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KEYNES, LA INFLACION, Y EL DINERO

[A] La inflación es una suba de precios anárquica y prolongada. Cada precio tiene dos componentes: costos y ganancias, y si los que más crecen y ganan son los comerciantes, empresarios, e industriales, sobre todo de los países con economías estables sin inflación, entonces "por descarte" los países con economías pobres e inflacionarias deben tener un problema de costos en alguno de sus componentes: impuestos, salarios, o insumos.
Como las peores cargas impositivas [prácticamente inevadibles] se aplican en el mundo desarrollado, y como en el mundo en desarrollo se pagan los salarios más bajos del mundo, descartándolos a ambos sólo nos queda que el problema de costos es por culpa de los insumos, pero, ¡ los países del tercer mundo son precisamente los productores de esos insumos !
Lo que sucedió una y mil veces, y en varios países sin conexión [lo que confirma una tendencia e impide hablar de un "complot" argentino], es que los productores prefieren exportar antes que vender en el mercado interno, y hacen eso exclusivamente para poder cobrar en moneda extranjera.
Así, la explicación definitiva de por qué hay inflación [o hubo y habrá], en cualquier lugar del mundo, es porque la moneda extranjera es mejor que la moneda local.
Si lo piensa un poco, hacer un billete de $10 debe costar exactamente igual que hacer uno de $100, [papel, más tinta, más mano de obra] entonces, ¿ por qué el gobierno pierde dinero imprimiendo billetes de $10, si por el mismo costo podría imprimir billetes de $100 y tener un país 10 veces más rico ?
La pregunta que por lógica ya tendría que haberse hecho solo es que si hacer un billete de $100 costó $0,001 ¿ por qué vale $100 ?
¿ Por qué los billetes de un dólar valieron durante 10 años $1,00 hasta el 2001, después $3,00 para subir lentamente hasta el 2016 en donde ya costaban $14,00 llegando a pavorosos $ 300 en el 2022 ?

[B] Keynes dijo que: "poner salarios mínimos altos alienta el consumo y si después se emite moneda para darles crédito barato a los empresarios, estos pueden pagar los salarios mínimos inflados con los que, los empleados, podrán comprar los productos que fabriquen los empresarios en las fábricas que les dan trabajo a esos empleados a los que se les subieron los sueldos mínimos", y llamó a esto que suena a martingala como "función consumo" y ley psicológica fundamental de su sistema [función empleo, efecto multiplicador y efecto acelerador completan su jerga] y la verdad es que aunque la autodenominación de "función" [que es un concepto matemático] le queda pomposamente grande por incorrecta, si es cierto que psicológicamente tuvo un enorme éxito pero, no sobre los mercados [y pasó lo mismo en todos los países que lo adoptaron] porque estos le contestaron indefectiblemente con inflación, sino sobre la psicología de los políticos: Lo peor que puede hacer un político durante una crisis es no hacer nada, y en U.S.A. durante la gran recesión se adoptaron las recetas inflacionistas de Keynes, primero, porque había que hacer algo, y segundo, porque tenían deflación y la inflación siempre creciente keynesiana al comienzo no se notaría, y una vez superada la crisis, se la podía dejar para retomar el camino ortodoxo.
Imaginen el impacto, en la Argentina de Perón, causado por este verdadero canto de sirenas que fue para los que pensaban que "combatiendo al capital" podía hacer crecer una economía cuando escucharon a Keynes proponer "buscar la eutanasia del rentista y por consiguiente la eutanasia del poder de opresión acumulativo de los capitalistas para explotar el valor de la escasez del capital". Sumémosle el permiso para gastar dinero de más sin esfuerzo simplemente imprimiendo y, de postre: con el currículum de haber salvado a la economía de U.S.A.
Evidentemente si suben los sueldos, o sea si suben los ingresos de la población, aumenta el consumo pero, establecer una función matemática es fantasioso ya que el sueldo puede aumentar un 10% y el consumo aumentar apenas al 3%, destinando el resto para el ahorro o inversiones y, por otro lado: ¿ se puede aumentar el consumo a la super velocidad que desean los políticos cuando la producción siempre e inevitablemente va a aumentar lentamente ?, ¿ qué consecuencias pronostican producir estos genios con una masa creciente de dinero presionando sobre una masa estática de bienes y servicios ?, ¿ ninguna consecuencia ?, ¿ comó pueden ser tan estúpidos ?: van a cosechar una inflación de espiral creciente.
El "eslabón-psi" que se intenta manipular es aleatorio y a la larga como en el casino se termina perdiendo, como en el caso de la hiperinflación donde a un aumento del circulante del 100% le sigue una inflación del 200%, o más, que obligan a emitir más con cada vez peores consecuencias, y se puede afirmar que la masa monetaria tiene inercia y así, por ejemplo, al comienzo de la convertibilidad se tuvo varios meses de inflación alta sin emisión y lo inverso pasó al salir de la convertibilidad.
De cierta forma la introversión inflacionaria posterior a una larga convertibilidad implica reconocer que durante la convertibilidad los consumidores fueron castigados con precios sobrevaluados que le permitieron a las empresas absorber el arranque inflacionario para no caer en una recesión fatal.
En una etapa de arranque donde el componente psicológico juega a favor del gobierno emisor, los resultados son 300% de inflación sobre mercaderías importadas, 60% sobre mercaderías locales y 10% de aumento de sueldo, ¡ y esto es lo que los economistas llaman una etapa buena !
Keynes confundió ingresos "nominales" con "reales", y pese a eso le dieron el Nobel de economía y hasta la corona británica lo nombró "Sir", pero resulta que el Sir era una Ladie homosexual que llevaba un detallado registro de sus amantes hasta que se casó con una bailarina, bravo por ella que así evitó que les siguiese exigiendo favores sexuales a sus alumnos varones. Pero, tratándose de un economista qué importa su vida sexual, obvio, importan otras cosas como que era un mal apostador y dos veces perdió todo especulando en la bolsa, hasta que cuando ya viejo y conservador acertó al invertir en empresas en vez de especular con divisas o commodities, o sea que los empresarios, esos desgraciados eternamente liberales, por fin le hicieron ganar dinero.
En una economía keynesiana, a un aumento de sueldo le siguen los aumentos de todo por arriba del aumento del sueldo que, en terminos reales, habrá perdido poder adquisitivo: si se ganan $ 100 y aumentan al sueldo un 10% en un mes con 15% de inflación, nominalmente se pasa a ganar $ 110 que en los hechos equivalen a $ 95 [110 - 15].
Entonces, pese a todo el cuento de "aumentar salarios, alentar el consumo, emitir moneda para abaratar el crédito para que se puedan pagar los aumentos de sueldos, etc.", al final pasa lo opuesto porque con el truco psicológico de aumentar los sueldos nominalmente de $100 a $110, en términos reales se le robó el $5 a cada trabajador y aquí sí que aparece una función matemática, aunque suene a perogrullada, porque con un sueldo de $95 se consume un 5% menos que con un sueldo de $100.
John Maynard Keynes, inglés [1883-1946] ganó su fama en el "New deal" que introdujo en U.S.A. al "Estado de Bienestar" inventado en Alemania y perfeccionado en Inglaterra, un plan económico dedicado a bajar el desempleo y que por lo general es recordado por aquello de "hacer pozos de día para taparlos de noche" [que no es una frase de su cosecha, sino de sus seguidores políticos] y lo que por lo general no se dice es que U.S.A. venía de una recesión con deflación [que es lo opuesto a la inflación] y por ello la inflación keynesiana al principio no se notaba para nada [cuando empezó a notarse, en vez de tratar de negarla como hacen en Argentina, los yankees dejaron atrás a Keynes, al igual que en todo el mundo en donde ya no se usa a la inflación crónica como recurso].
Keynes nació el año en que murió Karl Marx [1818-1883] quién elucubró el otro sistema más famoso [¿ sabían que Sarmiento vivió entre 1811-1888 y Lincoln entre 1809-1865 ?].
En Argentina el keynesianismo hizo su entrada con el Banco Central en 1935 se desarrolló con Perón y alcanzó su pico con Frondizi con el nombre de fantasía "desarrollismo" y volvió a infiltrarse maquillado de liberalismo durante la dictadura militar que nunca privatizó nada [incluso estatizó la Italo, una central de electricidad privada para la que Martínez de Hoz había trabajado durante años, a pocos años de tener que pasar gratis al Estado].
Para ampliar la base monetaria, por ejemplo en un 10%, se debe primero consultar a todos los que ya tengan dinero adquirido a un determinado valor, advirtiéndoles que se les va a sacar el 10% del valor del mismo para experimentar con una teoría de consecuencias impredecibles, con el noble fin de bajar el desempleo vía generar un boom en la demanda que desembocaría en un auge en la producción [olvidando que desde hace años, debido a progresos en robótica, un aumento de la producción ya no es equivalente a un aumento en la ocupación], entonces, debe quedar bien en claro que el dinero de ellos va a financiar a las industrias de otros, de no proceder así, las fortunas y bienes de los argentinos quedarían en manos de tecnócratas iluminados que, si quieren tomar riesgos que lo hagan con su dinero.
Síndrome de abstinencia: Los niveles de desocupación ya eran inaceptables con hiperinflación y el cierre de empresas era dramático, no por la competencia del exterior, sino porque los empresarios vendían todo para comprar dólares con la seguridad de que al seguir aumentando, les daría más ganancias que trabajando. Los empresarios argentinos, no son liberales como los del primer mundo, sino mercantilistas y no quieren competir y necesitan un sistema inflacionario con importaciones caras para ser inmensamente felices [o venden todo y se largan a mudar], mientras que el resto de la población paga las consecuencias, en especial los comerciantes minoristas que son el último eslabón en la cadena desde el productor hasta el consumidor, a los que se carga con toda la responsabilidad por el aumento del costo de la vida en vez de hacer responsable por ello a quien preside el país.
Ahora, para que lo entienda un chico de 10 años, imaginemos que el gobierno decreta una devaluación del 10%: devaluar significa "quitar valor" pero como es imposible tomar todos los billetes, por ejemplo de $ 10 para sellarles en rojo "desde ahora valen $ 9", lo que se hace es subir el precio al que va a vender sus dólares el Banco Central.
En realidad el dólar no sube cuando lo quiera el gobierno peronista que siempre lo hace tarde pues entre privados el precio es más alto, y a la diferencia la llamamos como "brecha cambiaria", y lo que pasa es un efecto similar al que se ve por televisión cuando se abre un paracaídas y éste parece subir, cuando lo que pasa es que el camarógrafo que lo filma no ha abierto su paracaídas y por lo tanto está cayendo más rápido y debe apuntar su cámara cada vez más hacia arriba para seguir encuadrando al sujeto del paracaídas abierto que cae más lento [como su nombre lo indica, un paracaídas frena una caída y no sube porque, de subir, los paracaidistas nunca llegarían al suelo y volverían a la altura desde la que saltaron del avión].
¿ El keynesianismo no solucionó el desempleo ?: No, es un parche que lleva a un retroceso, aunque hay políticas peores como el destruccionismo del trabajo neoliberal que robotiza a las fábricas [claro, porque los que hacen a esos robots... ¿ acaso no son trabajadores también ?]. El cáncer es mejor que el paro cardíaco porque mata lentamente, según los políticos que no quieren un paro cardíaco durante su gestión, sino que se retuerza de dolor por el cáncer el gobierno siguiente ["jodita" que no es un invento peronista sino de U.S.A. en 1803, vean el caso Marbury vs. Madison sobre otra cuestión pero con la misma lógica de adoptar políticas, ya no para bien de la nación, sino para perjudicar a la oposición].
Lo que sacó a la Argentina de la recesión fueron sus exportaciones agropecuarias y como los que las pagaron fueron los consumidores chinos, para adjudicarle el triunfo a Keynes la Argentina tuvo que haber subsidiado los salarios de los chinos con emisión monetaria, ya sea regalándole dinero a ellos, o al revés regalándoselo a nuestros productores agropecuarios para que les vendan nuestra soja más barata, pero, Argentina hizo al revés y le encareció la producción al campo con retenciones [impuestos sin ninguna contraprestación y cobrados en dólares, lo que es un delirio pues el dólar no es una moneda de circulación legal en Argentina]. ¿ Entonces qué hace el campo que trabaja para que el mayor beneficiado de su esfuerzo sea un gobierno de ladrones y, en segundo lugar, los criadores de cerdos en China ?... pues bien, ante esta situación cada peso que ganen los productores agropecuarios se invertirá en importar máquinas que hagan el trabajo de muchos hombres, aumentando la desocupación, y más: cambiando de rubro hacia el más mecanizado posible.
¿ El aumento en el nivel de vida, no es igual al aumento del salario ?: Paradójicamente para una persona el aumento de sueldo mejora su nivel de vida en el acto, pero, tratándose de millones de personas eso lamentablemente ya no funciona.
El nivel de vida social arrastra al individual, así ganando U$S 5.000 en Uganda se tendrá un peor nivel de vida que ganando U$S 4.000 en Francia y, ¿ si los gobernantes de Uganda aman a su pueblo, por qué no pagan salarios como los de París ?
El keynesianismo "sube" la cantidad de circulante y tiene dos límites: primero que la economía no es "consumir ya" y si la gente prevee consumir a futuro deberá ahorrar y, segundo, que la moneda mala reemplazará a la buena, excepto para ahorrar pues la ley de "la oferta y la demanda" se aplica también a las monedas y en una economía keynesiana la gente se refugiaba en el oro o en los dólares, haciendo caer el consumo y la recaudación, aumentando el déficit fiscal, la emisión y la inflación.
Esta política económica es el grado más alto de estatismo y anti-liberalismo que se permiten las naciones capitalistas y es anti-liberal porque por vías indirectas se controla toda la economía: su tipo de cambio es la "flotación sucia" [que no existe y en realidad debería llamarse "tobogán sucio"], inflación sistemática, exenciones impositivas "a dedo" [políticas activas supuestamente pro competitividad, más favores corporativos], tasas de interés subsidiadas [alias "créditos blandos"], licuación de pasivos, el opuesto alto endeudamiento del Estado, y absorción de la desocupación generando burocracia y clientelismo [subsidios de desempleo], todas políticas refutadas teóricamente, y recontra comprobadas como fracasadas en la práctica, pero, estos imbéciles que nos gobiernan insisten en repetirlas una y otra vez hasta el día en el que afortunadamente se mueren sin chances de resurrección, porque a estas políticas desastrosas otro político o economista de cuarta las va a volver a resucitar simplemente porque no es un delito falsificar moneda si el que lo hace "tiene coronita" porque fue votado.
Es un sistema muy apreciado por economistas autoritarios por las grandes libertades que les da para hacer lo que se les antoja, pero, curiosamente, el margen de libertad que le deja al mercado es lo que lo mantiene a flote.
La única virtud del keynesianismo es contener a la población en momentos de crisis gracias a la omnipresencia del "Estado benefactor" y, sus grandes defectos son que: la euforia dura poco, la inflación es galopante, y el estancamiento al que se condena a la sociedad es maratónico, excepto para los proveedores del Estado, pues todos se igualan hacia abajo menos ellos.
Los políticos no pueden resistirse, según el ex-ministro liberal Martínez de Hoz, "al manejo de las palancas del poder": manipular el valor de la moneda al emitir y devaluar, subir las tasas de interés u ofrecer bonos de alta rentabilidad para absorber dinero y evitar la compra de dólares, bajar algunos aranceles para que la importación pare la suba de precios, poner precios máximos sabiendo que traerá desabastecimiento, subir impuestos, y endeudarse para que la entrada de capitales frene al dólar... ¡ y hacer una y otra vez todas estas burradas, y defenderlas ante el público con unos infaltables aires de superioridad intelectual merecedores de la pena de muerte "tipo Cleopatra", excepto por ser en los testículos, por pedantes e insoportables !

[C] La "exitosa" nueva alquimia argentina post neoliberalismo con cero inflación ejecutada por el ex-ministro Lavagna, fue no hacer entrar capitales y al mismo tiempo oponerse duramente a los aumentos de salarios, cometiendo un pecado anti-keynesiano para que sobreviva el keynesianismo.
Por Keynes con los años la derecha se dividió entre académicos, y conservadores contaminados de keynesianismo o "liberales cuando les conviene", y Lavagna es el caso opuesto: un keynesiano contaminado por el conservadorismo, con un resultado inevitable de fracaso en muy corto tiempo y todo tipo de tormentas cayendo en el gobierno siguiente de la muy habladora Cristina Kirchner que va a decretar aumentos de salarios para llegar por pocos días al "50 y 50", metiéndose de cabeza en la espiral precios-salarios.
¿ No hay forma de corregir los defectos del keynesianismo conservando sus beneficios ?: No, porque no es una herramienta de progreso económico sino de control pacífico de las masas forzando cierto "reparto" pero igualando hacia abajo, y en ese aspecto no hay que corregirle nada, y sólo resignarse a que sus ciclos expansivos sean cada vez más cortos [el de Lavagna no fue mejor por Lavagna, sino porque él arrancó con una inflación heredada del 0%].
Analicemos esta definición keynesiana de M. F. López, cuyo objetivo es absolver a la emisión de dinero y culpar al cambio fijo por el aumento del desempleo: "La estabilidad monetaria en gran medida se apoya en la contención de la capacidad de consumo interno, debido al desempleo mismo y al congelamiento de los salarios nominales. Estas condiciones de recesión permanente permiten sostener el tipo de cambio fijo. Si la economía marchase hacia un nivel de ocupación significativamente mayor, sería inevitable cierta alza de precios y salarios, que haría insostenible el actual tipo de cambio. Las expectativas sobre su posible alteración, acelerarían el paso a una mayor cotización del dólar. Tener en el ministerio de economía al padre del régimen de cambio fijo o caja de conversión, es un virtual seguro de no aplicación de políticas que menoscaben dicho régimen, pues se presume que ello iniciaría una hiperinflación. La reducción del desempleo obraría en ese sentido no deseado".
Es una pena que haya ensuciado la complejidad literaria de esta pieza de economía-ficción [o sea a todas estas estupideces], con alusiones políticas: el "padre" es el ex-ministro Cavallo, [un mal neoliberal que no redujo ni un centavo al gasto público, luego convertido en peor keynesiano], y la "caja de conversión" era la convertibilidad "1 a 1" que fue su gran acierto posible por el apoyo peronista menemista que mantuvo a los sindicatos domados, pero... ¡ que se desbarrancó por el gasto también peronista, y nunca neoliberal !
Aquí al poner todo entrelazado, se corre el riesgo de "patinar" en un punto y que se caiga todo [y he elegido este párrafo a propósito porque no patina una sino cinco veces]:
1. Error fundamental: "Si la economía marchase hacia un nivel de ocupación significativamente mayor, sería inevitable cierta alza de precios..."
Esto es imposible: A más ocupación, más producción y oferta que baja los precios [como los autos artesanales enfrentados a los industriales que son mejores y más baratos].
2. Otros dos errores pegados [en la misma oración del error "1"]: ...sería inevitable cierta alza de precios "y salarios", que haría "insostenible" el actual tipo de cambio [$ 1 = U$S 1].
Aquí se afirma que la suba de salarios [y no la emisión de dinero] causa la inflación. Por ejemplo durante la última bonanza económica de U.S.A. impulsada en gran medida por el "boom" de la computación, no sólo los gerentes de esas empresas ganaron millones de dólares en sueldos, sino que les pagaron fortunas a sus ingenieros, diseñadores y programadores, pese a ello, los programas y las computadoras, cada vez más potentes, bajaron constantemente de precio [como con los autos, aquí está otra vez el ejemplo de la producción en masa bajando los precios], y en U.S.A. no hubo inflación, o sea que el valor del dólar no se hizo "insostenible". En síntesis, los precios no suben, los salarios sí suben, y ello no afecta para nada a la moneda que puede seguir siendo fuerte mientras no se emita dinero sin respaldo y el mismo efecto se vio con distintas magnitudes en U.S.A., Europa, y hasta en Argentina, y no se trató de un hecho circunstancial ¡ duró diez años !, hasta que se cayó y no por culpa de los salarios de los ingenieros y programadores, sino por quienes especulaban en la bolsa [NASDAQ] que hicieron millones fomentando una "burbuja" que encandiló a los pequeños inversores a los que la misma les estalló en la cara dejándolos con las manos vacías.
Diez años de bonanza y toda una revolución tecnológica que nos benefició a todos y que cambió al mundo no fueron suficentes para que los keynesianos la vean [ellos sí que hicieron cosas grandes para la humanidad como bajar la desocupación haciendo pozos durante la mañana para después mandar a otras personas a taparlos por la noche].
3. "La estabilidad monetaria en gran medida se apoya en la contención de la capacidad de consumo interno... ": aquí se afirma, retorcidamente, que la inflación no es culpa de los políticos, el Ministerio de Economía, el Banco Central, y la Casa de la Moneda, sino que es culpa nuestra ¡ de los consumidores !
4. "La reducción del desempleo obraría en ese sentido no deseado [causando hiperinflación]": entonces la desocupación es un plan conspirativo para mantener el $ 1 = U$S 1 y no un subproducto de políticas activas que transfirieron ingresos hacia sectores no competitivos de la economía para que lucren gracias a la concesión de cuasi-monopolios disfrazados de proteccionismo.
Esta visión conspirativa peca de lo mismo que todas las visiones conspirativas de siempre: sobreinterpretación, paranoia, y la soberbia de los que creen que se las saben todas y no saben nada, sino que memorizan teorías que no pueden probar en ninguna de sus partes, y que para colmo ya las hemos visto fracasar aquí y en otros países.
Si la manzana de Newton le hubiese pegado en la cabeza a Keynes, este hubiera llegado a la conclusión de que la culpa es de los formadores de árboles que lo odiaban, entonces olvidémonos de las palabras fetiche peronistas como "formadores" y "odio" y usemos la cabeza: Si desciende el desempleo [siempre que no sea a causa del Estado creando burocracia improductiva que tendrá que pagar con emisión], esos empleados aumentan la producción y a más cantidad de productos estos bajan los precios, pero, a más, y más, y más dinero en manos de los consumidores pujando por esos productos que no se pueden fabricar tan rápido como trabaja la imprenta de la Casa de la Moneda, pues eso terminaría aumentando sus precios, ¿ entonces ?
Entonces, Keynes dijo emitir hasta un 5% anual arrancando con una inflación del 0%, así algunos precios aumentan y otros bajan de acuerdo a las necesidades del mercado, a su utilidad y estacionalidad, donde el consumidor compara y es libre de consumir o ahorrar... siempre al principio del ciclo que aumenta la base monetaria, ¿ y por qué tienen que meterse los peronistas keynesianos a tergiversar a Keynes a decidir clavarnos un 5% mensual, cuándo ahorrar, cuando consumir, los productos de quiénes se van a subsidiar con nuestro dinero, y quiénes van a estar obligados a regalarle sus dólares al ministro de economía ?
Sin dudas el efecto psicológico primario de la emisión fue formidable durante las primeras experiencias keynesianas en países no liberales con sus economías altamente reguladas y en recesión: se estabiliza el empleo, la gente tiene más plata [aunque alcance para menos cosas] y ven las obras faraónicas del Estado que parece crecer, cuando en realidad se endeuda.
Claro que al apoyar toda la economía en el consumo, el ahorro se vuelve peligroso, pero, como con inflación nadie ahorra [excepto en otra moneda], y como no hubo ni habrá nunca en el mundo ningún político defensor de la justicia social que actualice automáticamente los salarios por la inflación, todos salen a consumir antes de que la inflación les carcoma el sueldo.
Con micro ajustes devaluatorios anuales se podía tener inflación durante años sin demasiados problemas excepto la mediocridad a la que se condena a nuestra producción que nunca crecerá para competir internacionalmente en condiciones igualitarias [no me refiero a autos hechos en Argentina, sino a marcas de autos argentinos compitiendo contra las marcas de U.S.A., U.E., y Japón].
En algún momento imposible de predecir pero inevitable, el ciclo expansivo se detiene, los políticos se habrán hecho adictos a emitir, y el keynesianismo se volverá sobre nuestras cabezas como un boomerang, cuando la inflación se combine bajo un gobierno irresponsable [generalmente cuando se buscan las reelecciones] que no pueda sobrellevar una crisis de origen externo y nos lleve otra vez a caer en la hiperinflación, pues todo gobierno estatista depende de lo que exporte su odiado sector privado, y si una crisis externa hace que dejen de importarnos, pues a un populista eso no le importa, se pone a imprimir más billetes, y después los trata de absorber vendiendo bonos del Estado que pagan tasas superiores a las del mercado... ¡ y que la bomba la desactive el siguiente gobierno !

[D] También es imposible para la ciencia económica determinar el preciso momento en que la emisión dispara la inflación [una cuestión que a algunos economistas les hace imposible ver una conexión a todas luces evidente].
Por ejemplo, la oveja es "prima" evolutiva de la jirafa, una tiene el cuello corto y la otra lo tiene un poco más largo, pero el antievolucionista se negará a ver el origen común porque no están vivas [ni tampoco en el registro fosil] ni la oveja cogotuda, ni la jirafa enana y peluda, ni el eslabón perdido "50 y 50".
En economía sí es previsible que, disparada la inflación, algunos precios se encadenen a sus insumos, y aquí los combustibles casi son el "eslabón perdido", o sea lo primero que aumenta, pero la verdad es que ni son el insumo "madre" presente en todas las cosas, ni tampoco son lo primero en aumentar.
La respuesta no estaría en encontrar al aumentador del precio número uno [para meterlo preso], pues tal vez incluso sin emisión monetaria y con estabilidad, todos los precios tiendan siempre a tener microsubas, mismas que se frenan por el hábito del 100% de los consumidores de adquirir, a igualdad de producto, siempre al más barato hasta agotarlo, lo que deja a algunos consumidores ante la disyuntiva de comprar los más caros o abstenerse de consumir [y ninguna de las dos opciones temporarias llevará a nadie ni a la ruina ni a la desnutrición], pero en este punto si un incontrolable [para los gobiernos] 5% de los consumidores no se quieren privar y compran más caro [por una decisión personal decidida en una fracción de segundo apoyada en cualquier cuestión subjetiva menos el esnobismo, y muy probablemente porque gracias al gobierno se tiene más dinero en el bolsillo], convierten al aumento en una cuestión sin retroceso, pues el vendedor que reponga el 100% al precio más bajo sería un idiota [¿ por qué él no puede ganar más, y por qué por arrastre usted no podrá ganar más: se imagina la vida ganando siempre lo mismo haga lo que haga ?], el vendedor probablemente repondrá el 90% "espiando" si el 10% le paga más caro una mercadería similar que le deje más ganancias, dejando "la pelota" del lado del consumidor, libre para comprar, comprar la mitad, o no comprar.
Que el Estado se ponga a negociar precios fijos para un set de productos de baja calidad, no es una función de gobierno [como frenar a los monopolios]. Indigna ver a quienes votamos para ser estadistas, jugando a ser una más de las "ligas de amas de casa" que hay por todo el mundo, en donde viejecitas aburridas creen hacer una colaboración al bien común peleando precios con los empresarios [como si el resto de la gente, sin tanto tiempo libre, fuera idiota a la hora de gastar su dinero].
Y en tren de gastar dinero, las oficinas públicas que hacen los seguimientos de los precios en alza, en baja, estacionales, en liquidación por discontinuación, etc., hacen miles y miles de informes inútiles gracias a nuestros impuestos [porque no trabajan gratis como las viejitas ya citadas], mientras que el mercado libre fija esos precios de forma justa, más veloz, y gratuita.

[E] Las monedas: La relación entre los salarios internos de la hiperinflación y los de la post-convertibilidad [con la mayoría congelados], no tiene una fórmula válida para demostrar que estaban sobrevaluados, así la devaluación por el 300% al no ser transladada a los salarios implicó una reducción del 66% [atenuada con algunos precios y tarifas máximos], y no hay un "metro patrón global" para determinar el valor de una moneda, ni el del promedio de los salarios que con ella se pagan para establecer condiciones igualitarias de competitividad.
Devaluaciones "competitivas", "exitosas", etc., son todos manejos o pases mágicos hechos con las monedas, y no son "economía" sino precisamente "ilusionismo" donde las masas no ven cómo les prestidigitan el poder adquisitivo de sus salarios que derechistas, izquierdistas, y keynesianos usan como su principal variable de ajuste.
Por esto propongo un sistema distinto pues ya no usa la variable de ajuste de los salarios, sino a la energía, que aparece en casi todo lo que se produce ya sea en forma de eléctrica o química [gas, nafta y gasoil].
Ninguno está libre de pecado al no dejar que el valor de la moneda sea determinado por el mercado, ley que se cumplirá les guste o no a los gobernantes que nunca tendrán el poder para torcer indefinidamente su voluntad.
La emisión de moneda es el "nudo" de la inflación pero no un "espejo" de la misma. Como del éxito de un gobierno depende del déficit fiscal, un cambio en el valor de la moneda puede borrarlo de su prontuario [¿ nunca se preguntó si reduciendo al metro patrón, la gente baja no sería más alta y feliz ?
Si se devalúa el metro y se cambia la paridad 1 m = 100 cm por 1 m = 75 cm, alguien de 1,50 m pasará a medir 2,00 m devaluados y, el mismo incremento proporcional se verificará en todas las cosas que se midan con el nuevo metro devaluado.
Es inexplicable por qué esta burrada que no se hace con otras unidades de medición [como el litro, el kilo, etc.] sí se hacen con el peso [$] una unidad de medida que debe su nombre a lo que pesaban las monedas de plata mucho tiempo atrás.
Por lo tanto cualquier devaluación del peso o del metro patrón funcionarán desde lo nominal sin problemas hasta que se lo quiera hacer funcionar en el mundo real y allí habrá que ajustarse a la medida real de las cosas y eso se llama "inflación" y ésta es muy simple: cuando contento con sus nuevos 2,00 m de altura, usted vaya a inscribirse en el club de basket de su barrio, constatará no sólo que sigue sin alcanzar el aro, sino que el entrenador ya no aceptará sino jugadores de más de 2,50 m [una suba de la altura que no será una suba de precios, pero, igual es inflación].
Desde que salimos de las cavernas que ha mejorando el nivel de vida gracias a nuestra inventiva y ambición [los economistas sólo hicieron que ese progreso sea desparejo].
Sólo ellos pudieron tener la nefasta idea de reemplazar un medio de intercambio que funcionó bien por 2.000 años por otro sin respaldo y con valor "psicológico", para poder armar una economía que paga sueldos en papeles de valor psicológicos que el poder puede devaluar a voluntad para obtener la publicitada "competitividad" quiere decir que un producto nacional es preferido a otro similar del exterior sólo por ser más barato y eso se logra, no produciendo más eficientemente, sino abaratándolos por el lado de los sueldos que si bien rara vez se bajan, pasan a pagarse en moneda devaluada.
La única máquina de hacer riqueza es la imprenta de U.S.A. que pinta papel de verde y los convierte en capitales, receta copiada por Europa con el incipiente euro, después de años de jarana americana tras vender "gato por liebre". Emitir de más baja el valor de la moneda, excepto que comparativamente las otras monedas bajen más, en ese caso, el valor de una moneda sube pese a su emisión por sobre el respaldo.
También el valor de la moneda puede mantenerse artificialmente controlando el mercado y quitándole libertad, lo que a la izquierda con su odio irracional hacia la libertad de los mercados no entendió nunca: aunque usted sea trotkista es parte del mercado de consumidores, usted pierde libertad para comprar y vender bienes, servicios y hasta monedas en las que asegurar sus ahorros, y sólo los políticos y sus economistas empleados ganan y hacen negocios por tener "la bola de cristal" y saber cuándo subirá el dólar, debido a que ellos son los que devalúan, y así saben cuándo vender tierras porque las retenciones al agro van a planchar sus ganancias, o cuándo ir a la bolsa a comprar bonos del gobierno que sí van a ser pagados, y saben cuándo fugar sus dólares antes de un "plan Bonex", "corralito", "cepo", etc.
Hay un doble error al confundir el "cartel financiero" con los mercados: primero, los mercados somos todos nosotros y, segundo, cuando se le ponen controles a los mercados es a nosotros, y no los bancos, agentes de bolsa, especuladores, etc.
Tenemos que inventar nuestro dólar o euro [y no hacer convertibilidades], pero, para hacerlo con el prestigio negativo de Argentina es imposible y sólo queda usar una moneda con respaldo en algo con presigio propio [o sea con demanda].
Hasta un niño entiende la ley de la oferta y la demanda, mientras que a los adultos hay que explicárselas mil veces y hace falta que un político les prometa cualquier cosa para que otra vez "compren" inflación, o sea la caída del valor de su dinero frente al dólar que sube, lo que tejen entre la Casa Rosada y el Ministerio de Economía, para que el Congreso lo firme a ciegas.
Si creamos una moneda con respaldo nos prohibimos para siempre tener inflación aunque normalmente su valor pueda oscilar [no es mala la variante "comunitaria", estilo euro].
Hay tres tipos de convertibilidades: Si aceptamos que el peso estaba sobrevaluado al final del "1 a 1" porque ya no habían dólares de respaldo sino bonos argentinos en dólares, también hay que aceptar que incluso si los hubieran, es inaceptable tener déficits fiscales crónicos [¿ cómo los puede aprobar el Congreso, con cualquier excusa ?], de modo que la convertibilidad además de tener tantos pesos circulando como dólares depositados en el exterior, debe tener equilibrio fiscal, y la convertibilidad argentina con ambas heridas mortales [déficit fiscal, más reservas adulteradas], duró más de lo esperado, y después descarriló como fue predicho.
Sin discusión hubiera sido más simple reparar la convertibilidad pues si se llegó a ella desde una hiperinflación, no era tan complejo volver a ponerla en línea, excepto porque los políticos debían someterse a la disciplina de los economistas y dejar de gastar en clientelismo el dinero que no tenían, y los empresarios importadores debían aceptar una política arancelaria dura sin excepciones, ni posibilidades para que les cajoneen la suba automática de aranceles [hay que suponer corrupción: ¿ no habían legisladores, ni funcionarios del gobierno, ni alguno de sus testaferros en el negocio de importar ?, pues de lo contrario hay que suponer imbecilidad gratuita, u odio al productor local].
Esta es una discusión sin sentido pues ya se salió de la convertibilidad y es casi imposible que se vuelva a repetir en el futuro un proceso similar, por lo tanto, la experiencia adquirida no sirve de nada, pero, lo que sí puede volver a repetirse es que Brasil, nuestro principal socio comercial, decida tener otra devaluación competitiva, entonces, ¿ debemos volver a tener otra devaluación competitiva más, y más, y más, etc. ?
¿ Por cuánto tiempo se podrá tener funcionando la máquina de emitir pesos capitalizándose comprando dólares ?
¿ Descubrió el ministro Lavagna el "toque" del rey Midas [uno convertía todo lo que tocaba en oro, y el otro convierte todos los pesos que emite en dólares] ? Una martingala que casi le funcionó durante cinco años, hasta que la "competitividad" perdió su piso por la erosión de la inflación sobre el tipo de cambio real. El ciclo del falso crecimiento keynesiano se cerró, y un gobierno sin ideas entronizó a Kicillof, pero no para cambiar de política, sino para hacer lo mismo, o sea: mentir... pero el doble.
Si durante la década de la estabilidad de Cavallo se hubiera aprovechado la guardia baja de los lobbies empresarios para tener una ley de "convertibilidad del sueldo" [agregándole que, con varios tipos de dólar, el salario se ajustaría automáticamente por el dólar que haya subido más] hubieran desaparecido en el acto todos los apóstoles de la devaluación que, no seamos infantiles, no puede hacer más competitiva ninguna economía por decreto sino que, la patronal sin invertir ni un peso, obtiene una "transferencia de ingresos" de sus empleados a sus bolsillos.
Ni U.S.A., ni Europa, ni China, fueron "inundados" por nuestras mercaderías pues ¡ ni a Brasil le exportamos más y hasta hubo que protegernos de su industria del calzado, más la de equipamientos de cocina, autos, etc. ! [¿ y la "competitividad" ?].
Cuando las mercaderías cruzan las fronteras, las devaluaciones de cualquier nación se vuelven del 0% porque en dólares se cobrará lo mismo, lo que no se decide en el ministerio de economía local sino en la Bolsa de comercio de New York.
En cambio, una reducción de aranceles o un subsidio mínimo del 3%, sí pueden causarnos una invasión de azúcar brasilera [o la opuesta invasión a Brasil de aceites argentinos] si no se compensan con quitas de impuestos internos por el 3%, porque, los almaceneros o supermercadistas locales por un 3% de ahorro pueden llegar a matar a su madre [y no les importa nada que media provincia de Tucumán se quede sin trabajo].
¿ Qué hacemos entonces con el retraso cambiario ?: Las políticas de cambio fijo serán pésimas curas, pero, no hay que olvidar que la inflación es la peor de las enfermedades que puede tener una economía [la convertibilidad resultó ser una extraña cura en la que a la economía se le prohibió enfermarse] y, dentro de esta salida algo disparatada, para algunos se produjo un "retraso cambiario" que debía ser corregido y en un sistema de cambio libre o en un sistema convertible con equivalencia entre el circulante y la reserva depositada en dólares [donde los dólares flotan libremente], más el superavit fiscal ya señalado, no puede existir el retraso aunque cien mil economistas opinen distinto, o sea: no gasten de más, no emitan de más, no se endeuden, dejen libre al tipo de cambio para que pueda flotar, no tengan una docena de diferentes y demenciales tipos de cambio, no impongan cepos, en síntesis, no hagan nada de lo que hacen siempre y no fuciona para dejar a la gente producir en paz sin que ningún bruto carismático le arruine sus esfuerzos por mejorar.
Pero, con o sin retraso posterior al abandono de la convertibilidad, ya se devaluó desde comienzos del 2003 varias veces tratando de ocultarlo llegando al 2022 con desdoblamiento cambiario de una docena de diferentes tipos de cambio que ocultan ser una devaluación haciéndola "segmentada" por sectores con resultados pobres o nulos incluso a nivel recaudatorio en donde seguimos dependiendo de lo que exporten el campo y la minería, ya que por falta de inversiones no exportamos gas ni petróleo, y dentro de diez años nos vamos a estar preguntando por qué se amplió otra vez la brecha entre el primer mundo y nuestra economía que gracias al peronismo kirchnerista era tan "competitiva", si tuvimos tantos círculos virtuosos, políticas activas, y Estado presente, ¿ y sabe cuál va a ser la explicación ?... pues que el primer mundo nos ha robado.
La opción "convertibilidad" o "flotación sucia" en Argentina es una mentira, pues en vez de una flotación sucia, tenemos muchas convertibilidades escalonadas hacia arriba [o sea: el peso no flota, sino que se hunde lentamente]. Por ejemplo la convertibilidad en el 2014 está clavada en "8,50 a 1", pues si a nivel internacional bajase el dólar, el Estado pierde recaudación, y si el dólar sube habrá inflación. Entonces a las tres opciones ["convertibilidad" / "flotación sucia" / "convertibilidades escalonadas"], se les debe agregar una cuarta opción: el tipo de cambio en "trinchera", protegido para no tener que volver a devaluar y reacomodar toda la economía cada vez que a algún país se le ocurra implementar devaluaciones competitivas y nos invada con sus productos, o les cierre las puertas a nuestras exportaciones, tipo de cambio subvaluado que se consigue proteger aumentando las reservas tomando deuda ¿ con qué objetivo ?: pues con el de ganar tiempo y tener una recesión baja pero no catastrófica... para ver qué se nos ocurre mañana.
Todas las teorías económicas se equivocan porque, si la sociedad cicatriza por sobre lo que hagan los gobiernos, cicatrizará mejor con un buen "vendaje" o "trinchera" que evite nuevas agresiones sobre la herida y, esa trinchera no es aumentar las reservas sino evitar que caigan impidiendo el déficit de comercio exterior, y la salida son los derechos de importación que deben ganar los exportadores.

[F] La convertibilidad transitiva: El insalvable problema que tuvo la paridad $ 1 = U$S 1, estaba en que un dólar es siempre más que un dólar [psicoeconomía], y el problema era insalvable con o sin el reemplazo por una canasta de monedas, pues la gente seguirá ahorrando en dólares.
La solución es que las futuras convetibilidades o devaluaciones sean plebiscitadas puntualmente y no tácitamente dentro de una plataforma política ni exhibiendo porcentajes posteriores de imágen positiva, ya que los políticos no tienen derecho a confiscar [por medio de las devaluaciones] los ingresos, ahorros, ni a depreciar los inmuebles de su pueblo y, por más votos que hayan obtenido, tampoco tienen derecho a "interpretar" que el pueblo quiere una devaluación, nadie interpreta al pueblo, nadie habla por el pueblo más que el pueblo mismo, y si un político cree que devaluar la moneda beneficiará al país, que lo someta a debate público y lo resuelva el pueblo con su voto: una teoría económica no demostrada no puede considerarse de rango superior a la "imperfecta" democracia.
Sin un dólar oficial la compra venta de divisas no puede tener una devaluación pero si insisten con el desdoblamiento cambiario [lo que va a ser para que el gobierno pueda sacarle el jugo a la brecha], tarde o temprano hay que devaluar, y esto se debe aprobar en un plebiscito, pues el dinero en los bolsillos del público no le pertecenen más que a los sujetos que transpiraron para conseguirlos.
La Corte Suprema estuvo frente al problema de tener que revertir todos esos abusos económicos un año después de la crisis del 2001 y dilató la decisión sobre lo que se les robó a nuestros ahorristas hasta que los políticos pudieron ponerse de pié, y el problema está en que la Corte puede fallar lo que quiera, pero, como vemos que pasa con los miles de jubilados en juicio contra el Estado, después los que deben implementarlo son los mismos políticos y economistas.
Los tiempos de la economía han demostrado que los tiempos judiciales le corren muy a la saga: un ministro de economía puede hacer un soberbio disparate con consecuencias "irreversibles" para la economía, y los jueces se encontrarán ante la imposibilidad de conseguir el acatamiento de algo tan simple como exigir que, si hicieron algo mal, lo reviertan, porque lamentablemente un año después ya habrán nacido nuevos contratos adaptados a esa nueva situación económica y así se transforma todo en un cuento de nunca acabar.
La solución más simple es que la justicia tenga una Corte Suprema para derecho civil, otra para penal, etc. y, obviamente, una Corte Suprema excepcional exclusiva para vigilar al ministro de economía y sus secuaces "a prori" sobre sus leyes y decretos y no después [mucho después] sobre los efectos particulares. O sea que debería dejar de existir el Secretario legal y técnico de la presidencia de la Nación reemplazado por un correo que le lleve a los jueces, para su aprobación, a todas las ocurrencias del presidente y su inepto ministro de economía.
Si la convertibilidad funcionó sin inflación por el récord para Argentina de diez años, existe la posibilidad de hacer otra convertibilidad con algo físico [y no otro papel moneda sin respaldo como el dólar] para dejarla flotar sin que devalúe jamás una persona a su antojo, para que la moneda tenga las lógicas fluctuaciones que determine el mercado [esto figura tanto en los libros de los ortodoxos como de los heterodoxos como una salida lógica que, por determinadas circunstancias, hay que dejar para otra época mejor que nunca llega].
Por ejemplo con una Corte con el coraje para fallar que el keynesianismo es igual a un robo encubierto, no sólo cambia el mundo, sino que la Corte se ahorra los miles de juicios por venir contra las estúpidas decisiones políticas de nuestros gobiernos populistas.

[G] La cuestión del patrón monetario "energético" pude rastrearla hasta Howard Scott que, en la década del 30, quería medir el P.B.I. en "ergios".
Pocos saben que apenas el 20% del precio del combustible en U.S.A. tiene origen en el precio internacional del petróleo que importan de Arabia y Venezuela, pues parte del precio va a las refinerías, transporte, y fisco, pese a ello, durante la convertibilidad con un dólar en U.S.A. se podía comprar más del doble de combustible que en Argentina por el mismo dinero y siendo tan dependiente la economía de los combustibles: ¿ cómo competir contra una economía que, amén de sus subsidios, goza del combustible por apenas el 40% de lo que cuesta aquí ?
Si A=B y B=C, entonces, C=A [transitividad], pero pese a que en Argentina las petroleras les pagan menos sueldos a sus empleados y que no le tuvimos que importar el petróleo a nadie, nuestra convertibilidad no fue transitiva quedando dibujada sólo en las pizarras de las casas de cambio sin extenderse a los bienes y servicios.
Convertibilidad y dolarización son inventos de los defensores del patrón oro, creados cuando se quedaron sin él [y sin ideas]. El oro no es útil para la vida [como los cereales], ni para el comercio [como los billetes], o la industria [como el acero], su importancia ha sido siempre su lindo color, que no se pudre, oxida, ni quema. Gracias a eso reinó por siglos hasta su actual decadencia al no poder competir contra la tecnología.
¿ Quién se va a comprar hoy un reloj de oro cuando por la quinta parte de su valor se compra un reloj de titanio con cuarenta funciones, quién se privaría de tener un auto, lancha, o avión, para tener una escultura de oro ?: La ostentación del oro, perdió ante la ostentación del comfort y ahora es posible cambiar por un patrón que lo represente y dejar atrás las discusiones monetaristas, convertibilidades, dólarizaciones, pues no importa cual será la energía del futuro, pues siempre habrá alguna forma de energía [por ejemplo hoy en Francia más del 50% de la energía que se consume es nuclear contra apenas el 5% de Argentina].
Hoy se puede describir un sistema monetario basado en la energía más "ciencia" que "ficción" porque estamos en un momento crítico en el que no una moneda [lo que depende de los economistas] sino que una forma de energía va a ser reemplazada después de un largo y productivo reinado [primero fueron las bestias de carga, después el viento que movió los molimos e impulsó los barcos, después el vapor, y por último el petróleo].
La monedas también fueron reemplazándose con el tiempo, y no siempre el oro fue el medio de cambio [plata, sal y hasta ganado] de hecho, ¿ qué sentido tenía excavar por él para después construir bóvedas subterráneas para guardarlo ?
Ya nos desprendimos de la petrolera estatal, la vaciaron y nos fue peor, entonces la renacionalizamos para nada porque terminamos por regalarle nuestro futuro energético a la Chevron de U.S.A., pero nos quedan las centrales nucleares y las represas hidroeléctricas ¿ y qué tienen en común, petróleo, uranio y agua ?: el que todos producen energía y hoy la base del confort moderno es la corriente eléctrica. Esta es útil para el mantenimiento de la vida, como para el funcionamiento de la industria y para la administración del comercio.
Como no se puede llevar electricidad en el bolsillo, ni tampoco se lo puede guardar en cajas fuertes, se reemplaza al papel moneda por "electricidad papel" de diseños similares a los de los billetes y con un cambio similar a la cantidad de energía que se puede adquirir en U.S.A. por dólar, o en Europa por euro.
La base monetaria no dependerá del P.B.I. ni de la importación o exportación, ni de la capacidad para producir electricidad del país, ni de lo que decida algún burócrata, sino de la demanda de base monetaria [que decida el mercado, es decir todos nosotros los consumidores y no los gobiernos keynesianos], ¿ pues cómo ?, como ya el consumidor lo hace hoy recurriendo a pagos con tarjeta o por homebanking, reteniendo más efectivo en mano para lo que se considere necesario.
A partir del cambio de moneda, sus billetes representan a esa energía que llega por cables hasta su casa sin que usted tenga que ir a buscarla a una casa de cambio y, a diferencia de los otros respaldos estacionados en los bancos este respaldo es "incajafuerteable" pues la energía se mueve [y se mueve mucho, pero no se entiende: encienda el velador de su mesa de luz, sujete un segmento del cable adentro de su puño, pues bien adentro de su puño hay cientos de miles de electrones que van y vuelven pues eso es lo que hace la corriente "alterna" cincuenta veces por segundo, entonces si los electrones nunca salen de adentro de su puño... ¿ qué mierda es lo que enciende la lámpara de su velador ?... pero mejor sigamos con el mito de Keynes que es difícil pero no tanto].
En realidad este cambio es como volver al trueque pero como la electricidad es algo imposible de manipular existe la "obligación" de usar un representante de papel, mientras que las monedas del siglo XX posteriores al patrón oro, no tenían ninguna razón para no tener respaldo salvo para gastar de más.
Si se entiende esto se verá que los billetes que representan electricidad en realidad no son billetes sino "vales" que en vez de estar expresados en "$", podrían estarlo en "m¢" [ALT 155 en el teclado de su computadora] iniciales de Moneda Corriente por ser una moneda corriente que representa corriente eléctrica [no le hará mal a la economía el tener un poco de coherencia], pero, donde inevitablemente en los vales debe figurar la cantidad de Kw que representan.
Veamos la ventaja de la moneda energía con un ejemplo práctico para que lo entienda hasta un chico de quince años de un colegio industrial que entiende de electricidad pero no de monetarismo: si usted ganaba $1.000 durante la convertibilidad podía comprar U$S 1.000 y también 10.000 Kw/h o 2.000 litros de gasoil. Lamentablemente después de pesificar usted sigue ganando $1.000 pero el dólar triplicó su valor y los combustibles también lo triplicaron por lo que ya no le alcanzan sus $1.000 para comprar ni dólares ni combustibles ni nada porque esos dos precios encadenan a todos los demás precios que suben alocadamente en lo que se da en llamar "inflación".
Pero si por suerte usted ganaba $1.000 pero trabajaba en una estación de servicio y antes de la devaluación su jefe le hubiera propuesto no cobrar en pesos sino en gasoil, sin importar que en un mes hubiese 30% de inflación o apenas 2%, usted va a ganar siempre 2.000 litros de gasoil y si un año después el gasoil acumuló un aumento que triplicó su precio entonces usted sigue ganando 2.000 litros, pero, en billetes ya no gana $1.000 sino $3.000 sin que le hayan aumentado el sueldo para nada sino que se lo han "anclado" al precio de los combustibles.
Exactamente igual se hubiera beneficiado el empleado de la construcción que hubiera pasado su sueldo a cemento en vez de pesos y tambien el empleado de la panadería que hubiera pasado su sueldo a kilos de harina porque cuando hay inflación si no hay dólares cualquier cosa es mejor que cobrar en pesos porque cuando por culpa de la inflación aumenta el precio de la harina también aumenta el sueldo del empleado de la panadería.
¿ Si cualquier cosa es mejor que cobrar un sueldo en pesos por qué usar energía eléctrica si no la usó nadie en el mundo ?: Porque Argentina no produce dólares [eso lo hace únicamente U.S.A.], mientras que la energía eléctrica sí se produce en el país, y tenemos reservas de petróleo que, incluso no sacadas de debajo de la tierra, pueden sernos útiles.
Aunque se siga en default petrolero por muchos años, todos los "m¢" emitidos tienen respaldo eléctrico y petrolero porque el país tiene determinadas reservas de petróleo, pero, también tiene su ritmo de extracción, refinación, etc. o sea que el petróleo que todavía está bajo tierra puede ser vendido en forma de bonos, y comenzar a moverse antes de ver la luz y refinarse, e incluso canjearse por su equivalente en energía eléctrica [si nuestro gobierno incumple la promesa de extraer ese petróleo a tiempo].
Como nuestro petróleo es de baja calidad, ésta se salva en las refinerías y, a falta de dólares, los ahorristas los pueden adoptar como substituto con la ventaja de que estos bonos incluyen valor agregado argentino [por el trabajo en refinarlo] y, obvio, el dólar no tiene ningún valor agregado argentino.
Por siglos se usaron dos monedas fluctuantes: el oro y la plata, luego reinaron el peso y el dólar, y así nosotros cambiaremos otra vez para usar electricidad y gasoil, más los derechos de importación expresados en otras monedas sin tener que comprarlas haciéndolas subir en "estampida" [corridas al dólar].
El respaldo es diferido y habrá que esperar a que salga en cada presupuesto anual qué partidas de esos bonos pueden comenzar a canjearse por el combustible y así el gobierno decide cómo escalonar los pagos sin intereses, pues la ganancia de estos bonos está en que suba el petróleo, y no en la especulación con divisas, ¿ y qué especular ?, si se sabe que el petróleo ya pasó por su pico de producción y sólo le resta una suave declinación hasta agotarse, aumentando inversamente su precio.
Esta triple oferta de monedas todas oficiales y con respaldo [U.S.A. tiene a los dólares y los bonos del Tesoro, ambos con respaldo en su propia palabra] es para recuperar el capital argentino invertido en dólares o en euros.
Esta es la única forma para que en Argentina no haya inflación, ni recesión, ni caída el poder adquisitivo del salario, porque producir costará menos al globalizar el precio del gasoil llevándolo a lo que se cobra en U.S.A. sin que el Estado tome una decisión arbitraria que podría causar desabastecimiento.
Se nos da la oportunidad histórica de revertir una de las peores decisiones en materia de política económica atándonos al último hilo de cordura económica que tenemos: un precio de la tarifa eléctrica que no es un disparate comparada con la del primer mundo [en centavos de dolar: U.S.A. 9,8 / Francia 10,5 / Inglaterra 11,2 / España 11,6 ] entonces, no hay nada que debatir, incluso aunque no se tenga autoabastecimiento de naftas, falte el gas en el invierno, o la electricidad en verano.
La convertibilidad obligaba a guardar en los bancos tantos dólares como pesos nacionales para poder cambiarlos a voluntad.
El patrón oro implica guardar el metal para poder cambiarlo por billetes pero, el patrón electricidad no es portatil siendo una convertibilidad inconvertible: nunca se producirán corridas cambiarias por las que el público acuda masivamente a los bancos para dejar sus m¢ de papel para llevarse la corriente o bidones de gasoil reales.
Una convertibilidad inconvertible no está mal, no es necesario buscarse una "convertibilidad en uranio" y será maravilloso tener un medio de cambio que no pueda ser usado por los banqueros en su beneficio, ni robado de los bancos por los delincuentes, ni ser adulterado por los políticos y que, además, Argentina sea uno de los pocos países que está cerca de autoabastecerse.
Sólo nos haría falta reforzar la independencia del Banco Central, con respecto a los políticos, en su papel de volcador de "dinero papel" en proporción a las reservas reales de energía, en nuestro caso, no sólo reservas de petróleo y gas, sino activos que puedan generar electricidad como las represas, centrales nucleares, etc., y así se le dice definitivamente "adiós" al keynesianismo y su mito sobre el pleno empleo que no sólo no ha alcanzado nunca, ni siquiera se acerca a los niveles de las economías liberales.
Estas monedas y bonos con respaldo [o "vales"], son la gran posibilidad para unificar las monedas de América latina ya que Brasil y Paraguay comparten Itaipú, Paraguay y Argentina comparten Yaciretá, Argentina y Uruguay comparten Salto Grande lo que es como haber dado el primer paso [todo un acto de justicia el haberles encontrado a nuestras represas, que nos han costado mucho más de lo debido, un beneficio compensatorio].
En vez de poner a funcionar una imprenta de billetes, se pueden construir más plantas de electricidad: una mayor oferta hará bajar su precio pero como la moneda corriente expresa energía y eso viene impreso en los billetes, ese abaratamiento hace ahorrar petróleo y si éste sobra por ser reemplazado por la energía eléctrica, entonces hay una sobreoferta que baja su precio y que nos daría una ventaja al hacerse más competitiva la economía porque producir costará menos [y no por hacer "magia" manipulando el valor del dinero, lo que se conoce como hacer "políticas activas keynesianas"].
Nuestras centrales nucleares están en la cuenta regresiva hacia su salida de servicio, por lo que no creo conveniente arriesgarse a privatizarlas cerca del límite de su teórica durabilidad, siendo mejor y más tranquilizador el desactivarlas incluso cinco años antes. No siento ningún orgullo especial por tener tecnología nuclear comprada o por exportar reactores nucleares destinados a la investigación o la producción de radioisótopos para uso medicinal y, obviamente, mucho menos me interesaría ser una potencia nuclear militar. Estas centrales jamás deberían pasar a manos privadas, no por razones estratégicas, ni por considerar que el área nuclear debe quedar excluida del mercado, sino por miedo. Hasta que no las desmantelen preferiría, primero, que queden en manos del Estado, segundo, que no las exijan al máximo [Chernobil] como de seguro haría un operador español y, tercero, que tengan supervisión internacional permanente.
Entre la salida de estas usinas, más el inevitable agotamiento de nuestros recursos gasíferos, más alguna sequía que vacíe las represas hidroelécticas, ¿ nos vamos a pasar la vida racionando la corriente eléctrica ?... bueno, aprendamos que eso está bien, mientras lo que está mal es despilfarrar.
Ya en el siglo XXI California tuvo problemas por la falta de energía eléctica debido a la desinversión en el sector, y el dólar era una moneda fuerte y la economía de U.S.A. no estaba en recesión. La adopción del patrón energía no evitará que se acabe el gas, y si el país no sabe reemplazarlo no es por la moneda sino por la dirigencia estatal o privada [dependiendo del grado de estatismo o de libertad de la economía].
La inversión estatal en represas hidroelécticas de montaña [las de llanura se llenan de barro] no se financian emitiendo, y de hecho ni deben ser inversiones estatales sino provinciales, sacando el dinero de los bancos y pagando intereses como cualquier ciudadano.
Durante el reinado del patrón oro, poseer sus minas no era un mal negocio ¿ se verán las empresas generadoras, transportadoras o distribuidoras de electricidad injustamente beneficiadas por la adopción de este patrón ?
Es costumbre que los servicios sean más caros en Argentina que en el resto del mundo, en especial por incluir un altísimo componente impositivo, lo que se complica más porque hay dos precios: el residencial y el industrial que es un 50% más barato.
Que el precio del m¢ sea único, fuerza a que la electricidad residencial cueste igual que la industrial, lo que es debidamente igualitario y para promocionar a la industria alcanza con que el precio nuevo sea más bajo, ya que no se beneficia a la industria para nada haciendo que el consumo domiciliario sea más caro [de cualquier manera los industriales transferirán los costos de la energía que consumen a los precios], y como en impuestos está el 28% del precio final, llevándose las distribuidoras "privatizadas" el 40% del precio, el Estado dispone de ese 28% para maniobrar si los mercados sufren grandes distorsiones estacionales, y la justicia dispone del derecho a las compensaciones ya explicado para evitar distorsiones en los precios por prácticas monopólicas.
Existe un pequeño problema con los propietarios de las empresas generadoras de electricidad privatizadas porque ellos preferirán seguir cobrando en pesos convertibles en dólares porque el sistema del patrón energía eléctrica no es compatible con el giro de utilidades en dólares hacia el exterior [recuerden el sistema de importaciones y exportaciones que hace un círculo con las divisas externas por lo que cada dólar que "entra" en realidad nunca entra, y entonces ¿ cómo conseguimos los dólares para pagarles a las empresas que quieren girar dólares al exterior ? [ellas tendrán que disponer de sus utilidades físicamente, exportando combustibles al exterior [y entonces tendríamos una fuga de naftas, pero a cambio obtendríamos un servicio].
Si operar con el nuevo sistema no les interesa, se les reintegra lo invertido renacionalizando la generación, distribución de electricidad y los pozos petroleros, refinerías, etc.
Como la empresa renacionalizada no gira utilidades ya no saldrían dólares, aunque en realidad saldrían y todos juntos cuando se pague por volver a nacionalizarlas, por lo que no nos conviene renacionalizarlas sino que se adapten al cambio monetario que como ya se explicó no tiene fuga de divisas [la única forma posible es que nos manden a los consumidores las facturas mensuales en dólares].
El proyecto del "patrón energía" nacionaliza todo el sector energético y petrolero para después negociar la fecha del traspaso, y aquí podemos ser flexibles con quienes decidan seguir operando globalizando sus precios y los sueldos de sus empleados y girando utilidades al exterior en permisos de importación.
Nuestros políticos keynesianos destruyeron varias veces nuestros signos monetarios, entonces, inventamos una opción para el ahorrista que naturalmente va a sospechar del billete con respaldo en energía eléctrica, primero, porque nadie en el mundo lo usa y, segundo, porque aunque funcione, nunca se sabe qué le hará a esa moneda el próximo gobierno.
Para alejar el efecto reiterado de la violación de la "intangibilidad de los depositos", las devaluaciones, aumentos de la base monetaria, etc., quedará afuera de las atribuciones de los gobiernos el manejo del dinero [no así su gasto una vez autorizado el presupuesto anual], y el ministerio de economía junto al Banco Central, serán autónomos y vigilados por una Auditoría y una Corte Suprema especial.

Claudio Corniola