aciertan apurándose a bajar sus notas cuando las crisis estallan, echando más leña al fuego.
Otra cosa curiosa es que la altísima movilidad laboral de U.S.A. hace que empleados de algunas de estas calificadoras pasen a trabajar en bancos y viceversa, con lo que los que manejan el dinero de los inversores conocen perfectamente el riesgo de seguir los consejos de las calificadoras porque aunque no se molesten en leer la sección de internacionales de la prensa especializada, saben por experiencia [e incompetencia] propia que estas empresas, como se dice en Argentina "roban" lo que ganan [Moody's U$S 600 millones de dólares anuales y S. & P. U$S 4.000 millones] y, si bien su negocio de calificar nos perjudica, es de resaltar que su millonarios ingresos anuales no se los "roban" a Argentina sino a sus propios compatriotas en U.S.A.
Los bancos y grandes especuladores, ahora llamados "buitres", que venden bonos esperando recomprarlos más baratos tiempo después de aparecer un informe negativo que, cuando no sale de alguna de estas calificadoras [son como media docena] puede salir directamente de los bancos interesados en el negocio, que no hacen nada ilegal e, insisto, los principales perjudicados son los inversores chicos de U.S.A. que pierden asustados con historias de fantasmas.
El país debe cumplir con sus obligaciones pero, le deben reintegrar los pagos indebidos más los intereses causados por el "riesgo país", porque la usura es un delito y si el Estado no negocia con secuestradores, no entiendo por qué negocia todo el tiempo con usureros que también son delincuentes.
Lamentablemente somos la oveja negra del sistema finaciero mundial con lo que no podemos tener pretenciones atendibles, pero, lo justo de un reclamo es algo demostrable, y si no se nos acredita ese dinero cuando pagamos, deberíamos darles el gusto de convertir en perpetuo el alto riesgo que persistentemente nos han imputado [lo que tal vez tenga que ver con el hecho de que persistentemente votamos al peronismo].
La deuda externa antes de la crisis mexicana y su onda expansiva [el efecto tequila] representaba el 30% del P.B.I., para el 2000 a causa del neoliberalismo ya era del 45% y en el 2002 gracias a la devaluación peronista trepó al ¡ 130% del P.B.I. !
Caso cerrado. Para ellos la deuda argentina es impagable y de hecho no les importa que la cancelemos sino que el país permanezca dentro del círculo de los pagadores, y si en Jujuy descubrimos una mina de litio, o una de oro en Catamarca, no la aceptarían como pago [van a querer que sigamos pagando los intereses y que, además, privaticemos la explotación de la mina] después de todo, la deuda está dibujada y nadie tendrá pérdidas si dejamos de pagar, obviamente dejarán de tener ganancias, pero el efecto sobre el sistema bancario mundial sería similar al de un pozo de petróleo que se seca: amortizó la inversión en un año y después dio ganancias por cincuenta.
Por último, ¿ por qué Argentina no puede hacer lo que según los libros de historia ya han hecho Inglaterra y U.S.A. ?, o sea: pagar nuestra deuda con nuestra moneda. Después de todo, ese dinero es legal, tenemos un montón, y quienes lo reciban con él pueden comprar soja, oro, inmuebles, o lo que sea en Argentina, y después llevárselo.

[D] La deuda privada: Los empresarios presionaron por una devaluación que pagaron los asalariados y la larga estabilidad de la convertibilidad les impidió hacer este robo que la pesificación asimétrica intentó "camouflar", pero, ¿ cuál ha sido la ventaja para los endeudados en el exterior ?: Ninguna, pero ahora podrán presionar para obtener del gobierno un seguro de cambio bajo amenaza de quebrar y si el gobierno ya concedió la devaluación, no abandonará su filosofía y seguirá beneficiando a las grandes empresas con la excusa de cuidar las fuentes de trabajo.
¿ Tiene el gobierno otra opción [presuponiendo su integridad sin "venderse" a los empresarios] ?: bueno, cualquiera sabe que conseguir un préstamo en el exterior implica haber obtenido garantías válidas como tener dólares depositados en el exterior [por lo que, si ya los tienen, la devaluación no les sirve de excusa para nada] o haber conseguido que les salgan de garantes las empresas que las han comprado, por ejemplo, una empresa española compra una empresa argentina y la hace endeudarse en un banco de España que hasta puede pertenecer al mismo grupo empresario [obviamente para que los intereses no los gane un banco argentino sino su propio banco que, de paso, le va a exigir menos garantías para otorgarle el préstamo], de esta forma cuando la empresa argentina [que no es tal ya que ha sido comprada por una extranjera] deba devolver el "autopréstamo" el Estado nacional terminará subsidiando esa fuga de dólares al exterior con nuestro dinero cuando no corresponde que les facilite un sólo dólar.
Supongamos que no todas las empresa operen así y que haya algunas como la recién descripta y otras "limpias", pues bien, si quieren que el Estado las ayude a pagar sus deudas que exhiban las garantías que presentaron y recién después se analizará si prestarles dinero y en qué condiciones, sin volver a regalarles otra de las reiteradas estatizaciones de deuda privada, pero, esto obviamente no es una función del Estado, aunque podría serlo si democráticamente se aprueba la creación de un nuevo tipo de entidad financiera pública que opere sobre la base de la total garantía de los depósitos [ver tema 44].

Claudio Corniola