[A] Imprevisibilidad de los mercados financieros: A comienzos del siglo XXI el capitalismo mundial de la producción [identificado con la industria aunque el agro hoy es madre de industrias] está pasando por un auge creativo, pero, es parcialmente dependiente del capitalismo financiero que está todo el tiempo saliendo de una crisis y entrando en otra.
En el sector financiero se vende "futuro" con garantía "cero", por ejemplo una y otra vez venden a $50 lo que prometen que valdrá $100, para luego hacerlo revender a $40 porque una crisis lo hará valer $10, sin responsables por las pérdidas, ni juicios por "mala praxis bursatil", y no hay nada que no se pueda sobrevaluar para después subvaluarlo: bienes raíces japoneses, la libra esterlina, el dólar, el peso, los microchips, bonos, acciones, etc., y si el gran inversor vende a $40 perdiendo $10, los pequeños inversores llegarán tarde perdiendo todo.
Este capitalismo no depende de ninguna producción y curiosamente una crisis financiera complica a la producción industrial mientras que, su bonanza, no la beneficia [además los rindes financieros son escalofriantes]. La industria necesita financiación, pero, lo que no necesita es a la especulación que inventa "burbujas" y luego las destruye tras tomar ganancias.
Algún día la industria y el agro le cortarán el chorro al sector financiero sobredimensionado, que entonces sólo servirá para jugar a la ruleta rusa con los papeles de los Estados.
Esto no es tan fácil pues uno de los papeles que los Estados imprimen son las monedas [y no hubo ninguna moneda que no haya sido atacada por la especulación, en lo que se da en llamar "corridas"], por lo tanto hay que tener prevista la aparición de un nuevo valor de intercambio [vacante desde que se abandonó el sistema monetario de Bretton Woods en 1973].
Las empresas que buscando financiación cotizan en las diferentes bolsas del mundo, deben comenzar a evaluar el "riesgo bolsa". Este riesgo radica en que la bolsa contamina con su nerviosismo a la sociedad donde las empresas intentan vender sus productos y, si no venden, caen sus papeles en la bolsa.
Los grandes industriales deberían reunirse como hacen los economistas y financistas en Davos, para darle origen al "cisma liberal", pues el progreso desde hace años que sale exclusivamente de los laboratorios y universidades, sin embargo, los financistas se siguen llevando la parte del león.
¿ Por qué abandonar el financiamiento por medio del mercado bursátil que ha dado tan buenos resultados ?: Por el "riesgo bolsa", hemos llegado muy alto tener una caída y, sistemáticamente, los "mercados" son los generadores de caídas, es más, hay tipos que tienen el caradurismo de evaluar riesgos poniéndoles calificaciones a todo el mundo y, el riesgo, son ellos.
Si los supersindicatos pueden competir con las A.F.J.P. al mismo tiempo lo harán con los bancos pues podrán prestarle esos dineros a las industrias en las que ya tienen metidos a sus afiliados vigilando sus inversiones con el triple objetivo de incrementar el rendimiento de su dinero, abaratar el crédito, y el de conservar las fuentes de trabajo sin dejarles a las A.F.J.P.s ninguna tajada del negocio con la que ir a especular a la bolsa.
Los empresarios industriales deberían encargar un estudio serio para dilucidar por qué baja la bolsa, obviamente éste no se lo deben encargar a nadie relacionado con ella.
Una de las causas es que al cobrar comisiones por las compras y ventas de acciones, una Bolsa subiendo provoca que los inversores más fuertes se "aten" a las acciones que les están dando ganancias, o sea, no venden y si no lo hacen sus agentes no cobran comisiones. Las alzas y bajas deben ser rotativas y aleatorias pues así siempre habrá movimiento de acciones y comisiones entrando en sus bolsillos, y esta "tentación para revolver el río" debe incluirse dentro del "riesgo bolsa".
Mientras Greenspan subía y subía las tasas, el petróleo subió duplicando su costo y eso ni causó inflación, ni quiebras, ni recesión, pero, desde que el período de prosperidad de fines del siglo XX en U.S.A. se convirtió en récord de subas en la bolsa durante la presidencia de Clinton, los mercados comenzaron a debatir sobre el "aterrizaje", haciéndolo aterrizar mal [y ni hablar del mercado inmobiliaro que, según palabras del propio Greenspan, fue el único que no pudo controlar, y así terminó, por culpa de una burbuja que el intervencionismo de Greenspan hizo nacer, nadie pudo contener, y mucho menos preveer su infartante colapso].
[B] Imprevisibilidad del mercado financiero: El liberalismo no solucionó que la baja en los precios de las propiedades haga que para pagar una hipoteca larga se termine sacrificando tiempo y esfuerzo por un activo depreciado y ya pagado al último valor de mercado, siendo preferible la ejecución del inmueble para comprar otro al precio nuevo, para incumplir un contrato por el que el mercado le hizo perder dinero a todos.
Se podrá argumentar que no ha sido el mercado el culpable por las devaluaciones en Argentina, pero, sí lo fue en la burbuja especulativa con los inmuebles japoneses y, el problema, es de límites a escala humana: una tasa flotante puede por razones de mercado aumentar un 50% sobrepasando el 2% o el 3% normal, mientras que el endeudado, que ya trabaja horas extras seis días por semana para pagar su hipoteca, aunque quiera no podrá trabajar un 50% más de tiempo acorde a lo que le aumentó su deuda, pues no hay nueve días por semana.
El problema es que el mercado no acepta regulaciones para que los bancos no den préstamos hipotecarios que después nadie pueda devolver, entonces, el Estado debería decretar un corte según los precios de mercado que, de haber existido en el año 2002 tras la devaluación de Duhalde-Remes Lenicov que bajó la cotización de los inmuebles en un 30%, quien pagó 70 cuotas de una hipoteca de 100, obtendría la cancelación de su deuda.
La primera consecuencia será que los bancos ya no harán más "lobby" pro-devaluación y, segundo, si cae el precio de los inmuebles, deberán dar créditos más baratos para que la gente entre al mercado volviendo a empujar los precios hacia arriba, y así el sistema se autorregule, y se encuentre la forma más económica de acceder a la vivienda por el lado del abaratamiento de los préstamos hipotecarios y no de los inmuebles.
El corte hará que los bancos inviertan en propiedades para vender según la estacionalidad o las tendencias de los ciclos económicos, para nivelarlos, sin perjudicarse ni perjudicar en el proceso a los deudores, cuando se formen "burbujas" especulativas con los precios de las propiedades, siempre importadas de la bolsa, y ajenas a la construcción.