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APOLÍTICOS Y ESCÉPTICOS

1] El que se decida a intentar con un gobierno multidemocrático, no es ni un revolucionario ni un reaccionario, sino simplemente un resignado que ha recibido golpes de todos lados, incluso en una pelea en la que no tenía ganas de entrar y que, como ya no quiere recibir más, acepta su derrota, se baja del ring y se junta con otros iguales a él para prohibir el boxeo.
Porque si cada vez que alguien se sube al ring le rompen la cara, se deberá retirar. Es más, los mismos tipos que creen que es un deporte desfigurar a otra persona dejándola hablando pavadas y alimentándose por vía intravenosa durante varios días, se preguntan por qué este idiota no se retira antes de quedarse ciego o descerebrado.
El problema radica en aceptar que uno no es bueno para eso, retirarse y reconstruir su vida, o sea: debemos aceptar que no hemos sido buenos demócratas, que cuando le tocó ganar a nuestro partido gobernamos para nosotros y no para todos, que los sentimientos predominantes no han sido la igualdad y fraternidad sino los del puro revanchismo y otros "ismos" uno más deplorable que el otro.
Probamos, no funcionó, dejémos de reprocharnos nuestras culpas mutuamente [todos los debates políticos son del tipo "Gran bonete I, vs. Gran bonete II"] y probemos otro sistema en vez de seguir a los golpes.
Ya es hora de quitarnos las anteojeras, mirar a los costados y buscar una salida, en vez de seguir derecho tercos como una mula. Deben haber varias salidas y es lógico tener miedo de no elegir la correcta, pero, probemos una distinta de una buena vez.
El problema con los apolíticos y escépticos es que votan y lo hacen mal con excusas imbéciles cuando si realmente fuesen apolíticos deberían renunciar a votar. Ellos son dóciles sirvientes del poder de turno, como son apolíticos si una revolución comunista derrota a un gobierno democrático no van a quejarse de nada y menos harán algo para defender al orden legal. A ellos no tiene sentido tratar de convencerlos de que un cambio para mejorar es posible, sus mentes sin pensarlo un segundo dirán que todo es igual. Son como los agnósticos que dicen no ser ni ateos ni creyentes pues, sostienen, que ni unos pueden demostrar la existencia de dios, ni los otros pueden demostrar que no existe, cuando no poder probar que no existe no es prueba de que exista, de hecho es un imposible lógico demostrar un negativo, por ejemplo, yo sospecho que usted es un asesino, y ahora... ¡ demuestreme que no mató a nadie !

2] Apolíticos: Las personas que se autodefinen como apolíticas, lamentablemente seguirán siendo apolíticas en un sistema en el que tercien las corporaciones y cooperativas desplazando a los partidos y, éstas no podrán sumar a esas personas a su causa que no es precisamente "apolítica" sino "extrapolítica" y por lo tanto sólo las sumarán por sus características profesionales, y ya no ideológicas.
Definirse como apolítico, es un eufemismo para no decir "no me molesten con un tema que me aburre", o en el peor de los casos se trata de un mecanismo de defensa para evitar posibles reacciones agresivas por parte de interlocutores con preferencias políticas fanáticas.
Creo que lo correcto es dejar de autodefinirse como "apolíticos", aunque lo sean, para contestar "lo estoy evaluando y el voto es secreto", más que nada para evitar a los que piensan que sólo se puede ser apolítico por falta de neuronas, por no tener sangre en las venas, o por ser un turista japonés. En síntesis y por si no quedó claro, yo creo que un apolítico tiene el hemisferio derecho de un idiota, y el izquierdo de un cobarde.

3] Escépticos: Hay dos tipos de escépticos en política, primero, el que no sabe nada y adopta esa posición para no tener que reconocer su ignorancia y, segundo, el que sabe mucho de la política real como para sentirse impotente para enfrentar sus tejes y manejes internos lo que lo convierte en un revolucionario rendido y ya alejado de la "lucha".
Pues bien, el escéptico es un plomo, pero, resulta que son multitudes que pueden ser ganadas para la multidemocracia y para ello hace falta que se den dos cosas: primero, que se los sorprenda con algo completamente nuevo [tanto mejor si es con alguna idea rara que venga de un país del primer mundo, como el ejemplo de los "Indignados"] y segundo, que el nuevo sistema les sirva para vengarse de algunos de los sujetos que usufructuaban el viejo sistema, algo que va a ser inevitable, y más inevitable, cuanto peores ganadores hayan sido quienes accedieron al poder en última instancia. El escéptico es alguien que ha sido derrotado hasta el cansancio, y no necesita una máscara de oxígeno para revivir... necesita vengarse.
De cualquier manera la multidemocracia es un sistema que fuerza la participación ciudadana al menos en los respectivos círculos laborales y profesionales por lo que en algún grado de participación los va a sumar igual sean o no escépticos, y tengan o no criticables motivos revanchistas.

4] La contracara del escéptico es el activista que se cree todo y se vuelve dócil y dominable para algunos líderes carismáticos.
La multidemocracia con su fragmentación del poder debe protegerlos de su exceso de entusiasmo, educándolos para que puedan leer las leyes y entender sus derechos y también para que la observación y comparación de las distintas corporaciones les sirvan para "leer" a las personas y entender sus ambiciones de manera de no convertirse en objetos de sus manipulaciones.

5] En síntesis, hay que subirles el volumen a los apolíticos y escépticos, y bajárselo a los fanáticos y activistas, y todo se consigue con lo mismo: educación desde abajo, y buenos ejemplos desde arriba. Remarcando que con "educación" no me refiero a que se sepan de memoria algunos de los artículos de las Declaraciones, Decechos y Garantías de la Constitución, sino a que se internalicen conceptos morales y religiosos hoy más tambaleantes que nunca en nuestra sociedad anti-mérito que redistribuye lo que producen pocos entre los muchos que no trabajan, y tanto peor es la tajada para las dirigencias: un millonario puede ser, dos millonarios tal vez... una dirigencia completa de millonarios no puede ser ejemplo de nada para las masas de abajo, excepto que hay que acumular bienes, dinero, y en lo posible, ir por todo [lo que nunca dicen es que el "todo" es ajeno].

Claudio Corniola