LA ANSIEDAD Y EL PANICO:

1] Este es el cuarto tema de este libro por una cuestión práctica, por lo tanto, me importa un cuerno si usted es ansioso, así que vuelva al comienzo del libro y lea los temas en orden y sin saltearse ninguno o no va a entender nada, porque, una cosa es ser ansioso y otra es ser indisciplinado.
Bueno, si ya leyó lo de la oxitocina va a entender esto: somos seres sociales por lo tanto nuestro grupo de pertenencia nos brinda seguridad más allá de la protección física que nos da tener un techo y ser un grupo importante de personas que rechace por la sola presión del número a los ataques de la gente violenta [ladrones, violadores, caníbales, y en la infancia los grandulones, repetidores, y patoteros que golpean a los de menor edad, físico, o con dificultades para integrase a grupos quedando siempre desprotegidos, etc.].
Si la oxitocina es la droga de la paz y la camaradería, la adrenalina es la droga de la victoria, de uno imponiéndose "a lo macho" contra todo lo que venga y está emparentada con el miedo, sin miedo ni riesgo, no hay placer adrenalínico.
Por eso el chico de diez años "rabioso" no se descarga contra una bolsa de arena o un maniquí que no pueden defenderse, sino que atormenta, golpea, y hasta patotea entre varios a un compañero de nueve años [un año implica mucha superioridad física en la niñez y, la partición de los "grados" escolares, es imposible hacerla cada seis meses] marcando una tendencia indiscutible que los psicoanalistas empecinados en mirar para otro lado y retorcer las cosas para encontrar causas familiares o por culpa del entorno del menor no quieren ver: pese a que los padres y los entornos de los chicos menudos y fornidos no se diferencian, nunca será el de nueve años quien le pegue al de diez años, simplemente porque el pez más chico no se come al más grande, hasta que un chico de trece cansado de los abusos del repetidor crónico de quince, un día explota y lo apuñala.
Luego la víctima entra en un círculo vicioso aislándose del grupo al que considera hostil, quedando de hecho más indefenso.
El morbo del adulto nace en algún momento y, ese momento es la niñez, cuando observan sin salir en defensa de los victimizados, y no sólo observan, sino que casi siempre alientan y felicitan al abusador y, si lo hacen para ganar su amistad y no convertirse en sus futuras víctimas, es una especulación muy indirecta cuando la conclusión es más simple: el morboso goza viendo como se le causa daño a otros. El adulto que separa a dos niños golpeándose siempre encuentra un "cordón" de observadores histéricos gritando pero no interviniendo para evitar la pelea, y la explicación es que miran para aprender a dañar a otros en algún momento.
Así el niño "tomado de punto " tiene micro ataques de pánico famosos por el "dolor en la panza" matutino y las súplicas para no tener que ir a la escuela, y usted ya sabe que no son dolores fingidos sino reales causados por el nervio vago, por lo tanto alimente bien a su hijo y mándelo a tomar clases de defensa personal [además de presionar sobre las autoridades escolares].
Este aprendizaje no lo hará inmune a los ataques de pánico de la edad adulta pero, disminuye a la inmensa cantidad de afectados por ataques de pánico posteriores a algún hecho violento como robos, violaciones, etc.

2] La adrenalina permite reaccionar en una fracción de segundo ante cualquier estímulo, para eso pone a los músculos tensos y a los nervios de punta, alteraciones muy útiles en ciertas situaciones de riesgo pero que no se pueden soportar todo el día por la sobrecarga del sistema  nervioso [estrés].
Bueno, el ansioso vive así durante meses y años [y hay un amplio espectro de ansiedades diferentes].
Durante una situación relativamente normal donde se debe producir adrenalina, el paso del tiempo parece ir más lento [en realidad las sinapsis nerviosas "cebadas" van más rápido], así la impaciencia es la huella digital de la persona ansiosa porque el tiempo no le pasa con normalidad y eso la exaspera [exaspera a cualquiera y ya sabemos que la paciencia es una virtud que tenemos muy pocas personas].
A continuación se desencadenan diversas reacciones "pavlovianas" que responden a la circunstancia de cada afectado: el policía de franco cenando aparentemente tranquilo, pega un salto en su silla si a su hijo se le cae un libro en su dormitorio, cuando ese sonido no puede ser confundido con un disparo por nadie y menos todavía por un profesional que, primero salta de la silla por culpa de la adrenalina y después dice "no es nada" cuando el resto del cerebro se le activa y analiza lo escuchado.
Obviamente así no se puede ni cenar tranquilo porque siempre hay ruidos de todo tipo y ese sujeto o se "desenchufa" o nunca va a tener una buena digestión, es más: díganme cuántos días al año pasan contracturados [la adrenalina actúa sobre los nervios que mantienen en tensión, o sea "enchufados", a los músculos] y les diré que tan ansiosos son.
Otro caso es el del traumatólogo que ve jugar a sus hijos despreocupadamente sobre la alfombra del living y los ve "en rayos X", imaginándose todo tipo de fracturas a cada paso, salto, o revolcón que ellos den, y lo seguirá haciendo hasta que cumplan los veinticinco años de edad [y esta "guardia médica" es muy común en miles de madres].
Sea cual sea el reflejo pavloviano que se desencadene, en general es una especie de "premonición" de algo malo que está por suceder, una especie de "dejavú" tiñe todos los minutos de su vida, una especie de convicción sobre que ya se pasó antes por un momento igual al que se está viviendo y que después todo se fue al demonio: en algún lugar oculto hay algo colgando de un delgado hilo que está a punto  de cortarse y el único consciente de eso es el ansioso ["sabía que eso iba a pasar", es su frase de cabecera].
Pesimista crónico, el ansioso se ha vuelto adicto a que "eso que sabía que iba a pasar" finalmente pase, porque no lo tortura que eso pase sino que la espera se le haga eterna, una especie de largo acorde de órgano de iglesia como el que matiza cientos de escenas de películas de suspenso le zumba adentro de la cabeza todo el tiempo y eso lo agobia, cansa, demuele, etc.
El ansioso está entre el miedo [porque no tiene miedo] y la angustia que no tiene el pesimista, sino el derrotista, que no es lo mismo: el ansioso no se siente impotente, mientras que en la angustia todo es impotencia y resignación, pues aquí el nervio vago ya está haciendo de las suyas por lo que la principal diferencia entre ansiedad y angustia parecería ser que la ansiedad es psíquica y la angustia ya es fuertemente física.
Antes que la noradrenalina le termine afectando del sistema  circulatorio [corazón incluido], o va a tirarse en paracaídas una vez por semana para forzar un gran pico de adrenalina y acostumbrar al cuerpo a metabolizarla [algo así como buscar la regularidad intestinal, pero, referida a la actividad hormonal cerebral], o va a hacerse masajes para descontracturarse, o tanto mejor si hace las dos cosas.
Claro que usted espera que su médico le recete unas pastillas que podrá comprar en la farmacia de la esquina de su casa y no que lo mande a un aeródromo deportivo ubicado en el medio del campo para tirarse de cabeza al vacío desde 4.000 metros de altura [Club Argentino de paracaidismo 3473-4710 / Club Escuela 4574-5261, 4962-9988 / Federación 4865-6985], pero, si ya tiene más de treinta años y todavía cree que cualquier cosa se puede arreglar tomando unas simples pastillitas, usted no es ni depresivo, ni ansioso, sino inocente o hasta ignorante, pues cualquier pastilla que lo cura de un lado, automáticamente lo desequilibra por otro [y que quede bien en claro: yo no soy dueño de ningún club de paracaidismo que pueda lucrar gracias a su descarga adrenalínica].
Si tiene presente lo de los reflejos pavlovianos y como cada uno de nosotros tiene alguno de esos reflejos adquiridos paso a contarles una anécdota [primero, Iván Petrovich Pavlov es el neurólogo de los reflejos condicionados que hacía sonar un timbre antes de darles de comer a sus perros y tiempo después comprobó que haciendo sonar el timbre los perros babeaban como si estuvieran frente a un jugoso bife de lomo y, resulta que usted tiene el mismo reflejo condicionado, pero, activado por el olor de la madera quemándose previo a los asados].
La anécdota: Varias décadas atrás yo estaba viendo la película "Fobia" de Carpenter, y recién ahora entiendo lo que pasó por afuera de una película en donde se suceden una truculencia sanguinaria tras otra durante una epidemia atípica de hidrofobia que vuelve rabiosos y caníbales a todos los pobladores de una ciudad canadiense.
Resulta que el protagonista se inyecta una especie de vacuna experimental y lo hace explícitamente con una aguja real penetrándole la piel en primer plano y todo el cine se estremeció y largó un profundo "¡ aghh !", cuando en la escena anterior un grupo de contagiados se comió viva a una persona y nadie dijo ni "mu": puro reflejo pavloviano adquirido en la niñez que es cuando se reciben más vacunas, que no son tantas, pero sin embargo algunos quedan como locos con las agujas hipodérmicas que de tan afiladas ni se sienten los pinchazos y, curiosamente, nadie le tiene fobia a los alfileres y agujas de coser o tejer, pese a que cualquier persona se ha pinchado más veces durante su vida cosiendo botones, que las cuatro o cinco vacunas obligatorias que se le dieron en la infancia.
La fobia llega a que algunos sujetos se hagan sacar las muelas sin anestesia [si, para empezar, vencieron la fobia a ir al dentista] y de esos sujetos con sus rarezas hay una colección tan grande que alcanzaría para hacer un zoológico de boludos.
Bueno, yo estaría en la jaula de los que se lavan las manos a cada rato [y, cuando no me ven, le paso un algodón con alcohol a todo lo que se pueda, salvándose los libros pese a que todas las cosas de papel tienen hongos], pero, de allí a no salir de casa sin ponerme el barbijo, hay un claro mal paso que si usted ya lo dio convirtió a su fobia en un ataque de pánico.

3] Que no cunda el pánico: Como ya expliqué la manera de percibir el tiempo se ve afectada [la más común es que el tiempo se le pase a uno "volando" cuando se está divirtiendo], ahora bien, tuvo alguna vez la pesadilla de ser perseguido y no poder correr, como si todo ocurriera en cámara lenta y las piernas le pesaran una tonelada, pues bien, eso le pasa al que sufre un ataque de pánico, pero, le pasa cuando está despierto.
Ni hablar de cruzar una gran avenida, durante el ataque de pánico no se puede cruzar una simple calle, los autos van a la velocidad del sonido, se ven cada vez más grandes y amenazadores y las piernas pesan tanto que algunos hasta se acalambran tratando de moverlas.
Como ya debe saberlo, algunos no pueden ni pisar la vereda y ni se animan a salir de sus casas y ni soñar con llevarlos a un lugar en donde haya mucha gente desconocida.
Un ejemplo de cómo el tiempo se percibe distinto es este: yo no soporto a las multitudes, sobre todo no las soporto encima mío, porque, una vez estuve en una avalancha en un estadio.
Puedo escribir tres páginas describiéndole todo ese momento, o tardar quince minutos en contarle lo que pasó, pero, lo más interesante es que al día siguiente vi la avalancha repetida por televisión y desde que la avalancha se produjo, hasta que todos nos pusimos de pie, no pasaron más de diez segundos.
Usted se debe estar preguntando si a este tipo de afectados también les voy a recomendar que se tiren desde una avioneta [ganas no me faltan de tirarlos de prepo por salames], pero, estos sin duda se infartarían porque pese a ser algo psicológico, aquí lo psicológico y lo físico están más conectados que nunca con un resultado peligrosísimo: un hombre joven le era infiel a su esposa cuando ella estaba de viaje [por un congreso al que casualmente yo había asistido], entonces, alguien por error tocó el timbre de su departamento y, primero, el tipo dio un salto en la cama que casi lo puso de pie y, segundo, le sobrevino un ataque de asma y se asfixió, ¡ y tanto él como su bella amante eran médicos !
Conozco varios casos más que no les describo porque los atacados por el pánico son hipocondríacos y van a comenzar a tener los síntomas ni bien cierren el libro: ¡ incluso una señora bien medicada casi se muere porque pensó que la pastilla se le había ido para el "otro lado" ! y, por suerte, el médico que llegó para asistirla después de comprobar que no tenía nada [y que se había tragado la pastilla correctamente], comprendió que tenía en manos un ataque de pánico y se quedó charlando hasta que la medicación le hizo efecto [cuando peor se sienta tómese el tiempo de disolver la medicación en un vaso de agua, así no se le pasa para el "otro lado" y, además, le hace efecto más rápido].

4] Cuidado con la soledad como "gatillo", recuerden que la oxitocina se produce como efecto de la actividad social y la persona solitaria a la larga se "autointoxica" por falta de oxitocina e incluso bien medicada, el equilibrio será muy inestable y se puede descompensar por otro lado [lo más común es que el paciente ingiera alcohol o decida subirse erróneamente las dosis].
La solución obvia es llamar por teléfono a emergencias del sistema  público [o del sistema  de salud al que esté abonado/a] y tener la suerte de encontrar de guardia a un médico "paciente" y comprensivo que no trabaje a reglamento porque, estos médicos se ponen de mal humor cuando quien llama no tiene nada que no esté sangrando y, lo peor que le puede pasar, es que el médico no le encuentre nada malo y lo tome por fabulador o por idiota [a las tres de la mañana es lo primero que se piensa].

5] Otra solución es no llegar al ataque de pánico y consultar al psicólogo al comienzo del problema, o sea cuando la ansiedad ya lleva unas semanas sin signos de ceder, y no después de dos años de sufrirla, así, usted debería tener bien aprendida una lista con, por lo menos, los síntomas más fáciles de reconocer:
[A] T.O.C. [Trastorno Obsesivo Compulsivo]: No sea más papista que Cormillot [ortorexia] ¡ deje de gastar los espejos: usted está hermosa, el vestido perfecto, la llave del gas quedó cerrada, y no llame al colegio de sus hijos si el micro se demora tres minutos !
El nombre que recibe es erróneo pues se trata de un trastorno hormonal por aumento de la vasopresina que "desarregla" la memoria del afectado [ideas fijas, dramatización de cualquier evento, preocupación desproporcionada por todo].
Combine el nivel alto de vasopresina con un nivel alto de testosterona y tendrá a dos sujetos que en medio de una perfecta reunión familiar se van a las manos por discutir si Schumacher es mejor que Ayrton Senna, o cualquier otra pavada, [las Ferraris son mejores] arruinándoles la comida a todos y en especial a sus esposas pues ellos seguirán discutiendo solos en sus casas ante su sorpresa e imposibilidad para sacarles eso de la cabeza.
Se suele decir que el vino les cayó mal, pero, el alcohol en realidad es un sedante y sólo en grandes cantidades hace perder la sensatez, pero, la violencia la dispara la testosterona y allí disimuladamente la vasopresina mete la cola.
¿ La solución ?: Si los expulsan de la reunión después se matan en la calle, y no pasa una semana sin que un "nunca mató a una mosca" termine apuñalando a alguien pues nadie es inmune a este tipo de desorden y tarde o temprano dos afectados coinciden en el mismo lugar. La solución parece ser una ducha fría, en mi caso, cuando no me puedo sacar una bronca de la cabeza [y que hasta me doy cuenta de que estoy alteradísimo por una insignificancia que hasta no me deja dormir], me pongo los pantalones cortos y salgo a correr [y después me ducho, obvio].
Veinte años antes de saber de la existencia de la vasopresina ya me preocupaba el problema de no poder "purgar" la memoria para, por ejemplo, tener un lunes normal después de que mi equipo de fútbol perdiese algún partido o, peor, si lo hacía por culpa de un penal mal cobrado, que el árbitro [que se veía que tenía ganas de cobrar cualquier cosa], cobra desde treinta metros de la jugada cuando todo el mundo se dio cuenta que el puto de mierda del "9" se tiró por no poder llegar a la pelota y, para colmo, estaba afuera del área y cayó dos metros adentro [¡ no me haga acordar de ese hijo de mil putas... que me pongo loco !].
[B] T.A.G. [Trastorno de Ansiedad Generalizada]: Cuando se entera de un caso de intoxicación en una provincia en la que estuvo hace cuatro meses y le dan ganas de vomitar, o se pone a llorar porque su madre se va a morir cuando ella está perfectamente sana y tiene apenas cincuenta años, pero, como inmortal no es y algún día se va a morir, usted la llora "a cuenta".
[C] T.A.S. [Trastorno de Ansiedad Social]: ¿ En serio cree que todas las personas del supermercado no están evaluando precios sino que están allí sólo para mirar y criticarle a usted ?
El miedo al ridículo con sus diferentes escalas según las diferentes situaciones en las que se encuentre, bien puede ser un recurso extremo de la prudencia para salvarlo de meter la pata y hacer un papelón, pero, recapacite usando un poco de lógica y verá que el 99,99% de las veces sus miedos son injustificados [a no ser que sea un artista expuesto en un escenario o en televisión], pues la gente no se molesta en mirar a alguien que no existe y en realidad le alcanza apenas con estar bañado y razonablemente perfumado para que nadie lo note nunca.
[D] P.I.S.: No, nada, este lo inventé yo porque tenía ganas de joder, siga leyendo.
[E] T.E.P.T. [Trastorno por Estrés Post-Traumático]: El de las películas donde la protagonista tuvo un accidente de tránsito y después no puede volver a subirse a un auto y es tan tarada que tiene que ir a que la hipnoticen para que recuerde que cuando era niña [y veía todo en color sepia], estuvo en el accidente en el que murió su padre, que no murió en Vietnam sino en ese accidente, y por culpa suya tras haberle vomitado encima mientras manejaba.
[G] Fobias: En general son muy personales y las más conocidas son la claustrofobia [cuando no, justo yo me vine a quedar encerrado en un ascensor con un claustrofóbico] y la agorafobia [miedo a los espacios abiertos, o más bien a poner un pie afuera de su casa], pero, más populares son las supersticiones: yo vi ponerse blanca a una persona porque se le había cruzado un gato negro de noche y gritar: "¡ nooo, un gato negro !", como si hubiese visto a la muerte [como esa del aviso de una compañía de seguros danesa, donde una ciclista es perseguida por la muerte].
Lo arreglé automáticamente: "Estás ciega, era marrón", dije rápido y antes de que se ponga insoportable, pues se trata de gente tan sugestionable que hasta le pude haber dicho que se le había cruzado una rata y lo hubiera aceptado con tal de sacarse la imagen del gato negro de la cabeza [Posdata: ¿ Por qué hay tantos perros marrones y ningún gatito ?].
[H] Mufas: Juro que nada me gustaría más en el mundo que ser mufa y poder dispararle mala suerte con la mirada a ciertas personas sin que me digan: "¿ qué mirás gil ?".
No, ante los mufas se baja la mirada con respeto, ni a los Papas, ni a los grandes estadistas se les dispensa esa atención que era un derecho de los Mandarines Tang [o Ming, o algo así].
El mufa es la persona con más suerte del mundo, como aprendí de un cuento diabólico de Martin Gardner, veamos: si yo fuera mufa, lo sigo a usted cuando va al casino y distraídamente lo golpeo con el codo, entonces, le pido disculpas y lo lechucéo: "que tenga mucha suerte" [Ja, ja, ja, ja, en "off" y con eco].
Entonces, lo sigo hasta su mesa y cuando usted juegue "rojo", yo juego "negro" y así hasta que se quede sin dinero, es más, le presto cien pesos para que siga jugando y cada vez que usted apueste cinco pesos a "pares", yo juego cincuenta a "nones", o sea que de ser mufa por un sólo día me haría millonario, ¡ pero tengo tanta mufa que no puedo ser mufa !
[I] La pata de mono [Jacobs]: Es mi cuento corto favorito y si no lo leyó está en la antología de cuentos que hizo Borges, y también aquí.
De este tipo hasta hay chistes como el del negro que encuentra la lámpara de Aladino en medio del desierto y le pide estos tres deseos: primero ser blanco, segundo, que todas las mujeres se le abran de piernas y, tercero, pidió tener mucha agua, entonces, el genio obedece y lo convierte en un bidet.
Las diversas historias de "tres deseos" que terminan con el ganador de los deseos peor que cuando no tenía nada... perdón, pero me acordé de otro: un caballero durante las cruzadas se encuentra la lampara de Aladino mientras corría por unas dunas, se baja del caballo, libera al genio que le concede tres deseos, y el noble caballero elige tener el cuerpo de un adonis, la inteligencia del sabio de la corte, y el sexo de su caballo.
El genio chasqueó los dedos y el caballero se vuelve atlético, comienza a ver el mundo con los ojos de un sabio, y allí se da cuenta de que su escudero le había ensillado una yegua.
Bueno, estos cuentos hacen referencia a la inevitabilidad del destino [en algunos casos es Satanás el que concede los deseos] y creo que la única forma de ganar es pedir que quienes lo rodean a usted sean felices y tengan éxito en todo lo que emprendan siempre que cuenten con su aprobación [por ejemplo usted no les aprobará un secuestro extorsivo o un homicidio] pues como no pueden ser felices si ellos o hasta usted está enfermo, o no tienen éxito económico, usted se termina beneficiando indirectamente sin correr los riesgos de los deseos personales que al final lo perjudican directamente.
El segundo deseo es que se convenzan de que usted trae suerte por lo que buscarán su consentimiento o que participe en sociedad con ellos y, el tercero, lo reservará por años para una emergencia colectiva [como desviar un asteroide para que no choque con la Tierra causando una extinción masiva].
Si ya está pensando en pedir fortunas, insisto, lea "La pata de mono", pues uno no puede andar por ahí sin tener bien planificados su tres deseos o va a terminar causando un desastre.
[J] 666: La primera vez que me llevaron al psicólogo fue por mis problemas de indisciplina en la escuela debido a que estaba convencido de que mis docentes no sabían nada, lo que no era ni anormal ni grave excepto porque yo se los decía en la cara [a una maestra le dije, en primer grado, que era linda pero estúpida] y el terapeuta me revisó la cabeza buscando un tatuaje oculto ¡ y el tipo era judío !, bueno, no tengo nada que ver con ese número, excepto porque así termina mi número de teléfono que, si es inteligente podrá calcular [la bestia es un caballito].
Resulta que a la segunda vez que el psicólogo repreguntó algo le contesté: -¿ en serio le pagan para hacer esto ? y a la distancia me he dado cuenta que lo que por lo general es la excusa N°1 de los psicoanalistas, o sea que la culpa la tiene la madre, aquí vino a ser la respuesta "con seguridad" indicada pues mi madre estaba fascinada con un niño prodigio mediático que ganó un millón de pesos en televisión contestando sobre mitología griega y entonces me hizo leer mitología, hasta que por suerte cayó en mis manos una colección de libros que tenía títulos como 20.000 leguas de viaje submarino, Ivanhoe, Sandokan "el tigre de la Malasia", etc. [autoevalúe la influencia de la primera novela o el primer disco que se compró, se va a sorprender].
[K] El poder de la pirámide: No nos alejemos del tema  de esta sección que son los T.O.C., T.A.G., T.A.S., T.E.P.T., etc., y aquí hay otro desorden de ansiedad consistente en creerse cualquier pavada. Un arqueólogo egipcio inventó la palabra "piramidiotas" para las afectadas [generalmente son mujeres] a las que todo les viene bien: tarot, astrología, y cualquier pavada parapsicológica, lógica sólo para quien por algún motivo no puede aceptar la realidad y la evade con inciensos y sentándose a meditar debajo de una pirámide de metal berreta.
Recuerden que los notables egipcios que las construyeron fueron conquistados por varios pueblos sin pirámides, o sea que con los resultados de su poder a la vista, éstas fueron mufas.
[L] Insomnio: Este puede ser consecuencia de uno de los desórdenes ya citados T.O.C., T.A.G., T.A.S., T.E.P.T. por ejemplo entre quienes no pueden dormir la noche anterior al día de un gran evento social, como un casamiento, lo que es una ansiedad relativamente normal, pero, hay miles de casos donde el insomnio supera largamente al motivo causante.
Bien, a la lógica cena liviana, debería sumársele el cambio de hábitos con respecto al café y aunque parezca ridículo o poco elegante, recurrir al té de tilo u alguna infusión digestiva, claro que eso sólo podrá hacerlo en su casa, o sea, servirle café a algunos, té a otros y usted tomarse su yuyo favorito sin parecer un marciano/a, cosa que no podrá hacer durante una cena afuera.
Existe ahora la opción de tomar el café descafeinado pero resulta que la cafeína no le es quitada completamente y ésta es terriblemente poderosa en el momento menos indicado, por ejemplo, la noche antes de los exámenes no funciona tanto por la cantidad de adrenalina que usted tiene circulando por su organismo, mientras que relajado después de comer actúa más eficientemente, lo excita, y después no lo dejará dormir.
Ducharse antes de ir a dormir es bueno pero, el baño de inmersión es todavía mejor y hasta hay preparados vegetales que transforman al baño común en un baño de té aromático [caliente incluso en verano].
Tengo la triste experiencia de pasar por largos períodos de insomnio por una hernia de disco lumbar que no me dejaba estar ni parado, ni sentado, ni acostado, y una forma de relajarme fueron los baños "condimentados" con ciprés y azahar [aunque es justo reconocer que después venía una gorda alemana de la farmacia que me inyectaba Closidol], el baño de inmersión hacía lo suyo a través de los poros y de la aromoterapia amplificada por los vapores del agua que ayudan a limpiar las vías respiratorias.
La leche tibia contiene triptofano que induce al sueño, pero yo la tomo fría y me hago un licuado de durazno que tiene betacaroteno y me funciona mejor porque la leche tibia desde bebé me resulta laxante [haga usted su ensayo pero con cuidado de no atiborrar su estómago porque a más trabajo más insomnio].
También hay triptofano, para los que no toleren la leche [ni tibia ni fría], en las semillas de sésamo y girasol que pueden convertirse en "galletas" para acompañar con jugos de frutas.
Si tiene el hábito de la lectura pre "noni-noni", el sueño le llegará como un angelito bajando en paracaídas, pero, si no lo tiene y se pone a leer será peor y todavía más si se pone a ver la televisión, o a realizar ejercicios físicos, excepto que recurra a la actividad sexual caso en el que por lo menos su insomnio le será útil a su pareja a la que por cierto, es mejor tratar de no jorobar cuando usted no pueda dormir.
Ya está sugerido que las almohadas y colchones deben cambiarse con más regularidad de la que la crisis económica condiciona, y que obviamente se duerme mejor con sábanas limpias y perfumadas [puede recurrir a bolsitas aromáticas para tenerlas debajo de la almohada].
No sé de dónde cuernos salió el asunto ese de contar ovejas y me parece mucho mejor pedirle a su pareja un masaje descontracturante o, de estar solo/a, tómese el vaso de leche y no desperdicie el tiempo mientras le hace efecto dando vueltas improductivas en la cama y póngase a planchar la ropa que tiene atrasada apilándose en algún lugar de su casa [¿ el insomnio es un llamado inconsciente para que atienda sus tareas hogareñas ?].
Por último si usted tiene insomnio "pre día importante", que está directamente relacionado con el T.A.S., tome la decisión de levantarse de la cama para escribir lo que deberá hacer el día siguiente, paso por paso y con lujo de detalles bien numerados.
Tómese todo el tiempo aunque le lleve una hora escribirlo pues solo así, en la seguridad de que se tomaron todos los recaudos y se cubrieron todas las eventualidades posibles, el cerebro se sentirá satisfecho y dejará de hacer ensayos repetitivos que no le dejarán dormir [algo así como hacer la Curva de Bred pero que, más bien, sería la hoja de ruta del día problemático].
Esto sería hacer "psicología de precisión" pues usted sabe sin dudas cuál es su problema, cosa que los psicoanalistas nunca saben realmente y se manejan a tientas preguntando y repreguntando, cuando usted sabe el problema, sabe los "tics" que generalmente tienen las mentes de todos los humanos [y si no lo sabe relea este libro después de terminarlo] y también sabe cuáles son sus tics, fobias y trastornos personales, por lo tanto, no puede errarle a la solución, a no ser que se mienta a si mismo y, en ese caso, usted no será un neurótico sino un simple estúpido que, con todas las de ganar, pierde hasta jugando al solitario.
La estrategia que recomienda trazar la Curva de Bred hace que las diferentes partes de su cerebro "sincronicen" mejor, de forma que ninguna se haga la distraída, ni la desmemoriada, etc., y la misma estrategia utilizada para trazar la "hoja de ruta" del día de mañana, con la práctica le aliviará del miedo a tener que improvisar y por lo tanto arriesgarse a fracasar y quedar en ridículo, repita conmigo: ¡ no está prohibido planificar !
De hecho, los grandes improvisadores han confesado que planearon meticulosamente sus improvisaciones justamente para que parezcan eso, pero, más que nada porque sin planeamiento previo no hay éxito asegurado más que el que acontece de pura suerte [y justo usted es medio mufa], por lo tanto, planifique su día, mes, año, etc., y reduzca sus improvisaciones al mínimo, pues si usted se acuesta cansado y con su día de mañana completamente solucionado y sin riesgos, se duerme como un bendito [más sobre el insomnio en el tema  08, punto 8].

6] Autoanálisis: En cierta oportunidad [todavía no salgo de mi asombro] escuché a un niño de unos dos o tres años decir: "creo que me voy a asustar", y en el acto estalló en llantos.
Eso sí que es autoanálisis: Así como hay bebés siempre alegres, también hay de los que lloran porque sí, a los que sus padres revisan por si se han golpeado para concluir que "se debe haber asustado de algo".
Este bebé evidentemente no podía controlar su llanto ¡ pero lo predecía !, entonces usted, con bastante más información en la cabeza de la que tenía ese bebé [llanto incontrolable > revisación física materna > "algo lo debe haber asustado"], también puede autodiagnosticarse.

7] Predisposición: Si usted ya fue víctima de sus padres, o de otros chicos, tiene una predisposición que no es determinante, de ser así, la primogenitura sería una "vacuna" mientras que ser el hermano menor tendría un peso insuperable.
Mi hermanita "cantarinamente" me amenazaba con decirle a mi padre que yo le había pegado, a no ser que le prestara mis juguetes [por no hacerlo aún tengo esos 1.200 autitos, la mayoría Matchbox, que son una fuente de anécdotas familiares porque me las arreglé para que toda la familia coleccione autitos para mí] y años después cuando ella con los ojos desorbitados me contó que una de las amiguitas de su hija la amenazó de la misma forma, tras retarla por divertirse rompiendo uno de los juguetes de su hija, yo festejé: "¡ la venganza del Catalina !" [un bellísimo hidroavión de unos 12 Cm. destruido, pero no en Midway, sino en Devoto - Buenos Aires, por una hermanita malcriada].

8] Síntomas: No hace falta sufrir la violencia pues basta con la amenaza [incluso la involuntaria de los medios de comunicación] multiplicando los ataques de pánico que son exactamente iguales pero amplificando lo ya descripto para el nervio vago, más:
[A] Calambres y hasta parálisis [no en el sentido traumatológico, sino muy similar a la de los sueños].
[B] Taquicardia [probablemente por causa del vago] pero con la terrorífica idea de estar padeciendo un ataque al corazón que, por lógica, excita al corazón que así tiene más palpitaciones.
[C] Sudoración fría e intensa, temblores, escalofríos.
[D] Miedo a volverse loco [le ocurre a muchos insomnes], se llega a dudar si se está despierto o teniendo un mal sueño.

Si recapacita [vea el tema  08 "Test de los sueños"], el ataque de pánico se ajusta a lo que se siente en una pesadilla, con la peculiaridad que la imaginación trabaja en "fase onírica" pero con el paciente despierto, por lo que el terror es peor y, encima, los ataques no se olvidan como pasa con los sueños.
Sea cual sea el origen fisiológico y el desencadenante personal del ataque, éste se cura más rápido cuanto antes acuda al psicólogo [y no es un tratamiento costoso, ni vergonzante].

9] Discriminación: Es cruel pero hay personas que le tienen fobia a otras, y tardan en entender el mecanismo que las lleva a agredir por ignorancia a iguales, tan iguales, que un argentino cuando tiene que emigrar, sufre afuera la discriminación que antes él se dedicaba a revolear a diestra y siniestra a, por orden alfabético: bolivianos, coreanos, gallegos, judíos, nuestros negros [que vienen del mestizaje de españoles con indios], paraguayos, y peruanos, y casi podría decirse que los únicos que se salvan son los negros africanos por exóticos [ver tema  06, punto 16].
De chico conocí a una cantante negra peruana llamada "Fetiche" [me tuvo sentado en sus rodillas] y mi madre recuerda este diálogo: -Te parecés a mi abuela. - ¡  Tu abuela es negra  !, -¡ No, [enojado] mi abuela no es negra ! [por lo que evidentemente ya entendía que "negro" era un insulto].
En mi familia, todo lo incorrecto se define como hacer "cosas de negros" y eso que mi padre es trompudo y tiene el pelo "mota" [o más bien tuvo] porque todos somos descendientes de moros [mi familia paterna] y además todos somos descendientes de negros [la raza humana].
Eso no es nada: Como afortunadamente mi hermano y yo tenemos cara de judíos [a mi madre la apodan "la rusa" y a mi hermano "el ruso"], no fuimos discriminados cuando las cosas de la vida nos llevaron a vivir durante un par de años en un barrio judío muy modesto [mi eterno agradecimiento a las familias Rowek y Cher]. Ahora bien, ¿ qué hacemos nosotros al primer entredicho con algún judío, pudiendo insultarlos en idish, y con un muy buen acento ?: Sí, le gritamos "judío de mierda" [o "negro de mierda", "bolita de mierda", etc.].
Pero, ¿ por qué nos sale esa animalada de adentro ?: Bueno, tras mucho pensarlo yo, que tenía un amigo judío y se me murió, he llegado a la conclusión de que hay una presión social discriminatoria y por ejemplo los hoy escasos negros provocan la misma reacción que un escaso nivel de bacterias en la sangre, o sea: ¡ no activan la reacción de los anticuerpos !
Esto no lava nuestra xenofobia, pero, es lógico que una raza reaccione ante el aumento significativo de alguna minoría que, mientras siga como minoría, se verá simpática y hasta nos sumaremos a los festejos de la fiesta de su colectividad.
Así vivió siempre la colectividad japonesa hasta que la importante inmigración coreana de fines del siglo XX, le hizo saber lo que es la discriminación, y reconozco mi aporte: yo podía olfatear a un coreano a veinte metros pese a que jamás alguno tuvo otra cosa que no fuera un aspecto sobrio, prolijo y aseado, por eso creo que el mudarse a un lugar tan húmedo les provocó una sudoración de olor ácido que, tras un período de adaptación desaparece al punto  que, por ejemplo, mi dentista es coreana y no tengo ningún problema, excepto porque se ríe todo el tiempo... algo contraindicado en quien manipula un torno ultrasónico.
Lo ilógico de la xenofobia en Argentina es que la raza blanca es una minoría más y, que nosotros combinemos una xenofobia leve, con una mala educación e ignorancia gravísimas.
La mala educación, en el sentido de adjetivar con groserías discriminatorias, nos lleva al ejemplo más trillado que no es correcto pues, lo que ocurre en los estadios de fútbol es un juego verbal de ida y vuelta, de mal gusto y muy poco inteligente, pero, sin dudas un juego. En cambio, la ignorancia o la negación del hecho de que, al cruzar razas, el resultado supere generalmente a los progenitores, no admite discusión pues si el resultado apuntara hacia el perjuicio, la selección natural no hubiera hecho a las razas humanas interfecundas.
Así, en un discriminador lo más notable son su intolerancia y odio superficiales, pero, son más graves su vergüenza fálica [envidia hacia los negros], su estupidez e ignorancia [envidia a los brillantes judíos], y la arrogancia expuesta ante los trabajadores bolivianos y paraguayos que trabajan diez veces más duro que quien los mandonea y desprecia en cientos de trabajos mal pagos, y no sigo adjetivando para que no me digan que discrimino, o que me creo el dueño de la verdad y, ¡ odio cuando usan eso como un argumento !, con todo el tiempo que dedico a la búsqueda de buenos argumentos, al punto que me acostumbré a decir: "yo antes pensaba como usted, pero, un sabio budista me enseñó que...", o sea que hago el esfuerzo y no discrimino ni a los imbéciles que discriminan [bueno, eso no siempre me sale bien, como con los que discriminan por causas políticas].
Y lo del sabio budista fue cierto, excepto porque era una sabia, y como aquí discriminamos la opinión de las mujeres, nadie le daría importancia a lo que yo diga a continuación, incluyendo a las mujeres. Los hechos fueron así: Mi madre en los sesentas no me dejaba jugar con otros chicos en paz, y en cuanto podía me llevaba a algún lugar extraño para "cultivarme" con nuevas experiencias. Una de ellas fue para que vea a una pionera del yoga en Argentina, la luego famosa Indra Devi. Mi progenitora hizo lo imposible por acercarnos para conseguir que Indra, antes de despedirse, me de un beso [como si una supuesta iluminación pudiese descender sobre mí por el baboso ósculo pseudo-hindú], y cuando la tuve cerca como la vi extrañamente vestida [llevaba puesta una túnica], le pregunté "¿ qué te pusiste ?"... y entonces entre ella y mi madre me explicaron que no debía discriminar a la gente por la ropa, o el color de la piel, etc., y yo no discrimino, pero créame que sigo siendo curioso y si me cruzo en la calle con alguien que está vistiendo algo raro, lo paro para preguntarle [en inglés] desde dónde se vino [la última vez fue a tres mujeres morenas con túnicas de telas coloridas y diseños intrincados, más trapos en la cabeza, que parecían haberse bajado recién de un avión de Angola... pero que al final eran colombianas].

10] Medicación: Los psicofármacos son una rama más nueva y pujante de la medicina. Año a año aparecen mejores y más específicos ansiolíticos, antidepresivos, y todo un amplio abanico de lo que podríamos definir como "neuroestabilizadores" que, bienvenidos sean, pero, no sirven para nada y crean dependencia.
Para que se entienda lo que acabo de afirmar: Usted tiene una verdadera causa para estar muy triste, entonces consume cocaína o éxtasis y, ¿ esa alegría artificial le cura su depresión ?
Lo mismo pasa con los psicofármacos pues logran una estabilidad química breve y, visto está que muchos con un dolor muy grande y disponibilidad de dinero, prefieren consumirlos hasta vaciar la farmacia, antes que enfrentar y superar su problema, pérdida, duelo, etc.
Quien ha perdido a un ser querido no los necesita [ni tampoco a los psicoanalistas], sino que requiere de tiempo y del calor de su grupo familiar [contención]. Claro que si amenaza con suicidarse ya es algo que la familia no puede manejar y será mejor "doparlo" y hacerlo vigilar por profesionales hasta que el tiempo le permita reorientarse con vistas a un nuevo futuro [el futuro siempre es nuevo, pero, tras una tragedia lo será más: un nuevo sentido para su vida, nuevas metas, amistades, etc.].
Este ejemplo es el más obvio donde las drogas no pueden curar una tristeza inevitable pero neutralizan las conductas enfermizas y, el ejemplo anterior, redondea el concepto de que las drogas legales o ilegales actúan sobre los síntomas y no sobre las causas, aunque sean tan bobas como la ruptura de una pareja de adolescentes, y el psicoanálisis no actúa ni sobre síntomas ni sobre causas, sino que le sirve al paciente para detectar la causa.
Solo un porcentaje mínimo de pacientes son depresivos reales que se deprimen sin ningún motivo que hace presumible la existencia de un problema químico cerebral, el resto, son falsos depresivos con causas evidentes para condicionar su estado, pero, eso no explica la negación a aceptar su parte de culpa en lo que le ocurre, ni su tendencia penosa a tratar de ahogar sus penas con antidepresivos como en otras épocas se lo hacía con alcohol.
Estos falsos depresivos son los nuevos alcohólicos de una sociedad que abandona las bebidas más duras, al mismo tiempo que vive con un estrés de más alto poder de demolición. Sujetos criados con gaseosas que ante el fracaso no pueden ni emborracharse, ni readaptarse, ni dejar el fracaso atrás, ni comenzar otra vez aprovechando la experiencia de lo que sea: un matrimonio fallido, un trabajo perdido, o una carrera abandonada.
La medicación más acertada no solucionará la causa, o sea el núcleo y génesis del problema, pero, le dará tiempo al paciente que si no pone algo de si, entrará tarde o temprano en una etapa de "meseta" en la que en vez de ir recuperándose y abandonando los psicofármacos, acudirá a su médico a pedirle que le de remedios más fuertes [el "pensamiento mágico"], lo que no es gratis: los psicofármacos tienen efectos secundarios que por tratarse de drogas nuevas no están completamente estudiados.
Aunque ya comienza a ser notorio uno de esos efectos: El paciente se vuelve temporariamente estúpido y tiene una regresión a los cinco años de edad, y así es más vulnerable al pensamiento mágico, y a otra cosa típica de esa edad: no querer ni ver, ni oír, ni mucho menos hablar de su problema [yo tengo un pisapapeles con esos tres famosos monitos].
Elaborar la pérdida del depresivo y el fracaso del falso depresivo, implica asumir su parte de culpa, acto con el que se deja de preservar la autoestima que se protegió en exceso al precio de desquiciar todo su andamiaje psíquico, para obtener apenas "tablas" por repetición entre el no hacer nada con su problema, y las pastillas de efecto temporario para olvidarlo.
Para los padres que pagaron las cuotas de la pileta de natación en donde se ahogó su hijo, que al dolor le suman el agravante de la culpa, el tiempo les hará entender que la fatalidad los usó de eslabones en una cadena imposible de predecir.
Para los falsos depresivos, alguien va a tener que revolearles un pisapapeles por la cabeza para que vean lo que están haciendo: esconderse adentro y apagar la luz para no hacer nada, excepto seguir bajando escalones en la curva de Bred.

Claudio Corniola