SARGÓN, SARGÓN,
¡ QUÉ GRANDE SOS !





SARGÓN, SARGÓN,
¡ QUÉ GRANDE SOS !


  1. ¿ Cuál es esencialmente el trabajo de los científicos ?, pues el repetir experimentos y obtener el mismo resultado confirmatorio de una hipótesis. Casualmente en Argentina no hacemos eso y repetimos errores, y principalmente lo hace el peronismo que pretenciosamente en el año 2019 se autocalificó como un gobierno de científicos.
  2. El paradigma del científico experimentando no es otro que Benjamín Franklin, y su hipótesis era que se le podía robar la electricidad a las nubes, en tiempos en que ni siquiera estaba probado que los rayos fueran electricidad [los primeros científicos la obtenían frotando ámbar, y de allí deriva la palabra "electricidad"]. Pues bien, Franklin quiso hacer su experimento poniendo un pararrayos con descarga a tierra [un invento suyo que sí funciona] en el campanario de su iglesia y, como se lo negaron, se le ocurrió llegar hasta las nubes con un barrilete o cometa, un cordel mojado, una llave de hierro, y una botella de Leyden [que era un condensador primitivo].

  1. Casi nunca tenemos idea del tamaño real de las cosas, ni de las consecuencias de las cosas que hacemos: El experimento de Franklin fue repetido por todo el mundo y siempre fue un fracaso, y si se hizo famoso fue porque él lo publicó en su propio diario, un fenómeno de divulgación de mentiras que sí se ha replicado, como el invierno nuclear, el agujero de ozono, que el CO2 produciría el calentamiento global, y que nos moriríamos todos por culpa del S.A.R.S. 2 chino alias Covid-19 gracias a la impericia matemática del Imperial College de Londres, que no revisó los cálculos de un idiota amante de anunciar falsos apocalipsis.


Garra de un águila, comparada con la mano de un hombre adulto. La garra impositiva del Estado sobre los ingresos de los particulares es peor y supera [y despilfarra] largamente el 50% de lo que los argentinos producimos.
  1. Casi nunca tenemos idea del tamaño real de las cosas, ni de las consecuencias de las cosas que hacemos: El experimento de Franklin fue repetido por todo el mundo y siempre fue un fracaso, y si se hizo famoso fue porque él lo publicó en su propio diario, un fenómeno de divulgación de mentiras que sí se ha replicado, como el invierno nuclear, el agujero de ozono, que el CO2 produciría el calentamiento global, y que nos moriríamos todos por culpa del S.A.R.S. 2 chino alias Covid-19 gracias a la impericia matemática del Imperial College de Londres, que no revisó los cálculos de un idiota amante de anunciar falsos apocalipsis.

Garra de un águila, comparada con la mano de un hombre adulto. La garra impositiva del Estado sobre los ingresos de los particulares es peor y supera [y despilfarra] largamente el 50% de lo que los argentinos producimos.
  1. No importa lo lindas que sean las hipótesis [por ejemplo la socialista y la keynesiana], si repiten resultados negativos al tratar de verificarlas, pues se las debe descartar... ¡ y no sirve votarlas, pues una refutación vale más que el 51% de los votos !, y el peronismo viene repitiendo y fracasando con los controles de precios que inauguró en Argentina el radical Hipólito Yrigoyen en 1921 mediante la primera ley de alquileres... ¡ pero que viene fracasando desde hace 4.000 años desde que Sargón de Akkad lo implementó en el imperio Acadio tras unificar bajo su domino a la medialuma verde de medio oriente que, desde el Tigris y el Eufrates se extendía hasta donde hoy están Líbano e Israel !
  2. Pero, ¿ qué es una hipótesis ? [que se escribe con "S" final aunque esté en singular]. Una hipótesis es la idea de cómo debe ser la solución de un problema o incógnita. Pues bien, no cualquiera tiene ideas, éstas no siempre son correctas, y los resultados de las comprobaciones o verificaciones no siempre nos gustan, por lo que siempre tenemos a mano un recurso que se llama "prohibir"... y hace 4.000 años sin la menor idea de por qué aumentaban los precios de las cosas, Sargón que dominaba un imperio, quiso dominar a los mercados.
  3. Sargón no tenía forma de imaginar cuál era el problema: después de tantas conquistas, saqueos, y con naciones debiendo pagarle tributos... ¡ pues tenía mucho oro !, y a ninguno de sus astrólogos se le ocurrió decirle que la inflación era un fenómeno monetario [y tampoco se lo dijo a Perón su brujo personal].
  4. Cuando las cosas aumentan imprevistamente hay problemas: Yo vivía en la avenida Gaona, que recibió su nombre como homenaje al genial intendente de la Ciudad de Buenos Aires que les prohibió a los niños porteños jugar con barriletes [una prohibición por no entender el problema], y el problema era que si bien las condiciones laborales hace un siglo en Argentina no eran las mejores, pues eran terriblemente peores en Europa de la mano de ideas como las que practicaban los comunistas, fascistas, y nazis [nacionalizar empresas, regular la economía, controles de precios, de cambio, nacionalizar la banca, fijar los salarios por decreto del poder político, etc.], y que también eran la moda en Inglaterra, Francia, y España... pero con menos muertos.
    Argentina se llena de inmigrantes que arribaron famélicos, que se alimentaron bien y tuvieron hijos que bien alimentados no se morían y causaron una explosión demográfica que saturó los conventillos en donde vivían originalmente, y que con Europa saliendo de una guerra y entrando en otra, frustraba la importación de artículos para la construcción de viviendas [teníamos cemento y ladrillos, pero la producción local de caños, cables, luces, sanitarios, etc., no cubría la nueva demanda]. Con los conventillos saturados, la primera prohibición fue "privada", y se prohibió que los chicos jueguen en los patios centrales de los conventillos. Entonces los chicos se fueron a jugar a la calle, y hoy es impensable que un niño juegue con un barrilete en una calle de Buenos Aires y no sea embestido por un automóvil en cuestión de segundos [y peor en la avenida Gaona], pero, a comienzos del siglo XX habían pocos autos, y los barriletes eran el juguete por excelencia pues eran de fabricación casera, y cada vez había más chicos, así que Gaona se vió forzado a prohibir los barriletes y poco después también prohibió jugar al fútbol [sin mucho éxito: mi infancia entre los sesentas y setentas, transcurrió futboleando en la calle].
  5. La población no paraba de crecer y con eso subía la demanda habitacional que no podía ser cubierta y así llegamos al primer gobierno populista [e ignorante] de Hipólito Yrigoyen que en 1921 promulga la primera ley de alquileres congelando el precio de las rentas por dos años, lo que fue apelado por ser inconstitucional, pero, la Corte Suprema de Justicia dos años después rechazó la apelación, abriendo el camino por el que se desbarrancó Argentina, que no aprende de sus errores, controla todos los preciosa, y otra vez ahora en el año 2020 no sólo vuelve a congelar los aquileres, sino que hasta permite usurpar viviendas y terrenos con la excusa del derecho a la vivienda.
  6. Argentina rompió pocas veces esta tendencia anti mercado en un siglo [entre 1959 y 1962], el resto del tiempo incluso con gobiernos militares anti peronistas como el que tuvo de ministro de economía al liberal Alfredo Martínez de Hoz, quien una vez en el poder dió una vuelta de panqueque y se pronunció como "pragmático y gradualista" [¿ les recuerda algo conocido ?], recurriendo a métodos indirectos que lo llevaron directamente al fracaso, como le volvió a suceder 120 veces peor al radical Raúl Alfonsín, que no hizo nada diferente a lo hecho por Arturo Illia, que fue una especie de Ghandi que tuvo la política Argentina, pero que de economía no sabía nada y tuvo todo nacionalizado, controlado, y hasta más regulado que Alfonsín, y para colmo no era peronista, con lo que lo derrocaron muy rápido y lo salvaron del papelón de tener una hiperinflación como la alfonsinista que, a cuarenta días de una elección presidencial, llegó a convocar para integrar su gabinete de gobierno al ministro de economía que tuvo Illia [Juan Carlos Pugliese], que por su paso por el peor gobierno que tuvo Argentina, hasta que llegara el peronista kirchnerista Alberto Fernández, nos dejó para la posteridad la memorable frase hoy célebre: "les hablé con el corazón [a los mercados], y me contestaron con el bolsillo".



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