- En la foto vemos a un desangelado adolescente [googlear: youtube Jamie Transgender Dr. Toby Mayer] de aproximados quince años de edad y, unos cinco años después, con un par de kilos menos, un retoque en la nariz, pómulos, labios, las cejas depiladas, un muy buen maquillaje, y un mejor fotógrafo, vemos a un transexual que podría competir en un concurso de belleza de igual a igual con las más bellas mujeres, pero... no es igual [ni tampoco lo sería si consiguiesen achicarle los huesos y darle un tamaño más femenino, algo que no se ve en la foto, pero sí se ve en el aburrido video hecho sobre su proceso de transformación].
- Ni un travesti, ni tampoco un transexual, es igual a una mujer ni lo va a ser, porque sólo es igual a si mismo porque es único, y debería estar orgulloso de ser único, en vez de estar "orgullosa" por ser "aceptada" como una mujer más "en los papeles", o sea en registros y documentos de identidad, que no le van a servir de mucho a la hora de intentar encontrar a una pareja masculina fuera del círculo gay, porque si fuera realmente una mujer que siente como mujer [pese a las simpatías y hermandad que debe haber forjado dentro del entorno gay por compartir pesares, luchas, triunfos y derrotas], por lógica su ideal de pareja no puede ser gay sino heterosexual.
- Cuanto más mujer se sienta un gay, más desearía formar pareja con un heterosexual con todos sus defectos incluidos, pero, 100% heterosexual, y esto lleva a un dilema lógico porque un heterosexual nunca aceptaría formar pareja con alguien que tiene su mismo sexo biológico... diga lo que diga su documento de identidad.
- Pero, el caso del adolescente de la foto no sólo es excepcional por el espectacular cambio producido en el sentido hombre>mujer sino porque por el contrario el adolescente a esa edad pasa por un período de brutal masculinización que se produce en algunos individuos a temprana edad, mientras que en otros llega más retrasado, lo que entre adolescentes varones genera un problema dramático que la sociedad parece querer ignorar y por lo tanto no adopta ninguna acción defensiva, incluso en el siglo XXI teniendo mucha y mejor información que en los precedentes: entre los adolescentes varones hay más violaciones de las que sufren las mujeres, y la ambivalencia entonces se nos manifiesta con toda su incoherencia: hombres jóvenes que necesitan probar su masculinidad y para ello someten sexualmente a otros hombres.
- Por si no quedó claro, tenemos un gran problema, con muchas víctimas, en donde homosexuales violan a heterosexuales, en su mayoría célibes, sin importar que estos delincuentes autodeterminen que su identidad sexual es la heterosexual: por lo que hacen, son homosexuales.
- Y la misma omisión "políticamente correcta" se da con los numerosos sacerdotes católicos
pedófilos [según un informe interno de la iglesia católica de U.S.A. serían el 6% del total]: No
importa si el niño o adolescente abusado es imberbe porque todavía no tiene barba, no terminó de desarrollarse,
y por lo tanto se lo ve ambiguo... ¡ el pedófilo al mismo tiempo es un homosexual, y nadie lo dice para proteger
el estatus de víctimas de los gays !
- Entonces, resulta que también tenemos una comunicación ambivalente... y malintencionada.
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