[64] 
LA TRAICION DE LOS EMPRESARIOS

[A] El 64 pudo haber sido el primer tema de este libro "Adiós al neoliberalismo", una crítica al neoliberalismo pero que no desconoce que tiene problemas heredados del muy defendible y perfeccionista liberalismo ortodoxo [difícil de llevar a la práctica por la ignorancia y los miedos de los electorados, algo que la teoría no se ha planteado nunca]. La ortodoxia es mucho más imparcial frente a los diversos agentes económicos, a diferencia del neoliberalismo puesto en marcha en U.S.A. al servicio de sus creadores los sectores bancario y bursátil, pero afortunadamente aprovechado por nuevos empresarios de la hoy poderosa industria de la computación, telefonía, entretenimiento, Internet, y redes sociales, con lo que el neoliberalismo pese a sus fallas cambió al mundo para mejor.
Argentina en los noventas se automedicó apenas con algunas píldoras de neoliberalismo, lo que para sus opositores fue "salvaje" en realidad fue tibio y incluso de ese modo nos obsequió casi una década sin inflación. Es realmente difícil sostener que en Argentina funcionó alguna vez el liberalismo cuando nuestros empresarios no saben lo que es competir y dependen para mantener su elevado nivel de vida de conseguir contratos sobrefacturados con el Estado. Aquí el liberalismo que obliga a competir se sufre, no sólo desde el progresismo, sino también desde el empresariado que como mínimo quiere las fronteras cerradas, o aranceles altos proteccionistas [y muy poco liberales]. Los empresarios que son los abanderados del liberalismo no tienen inhibiciones morales para hacer negocios con Stalin, Hitler, o cualquier líder corrupto, como tampoco para complotarse contra la sana competencia conformando monopolios o carteles.
Aquí el mercado falla por el sabotaje interno y lo sobreregulan y obstruyen desde arriba [el Estado] y estando ya en el siglo XXI todavía los teóricos ni se enteraron del problema y el único que nos puede defender es insólitamente otra vez el Estado porque allí está la justicia, cuando los jueces no son comprados por los empresarios, que aveces ni necesitan hacerlo: sus empresas o bancos llegan a ser tan grandes que no pueden caer sin causar un caos social que va a arrastrar a los políticos gobernantes... que hasta ahora sólo han demostrado saber socializar las pérdidas de los empresarios, aunque es justo aclarar que hay empresarios que compiten entre ellos, otros que tratan de imposibilitar la competencia, y otros a los que confundimos muchas veces con empresarios cuando sólo son capitalistas especuladores con información privilegiada, o sea: ni especulan ni arriesgan sino que sólo tienen paciencia y su inversión se va a multiplicar.

Los nenes con los nenes, las nenas con las nenas: Esto dicen los padres cuando organizan fiestas de cumpleaños para sus hijos pequeños pues los varones son bastante brutos y las nenas pueden terminar lastimadas. Pues bien, entonces separemos de modo de dejar a los empresarios con los empresarios y a los banqueros con los banqueros porque, memoricen muy bien esto: "Un banquero no es un capitalista... un banquero es un banquero".
Un capitalista le presta su dinero a un empresario, o emprendedor, o inventor, etc. y se convierte en socio o hasta en empresario si trabaja en la administración de la empresa, luego, si la empresa fracasa él pierde su capital, pero un banquero no presta su dinero sino el de los ahorristas y si los préstamos se vuelven incobrables... [A] Se declara en quiebra, no devuelve un peso de los ahorristas, y nunca va preso o... [B] Extorsiona al gobierno con una posible anarquía post corrida bancaria general, y consigue que lo cubra el Estado [lo que llamamos: "socializar las pérdidas"]. Un capitalista es lo opuesto a un socialista, en cambio, un banquero es socialista cuando le conviene.
¿ Aumenta la inseguridad / delincuencia / criminalidad ?: Pues hay un empresario vendiendo armas. ¿ Aumenta la ocupación ilegal del espacio público ?: Pues a los empresarios de la construcción les importa un carajo a quiénes les venden materiales para construir viviendas precarias hasta rodear a todos los grandes centros urbanos. ¿ Aumenta el caos en el tránsito y la contaminación del aire ?: Pues a los empresarios de las automotrices no les importa, ni piensan en ello. ¿ Es un buen negocio sacar petróleo o minerales del subsuelo ?: Pues a los empresarios los ofenden los reclamos de los pueblos que contaminan con cancerígenos letales. ¿ Es un buen negocio mudar una empresa a un país que tolere el trabajo esclavo ?: Pues a los empresarios no les importa dejar desocupados y en la miseria a sus compatriotas. ¿ Saben una cosa ?: Las leyes de mercado no castigan a los hijos de puta, simplemente no les pasó por la cabeza que los empresarios pudiesen crear carteles para cancelar todo tipo de competencia, o que pudiesen estafar a todos los consumidores por décadas gracias a la obsolescencia planificada, que sean los dueños de jueces, diputados y senadores que les hagan leyes a medida, ya que las muy elásticas leyes de mercado aveces les quedan chicas, y sumemos a su favor que las leyes civiles y comerciales pueden ser dadas vuelta por sus ejércitos de abogados, y que el paso del tiempo judicial perjudica a todos menos a este tipo de culpables.

No sé si vale la pena hacer diferenciaciones entre los empresarios locales o extranjeros, y dentro de ellos subdividirlos entre los muy extranjeros y los menos extrajeros, como los españoles, porque no sé quién ha sido más traidor y desagradable. Es imposible determinar si la crisis de nuestra economía al final de los noventas obedeció a la globalización, o al miedo a la globalización, pues nunca entramos plenamente en ella como sí lo hizo España y con un notable éxito por las casi nulas "bajas" de guerra, o cierres de empresas que fracasasen al entrar en la competencia global, lo que contrasta con el fracaso de su "Estado benefactor" excedido de peso y en crisis. Tenemos una extraña relación con España: les mandamos gente en nuestras crisis, y las repatriamos en las de ellos. Cabe destacar que a nosotros los mercados internacionales nos prestaron más dinero que a España para que demos el salto al liberalismo, sin embargo ella que era peor que nosotros, curiosamente gracias a un gobierno socialista ahora es una más de la barra de naciones liberales, y no dejará de serlo porque vuelva a tener otros gobiernos socialistas "a la europea" y, el selecto club de los liberales "de primera", pondrá las manos en el fuego por ella siempre que sea necesario por el lastre y las crisis sucesivas que va a tener un Estado benefactor deficitario, pero, no hará falta ninguna revolución pues España ya aprendió: es un error cambiar de sistema económico para que se beneficie un sector u otro, y lo que hay que hacer es sumar sectores a la producción y no "rotarlos" como hace Argentina cuando cambia de orientación política.
La pelea entre sectores de la economía para conseguir ventajas del Estado nos lleva al triunfo de los que ganan siempre [aunque pierdan las elecciones] porque con cualquier tipo de gobierno y modelo económico, la clase alta siempre terminó más rica y la pobre más pobre, pero no por culpa del rico que hizo lo correcto adaptándose al gobierno de turno, sino porque los populismos fueron incompetentes en achicar la pobreza, excepto para los que consigueron livianos empleos públicos de por vida.
Se debe abandonar la idea de "izquierda buena y derecha mala", para entender lo que no es tan complejo: Los empresarios no son de derecha, ni de izquierda, sino de lo que les convenga circunstancialmente de modo de acrecentar sus fortunas pase lo que pase y voten a quien voten. Por otro lado, no hay ni hubo izquierda económica [sí la hubo en política] y lo que existe es derecha activa [la que sube el salario real] y derecha pasiva o complementaria [que sube el salario nominal].
Si queremos ser anti-liberales debemos competir contra ellos y, la competencia, ¡ nos va a volver liberales en serio !, pero, ¿ cómo competir con esos gigantes, si Argentina no puede hacer sola ni uno de esos barquitos con los que Japón le peleó de igual a igual a U.S.A. durante la segunda guerra mundial ?
Los 10 países más industrializados y los 10 principales países productores de hierro y carbón [acero] son los mismos.
La industrialización de la pequeña Corea del Sur no ocurrió exclusivamente por las maravillas del liberalismo, ni por pagar salarios semiesclavistas [como argumentan defensores o detractores del liberalismo]: es un hecho apolítico que los coreanos eran el sexto productor mundial de acero y mientras Argentina no descubra alguna vez yacimientos de hierro que no tenga impurezas, ni soñemos con entrar a esa lista por más siglos de políticas "desarrollistas" que implementemos.

La traición de los empresarios de la construcción: Por asociar equivocadamente progreso con industria, subsidiamos a malos empresarios pero astutos "ventajeros" a costa del campo protegiendo una industria de segunda y por eso no estamos entre los que producen la revolución genética, agroquímica, alimentos, etc... y bien: creo que nos sobra con lo que hacer una revolución urbanizadora muy necesaria, y para ello hay que convertir a los empresarios traidores en aliados, y a los banqueros y especuladores en asegurados inversores a largo plazo, pero, mientras las ciudades o mejor dicho: los políticos que reinan en las ciudades, no las defiendan de los usurpadores de terrenos en su interior y principalmente en su periferia literalmente dejándolas sitiadas, los empresarios de la construcción nos seguirán traicionando y vendiéndoles ladrillos y cemento a los usurpadores.

[B] ¿ Qué hacer rodeados de traidores locales, y de naciones que subsidian a sus propios empresarios traidores ?: Bueno, sin haber hecho un gran descubrimiento científico para aportarle algo a la ciencia económica, en el punto previo hice una descripción que se podría ampliar hasta conformar un libro entero sobre algo que por cierto todos conocen gracias a sujetos como J.P. Morgan, Rockefeller, Carnegie, Dupont, y sus admiradores y discípulos locales, pero, cualquier escrito con pretenciones científicas describe y no prescribe [entregar una receta como hacen los médicos, o "prescripción médica"], por lo tanto, aquí está descripta resumida pero contundentemente la traición de los empresarios para que la entienda hasta un niño de cinco años, y entonces que los legisladores modifiquen todas las leyes necesarias para encarrilarlos, y punto.

Pero, modificar el marco legal lleva mucho tiempo, y tampoco sabemos si entre los legisladores hay traidores, o si con las mejores intenciones ellos nos terminan creando un adefesio antieconómico exitados al soltarles las manos para desatar sus todopoderosos delirios regulacionistas. Pues bien, frente a este lapso que hay que sortear entre los tiempos de empresarios libres de traicionar, y el de los nuevos empresarios libres de competir pero no de traicionar, lo que yo arriesgadamente prescribiría/recomendaría es buscar empresarios con cierta garantía de fidelidad a las causas comunitarias sin que por ello deban perder dinero, sino todo lo contrario: casi asegurarles el ganar dinero [no se puede asegurar ganar dinero, de ser eso posible ¿ por qué el Estado habría de regalarle un negocio seguro a los privados en vez de quedárselo y usufructuarlo ?], por ejemplo: Mientras las leyes de mercado lo permitan [lo que equivale a decir: "mientras sea negocio"], como siempre nos sobró cemento para construir aeropuertos, rutas, y puentes que beneficien nuestro nivel de vida colectivo, y que también apoyan al turismo [es muy comentado que Marx ignoró al hoy mayor emplador de todos que es el sector de servicios, pues bien, todavía ignoró más al turismo]. Si en las grandes potencias las industrias subsidian a sus sectores agropecuarios, y aquí nos cansamos de subsidiar a una industria que nunca despega, por qué no subsidiar a la construcción ?
No hace falta mucha industria para hacer ladrillos y sin embargo hay gente sin casa [harían falta menos genios financieros y uno o dos Amalfitanis para terminar con la desocupación] y, de subsidiar, hagámoslo sólo con la construcción porque, amén de que se beneficiarán sus empresarios, traerá beneficios directos para la población y, las viviendas, duran más que los autos, y no se caerán cuando se vuelvan a caer las "Bolsas emergentes". Las constructoras locales no giran dividendos al exterior. Las constructoras locales no se endeudan en el exterior para importar casas ni edificios, y apenas importan accesorios para iluminación, sanitarios, equipamiento de cocinas... o sea: ninguna tecnología de punta irremplazable.
Lo primero que hay que hacer es erradicar las villas de emergencia, y ésta es una necesidad que los mercados no están capacitados para satisfacer, porque de hecho han crecido gracias a que los mercados descubrieron que hay terrenos gratis incluso en el centro de las ciudades... y los aprovecharon [si los políticos hubiesen comprendido a las leyes de mercado, pudieron haber evitado que sucediera esto].
Ante la falla del mercado, debe ser el Estado quien se ponga a fundar nuevas ciudades porque eso implica muchos puestos de trabajo y no importa si en un principio son todos empleados públicos, pues estos también son consumidores, de lo contrario [o sea sin trabajo], o son parásitos, o son depredadores, delincuentes que le hacen perder dinero a la sociedad. ¿ Si el Estado solo debe hacer esto, pues los empresarios privados qué harán ?: bueno, ya sean parásitos, depredadores, o delincuentes, si pueden hacer negocio dentro de la ley, se van a adaptar, pues si hay barrios privados también pueden haber ciudades privadas. Entonces se toman tierras fiscales o se expropian y pagan las tierras indicadas que no se inunden, ni se incendien, ni tiemblen por culpa de los terremotos, se utilizan reos, o empresas públicas, o de ser necesario se contratan empresas privadas para hacer una base de infraestructura perdurable y de alta calidad, se subsidian a los inmigrantes para que sean propietarios de las casas que edifiquen en terrenos en principio gratuitos, se les dan largas excenciones impositivas a algunas industrias para que instalen allí a sus sucursales, y punto.

Pero, también lleva mucho tiempo, y creo que es posible acortarlo, por ejemplo con las ciudades "temáticas" de las que pueden haber cientos, y sobre las que propongo sólo algunas de las más económicas, por ser preferibles a embarcarse en tratar de hacer la "Ciudad del futuro" que inevitablemente nos va a salir "berreta" [mejor dejemos que la hagan en U.S.A. o en Europa]: El liberalismo no solo discrimina a los pobres, tomemos por ejemplo el caso de los ciegos pues están capacitados para ser productivos y consumidores activos, y sin embargo el mercado apenas si les provee de libros especiales.
Podríamos hacer una ciudad entera para ciegos, pues tenemos la tecnología necesaria, y no es cara sino todo lo contrario: además del negocio inmobiliario, está el turismo, y el reto intelectual de hacer funcionar un tránsito con ciegos [sin camiones, con semáforos sonoros, y autos tipo "golf" con computadoras y joysticks en vez de volantes].
Hay centenares de pequeños pueblos del interior en vías de desaparecer a los que la llegada de capitales salvará, aunque también los convertirá en otra cosa: la ciudad para ciegos podrá exportar libros, licores, o perfumes.
La ciudad para gays [desde el intendente a los barrenderos], podrá exportar ropa, cirugías, ciudadanías locales con cambio de nombre, estados civiles locales, carnavales, planes de salud intensivos mejor vigilados, etc.
Una ciudad imitación de la década del cincuenta podría ser seguida por las de otras décadas: turismo y la exportación de autos "homenaje" de clásicos de la industria, o hacer "Tuning" a escala de autos que le lleguen de todo el mundo.
Una ciudad indígena "extrapolada" que no sea una villa de emergencia con calles de tierra y gente semidesnuda, sino una cómoda y ecológica utopía sobre cómo sería una ciudad de los Mayas, Aztecas, o Incas, si nunca hubiésemos llegado los cristianos.
Una "Venecia" en el delta sin lugar para los autos, o una "Jerusalen" con la reproducción de sus templos originales [y funcionales para su liturgia], y hasta podrían haber pueblos "santuarios / refugios", donde es obvio el caso de los refugiados de cualquier guerra, pero también podrían haberlos para mujeres golpeadas, o para niños escapados de sus hogares.
Claro que esto lleva a extirpar "diferentes" de en donde se encuentren para meterlos donde quiera el ministro de obras públicas, y habría que procurar tener el adecuado marco legal que evite futuros perjuicios si, una vez edificados, algún "Führer" quiera alambrar sus perímetros para convertirlos en "ghettos".
Sobran capitales de todo el mundo que lloverían hacia estos experimentos de especialización turística extrema [y hasta residencial, de poder convertir al turista en inmigrante]. El único experimento por el estilo ha sido Las Vegas que no fue una obra estatal sino privada, pero con la vista gorda del Estado para la canalización de los dineros en negro de la mafia [una política que podría resumirse como: "los ladrillos no matan gente"].
No es bueno exportar sino balanceado con importar, y nada mejor que exportar productos con alto valor agregado [sin ser fundamentalistas, sobre todo si para producirlos debemos absorber sus subproductos contaminantes] e importar capital humano con alta capacitación, cultura, y posición económica, que en otros países hayan sido discriminados [ciegos, gays, judíos] es gratis. No hay forma de calcular las fortunas, no de dinero, sino en talento humano despreciadas por inumerables naciones y a las que podemos ofrecerles un lugar para vivir entre nosotros. Me pregunto: ¿ qué hacen nuestros embajadores por el mundo en vez de dedicarse a cazar/salvar talentos ? Cada guerra civil en donde fuere, entre negros, amarillos, musulmanes, ucranianos, esquimales, etc., debe poner a toda nuestra inteligencia y logística al servicio de traernos, por una sola persona de valor, a sus familias enteras desde los abuelos hasta los nietos.
Entonces, tratándose de urbanizaciones nuevas queda justificado el aumento de los empleados públicos por sobre el de la población marginal, y justificado también el ingreso de personas desde el exterior gratis por sobre el de mercaderías que hay que pagar [ya sean caras o baratas] no tenemos cómo saber cuánto del gasto social desviado hacia estos emprendimientos va a comenzar a generar sus propios recursos, pero podemos saber que las provincias seguramente se pelearían ofreciendo "promociones" impositivas para atraer a los homosexuales por su alto poder adquisitivo, dejando de lado proyectos más complejos [como una ciudad para lisiados], y así el éxito de esta política estatal dependerá del factor humano y encontrar a los empresarios "Amalfitanis" o "Billy Gates" de esas comunidades especiales que merecen nuestro apoyo y que son rentables, aunque los empresarios acomodaticios de los mercados regulados los desprecien. Nosotros tuvimos a un escritor notable que era ciego, los alemanes tuvieron a un músico que era sordo, ¿ qué tan difícil será encontrar empresarios "especiales" que por su situación tengan un fuerte vínculo social, deseos de servir a su comunidad aliándose "con pinzas" al Estado y no a un gobierno que pedirá alguna devolución de favores, y que gracias a eso no nos traicionen ? porque el Estado gigante, inepto, y molesto, ya lo tenemos sin hacer nada salvo para "correrse" cuando hay ocupaciones masivas de tierras públicas, o privadas sin explotar comercialmente, entonces... ¿ queremos o no queremos a empresarios grandes o pequeños emprendedores "especiales" comprometidos con su comunidad dentro de nuestra sociedad ?, pues bien, entonces que el Estado presente para estorbar se comprometa en defender a los tiros si es necesario a la propiedad privada, en no cambiarles las "reglas de juego" al clavarles por la espalda impuestos nuevos y regulaciones desopilantes, y ellos no van a parar de trabajar para beneficio de la sociedad, y la sociedad no va a vivir todo el tiempo sospechando de sus empresarios y votando a los cínicos que cantan "combatiendo al capital".

La obra pública ha sido una fuente de corrupción, ¿ por qué no lo será urbanizando ?: Cuando funciona bien, el sistema de la economía de mercado es el más eficiente y ha sido el sostén de las épocas de progreso más acelerado registrado por las naciones. Su punto débil en su actual etapa de evolución es el "dinero FIAT", un problema que el liberalismo clásico no tenía debido a su fe en el "patrón oro", y que en cierto modo permite afirmar que el neoliberalismo ha sido una involución del liberalismo. La teoría e incluso la realidad indican que el mercado es quien mejor asigna los escasos recursos de una sociedad, lamentablemente, con el neoliberalismo se los asigna mejor a los que tienen mayores ingresos, lo que le resta dinero al ahorro, a la educación, investigación, e inversión de riesgo, para dejarlo en los bolsillos de los banqueros, financistas, especuladores bursátiles, y el socio silencioso de todos ellos que son las aseguradoras.

Las empresas constructoras son de las mayores generadoras de empleo y no pueden expandirse porque ciertos privados pueden hacerse de terrenos gratis apenas a un par de kilómetros de la casa de gobierno. Pues bien, si aún no lo han hecho en ningún lugar del mundo, ellas no van a fundar una ciudad o siquiera una comunidad autosuficiente como la de John Galt que se manejaba internamente con el patrón oro.
Es evidente que el Estado distorsiona a los mercados y eso hace que los recursos no se asignen eficientemente, entonces... ¿ por qué el Estado acertaría en dónde fundar nuevas ciudades ?, después de todo el mercado no parece estar demandándolas aunque los ciudadanos sí parecen estar demandando la erradicación de la villas de emergencia o favelas locales.
Un barrio privado es una gran inversión de riesgo [generalmente exitosa], pero una nueva ciudad es algo que se sale de la escala del empresariado local que encuentra una barrera financiera: los escasos recursos de la sociedad actual posneoliberal que asigna más dinero a especular en tentadores negocios financieros ya desde antes de la aparición de las criptomonedas, le resta dinero al ahorro, a la educación, investigación, y obviamente a la inversión de riesgo de largo plazo, y ese dinero va a los bolsillos de los banqueros, financistas, especuladores bursátiles, y nadie apuesta entonces por los ladrillos y el cemento en algún lugar desconocido, salvo en lugares conocidos incluso cuando se ha tratado de burbujas especulativas como el conocido caso de las subprimes en U.S.A.

En síntesis: Tenemos empresas capacitadas pero encorsetadas, ciudades y ciudadanos que quieren recuperar su espacio usurpado, tenemos desocupación principalmente entre los usurpadores, tenemos banqueros, financistas, fondos de inversión, etc., que saben inventar negocios financieros que atraigan desde grandes inversores hasta pequeños ahorristas hacia la construcción de nuevas ciudades, y sólo faltaría que el Estado reparta las cartas y después se retire del juego.

En presencia del enemigo: De acuerdo, yo veo una necesidad, usted también y el mercado no hace nada sino que empeora el problema urbano al ponerse a negociar con los usurpadores. Demos un paso atrás al reconocer que nuestro principal enemigo es la ignorancia, y eso que Nash ya nos demostró en 1950 algo que ya se venía comprobando en los hechos desde el sistema que resurgió tras la crisis de 1929: la cartelización y monopolización no equivale a desabastecimiento, sino a tener que pagar de más por todo. En su actual etapa el mercado globalizado y cartelizado neoliberal dominado por el mercado financiero, se reparte entre ellos toda la riqueza del mundo y, pese a que esto es evidente, nosotros creemos que el Estado es quien mejor distribuye la riqueza, pero lamentablemente ha sido un incontrolable tomador de deuda con nuestros "enemigos" de siempre [desde el empréstito de la Baring Brothers] que fueron y son los mercados financieros, y el mismo Estado se ha convertido en su socio y por ello en otro más de nuestros enemigos, al naturalizar algo absurdo como vivir con déficits, que castiga a nuestra economía con impuestos distorsivos, sumándole que es el único responsable de generar inflación [la que es soportada mejor por quienes tienen mayores ingresos, o por los que pueden transferirla a los precios de lo que vendan, mientras que para los trabajadores y las clases bajas no hay escapatoria y deberán pagar este impuesto regresivo en cada cosa que consuman]. Entonces, ¿ quién es el enemigo, quien nos presta dinero siendo malos pagadores, o quien nos lo quita con impuestos o devaluando nuestros ahorros ? En este marco y con los antecedentes de la delictiva experiencia peronista / kirchnerista monopolizando la obra pública, ¿ es una solución crear un negocio para las constructoras, propiciar su crecimiento, y acercarnos al punto en donde Nash afirma que nos van a traicionar al cartelizarse ?

¿ El enemigo interno ?: Este problema excede al de las empresas de la construcción que tienen la peculiaridad de que lo que hacen, o sea casas y edificios, pues nunca los exportan. Una empresa existe porque antes están sus clientes: Primero está la clase baja por numerosa y por ignorante, y en segundo lugar está la clase alta "por Nash", y que va a ser liberal hasta cierto punto en donde no va a poder crecer más si no es traicionando al sistema de la libre competencia que es el núcleo de la economía de mercado, e insisto: tuvimos que hacer una guerra para conseguir ingresar en ella. Como ya expuse, las fallas de mercado, en este caso un mercado monopolizado o cartelizado, se solucionan con más liberalismo, más democracia, o una justicia más eficiente, y un Estado lo menos intervencionista posible, pero... ¿ es esto posible cuando virtualmente las empresas y los bancos son los dueños de los Estados, los políticos son sus títeres, y lo único que nos queda es hacer otra guerra "suicida" porque hasta las fábricas de armas son del enemigo ?
Traición y Desabastecimiento: Si la inflación lleva a todos los productores, menos a los constructores, a exportar para cobrar en moneda estable, o acaparar mercaderías contra los precios máximos, o si un evento exterior como sequías o epizootias aumentan la demanda, tendremos desabastecimiento en una economía libre, incluso con una cosecha récord donde debería bajar el precio de la harina por haber una mayor oferta, pero, resulta que siempre habrán externalidades como una sequía o una inundación en U.S.A., Rusia, o China, y los precios internacionales aumentarán porque aumenta la demanda. Con la población mundial creciendo, con semillas a prueba de plagas, y sobre todo con el clima empeorando, pero, ¡ resulta que más calor es bueno para los cultivos !, para los exportadores siempre van a ser más los años buenos que los malos [si el negocio no fuese así de claro, hace rato que se hubieran puesto a hacer otra cosa]. Pues bien, en teoría la traición no es gratuita, y el exportador oportunista perderá la fidelidad de sus clientes, por lo tanto nunca cometería ese tipo de traiciones [El "Dilema del prisionero"], pero, los alimentos, cereales, aceites, etc., en Argentina están cartelizados en pocas empresas de U.S.A., y aunque pasen los años éstas tienen con nosotros una relación pasajera, mientras que obviamente tienen una relación de cooperación continua con sus conciudadanos en U.S.A., por lo que esto amerita que la justicia desmantele a estos monopolios y carteles.
Esta es la economía liberal mediatizada por la política neoliberal promedio: Ciclos que en su parte baja hacen tomar políticas keynesianas, y en su opuesto alto permiten [sobre todo en Europa] tomar medidas no 100% socialistas pero socializantes que se conocen como "Estado de bienestar". Si las políticas son muy socializantes el ciclo baja y no vuelve a subir, y sin ninguna política socializante el ciclo sube más pero, los electorados suelen castigar a esos políticos.


Parece un contrasentido, pero, en la parte alta del ciclo el Estado ayuda a los de abajo, y en la parte baja -o crisis- el Estado ayuda a los empresarios y banqueros, pero mientras que a los sectores postergados el Estado se los cobra en sangre y lágrimas, a los banqueros y empresarios no sólo no se los cobra nunca, sino que pese a ser menos, los ayuda por montos varias veces superiores.
En este gráfico los picos y caídas alcanzan siempre el mismo nivel, pero la verdad es que en U.S.A. y Europa los picos posteriores a una crisis son más altos, mientras que en el tercer mundo los picos son cada vez más bajos y la curva no es suave sino más aserrada, incluso copiando las mismas políticas se repite este fenómeno: el norte se recupera más rápido y mejor, mientras que el sur lo hace más lento y en cierta forma incompleto, y la razón es que en las crisis las empresas del sur pueden emigrar al norte para no volver, pero las empresas del norte no tienen a dónde ir, se quedan a soportar el temporal, y aprenden de la crisis sacando beneficios a largo plazo.

Un breve mapeo: ¿ Qué cosa es "la política liberal promedio" ?, ¿ es política, es economía, o están fusionadas" ?
Dentro de la opinión de los mismos liberales hay tres formatos políticos: el clásico, el miniarquista, y el anarco-capitalista. El miniarquista es clásico con algo más, y el anarco-capitalista es miniarquisita con algo más. La diferencias son causadas porque en tiempos de los liberales clásicos el Estado era pequeño, estaba en plena expansión en tiempos de Ayn Rand creadora del concepto miniarquista, y ahora es definitivamente torpe y obeso lo que devino en un crecimiento del anarco-capitalismo [autodenominado como "libertario"]. Este libro propone una forma simple de instrumentar al miniarquismo atomizando al poder, tanto, que deja de tener sentido mantener una meta imposible como la utopía libertaria, sin que nadie desde consevadores hasta anarquistas sea expulsado del liberalismo.
Es sabido que hay varias escuelas económicas liberales agrupadas para todos los no liberales dos tipos, primero el clásico de Adam Smith, y después varios neoliberalismos, el último es el de la Escuela monetarista de Chicago [Milton Friedman], que apenas propone: [1] Un Estado mínimo, tan mínimo, que no vigila la cartelización y monopolización que encaran muchas empresas, ni mucho menos vigila lo que hacen los banqueros, financistas, y especuladores bursátiles con nuestro dinero cuyo valor ¡ no depende del mercado sino de burócratas que desde un banco central [en U.S.A. la "Fed" que es un conglomerado de bancos] deciden expandir o restringir la oferta de dinero a su antojo !, obviamente generando inflación mientras nos amenazan con una deflación que nunca ha ocurrido. [2] Emitir moneda al ritmo del crecimiento del PBI, por lo que Friedman más que un descendiente de Smith, más pareciese ser un hijo no reconocido de Keynes. [3] Bajar los impuestos. [4] Vivir endeudados. Pero, como entre Adam Smith y Milton Friedman hay toda una gama de combinaciones, imaginemos que hay un promedio de decisiones de política económica en el que más o menos todas coinciden: la inflación es mala, la desocupación es mala, exportar poco es malo, gastar más de lo que ingresa es malo, y entonces los funcionarios públicos se ven forzados a intervenir... y lo empeoran todo.
Adam Smith no fue un genio, pero volvió locos a todos los intelectuales de izquierda durante dos siglos, hasta que se abandonó al patrón oro, los banqueros compraron a los políticos, y la producción mundial lentamente fue cayendo en manos de unos pocos monopolios o carteles. Entonces... ¿ cómo lo hizo ?
Pues con sentido común se puso a describir lo que veía y no a prescribir como hicieron escritores persuasivos y brillantes marketineros como Marx y Keynes, más los buenos para nada de sus discípulos. Además, Smith se plantó sobre la abstracción de unos mercados perfectamente competitivos, que no existieron más que efímeramente, en donde hasta las monedas de oro y plata competían, por lo que nadie debería discutirle nada a un liberal clásico si se cumplen estas cuatro condiciones, porque va a perder antes de empezar: [1] Si hay competencia perfecta. [2] Patrón oro. [3] Sistema bancario de reserva total. [4] Obvio: si hay libertad para trabajar, hacer, comprar, vender, fijar precios, invertir, ahorrar, y prestar.
La dura realidad es que dentro del marco "smithsoniano" aunque no se le tenga agrado a la competencia y se pretenda un mundo de gente que siempre colabore desinteresadamente con el prójimo, y en donde no hayan fracasados, ni premios, ni castigos [en donde los fracasados terminan siendo pobres y los exitosos terminan siendo ricos sin haberle robado dinero a nadie], no ser liberal no es cosa de progresistas o idealistas románticos que quieren ver a todas las personas igualadas, sino que es cosa de estúpidos... o de fracasados pero prepotentes.
Por sus flojos sustentos técnicos, los socialistas, progresistas, y keynesianos, pierden cualquier discusión con un liberal clásico, e incluso la pierden con un neoliberal, y es por eso que en los pocos debates conocidos faltan argumentos y sobran acusaciones de ser socios de las dictaduras, o de U.S.A., o de las multinacionales [no muy alejadas de la realidad, pero, que no tienen nada que ver con la economía].
Encima de esto, Adam Smith dejó su trabajo bastante incompleto pero abierto, de forma que primero David Ricardo, y luego otros cientos de modestos profesores e investigadores [que bajo ninguna circunstancia querían dominar al mundo], les sumaron sus granitos de arena hasta perfeccionar a las leyes de mercado [que por eso son leyes y no teorías], o sea: se van a aplicar incluso dentro de un contexto comunista, obviamente, en circuitos alejados de la vista de los comisarios políticos, gendarmes, y cualquier tipo de represor violento de la libertad ajena.
En cambio Marx siempre estuvo solo [incluso con Engels sentado en sus rodillas], y Keynes que tuvo cientos de seguidores entre economistas y presidentes, al ser reporteado [mucho después de escribir sus teorías, y ya siendo un hombre viejo y sabio] afirmó que estos estaban todos locos [y lo estaban pues ninguno entendió a la función consumo que, según dijo Keynes, era "la ley psicológica fundamental de la economía"].
Remarco "psicológica", porque la palabra función es matemática y aquí no hay ninguna función, sino un freno para los marmotas inflacionistas, que rara vez respetaron el prestigio de Keynes para limitarse a emitir bajo su equivocado pero moderado criterio.
Pero por fin llegó alguien para explicar por qué el perfecto liberalismo de Smith no cumplía sino a medias con el mundo feliz que nos prometía: Nash y su "equilibrio" publicado en 1950 a los 21 años de edad, dentro del marco de la "Teoría de juegos" de Neumann y Morgenstern, y que todavía en el siglo XXI pocos conocen, pese a que casi todos vieron la película "Una mente brillante": Smith puso a la ambición como motor de la economía, lo que lleva a una competencia constante y beneficiosa, pero Nash demuestra que hay puntos de equilibrio en donde no es conveniente ser más ambicioso que él o los competidores, lo que explica mejor la actual cartelización mundial de cualquiera de los principales rubros de la economía. O sea: en una economía liberal de mercado, obtienen mayores beneficios los que estratégicamente conspiran contra la libertad de los mercados, luego, la doctrina liberal es incorrecta porque no les ofrece a los participantes una mejor opción para incrementar sus beneficios llegando a otro punto de equilibrio pero dentro del marco legal, mientras lo que sí puede hacer es aplicar controles y regulaciones, o sea que por dos caminos distintos se llega igual a un contrasentido lo que es una señal evidente de que algo está mal: o hay un estatismo anti-liberal en una economía de mercado [lo que termina en inflación], o hay un Estado mínimo en una economía cartelizada anti-liberal [lo que terminó con altísimas tasas de desocupación desde Inglaterra hasta Argentina, como no pudieron pronosticar los neoliberales]. La solución suele pasar desapercibida y radica en la afirmación recientemente hecha: "dentro del marco legal" del que no olvidemos que las leyes de mercado no forman parte, aunque deberían [que no es un trabajo tan difícil].
El trabajo difícil es pretender que una sociedad racionalmente apática para ponerse a memorizar los postulados del liberalismo clásico, modifique su actitud si no recibe nada a cambio. Y sostengo que no es tan difícil sobre la base de que casi todas las leyes de mercado también pueden ser reescritas como derechos o conquistas sociales, y sólo con ese estatus mañana un ciudadano podrá presentarse ante la justicia para reclamar que se declare inconstitucional a alguno de los derechos sociales "consagrados" en la Constitución Nacional, y que son una descarada estafa.
La economía política no es una ciencia exacta, y por ello no acierta siempre con sus pronósticos [o dicho de otra forma: no cumple con todas sus promesas], y esto le sucede porque parte de una base falsa y luego sus conclusiones son fatalmente erróneas justo en el país y en el momento más inoportuno.
El ser humano no es racional, luego los mercados no son racionales, y los electorados tampoco son racionales. Resulta que el ser humano es semi-racional, o sea que no es racional todo el tiempo, y además racional es el 1%, mientras que hay un 33% emocional y un 66% de autómatas, y para eso sirven las leyes y los patrones que dictan leyes privadas: para que los autómatas sepan que es lo que deben hacer, de lo contrario se pasarían la vida vegetando.
Muchos humanos juntos conforman Estados, y estos tampoco han demostrado ser muy racionales, y dos pruebas de esto son: [1] Está probadamente demostrado que el mercantilismo no sirve por ser anti-económico, y sin embargo igualmente los Estados de derecha y de izquierda son mercantilistas. [2] Los Estados siguen recurriendo a las guerras que, aunque se las gane, igualmente son un fracaso económico para toda la sociedad excepto, obviamente, para el fabricante de armas [y por ejemplo en U.S.A., que es el imperialismo más odiado del mundo, no toda su sociedad está contratada por la industria militar y lucra gracias a las guerras que deciden hacer sus gobiernos].

Geopolítica y subsidios: Estas dos "pruebas" se deben a que la geopolítica se entromete con la economía política, no porque tenga razón, sino porque tiene más fuerza, y así la globalización se va a imponer para obtener autómatas consumidores de la obsolescencia planificada, y sepultar las tradiciones como nuestro consumo de carne [exportamos el 20% compuesto por los cortes más caros para subsidiar el 80% más barato para el consumo local] alentado por precios irrisorios como lo demuestra este ejemplo del profesor Héctor Ordóñez, que tomó a un auto de alta gama alemán marca "Audi" de un peso aproximado a una tonelada y un valor de € 30.000, lo que equivale a decir que cuesta € 30 el kilo de Audi, para compararlo con el precio del kilo de lomo vacuno argentino en las góndolas alemanas, obteniendo este disparatado resultado: ¡ cuestan lo mismo !

El chico abastece al grande: Bueno, esto no tiene sentido, pero, es así, y va a seguir siendo así. Una economía chica queda subordinada a una grande, pues la productividad de la mayor, por derrame, lleva los salarios de todos sus habitantes hacia arriba, así un plomero de Francia gana más que un plomero peruano aunque haga lo mismo, y un docente alemán comprará mejor carne argentina que un docente argentino en Argentina [y en proporción a su salario la pagará más barata], y además, el exportador argentino tomó préstamos que provienen del ahorro de nuestros plomeros y docentes que si bien los bancos les pagaron sus intereses, no les informaron que su dinero financiaría a quienes luego los "traicionarían" exportando sus mejores productos dejando las sobras para los consumidores locales. [Nota: La "teoría del derrame" no es liberal, sino una burla de los propagandistas de izquierda, de la misma forma que la denominación "capitalista" fue inventada con intenciones peyorativas, pues bien, como los liberales siempre tuvieron la cabeza puesta en otras cosas, las dejaron correr hasta convertirse en lugares comunes].
Las leyes antimonopólicas de espíritu liberal, pero no "de mercado", vigilan los ataques privados a la competencia, pero, no pueden evitar que no se haga ninguna oferta y que toda la producción se exporte, desabasteciendo el mercado y subiendo el precio de los productos clase "B", sin el nivel aceptado por los compradores externos.
Algún tipo de estabilizador debe haber entre lo que se exporta y lo que va al mercado interno sin arruinarle al productor los negocios excepcionales que pueda hacer, pero, los "cupos" son como ponerle precios máximos a una parte de la producción.
La solución hasta ahora ha sido "concertar" precios [un proceso engorroso sin buenos resultados], y la otra es castigar con impuestos mayores a la exportación para que haya sobreoferta en el mercado interno, cuando lo que hay que hacer es ponerle impuestos progresivos a la intermediación [para que esta cadena se acorte], y establecer el sistema de compensaciones cediéndole la recaudación del IVA al productor para reemplazar a los obsoletos e improductivos subsidios [porque obviamente si dejamos quebrar al productor habrá desabastecimiento]. Sin dejar de atacar al problema real que hay detrás de todo esto: ¡ nuestra moneda no vale nada !, y claro que por ser ya exitosamente probado sería beneficioso volver al "patrón oro", excepto por el hecho de ser un mercado manipulado por pocos productores en connivencia con Estados poderosos interesados en mantener el precio del oro subvaluado, entonces... ¿ por qué no probar con otros patrones, por ejemplo con la energía, o con la "hora hombre" convertible en energía ? aunque en realidad yo prefiero a la "hora mujer" puntualmente la hora de trabajo de una partera [casi siempre mujeres, haciendo una labor que nunca será reemplazada por una máquina, y que se hace igual en todo el mundo]. Así todos los trabajos son escalados según la HP [hora-partera] y un obstetra cobrará 2,3 Hp por hora, un cirujano 4,2 Hp, un ingenieto 7 Hp, un juez 10 Hp, y el Presidente de la Nación 20 Hp [ejemplo dado con números al azar]. Pues bien ¿ cuántos Kw/h puede comprar una partera trabajando una hora ? y el número obtenido se toma como patrón fijo, de modo que si hay inflación no haga falta negociar paritarias pues al aumentar el valor de la corriente eléctrica [que siempre es casi a la par de los combustibles] aumenta el salario sin perder poder adquisitivo. Aunque las paritarias puedan seguir funcionando, por ejemplo, si los empleados de los subterráneos quieren un aumento y pasar de ganar 0,8 Hp a ganar 1,0 Hp, o sea, igual que una partera, después de todo, sus molestos sindicalistas pueden argumentar que un subterráneo saliendo de un túnel y arribando a una estación, es muy parecido a un bebé saliendo de concha de su madre [esto que es tan simple de instrumentar en los papeles, tendrá largas negociaciones para determinar las equivalencias Hp de todos los salarios pues muchos no aceptarán que se congelen esos valores al válido a la fecha de entrar a este sistema porque todos están negociando aumentos de salarios por otra causa como lo es la inflación y no porque un sindicato, por ejemplo de la salud, considere injusto que ganen más dinero los camioneros, y lo importante en este cambio de patrones es que se le quita a todos los empresarios traidores el elucubrar manejos para obtener mayores ganancias vía perjudicar a los asalariados].
¿ Cuáles otros patrones estables tenemos disponibles similares al trabajo de una partera ?: Mis favoritos son dos, abandonar el dinero Fiat y tener una moneda expresada no en pesos sino en kilos de cemento o en kilowatts. Para que se tenga inflación con estas monedas haría falta que aumente la producción de cemento por sobre lo que se demande para construir, o que nos sobre energía eléctrica. Además... ¿ cómo sería una corrida bancaria, acaso la gente iría al banco a entregar sus billetes y llevarse pilas o bolsas de cemento ?
Finalmente, tener la información al alcance de todos sobre la comparación entre lo que perciben los distintos asalariados medibles en una unidad de trabajo vinculada a las parteras, sería algo bueno pero en realidad no es tan simple: ¿ Cuáles parteras [privadas, públicas, nuevas, experimentadas, de un barrio caro, del interior lejano, etc.] ?

Traicionar o morir: Concertar precios no sirve y está siendo ya bien visible por culpa de una de nuestras industrias más tradicionales, modernizadas, y pese a ello en caída libre desde la sucesión de gobiernos kirchneristas. Por ejemplo, para poder exportar más soja, que parece ser la forma más simple para ganar dólares, la industria láctea se está achicando a partir de un nuevo herbicida y una semilla mejorada de soja que la convierte en un negocio casi sin riesgos por lo que todos los productores se pasan a la soja dejando a la orgullosa Argentina en una situación que la llevaría a importar leche de Bolivia.
¿ Por qué no aseguramos todos los lados del negocio, el sojero que compra la tierra de los tambos, el tambero aplastado por impuestos, y hasta el funcionario público técnico [no el partidario ideologizado] que quiere cobrar impuestos para la corona porque lo considera su deber sagrado, sin por ello generar más contraproducente desocupación ni destrucción de industrias ? Para ello aparte de arrasar electoralmente a los mediocres que llegan a puestos de mando en nuestra economía, hay que llegar a la estabilidad de nuestra moneda, promover las compensaciones al productor vía IVA, la amenaza de aranceles [ya expliqué que de todas formas son innecesarios] para contrarrestar a los subsidios de otras naciones, más las garantías de que habrán subsidios en casos muy puntuales como los de las catástrofes naturales, y por último, ¿ podremos tener alguna vez una reglamentación especial de conservación de suelos ?:

  1. Monopolios cooperativos:
    • Olvidémonos de los supermercados pues no necesitan de los lácteos para sobrevivir, por lo que si se los castiga con mayores impuestos, van a dejar de vender lácteos.
    • Evitar toda la cadena de intermediación que encarece el producto y deja las ganancias en cualquier mano menos en las de los productores con los impuestos a la intermediación.
    • Incentivar la creación de grandes cooperativas municipales, regionales, o provinciales que permiten al mismo tiempo manejar el pago a los productores del IVA "invertido" ya propuesto, y facilita la obtención de préstamos al facilitar las garantías solidarias, como también el ahorro en el pago de seguros pues la cooperativa puede funcionar como la aseguradora de sus socios. Además en sintonía con reducir al Estado, estas cooperativas pueden absorber a sectores del sistema de recaudación impositiva estatal.
    • Los precios abusivos no existen, pero hay que nombrarlos por las dudas: nunca un Presidente, un gobernador, o un ministro de economía de la Nación, sino un intendente, tendrá derecho de veto sobre los aumentos "abusivos" en los precios de los lácteos en su municipio.

  2. Reglamentación:
    • La ortodoxia liberal ha demostrado lo incorrecto que es aplicar impuestos progresivos porque pueden terminar con el incentivo para que un empresario se decida a invertir en determinado tipo de negocios, pero, como aquí lo que se quiere hacer es desalentar el negocio de la intermediación, entonces sí pueden aplicárselos.
    • Si por los avances tecnológicos se hacen inevitables las cosechas récord que suban el precio de los campos útiles para el cultivo de la soja u otro cultivo que desvíe las inversiones y lleven al cierre de empresas lácteas decanas de baja rentabilidad comparativa, los consumidores pueden asegurarse el abastecimiento de lácteos desde otra zonas pero a mayores precios, y de la misma forma con la que el Estado zonifica regiones de las ciudades y allí impide construir edificios, puede legislar zonas agropecuarias lácteas en donde los propietarios sólo puedan vender hasta el 70% de sus terrenos a otra actividad, probablemente la consecuencia de esto será tener campos lecheros subutilizados por desinversión, pero sin desabastecimiento de lácteos hasta que la "mudanza" a nuevas zonas tamberas periféricas se finalice.

  3. Subsidios:
    • Concederles un subsidio a los tamberos es la política estandar mundial, pero, es incorrecta no sólo desde la ortodoxia liberal, sino desde la más elemental lógica.
    • Pre-subsidio: Esto es automático, y sin mediar para su obtención de ninguna decisión de los políticos de turno en el poder, porque así se evitará ser chantajeado por los políticos, al mismo tiempo que el Estado tendrá la garantía de que su dinero no va a ir a enriquecer a nadie indebidamente. El pre-subsidio es cuando la cámara que nuclea al sector en problemas se autodecreta en emergencia y difiere el pago de impuestos por seis meses [corre hacia adelante los vencimientos, pero, pagando después lo que debe más las multas por mora].
    • Se puede postergar más, pero, para ello sí deberán participar las autoridades políticas mediante una ley.
    • El subsidio es siempre una pérdida para el Estado, pero, si se tiene en cuenta que la actividad de los tambos no da pérdidas, sino que con la misma inversión se puede ganar más con otra actividad produciendo una fuga de empresarios, y si al Estado no le interesa recaudar más impuestos a las ganancias de esa nueva actividad, ni le interesa perder dinero vía subsidios, tal vez lo más conveniente no sea nacionalizar sino "lecherizar" esos terrenos al reglamentar su uso para mantenerlos para la producción lechera desgravando esa producción, y quien quiera poner subsidios que lo haga a nivel provincial y sujeto a referendum [que más democracia nunca está de más].
    • Una compensación es un subsidio, pero, que no es pagado por el Estado. El Estado debe sancionar una ley de compensaciones equitativas sobre la compra y reventa de commodities, y esta le permitirá al productor de frutas de Rio Negro que vende "ahorcado" su producto por centavos, obtener una compensación principalmente del supermercado que hace la venta final tras una larga cadena de intermediación, cobrando el IVA en cada etapa [Supongo que sería más simple si los productores únicamente le vendiesen a su cooperativa, y luego ésta cobrase el IVA y vigilase toda posible evasión, para luego repartir lo obtenido entre sus socios]. Si como están las cosas hoy, el productor quiebra, el consumidor tendrá desabastecimiento, y hasta el supermercado se quedará sin vender esos productos obteniendo ganancias, de este modo se corrige una injusticia del mercado [¡ como si el mercado tuviese la culpa de que el productor esté a miles de kilómetros de los consumidores !], no mediante el Estado, sino retirando al Estado de la ecuación. Como toda modificación en los impuestos es transferida al consumidor, esto no podrá suceder con las compensaciones porque se trata del mismo IVA que no aumenta sino que se redirecciona. Esta solución es una mejora, pero, no es la óptima, pues en una solución óptima todos ganan sin que hayan perjudicados, y aquí el Estado cede recaudación, y el consumidor y el supermercadista resultan ser neutrales, por lo que este ingreso mayor para los productores y para sus provincias vía impuesos locales, bien pueden implicar una modificación en la coparticipación federal [siempre que no se decida hacer lo correcto que es eliminar la coparticipación y que no haya impuestos nacionales sino sólo provinciales y municipales coparticipados con el Estado central, o sea: a la inversa].
    • Finalmente, la entrega lisa y llana de dinero público vía subsidios, debería estar limitada a tratar de recomponer la producción después de una catástrofe natural, y no después de que a los mercados se les antoje comerciar más con soja que con leche.

  4. Financiación:
    • El banco público local se beneficiará más si a todo el conjunto de su sociedad los arrastra el empuje del campo que, por ejemplo, lo que pasaría con un banco privado quedándose con un tambo cerrado vía hipoteca impaga. Pero, sólo el banco público local podrá prestarles a tasas especiales a los tambos si sus electorados votan el aumento de impuestos que le permitan disponer del dinero para prestar a esas tasas. De este modo el banco deja de ser del partido político gobernante, y pasa a ser de los contribuyentes de todos los partidos.
    • Aquí la garantía para los votantes estará en que el banco no le preste a productores, oligopolios, etc., sino a un "Club" creado "ad-hoc", o sea a la asociación de todos los trabajadores que trabajan para los productores regionales.
    • En estos clubes estarán juntos los trabajadores de los distintos sindicatos que trabajan para una misma actividad [por ejemplo, siguiendo con el caso de la producción láctea, hay una gran y diversa cantidad de especialidades derivadas del procesamiento de la leche vacuna].
    • Los préstamos a tasas preferenciales se los concederán únicamente a estos clubes, de modo que el empleado seguirá siendo empleado, pero, el "Club" será socio de la empresa auxiliada. O sea: la empresa no recibe ningún préstamo, sino sus empleados, porque la sociedad decidió votando que se le aumenten un 1% los impuestos para no tener desocupados y para no quedarse sin leche [o lo que sea causante de problemas en cualquier región del país].
    • Finalmente, el "Club" de trabajadores [o como decidan llamarlo] pagará el préstamo concedido, porque conservando las fuentes de trabajo se cobrarán los correspondientes sueldos y además la empresa rescatada repartirá sus beneficios entre sus socios viejos y nuevos, entre ellos, el "Club" que puso el dinero cuando hizo falta.
    • Con las dificultades incontables que pueden existir dada la variedad de tipos de producciones regionales, este sistema siempre tendrá dos ventajas: se ahorra la tajada que se llevan los bancos porque estos no prestan ni cobran intereses, pues no están prestando el dinero de sus ahorristas, sino recolectando impuestos [igual que ya hacen con los muchos impuestos y servicios que se pagan en los bancos]. El dinero va al municipio en donde se aprobó la suba de impuestos. Este lo presta, y audita, con un interés que es más bajo por faltarle la ganancia del banco y por no existir factor de riesgo, porque nunca hubo ningún riesgo, pues no perdamos de vista que el productor no está por ir a la quiebra porque la gente haya dejado de consumir leche, o frutas, etc., sino porque quiere ganar más en otra actividad, y porque la financiación que reciben emprendimientos en negocios seguros como lo es hoy la soja transgénica, está dejando "secas" a otras actividades.

Que nos arregle el problema el infalible mercado: El mercado tiene dos armas, la primera es el conocimiento y la experiencia de miles de cuestiones resueltas, y la segunda es el desconocimiento, o sea, nadie sabe qué hacer y entonces un empresario o emprendedor ve la posibilidad de hacer un negocio en donde nadie acierta con una solución y para eso inventa algo.

  1. Sin lugar a dudas:
    • Efectivamente el mercado puede arreglar el problema sin que el Estado intervenga, o yo haya escrito parte de este ensayo buscando una solución al problema de los lácteos de los que soy un gran consumidor, pero... el mercado ignora el factor "tiempo", y vaya uno a saber durante cuánto tiempo tendremos desabastecimiento de los varios tipos de leches, quesos, yogures, mantecas, crema, etc.
    • Lo más rápido va a ser recurrir a importarlos, no habrá problemas con la calidad, pero sí con los precios.
    • Por la diferencia de volúmenes y precios nos llenaremos de dólares con la soja, pero... ¡ depender de un monocultivo es muy peligroso, y destruir una industria es cuestión de días mientras que reconstruirla llevaría años !

  2. Consecuencias:
    • El mercado nos hará más ricos y cambiaremos el auto por una 4X4, pero, nos cambia la vida pues hay que renunciar al café con leche, a la tostada con manteca o dulce de leche, a los helados de crema, y al asado con provoleta, pues por un lado se gana y por el otro se pierde... a no ser que una sequía impredecible nos deje sin nada de nada, pues ese es el peligroso riesgo de no estar diversificados.
    • Tal vez el estanciero previsor se salve por haber tomado un seguro contra una plaga, sequía, incendio, o inundación, pero no se va a salvar el consumidor.


Claudio Corniola