[A] Prólogo: Carl Sagan dijo que "Una de las lecciones más tristes de la historia es esta: Si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño. Encontrar la verdad deja de interesarnos. El engaño nos ha engullido. Simplemente
es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos caído ante un engaño.
En cuanto se le da poder a un charlatán sobre uno mismo, casi nunca se puede recuperar".
El engaño es surtido: Nos autoengañamos con la democracia: no funciona bien ni va a hacerlo. Los liberales se autoengañan con el tema laboral obviamente porque es pésimo el corporativismo sindical, pero hay una falla en el mercado laboral evidente... ¿ la prueba ?: pues está en que de no haber una falla, no hubiese surgido el sindicalismo.
Nadie, nunca, jamás: Este libro trata sobre la demostración de una pequeña falla
sistémica del liberalismo, y veinte consecuencias más que palpables que no paran de crecer [el
doble de los diez puntos del manifiesto comunista], con la aclaración permanente sobre que en cada
cuestión, la izquierda lo hace peor. Una falla en el sistema económico de la derecha no le suma
nada a las izquierdas y, debería servir para que los gobiernos de derecha se perfeccionen,
beneficiando a todos sus gobernados, tengan la ideología que tengan, incluso las ideologías que
únicamente buscar crear conflictos, cuando sus voceros, propagandistas, y docentes adoctrinadores no
usan los zapatos que les da el partido comunista, sino que compran zapatos finos, ni usan las camisas grises
como con las que el partido comunista vestía a todos los chinos, y ni siquiera compran trajes "de mercado"
sino que van a un sastre para que se los haga "a medida", pero claro... sus corbatas son de seda china
[mis dos corbatas vienen de más lejos, de Corea, y nunca me puse a fanfarronear por eso], y nunca
dejarán de protestar, sabotear, conspirar, ni después de gastarse un dineral al comprarse el
teléfono celular más caro del mercado para, acto seguido, protestar para que el Estado
les de el servicio de Internet gratis. Bueno, esto es una falla porque como todos queremos que las cosas
sean gratuitas, pues siembre habrán ideólogos y militantes del "que lo pague otro",
y es una falla del mercado el permitir la participación en la competencia electoral de estos
competidores desleales.
Hay fallas de primer, segundo, y tercer orden, y
en un mismo ejemplo podemos ver las diferencias y los perjudiciales daños que causan: La
confección monopólica de boletas electorales por precios desorbitantes es una falla de primer grado,
la compra excesiva de millones de éstas por parte de políticos sin que cada partido pague de sus
bolsillos sólo la cantidad que le demandarán sus seguidores, es un falla de segundo grado. Finalmente,
es una falla de tercer grado creer que estas dos fallas precedentes harán funcionar alguna vez a una democracia.
El pueblo no gobierna nunca y por eso de entrada la democracia es una farsa o un nombre de fantasía, luego, ésta
funciona durante períodos de duración fija sin importar las circunstancias, las autoridades temporales surgen del
voto pero el sistema electoral es permeable a una docena de fallas y, aunque las elecciones no hayan sido fraudulentas, los
elegidos no están obligados a cumplir con los deseos del pueblo [que todo sea gratis], ni aunque quieran pues eso es
un imposible difícil de no ver, pero, muchos no lo ven y votan como el culo a quienes no les van a cumplir ni una mierda, y
si hace más de cien años que vivimos dentro de este sistema irracional, es porque el mercado se filtra por las grietas
del sistema y nos facilita nuestros medios de supervivencia a cambio de trabajar para colaborar con los medios de supervivencia
de los demás, mientras que el Estado opera en nuestra contra y nos quita los dividendos del fruto de nuestro trabajo para
repartirlo entre los que no trabajan, y ningún estatista, igualitarista, izquierdista puede refutar esto.
Nadie pro mercado podría prometer "igualar" a la gente mágica e instantáneamente, pues el mercado ni
siquiera iguala las transacciones comerciales: cuando cualquiera compra un costoso teléfono celular es porque lo valora
más que al dinero del que deberá desprenderse, lo que un pro mercado hará simplemente es gobernar sin impedirle
crecer a nadie, pues su éxito gobernando no se medirá por la cantidad de gente a la que haya perjudicado. Un demócrata nunca
va a reconocer que no existe una democracia en ningún lugar del planeta y apenas se va a justificar con el aura de santidad,
desinterés, y solidaridad con los desgraciados, con las que realmente muy pocos partidos han cumplido. Por último, jamás
un partido de izquierda hizo otra cosa que arruinar lo que funcionaba bien, o empeorar aún más una situación
heredada que estaba mal.
Básicamente hay multitudes dispuestas a sacrificar su futuro y el de sus
hijos, con tal de perjudicar a otras personas en el presente, entonces cualquier tipo de promesa estúpida es creída...
¡ y las derechas una y otra vez no lo entienden !
¿ Pueden haber personas buenas e idealistas de izquierda, o sea: progresistas,
populistas, socialdemócratas [U.C.R.], socialistas, y hasta comunistas ?:
Claro que sí... ¡ entre ellos !, hasta los caníbales son buenas personas entre ellos, pero,
tóquenle su dieta a un canibal, o su ideología a un izquierdista, y le va a saltar a la yugular. Todas las ideologías
[y las religiones lo son] están equivocadas o no serían ideologías sino ciencias, como el darwinismo y las leyes de
mercado [por cierto, muy emparentados].
El liberalismo es antes que nada un concepto general, es una filosofía de vida, incluso desde antes que Ayn Rand hiciera un formidable trabajo de hormiga al describir a la misma punto por punto en oposición a cada obtusa idea antiliberal, incluso a las ideas antiliberales que no saben que son antiliberales, denominando a esa nueva e invicta rama de la filosofía como "objetivismo".
Como el liberalismo es un concepto general, es un error pensar que únicamente es un pequeña secta de economistas trabajando para asesorar a las empresas más exitosas y poderosas. El liberalismo está en los cimientos del Estado, en los de la justicia, y finalmente en la economía [¿ el que todas las empresas más exitosas y poderosas sean asesoradas y, al menos en sus inicios, gerenciadas por liberales... no los hizo pensar por un minuto que todas se inclinaron libremente por esta opción simplemente porque es la mejor disponible ?].
La economía según Ludwig von Mises [una de las más brillantes mentes liberales] es simplemente la "acción humana en condiciones de escasez", y liberalismo implica cómo solucionar eso con libertad para producir, comprar, vender, intercambiar, o ahorrar, o sea: lo opuesto de quitarle por la fuerza al otro lo que uno desea o necesita, ya sea algo material, o su fuerza de trabajo.
Producir, comprar, y vender [ya lo deben saber], en la jerga liberal se denomina como "oferta y demanda" y es una actividad absolutamente democrática en donde "se vota con los piés", y cualquiera que no esté convencido de las bondades de algún producto, o de que se trate de un buen precio, puede caminar hasta el comercio vecino, e incluso hasta además de compradores que caminan de un comercio al otro, resulta que también hay vendedores ambulantes, obviamente minoritarios frente a los comercios establecidos en locales adaptados funcionalmente según su rubro.
Ahora bien, frente al "producir, comprar, y vender" en movimiento, el productor no puede ser ambulante: materias primas, máquinas, fuerza motriz, y mano de obra, deben confluir en un punto bajo un mismo techo y... aquí se manifiesta la falla del liberalismo, solucionable, pero falla al fin: Sólo en raras ocasiones un trabajador especial o altamente calificado puede votar con los piés y, si no le gusta un empleador, caminar hasta la fábrica siguiente, porque lo que le sucede a la inmensa mayoría de trabajadores es que no tienen opciones, y por lo tanto no son libres de elegir, excepto entre trabajar o quedar desempleados, entonces: ¿ por qué llamamos "liberalismo" a un sistema en donde la mayoría no es libre de elegir en dónde aportarle su fuerza de trabajo al mercado ?
Mi propuesta con la que se soluciona este problema en paralelo con la flexibilización laboral demandada por los capitalistas [por lo general en situaciones que como mínimo hay que calificar como "desubicadas"], con ventajas y garantías cruzadas para las dos partes, se llama "laborocentrismo", pero, el sistema legal que regula al trabajo y al comercio, curiosamente no depende sino indirectamente de los que trabajan y comercian, pues estos votan a representantes para que les ordenen la vida llenándolos de órdenes, o sea: me estoy refiriendo al Estado, los políticos, y las leyes, y a estos políticos no se los vota con los piés, sino que se les concede un mandato temporal durante el cual los votantes ceden una cantidad enorme de sus libertades y... ¿ por qué llamamos "democracia liberal" a un sistema al que se entra cediendo libertades ?
Como según el grado de civilización alcanzado por una sociedad, de cualquier manera con menor o mayor prepotencia violarán las libertades de las minorías, mi propuesta con la que se soluciona este problema es abandonar a la democracia de mayorías para pasar a una multidemocracia de minorías, porque de alguna forma todos pertenecemos funcionalmente a alguna minoría.
En una sociedad la mayoría absoluta le pertenece al grupo de los humanos, porque en una sociedad el 100% son humanos, y si los animales tienen derechos en realidad se debe a que a los humanos nos desagradan las personas inhumanas, y no porque los animales sean parte activa de la sociedad, ni como acompañantes terapéuticos, ni como lazarillos, rescatistas, mascotas, ni tampoco cuando utilizábamos a su fuerza antes de la revolución industrial [hubo tres de estas revoluciones, siempre en períodos de predominio liberal]. La segunda mayoría son los trabajadores: Todos menos los niños y los ancianos son trabajadores, pero, no todos trabajan en lo mismo y eso hace aparecer a minorías de trabajadores por rubro, y luego dentro de cada rubro hay sub-minorías de expertos, de creadores, de aprendices, y obviamente de mediocres con los que inevitablemente hay que convivir, pero, no veo por cuál razón válida los mediocres deberían tener voz y voto en las decisiones internas de su propio rubro, gremio, o asociación profesional [a no ser que les guste hacer las cosas mal], y entonces partiendo de esta certeza, se vuelve estúpido dejarlos elegir al gobierno nacional.
Pongamos por ejemplo a una minoría de trabajadores de "raza", o sea que no son trabajadores de escritorio, como por ejemplo a los gasistas o electricistas. Estos deben formular sus reglamentos de seguridad tanto laboral como para el servicio que le van a dar a terceros, porque sólo un inconsciente propondría que "cada uno haga libremente lo que se le antoje", entonces aquí podríamos ver funcionar a una minidemocracia... ¿ o voluntariamente el sector descartará a la democracia y, antes de permitirle opinar a alguien lo obligará a pasar por un examen, o a presentar un certificado o título que garantice el haber superado una serie de exámenes universitarios y maestrías ? bueno, pues obvio que va a ser así dentro de cualquiera de estas pequeñas minorías, pero... ¿ para algo más importante como gobernar el país dejamos que cualquiera vote y que cualquiera sea candidato ?, no hace falta ser un genio para darse cuenta de que esto es estúpido.
En una multidemocracia todos tienen el derecho y son libres de hacer oir su voz sobre los temas que saben, y ante la gente del rubro que más sabe y ha acumulado los méritos necesarios para dirigir al sector. Capacítense y serán escuchados en cierto nivel, vuélvanse expertos y serán recibidos en otro nivel. Esto es justo y beneficioso para todos dentro del sector... ¡ y fuera del sector ! porque una sociedad está mejor en donde sea imposible que un grupo de gasistas votado por la mayoría, le regale matrículas a cualquiera para ejercer la profesión. Simplemente va a ser más democrático el más elitista y tecnócrata reglamento interno posible, si el sector lo presenta ad-referendum de toda la sociedad. ¿ Quién se puede oponer a esto que nos da garantías a todos ?
Una multidemocracia en vez de 10 ministerios va a tener a 300 ministros democráticamente elegidos entre sus pares según sus reglamentos internos también votados democráticamente, ¿ y cuál es el problema entonces para dejar atrás a la vieja y fallida democracia indirecta partidista ? Si el sistema político actual tiene 300 diputados legislando sobre cantidades de temas sobre los que no sabe [contratando a 3.000 asesores] porque el 90% son abogados y el 10% restante son sindicalistas y... ¿ no es entonces mejor mandarlos a sus casas y quedarnos con los 300 expertos también legitimados por el voto, pero por otro camino bastante más sensato ?
FIN DEL PROLOGO: El liberalismo tiene fallas en sus instituciones democráticas y en una parte vital de los mercados, se pueden solucionar, pero, hay tres problemas: Primero, los antiliberales no quieren nada de liberalismo, y mucho menos uno que funcione bien, pues eso los alejaría para siempre del poder. Segundo: los liberales se han anquilosado y vuelto dogmáticos. Y tercero: "Nadie puede ser convencido de nada".
Este primer capítulo se titula "Nadie puede ser convencido de nada" y bien: yo creo que todo el planeta está equivocado y la democracia ya no sirve para el fin que fue inventada. Resulta que hay más gente creyendo en la democracia que en Dios, tal vez en el caso del cristianismo esto se deba a que ya había democracia 500 años antes de Cristo. Para el caso de los mercados, estos no fueron inventados sino que surgieron espontáneamente en el momento en que cualquier civilización comenzó a progresar, mucho antes de inventar la democracia, por lo tanto ambos proyectos de demolición intelectual van a tener mucha inercia opositora básicamente porque para darle coherencia a sus vidas en mayor o menor medida todos se mienten, y se ofenden muchísimo cuando se los descubre mintiendo, o negándose a aceptar que no se tiene la razón, y me refiero a una discusión cualquiera, cuando no se tienen argumentos válidos, porque lo que nos gusta no es necesariamente verdadero porque nos guste o porque lo mismo le guste a muchas personas, lo que viene a sustentar a la democracia: he paticipado y también he sido testigo de centenares de discusiones, y nunca le escuché decir a nadie: "tiene usted razón, me ha convencido, he estado equivocado".
La razón de la terquedad de la autocelebrada vida inteligente dominante en el planeta Tierra, parece recaer sobre cierta hormona llamada testosterona ["testosterona" es una palabra derivada de "testículo"], y sin embargo, las mujeres discuten tanto como los hombres pese a su
bajo caudal de testosterona en sangre. No se ha demostrado aún que la testosterona sea la responsable
de tantos malos perdedores y, salvo los casos en los que dos ignorantes discuten sin que ninguno tenga la
razón, por lo general en cada discusión hay alguien del lado de la verdad, enfrentándose
con alguien equivocado, o que sabiendo que está equivocado miente descaradamente y, su punto
débil e insalvable son: las contradicciones.
Excepto tal vez por los monjes franciscanos con un real voto de pobreza, todos los antiliberales son liberales en su vida privada y, ¿ puede diseñarse un sistema
político y económico en donde nuestros viejos odios ideológicos sean tan irrelevantes como lo es el antiliberalismo verbal de quienes en su vida privada se olvidan de todo lo que dicen, de modo de ya no tener que discutir ?
Victor Hugo dijo que "ningún ejército puede enfrentarse a la fuerza de una idea para la que ha llegado su momento", y esa idea que ya viene aplicándose en casi todo el mundo en forma intuitiva o improvisada [o sea sin ningún soporte teórico o
ideológico], es la de vivir en una democracia liberal con un sistema económico liberal
atemperado por algunas intervenciones del Estado, lo que para mí debería llamarse
"liberalismo selectivo", pero, por los motivos que expongo en este capítulo sobre a
inelasticidad mental de los pueblos y su tendencia a prejuzgar sin analizar, deberá llamarse
"economía compensada", de modo de tener pautado en cuáles áreas habrá que
inyectar algunas dosis de socialismo, y en cuáles períodos habrá que utilizar recursos
keynesianos como los de la obra pública [nunca recurrir a los consejos inflacionistas de Keynes como
sistema, pues eso es pan para hoy y hambre para mañana, o sea, permitir que un gobierno sólo
opere para el corto plazo y le deje "presentes griegos" sin resolver a su sucesor, quedando
injustamente en la memoria popular el causante de los problemas como el bueno de la película, y al que
le toque arreglar sus desatinos, como el malo].
Fallecida la U.R.S.S. en 1991, y descarrilado el tren neoliberal
de Reagan-Tatcher, sólo quedaron dos opciones: una derecha al estilo del partido democrata de U.S.A.
[Clinton, Obama], o una derecha amarga al estilo republicano [Reagan, Bush & Bush], ambas muy keynesianas.
Los triunfos de la centroizquierda post-Reagan calman el ansia de poder de
una izquierda muy relegada, pero, llamarla "tercera vía" no es apropiado por la cesión
en esos gobiernos de las áreas económicas a técnicos de derecha, lo que ha sido una
constante improvisada, oportunista, o intuitiva, que coincide en ser anti-liberal, pese a la demostración
contundente del fracaso soviético. Es por eso que hoy "anti" designa a todos los progresismos,
laborismos, socialismos, etc. que también son "anti" comunistas forzados porque no quieren
verse pegados a su fracaso económico [ni a sus crímenes, de los que algunos parece que no se
enteraron], y que tratan de mantener al paciente en coma esperado el milagro que lo despierte, o sea: la
llegada de alguna nueva idea que pueda hacer funcionar al estatismo que tanto aman, a la justicia social
que se come las jubilaciones de los trabajadores, a las casas que terminan en las manos de los banqueros, y a
la desocupación que crece sin tener a mano a nadie a quien culpar. Izquierdas militantes orgullosas,
no siempre identificadas con el trapo rojo, pero postradas por los mismos errores: quitarle libertad a los
mercados, tal vez con alguna excusa válida desde lo coyuntural, pero nunca desde lo sistémico.
En la vereda opuesta están los ex "neo" liberales que,
después del desastre de la década del noventa, no saben en dónde se equivocaron, y como
ya no son "neo" sino viejos, los podemos denominar como "pro" liberales: saben que su sistema
es el que funciona, pero igual lo hacen funcionar mal.
Por las contradicciones que no quisieron ver, el socialismo nació
condenado al fracaso, y ahora ya no se trata de discutir, sino de explicarles por qué sus gobiernos
tiránicos perdieron todo lo que sus combatientes ganaron por las armas, visto que no lo ganaron en las
urnas.
La amarga verdad es que aunque cambie de manos el poder en algún
país, el planeta gira para la derecha, y en donde Argentina [forzada por ser exportadora de commodities]
es una de las mayores defensoras del liberalismo, mientras que U.S.A. lo es del proteccionismo aunque en
nuestros respectivos discursos seamos exactamente al revés, o sea: contradictorios, o mentirosos, o
incluso ilusos idiotas, pero nunca lo vamos a reconocer, porque no es de machos el "dar el brazo a torcer",
y moriremos en la miseria sosteniendo a nuestras banderas que, más que banderas, son unos trapos
roñosos, puras mentiras que sólo se justifican porque del "otro lado" también
mienten.
Obtener el 51% de los votos necesarios para ganar una elección, no
convierte en verdades a algunas mentiras, o equivocaciones cometidas de buena fe, y en el medio los pocos que
dicen la verdad no llegan nunca a vencer sin apelación en sus discusiones, y aunque sé a priori
que nadie puede ser convencido de nada, si lee con atención se dará cuenta de lo inútil
que es prolongar una discusión, o hacerse el ofendido, cuando ya le han descubierto mintiendo... y
resulta que sobre política, todos mienten, y que los pocos que dicen la verdad no hablan de
políticas, sino sobre cuestiones técnicas que parecen dichas en otro idioma, y que las masas
obviamente subestiman porque, con o sin democracia, la masa nunca respeta al individuo, sino a una masa más grande.
[B] Objetivos compartidos: Resulta que los "pro" y los "anti" se odian, pero, están obligados a convivir juntos, y por eso hay un Estado y no dos. Si los argentinos prácticamente no podemos convivir juntos por una estupidez como las simpatías futbolísticas, eso nos explica lo fácil que le resultó al kirchnerismo dividir a la sociedad... mientras ellos se dedicaban a robarnos a todos sin distinción.
Y mientras nosotros nos dividimos... ¡ Europa, la madre de dos guerras mundiales, se une ! la explicación de esto que muchos no han entendido es consecuencia de haber subestimado la importancia del Estado como oponente de las empresas privadas, lo que tiene algo de romántico, de inocente, y mucho de paradójico: en un Estado bien administrado las empresas crecen, se fusionan, o absorben a las que fracasan, sin que haya un similar crecimiento del poder sindical [que disminuye], ni tampoco más democracia, y lo único novedoso fue que Estados bien organizados reconocieran haber llegado a un "techo" y para superarlo hayan creado la Unión Europea entre quienes se pasaron toda su historia guerreando y... ¡ lo hicieron imitando la expansión de las empresas !, o sea: en la era neoliberal de las superempresas, los políticos estatistas crearon un superestado, con bombos, platillos, fuegos artificiales, y mucho tuffo keynesiano, por lo que yo apuesto a que al comienzo les va a ir bien, y lentamente todo se les va a ir al demonio.
Hay un principio de la física llamado "entropía" que transplantado a la economía demuestra cómo dentro de un sistema cerrado, una falla en una parte del sistema merma la eficiencia de las otras partes, igualando hacia abajo. Haga la prueba de poner un vaso con agua fría pegado a uno con agua caliente, y verá como el vaso frío va a capturar calor a expensas del otro vaso, hasta llegar a un equilibrio. Con o sin la demostración de los vasos, los europeos descubrieron que a un país no le puede ir bien si a sus vecinos les va mal, y lo mismo le sucede a usted en Argentina: no le puede ir bien si a sus clientes les va mal, y si es empleado, no le puede ir bien si a su jefe le va mal [ódielo o envídielo si así de turbia es su personalidad, pero no niegue los hechos, idiota]. Comprendido esto, los alemanes vieron que Europa era un sistema, y aprovechando que la izquierda tuvo que tragarse su ideología y renunciar a su intención de tomar al poder en todos los países, prácticamente se autocoronaron como los reyes buenos de Europa. Mientras tanto en Argentina los descerebrados izquierdistas de la tercera encarnación del peronismo [su "madre patria" fascista] pensaron como siempre en seguir saqueando a la clase media, pero, la clase media es la columna vertebral de la Ciudad de Buenos Aires, y entonces comenzaron a aparecer protestas que les recordaron que una vez estos tipos se enojaron en serio he hicieron caer a un gobierno de la U.C.R. pese a ser un partido de clase media... y entonces empezaron el show de subsidios y emisión monetaria: pan [y gloria electoral] para hoy, y hambre para mañana.
La discusión que perdura es la del liberalismo vs. un estatismo no comunista [estatismo supranacional que terminó por espantar a los ingleses] con algo orientado a recuperar el Estado de Bienestar, un invento inglés originalmente llamado "Plan Beveridge", casi simultáneo a la exitosa economía social de mercado de Alemania [que ya había inventado mucho antes al Estado benefactor para frenar el avance comunista, fracasando y dejando la puerta abierta para el ascenso de Hitler].
La Unión Europea no terminó siendo una genial única solución que haría desaparecer a varios tipos de problemas dispersos, por el módico precio de ceder algo de independencia y hacer los ajustes sugeridos por las naciones poderosas, a priori vistas como "enemigas", a cambio de una ayuda económica y comercial muy ventajosa, que explica la docilidad de las naciones pobres incluso en medio de la más pesada de las crisis: simplemente porque no se puede estar a favor de la agricultura y al mismo tiempo en contra del riego, pero,
esto no va a ser fácil de digerir para las masas, con o sin ideología de izquierda residual, sobre todo cuando aumenta la desocupación, la inseguridad, los desalojos, etc., porque si nadie puede ser convencido de nada, inténtelo hacer con alguien enojado que, encima, tiene un muy buen argumento: si ya no hay izquierda, la culpa de todo la tiene la derecha [sin recapacitar en que hay derechas eficientes y derechas improvisadas e ineficientes].
¿ Y por casa cómo andamos ?: El Mercosur ha hecho poco y nada, el Parlasur está medio abortado, y la alianza estratégica de las naciones que no van a terminar nunca de arrepentirse de haber abrazado al socialismo del siglo XXI, empezando por la tiranía chavista, y siguiendo por el saqueo kirchnerista, han dado como resultado el que hoy tenemos los mismos problemas de siempre, por subdesarrollados, pero agravados, y no nos olvidemos de un país que por pequeño pasa desapercibido eclipsado por Venezuela: el fraude sandinista en Nicaragua,
donde una nación a la que le llovieron dólares donados por la ayuda internacional desde países de derecha, terminó estableciendo una dictadura comunista que desapareció a 8.000 opositores, y le sumó el genocidio de 5.000 indios miskitos que no entendieron bien eso de la colectivización de una tierra que siempre fue suya.
Así es que el objetivo compartido de unirse para ser más fuertes, o eficientes, o lo que sea, le está fallando a Europa, y peor le va a la alianza de los socialistas sudacas, pero, resulta que este es un libro con soluciones y, pese a que nadie puede ser convencido de nada, podemos replantearnos seriamente otros objetivos comunes a todos, entendiendo que "objetivos compartidos" implican gastos compartidos, auditorías cruzadas, y nada más.
- Nuevas mega obras públicas hídricas, gasoductos, oleoductos, líneas de alta tensión, e investigación de las viejas mega obras y los sobreprecios y sobornos.
- Si los economistas no pudieron hacer funcionar bien el Mercosur, tal vez los médicos hagan funcionar bien un Superministerio de salud continental, por ese problema de las epidemias que no respetan las fronteras. Recuerden: Prevenir no sólo es mejor que curar... ¡ es más barato !
- La salud implica más asuntos laterales a resolver con obras ya no internacionales sino interprovinciales o intermunicipales, como cloacas y viviendas, y que también exigen la investigación del pasado reciente, y en especial sobre las tan deterioradas por el desastre hecho durante años por el corporativismo peronista captor de las obras sociales.
- Otro objetivo común es la seguridad: narcotráfico, terrorismo islámico, incipiente terrorismo mapuche izquierdista.
- Y en general cada vez que los nostálgicos peronistas comploten para desgastar el poder de sus democráticos vencedores, bloqueando y frustrando soluciones que ellos denunciarán como hipotecar o entregar el país, o los izquierdistas multiprotesta encuentren otra cosa con la que cascarnos los huevos, siempre habrá que mirar si un país vecino tiene o teme tener un problema similar, y uno de esos problemas es el fraude electoral, por lo que si ya propuse crear un Superministerio de salud continental, lo mismo vale para crear un Superministerio de asuntos electorales, uno que por ejemplo envíe a un funcionario a que vaya y le toque el timbre a Nicolás Maduro para decirle: "Su mandato ha sido revocado por no haber convocado a elecciones en término"... obviamente acompañado por 2.000 gendarmes/marines de cada Estado americano.
[C] Objetivos confrontantes: El liberalismo ha estado equivocado todo el tiempo en los pronósticos sobre la mejora en el nivel de vida de las masas [lo que ellas, las masas o sus voceros, llamaron irónicamente "efecto derrame", tantas veces que lo irónico se gastó, e incluso la mayoría ya cree que el "E.F." es una teoría nacida y defendida por la derecha], porque aunque técnicamente tengan razón como las estadísticas lo certifican y, pese a que lo más visible sea el aumento de la brecha que separa a las clases altas de las bajas, resulta que en los libros contables no se incluye la dimensión psicológica del problema. En la cuestión psicológica fue un pionero, sin ser un genio, el Judas del liberalismo llamado Keynes, y los peores han sido los neoliberales, con una peculiaridad: ¿ quiénes han sido esos neoliberales ?... pues ninguno. Keynes reinó a continuación de las dos guerras mundiales que devastaron a Europa y que interrumpió el reinado de la economía ortodoxa o liberal clásica. Cuando la inflación keynesiana hartó a varios países [en especial U.S.A con Reagan e Inglaterra con Thatcher], volvieron las políticas liberales pero ya no las clásicas sino una fusión con algo de Keynes [ampliar la base monetaria emitiendo dinero al ritmo que crece el P.B.I.] que se denominó como "liberalismo neo-clásico" pero, cuándo no, la izquierda lo rebautizó como "neoliberalismo", como un siglo atrás Marx ya había bautizado al liberalismo como "capitalismo", porque es Karl Marx y no Adam Smith, el que tiene los derechos de autor sobre el capitalismo. Es por esta peculiaridad que desde la crisis petrolera de 1973 hasta la crisis de las subprimes del 2008 [en las que se socializaron las pérdidas de los bancos de U.S.A. y, sin dudas... "socialismo mata a liberalismo"] a ese período se lo denomina como "neoliberal", sin que se conozca a un sólo político o economista que se autodefina como neoliberal. O sea que tuvo más suerte Marx, porque hay muchos liberales que se autodenominan capitalistas, lo que no es mi caso: yo soy liberal y rechazo esa denominación que confunde o mezcla en una misma bolsa, por un lado a los liberales, y por otro lado pone a los empresarios, comerciantes, fabricantes, exportadores, importadores, banqueros, y agentes bursátiles, que por un 0,1% de ganancias se han cansado de traicionar al liberalismo pactando con el Estado para obtener proteccionismos, seguros de cambio, subsidios, tasas preferenciales, redescuentos, etc.
Como el liberalismo es contradictorio porque cobija a sus propios traidores, y además genera cada vez más colectivismo al "robotizar" a la fuerza laboral que se vuelve antiliberal como consecuencia predecible de vivir infelizmente dentro del sistema que aunque le mejora su nivel de vida [que por otra parte es lo único que el sistema había prometido], le refriega por la cara la grieta que los separa de los más exitosos, esa demanda insatisfecha genera la oferta que hacen los políticos capaces de prometer cualquier cosa, sobre todo: igualdad. La igualdad no sólo es inalcanzable, también es inmerecida, pero, como ya lo expuse: nadie puede ser convencido de nada, y peor con algo tan simple y autodemostrable como que una mayoría si lo quiere, le puede quitar todo lo que tiene a una minoría.
Por la desideologización, desmotivación, desmovilización, desinterés, apatía, y por la muerte o envejecimiento de los viejos fanáticos de antaño que movilizaban a las masas y que hoy ya no movilizan a nadie, excepto a tres gatos locos para cortar el tránsito en una esquina céntrica de Buenos Aires, creo que vivimos un momento histórico excepcional para comenzar a redefinir algunos conceptos erróneos que nos llevaron por mal camino, sin que nos incendien nuestros centros de estudio y divulgación... y obviamente sin que tengamos una guerra o cisma entre nosotros.
La tesis principal de este libro es que el liberalismo clásico considera al trabajo como un recurso [una mercadería que vende el trabajador], pero no es así, pues tiene una doble naturaleza ya que es un recurso, pero también es una necesidad [como se desarrolla minuciosamente en la tercera parte de este libro].
Esto tiene un lado institucional, pues si el ciudadano que concretó sus objetivos con la revolución francesa ya murió, y sin nuevas metas devino en un ciudadano inhibido, indolente, y desinformado [¿ si no saben ni que derechos tienen, cómo van a saber cuáles les faltan conquistar ?], por eso son nulos para aportarle algo a la democracia, y la solución es cerrar la república de ciudadanos apáticos y cambiarla por una de trabajadores, pues por sus metas siempre renovadas son más vitales [tienen "sangre en las venas" e incentivos económicos para aprender más], esto es más democrático y multitudinario, pues por ejemplo, los ciudadanos franceses cambiaron al mundo sin que las mujeres participen, mientras que hoy son la mitad de la fuerza laboral, sin contabilizar a las que sin un trabajo formal son "amas de casa" y, por lo tanto, también trabajan sin que la república de ciudadanos jamás se los haya reconocido para subsanar el que los mercados nunca les paguen voluntariamente a quienes trabajan gratis.
El ascenso de trabajador a "célula de la democracia", no será aceptado por los pro, pero no por maldad sino por el lógico miedo de darle poder a alguien que los odia, y por eso la confrontación sería inevitable, pero ya nunca a los tiros como la propuesta por la revolución anti para expropiar por las malas [robar, nacionalizar] los bienes de la derecha, que sin opciones frente a la posición Marxista-Leninista, provocó su defensa también "por las malas".
Luego la izquierda, solita y sin a quién cargarle las culpas, se encargó de demostrar que las empresas públicas, más las privadas por ellos nacionalizadas,
fueron un fracaso que ningún nuevo sistema debería repetir.
Es curioso que insistan con la confrontación pura inflexible,
y que aún no le encuentren una solución a esto:
hay servicios públicos que requiere la población [antis y pros mezclados], pero, las empresas
públicas fueron un desastre administradas por gobiernos anti o pro. Estas se hundieron por su déficit en manos anti,
luego fueron vaciadas cuando los pro las privatizaron, y por último, persistieron en ser un desastre cuando los anti
las renacionalizaron o las cedieron en concesión. Mi solución es
conservadora: lo que nace público no se privatiza nunca y permanece público [si funcionan mal, voten a otro
gobierno... idiotas], y de la misma forma lo que nace privado se conserva privado [si no les gustan sus servicios
o lo que venden, no se los compren... llorones].
[D] Método aglutinante: Para cumplir ambos tipos de objetivos [compartidos o confrontantes] hay que recurrir a algún método [aglutinante, conciliatorio, y no a uno irracional], porque hoy el mundo no se divide entre antis y pros sino según dos concepciones "a espaldas del pueblo" de lo que debe ser el trabajo: en el primer mundo se sube el salario real, y en el resto lo que sube es el salario nominal mientras se baja al salario real, método con el que abaratan su producción para que se la pueda consumir en el primer mundo al que le exportan [incluso Argentina que se creyó del primer mundo por su convertibilidad, automedicándose desocupación], para equivocarse y tratar de revivir otra vez más al modelo de la economía colonial.
Así resulta que, pese a lo que nos dijeron, no hubo nunca ninguna política económica anti-liberal sino "no-liberal pero accesoria", y lo que se aplicó con éxito a la produción y los salarios luego se aplicó al movimiento de capitales y el mercado financiero, lo que produjo un lento pero constante distanciamiento entre los que tenían mentalidad de imperio y subían escalones, mientras los que tenían mentalidad de colonia exportadora, tercamente los seguían bajando.
Los trabajadores triunfan, fracasan, y viven según las leyes de mercado a las que aceptan tácitamente con una resignación que "puentean" los empresarios que buscan leyes proteccionistas, subsidios del Estado, o contratos sobrefacturados.
Este es el gran factor aglutinante: Los trabajadores ya aceptan las leyes de mercado en los hechos, aunque ideológicamente sean "anti", y eso no es una contradicción pues aunque cueste asimilarlo tras tantos años de confusión, las leyes de mercado son una cosa y el capitalismo es otra cosa mejor explicada por Nash que por Smith.
Cada trabajador con su sueldo en el bolsillo es un pequeño capitalista consumidor que obedece las leyes de mercado que desconoce, y al mismo tiempo teme al liberalismo que se merece un aplauso por su maravillosa comunicación con las masas, donde un ejemplo nuevo es el Primer Contrato de Trabajo francés, y un ejemplo viejo es cuando les dice a los trabajadores que una empresa más grande va a venir a hacer quebrar a la empresa en donde trabajan para convertirlos en desocupados [e insisto: el trabajo es una nececidad al mismo tiempo que es un recurso].
Una necesidad básica es alimentarse, pero, como no se puede estar todo el tiempo llevando comida en los bolsillos, se usa un comodín conocido como "dinero", que según las circunstancias se canjeará por comida, bebida, o ropa [más salud, educación, y hasta una jubilación], por esto trabajar no es sino comprar dinero pagándolo con el único recurso del trabajador.
En un mercado laboral con trabajadores liberales [aunque no lo sepan] las consecuencias de comprender la doble naturaleza del trabajo son 21 leyes "anti-capitalistas" pero más liberales que, en paralelo, justifican un nuevo concepto de democracia al que defino como "multidemocracia", un sindicalismo más profesional y menos "de barricada" con presencia en el poder institucional reemplazando al ciudadano vegetativo, y ya nunca más como fuerza de choque de un partido, en una economía "compensada" y menos personalista con nuevas leyes "para" el mercado, que reequilibren las desigualdades entre individuos, empresas, o países, ¡ porque hay una demanda de igualdad y el mercado debe satisfacerla, o lo va a carcomer la entropía hasta sus cimientos !, y no por decisiones arbitrarias de los políticos en el poder que en vez de compensar generalmente pretenden redistribuir lo que no supieron producir.
La igualdad no se va a alcanzar nunca, no sólo es imposible, sino que también es contradictoriamente injusta e inmoral, sin embargo, no alcanza con la igualdad ante la ley, ni tampoco con la igualdad de oportunidades, ni con ponerles impuestos a las externalidades positivas mientras se les dan subsidios a los afectados por externalidades negativas. Un cantante de "rap" [un género musical muy limitado] salido de la capitalista Corea del Sur se hizo millonario gracias una sola canción distribuida en un video que se viralizó por todo el mundo, más que por la letra y la melodía, por el gracioso "baile del caballo" [por cierto, la letra es una crítica a la sociedad capitalista]. Al mismo tiempo todos los músicos con años de estudio y sacrificio para poder integrar la orquesta sinfónica de la comunista Corea del Norte viven en la miseria, pues bien... ¡ esto que parece tan injusto y que reclama a gritos expropiar y redistribuir la riqueza, no es injusto porque no son cosas conectadas !, el rapero ahora nuevo millonario, más millonario que los sujetos a los que criticaba en su canción, no les quitó ni un solo centavo a los músicos de conservatorio de todo el mundo, entonces "redistribuir" se descubre como lo que verdaderamente es: una palabra bonita y justiciera que encubre una realidad no tan bella como lo es el "robar", porque para redistribuir lo que sea, antes se le debe robar a uno o a varios lo que les pertenece y lo han obtenido sin perjudicar a nadie. En el norte argentino hay indios que viven descalzos mientras que usted tiene tres pares de zapatillas, pues bien, mañana agentes del gobierno entrarán en su casa para inspeccionar sus bienes y confiscarle los dos pares de zapatillas excedentes.
No hace falta redistribuir nada a dedo si se tienen objetivos compartidos y métodos aglutinates, por los que todos aporten a la sociedad en la medida de sus posibilidades [impuestos], y reciban en la medida de sus necesidades [protección, justicia, y defensa de sus libertades], con los encargados de hacerlo con las manos limpias, de modo de dejar a todos felices, antis y pros, sin convencer a nadie, y sin que nadie sea obligado a dar el brazo a torcer: para algunos Marx seguirá siendo un genio y el Che Guevara será un héroe en vez de un asesino, y para otros el héroe será Kennedy, y el genio Hayek [sí... muy interesantes sus visiones sobre la historia del siglo XX, pero, estamos en el siglo XXI y podemos hacer las cosas mejor trabajando en vez de peleando], por lo tanto redefinamos la función del trabajo dentro de un nuevo modelo de liberalismo pro-trabajo y ya no pro-finanzas, y descartemos la idea tonta de alcanzar algún tipo de progreso social con igualdad haciendo "la fácil", o sea: robando y redistribuyendo.
[E] Método conciliatorio: Los trabajadores "demandantes" pero sin una capacitación que les permitiera
evaluar ideologías, quedaron a merced del casi hegemónico peronismo y por decisión propia se
convirtieron en su "fuerza de choque" mal pagada, no reconocida, y hasta me parece que los usaron y después se burlaron de ellos en la cara, veamos si lo entienden:
los peronistas ya tuvieron dos vicepresidentes del partido radical [Quijano, Cobos], uno del partido conservador [Solano Lima] y uno del partido liberal UCEDE [Boudou], pero, ninguno sindicalista.
Así en la escalera "sindicato, partido, Estado", el sindicalismo teniendo la fuerza no ha subido porque no quiso, y ya es hora de revertirlo: sin usar a ningún partido como intermediario, si los sindicatos fuesen democratizados podrían sentar de pleno derecho a su dirigente máximo en el gabinete como Ministro Autónomo de Trabajo, "autónomo" porque ya no dependerá de ser elegido "a dedo" por el presidente, que tampoco podrá removerlo: ¿ Por qué no puede haber democracia para integrar el gabinete, incluso representando al poder económico ? pues así en vez de tener una "escalera" del poder se tendría a una "mesa redonda" con el Estado, los sindicatos, y los empresarios, gobernando [y no "reinando"] sin discutir eternamente, porque resulta que teniendo un sistema bien definido con una Constitución democrática [de las más liberales del mundo], vemos que el poder es corporativo... y llevarle democracia y aceptar la representatividad de esas corporaciones, no le va a hacer mal al sistema democrático que, releyendo la constitución, ella parece creer que las provincias son los grupos de poder que debe regular y armonizar, cuando sabemos bien que el poder no es territorial, sino económico.
Si la posición del Estado y las fuerzas sociales frente a las empresas es ilógica y por un lado reclama progreso y por el otro fuerza a cometer economicidios como los de estatizar empresas, la "estatización" de los sindicatos para convertirlos en organismos oficiales en Argentina, donde históricamente han sido una parte no reglamentada del poder político de varios gobiernos [tanto en el poder como desde la oposición] parece contradictorio pero nos aporta orden, transparencia, y democracia, algo que la sociedad siempre demanda aunque no se lo tenga muy presente.
La opinión pública ve a los sindicatos como pandillas, cuando deberían ser profesionales experimentados defendiendo los derechos de los trabajadores "más" la economía de su sector "hombro a hombro" con los empresarios [pues si quiebran las empresas lo sufrirán ambos], dejando de luchar para repartir lo poco que produce un sistema mal administrado por gobiernos que nos hacen perder tiempo y dinero a todos.
Deja de ser importante el voto obligatorio si se permite elegir al ministro autónomo de trabajo, o hasta al "ministro" de cada profesión [y hasta los temporalmente sin empleo tienen una profesión], transformándolo en una "conquista" profesionalizando la educación secundaria, para que con sólo egresar ya se sea admitido en un sindicato: Sarmiento propuso "educar al soberano", pero, en el proceso de educarlo de alguna forma hicimos que no aprendiera a trabajar, ni a saber defender sus derechos de trabajador, pasando a depender de otros para hacerlo.
El progreso siempre es bueno, el orden siempre es necesario, la democracia siempre puede ampliarse, los ascensos en el nivel de vida siempre habrán que pagarlos ["conquistarlos" es propaganda "anti"], y como en la vital comprensión de los fenómenos políticos y económicos las teorías nuevas siempre serán odiadas, en la tercera parte de esta obra partiendo de ideales viejos como los del Liberalismo, Keynesianismo, y Marxismo, fundamento 21 críticas al neoliberalismo y su curiosa captura de banderas keynesianas y socialistas, forzosamente incluyendo una crítica a la fe en la alquimia keynesiana [es una martingala apostando con dineros públicos], y por último al árbol caído que fue el sueño socialista [o pesadilla para algunos, entre los que me incluyo].
El resultado no será modificar su visión de la realidad, porque nadie va a cambiar su ideología pues nadie puede ser convencido de nada, aunque tal vez sin dejar de ser peronistas, socialistas, etc., se valore el ascenso de los sindicatos a otro nivel con más poder y responsabilidad, o profesionalismo "pro", pues se puede seguir siendo "anti" incluso dentro de una profesión liberal y habiendo votado para dirigir su sindicato a un gerente "estrella" que le fue robado a Coca-Cola, con el simple recurso de pagarle un suculento sueldo más alto del que le pagaban los norteamericanos. Imaginemos a un sindicato de la construcción total: albañiles, ingenieros, electricistas, gasistas, decoradores, diseñadores, etc., decididos a trabajar en algo que los llene de orgullo y de dinero... ¿ por qué habrían de elegir como líder del sector a un anti liberal experto en hacer huelgas, protestas, y en arriar gente para las movilizaciones que autocelebran a los gobernantes de su partido [o sea: a un experto en no trabajar] ?, yo les recomendaría que se busquen a un gerente administrador de empresas japonés [políticamente neutral y ajeno a cualquier pelea argentina], y que mi sindicato sea el que promueva mi currículum certificado de antecedentes laborales ante cualquier oferta laboral, para que yo no tenga que salir a buscar trabajo, sino que las ofertas me lleguen para que yo elija la que más me convenga, porque sólo si yo soy el que elijo va a subir el salario. Mi sindicato debe ser mi agencia de empleo, mi representante en busca de mejores alternativas, y no [con suerte] una mutual a la que recurrir cuando me lesiono o enfermo, o sea: mi fuerza, talento, inteligencia, experiencia, y capacidad, son mi capital, y mi sindicato no va a ser el accesorio de un partido político fascista, sino la empresa de la que voy a ser accionista y, al gerente que yo vote o contrate en Japón [en serio], lo hago sentar entre los ministros en cada reunión de gabinete presidencial, porque es absurdo que se tomen decisiones y definan políticas sin conocer la opinión de todos los que construyen el país, más la de los que se ocupan de cuidar nuestra salud, o nos capacitan y educan, o nos protegen, etc. [cambiando al reducido gabinete por una enorme mesa redonda multidemocrática].
[F] Método irracional: Todo el que no piense exactamente igual que usted es su enemigo. Su ideología fanática y fóbica hacia todo cuestionamiento devino en una "ideologiopatía" agresiva. Como no piensan como usted, el Papa, Hitler, Reagan, Einstein, Favaloro, y yo, somos todos iguales, y para cumplir sus objetivos su método es apartarnos del poder y de la posibilidad de expresar nuestras ideas y diferencias de matices. Su filosofía de vida puede expresarse como "su ideologiopatía o nada", lo que con pequeñas variantes ya conocemos de sobra ["Perón o muerte", "Liberación o muerte", etc.].
Siempre funcionará el método que usa como herramienta a la muerte propia,
inventado por los japoneses pero hoy usado por los musulmanes que pretenden cambiar a quienes no aceptan la palabra de Dios
como a ellos se les antoja interpretarla, pues por donde quiera sobra la materia prima [por ejemplo, por año se
suicidan más argentinos que "hombres-bomba" de todo el Islam]. Pero claro, usted no es un suicida sino que
símplemente, como si no tuviese consecuencias, vota de manera suicida a políticos militantes del "Perón o
muerte" y "socialismo o muerte"... o sea: a los sobrevivientes de los que se sacaron las ganas de morise en los setenta [gracias a otros más pesados que les sacaron las ganas de matar, borrándolos del mapa durante la dictadura].
¿ Y qué va a hacer alguien irracional frente a una nueva idea ?, bien, sea lo que sea lo va a hacer automáticamente sin pensar, y puedo arriesgar las siguientes opciones:
- Negación: Convertir a organizaciones corporativas fascistas como los sindicatos en empresas cooperativas es imposible. Ya bastantes empresas y empresarios tiene el país, y por su culpa estamos tan mal.
- Teorías conspirativas: Si a los trabajadores de la construcción los va a dirigir un japonés, y a los de la salud un gerente ex-Coca Cola, lo que quieren es extranjerizar el país, vender "la patria", y convertirnos en una colonia.
- Gatopardismo: A muchos se les va a explicar esto durante una hora, y en diez segundos van a contestar algo como: ¿ Yo tengo que ir a trabajar al mismo lugar, durante el mismo tiempo, y por el mismo salario ?, o sea que esto va a ser lo mismo que antes pero con otro nombre, entonces... ¿ por que cambiar: para que usted seguramente se llene de dinero, y yo siga igual que siempre ?
- Neofobia / Miedo al cambio: Son los conservadores de status actual, incluso aunque estén mal, quienes tendrán respuestas de este tono: ¿ Ustedes lo quieren cambiar todo ?... a mí no me vengan a joder.
[G] Chivo expiatorio: El egoísmo, que aunque lo reivindiquen no es un patrimonio liberal, de varias formas es la raíz del fanatismo y el chauvinismo. Incluso el ego de los niños no acepta sus errores, ni reconoce sus culpas, y menos tolera las derrotas. Esto explica cómo algunos siguen votando a un mismo partido aunque siempre haga desastres sólo por lo fácil que es encontrar un "chivo expiatorio" que es un brillante invento de los primitivos judíos [o de alguno de los pueblos con los que tuvieron contacto mientras vagaban antes de establecerse en esa franjita de territorio que terminó siendo la más disputada del mundo y que, la verdad, es un territorio de mierda]. Pues bien este invento, tal vez el primero de una larga serie de inventos judíos [que por algo se llevan todos los premios Nobel] funciona así: Usted comete una serie de pecados por año que irá anotando y, hacia fin de año, se compra un chivo, le ata todos sus pecados en el lomo, y de una patada lo abandona en el desierto para que se lleve sus pecados [yo no sé cómo se puede odiar a esta gente tan graciosa].
Menos gracioso es que después de los desastres peronistas y radicales de las presidencias Alfonsín, Menem, Menem, y De la Rúa, el ego peronista y radical simplifique las cosas usando a Alfonsín, Menem, y De la Rúa como chivos expiatorios [o a algunos "poderosos" conspirando desde las sombras], permitiéndoles a esos viejos partidos resucitar constantemente, incluso con algo insólito como resucitar los "setentas" [que no fueron una era dorada, sino un desastre] a inicios del siglo XXI, para así ya arruinarlo de entrada.
Sería bueno partir la historia política en un antes y después de los cacerolazos del 19 y 20 de diciembre del año 2001, pues además del descrédito que casi barrió del mapa electoral al radicalismo, el peronismo abandonó su verticalismo y concurrió dividido a unas elecciones presidenciales para poder así quitarse de encima a Menem. Como consecuencia de esto se pudo ser peronista o radical hasta el 2001 para a partir de allí guardar a esos partidos en los libros de historia y pasar a otra etapa institucional no pendular y más democrática [Esto último resultó ser un gran acierto: escribí este libro en el año 1999 y lo actualizo cada tres o cuatro años, y en el 2015 llegó a la presidencia un partido nuevo como lo predije]. Si el cristianismo salió de adentro del judaísmo, ¿ por qué pese a las ataduras psicológicas por la lealtad, no podría salir de adentro del peronismo una abominación como el kirchnerismo y, a la larga, otros peronistas aliarse con radicales y liberales para fundar el "PRO" y superarlo en su punto más fuerte: las elecciones presidenciales ?, porque si fracasa la transversalidad comprando dirigentes radicales como hizo Néstor Kirchner [radicales "K"], años después, y amnesia mediante [casi una amnistía], se van a ver a muchos gobernadores peronistas-viejos, peronistas-kirchneristas, o radicales "K", votando las leyes del PRO... ¿ por qué: ?: pues porque es un hecho ya no hay radicalismo, ni peronismo, ni kirchnerismo, ni socialismo, ni comunismo, con los que ser fieles ni cómplices... y saltan a la vista los objetivos compartidos incumplidos [sí, los dirigentes del peronismo intentarán ignorar esto con otro candidato, y los programas periodísticos políticos les seguirán dando chapa de dirigentes a quienes no dirigen nada más que pequeños grupos de activistas].
"Pendular" por motivos obvios, la partidocracia se ríe de la democracia y vive un tiempo extra injustificable, usa al voto como un engañoso espejismo de ella, y después gobierna corporativamente, con clientelismo impuesto a los que pasan hambre, más los clientes sin la libertad para vencer la presión psicológica familiar del que vota mal, porque el padre votaba mal, y el abuelo votaba mal, aunque el nono por lo menos tenía una excusa: él una vez la vió a Evita... y ella le regaló una bicicleta.
[H] Cuando sus defensas fallan: Adoctrinamientos, dogmas y prejuicios conforman su personalidad, formas de la ignorancia civil, también son la coraza de un sistema económico y político que han llevado a Argentina a avergonzarse de su presente.
China y Vietnam, dos naciones probadamente comunistas y antiamericanas, cambiaron y ahora son capitalistas, pero no cambiaron mucho: siguen siendo chinos y vietnamitas, algo que no funcionaría con un peronista, o radical, o socialista, y no es motivo de orgullo que consideremos secundario el ser argentinos.
El orgullo, vanidad, etc., como distintivos de nuestra personalidad [dicho por los no argentinos], devienen de un ego sobredimensionado y por lo tanto inflexible para todo, y no solo para la discusión política, y en tanto una discusión implique vencedores y derrotados ésta será totalmente inútil pues, nunca nadie podrá convencer a nadie de nada.
Esto quedó en claro por el peronismo que fue keynesiano, socialista, neoliberal, y otra vez keynesiano, y si no lo entiende que le sirva este ejemplo: declaran el default y aplauden a su presidente, luego le pagan al F.M.I. y aplauden a su presidente.
Es más fácil imponer que convencer, pues la gente se resiste a ser convencida para no ver derrotado a su ego, pero, se resigna a que se le impongan cosas, cuando debería ser al revés: Ennoblece a una persona el reconocer sus errores, lo que nunca va a ocurrir si partimos de una base de ignorancia a la que todo le da lo mismo pues eso inhibe la capacidad de ver contradicciones, ésas que le permiten a la oposición hacer una ataque fácil pero que poco después la opinión pública olvidará.
Toda contradicción debe evitarse o resolverse con o sin la presión opositora, y se debería tomar conciencia de que ser contradictorio no es una virtud en nadie. La televisión nos muestra a nuestros políticos contradiciéndose porque le causa placer burlarse de la falta de inteligencia, coherencia, o hasta de dignidad de los poderosos, pero, para el partidario del político autodesenmascarado por sus torpezas, realmente "gol en contra no vale", y no registra ni a las más groseras, en un ejercicio fabuloso de memoria selectiva.
La década del noventa demostró que no se puede ser neoliberal sin la convicción mínima que se consigue sola cuando la libre empresa y la competencia son parte de la cultura popular y no capítulos de los libros de economía que no entienden ni los "pro" que evaden impuestos y hacen lobby por proteccionismo y subsidios, todas conductas incompatibles con el liberalismo.
La desconexión con la realidad se llama "disonancia cognitiva" y
debemos conocerla:
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- La gente se inventa lo que necesita creer para justificar las cosas que hizo, y lo hace con tanta
fuerza, en especial los más jóvenes y niños, que es difícil verlos a la cara y detectar que mienten, o al
revés, convencerlos con evidencias palpables de que uno dice la verdad y ellos son los que están equivocados.
- Un hombre puede frente al espejo verse jóven y fuerte, e incluso hay
mujeres jóvenes que ven atractivos a hombres que las doblan en edad y estando enamoradas los ven más jóvenes de
lo que percibe el resto de la gente [o sea: a un hombre mayor con una sanguijuela prendida de él], pues bien, este
"desajuste" entre lo que se
ve y la realidad se denomina disonancia cognitiva, y no sólo sucede con lo que se ve, también con lo que se escucha,
y hasta con el pasado, de modo que algunas mentes ven lo que quieren ver, oyen lo que quieren oir, y recuerdan lo que quieren
recordar, algunas veces con versiones endulzadas del pasado, y otras con versiones terroríficas.
- El concepto de disonancia cognitiva aunque se aplica a casi todo,
tiene un predominio en las situaciones de resignación, esto dista mucho de ser optimismo, un ejemplo clásico es de los
partidos populistas que llegan al poder prometiendo cosas incumplibles y, a meses de tomar las riendas del gobiero, y contra todo lo
aprendido en la historia de la civilización, se pone a emitir papel moneda sin respaldo para pagar favores a un
ritmo frenético, lo que se sabe que funciona en el corto plazo pero que en el largo plazo tiene consecuencias nefastas sobre
la economía, la producción, y el empleo, ¿ y qué estupidez dicen a modo de excusa ?, pues
esto: ¡ la crisis [creada por ellos] es heredada, y hubiese sido peor de estar en el poder el gobierno
anterior !... ¡ y lo repiten durante cuatro y hasta ocho años y sus adherentes si no ven la mentira es
porque no quieren !
- Cabe destacar que ningún animal en este planeta tiene disonancia
cognitiva, sino sólo los humanos que:
[1] Como la autoestima no acepta los errores cometidos, los niega o responsabiliza a otros,
luego, frente a los hechos irreversibles, la mente elige subjetivamente sus elementos positivos que coinciden con sus deseos [por
ejemplo: me robaron, pero estoy vivo, y la culpa es de la policía].
[2] Se desechan las evidencias negativas [por ejemplo:
haber hecho ostentación de riqueza].
[3] Autocomplacencia si no alcanza el ideal deseado [por ejemplo: me robaron el auto,
pero me conviene más cobrar el seguro].
[4] El nivel alcanzado pasa a ser el nuevo ideal, luego, se ha tenido éxito
en donde la realidad es que se ha fracasado [desde que no tengo el auto, ahorro un montón de dinero].
[5] Si los fundamentos que validaban los deseos que no se alcanzaron a cumplir están en contradicción con el nuevo ideal,
pues se los desacredita o adjudica a imposiciones o coaxión externa [por ejemplo, como hacen las feministas que fracasaron en
conseguir un marido y tener una familia, y argumentan que la familia tradicional es una "construcción social", y para
no estar solas el resto de sus vidas se buscan a otra mujer igual de indeseable... ¡ y esperan ser aplaudidas por ser
"valientes" !... valiente hubiese sido el hombre que las soporte].
- Cambiar: Algunos no cambian nunca, se niegan a aceptar errores propios, o la credulidad
que permitió engañarlos tan fácilmente. Si los elementos para encontrar la coherencia, o sea, si funcionan las
excusas [entre ellas la más estúpida es la igualdad: si alguien tiene el poder y la impunidad para hacer lo que se
le da la gana, ya no hay igualdad, sino un lento y progresivo despojo de bienes y derechos], el engaño propinado y el
autoengaño cómplice pueden durar por años, por ejemplo, otro nefasto aliado del
kirchnerismo es la dictadura chavista en Venezuela, que recurre a la misma excusa que los cubanos: ellos hacen elecciones...
¿ y ? Hitler también ganó elecciones, y las mayorías cometen genocidios [Alemania, Rusia,
China, Turquía, Cuba, Nicaragua [sandinistas sobre los indios Miskitos], Argentina [peronistas sobre los indios
pilagás], Ruanda [Hutus sobre los Tutsis]... ¿ hace falta aclarar que "democracia" implica respetar a
las minorías y no exterminarlas, ni la novedad kirchnerista de quebrarlas económicamente impidiéndoles
trabajar ?
- El izquierdista Bergoglio, alias Francisco 1°,
propuso apuntalar la disonancia cognitiva con una nueva incongruencia que parece sacada de un libro de Orwell, donde los eslogans
políticos eran del tipo: "la guerra es la paz" y "la esclavitud es la libertad", a lo que vale sumarle el papal:
"amar la pobreza como a una madre", pero, por más
creativos y encumbrados que sean los embaucadores, tarde o temprano algunos pocos después de la negación, ira, negociar
una excusa por la mitad para no quedar tan psicológicamente heridos, y si consiguen superar la depresión por la
caída de un ideal, un sueño, o una esperanza, pues arriban a la aceptación: un largo camino interior porque
por lo general, lamentablemente nadie puede ser convencido de nada, si todo lo que se les dice les entra por un oído y les
sale por el otro voluntariamente
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El liberalismo no fomenta el egoísmo, sino que lo toma como a una constante a la que no discute. Suponer que los "anti" no tienen dirigentes, punteros, y allegados egoístas, es estúpido.
Creer que con un opositor no se pueden tener nunca objetivos compartidos sino contrapuestos, es ser fascista aunque "maniqueísta" sería el adjetivo correcto, aunque ya nadie lo usa. Yo prefiero "bloquista" que tampoco se va a entender pero es más descriptivo pues usted junta sus ideas en bloques, "su bloque" opuesto al "otro bloque" y no hay ni bloques modificados, ni ampliados, ni mixtos, ni tercer tipo de bloques, ni nada: sólo blanco o negro.
Nuestro egoísmo es natural: Viendo a los niños notarán lo excepcionalmente raros que son los que comparten sus juguetes, golosinas, etc., y de adultos no somos menos egoístas, sino menos estúpidos, pues viviendo en sociedad es beneficioso dar cuando nos sobra para recibir cuando no se tiene, regla que no rompen las malas personas, sino las malas políticas que nos ponen a todos del lado de los que no tienen, por eso generalmente pedir prestado y no devolverlo responde a razones ajenas al endeudado.
Una sociedad que tiene un mejor nivel de vida es menos egoísta, mientras que otra que debe vivir al límite es forzosamente más incumplidora y menos solidaria, independientemente de que voten a un presidente de derecha o de izquierda. Sucesivas malas políticas no solo bajaron al país de entre los mejores lugares del mundo para vivir, sino que nos forzaron a convertirnos en unos de los peores pueblos con los que convivir: consultados sobre con quiénes preferiríamos tener una sociedad, entre españoles, suizos y norteamericanos, nosotros votamos a nuestros compatriotas en último lugar, y es imposible construir comercios e industrias si la mutua desconfianza no le permite asociarse a las personas.
El egoísmo está más cerca de la autoestima que de la ambición, y todavía más lejos de la avaricia. El fin de lucro del que permanentemente quiere más, nos pone frente a una persona que puede llegar a ser detestable, pero, el liberalismo nos explica que eso no importa, porque el efecto de muchas personas haciendo eso inevitablemente las enfrenta y de esa competencia sale beneficiado todo el resto de la sociedad. Esta es la teoría de Adam Smith, tal vez la teoría más arriesgada de la historia... y tuvo razón, y punto: por ejemplo en las cárceles hay mucha gente mala y la maldad reinante le haría suponer a cada convicto que si no controla su maldad, ésta sería duramente resistida y opuesta con sadismo por la maldad de otros, forzándolo de ese modo a portarse bien, buscar un "perfil bajo", hacerse el simpático, etc.
Pero, lo del egoísmo de los mercados no funciona con los malos en la cárcel, pues se matan entre ellos sin beneficiar a la reinserción social de nadie, pero, ¡ sí funciona con las bacterias como irónicamente lo probaron científicos rusos !, pues tal como los animales tienen depredadores naturales, lo mismo ocurre entre las bacterias, ¿ y a dónde fueron los médicos comunistas a buscar a los "bacteriófagos" enemigos de las bacterias que ellos deseaban eliminar para curar a sus pacientes evitando comprar los remedios de las farmacéuticas multinacionales ?: ¡ a las cloacas y pantanos, lógicos lugares en donde reinaban las bacterias !, y así se puede afirmar smithsonianamente que "demasiada inmundicia, al final curó o inmunizó a la gente comunista".
El problema en nosotros es que llevamos la competencia a donde no se debe. El argentino rechaza a las sociedades, o las adopta con el fin de beneficiarse a costa de algún socio y no para trabajar y ganar juntos. Deberíamos encargarle a los docentes el estudiar esto y cambiar la mentalidad de la próxima generación que se beneficiará espiritualmente si vive sin conflictos, sin temer recibir una puñalada por la espalda de alguno de sus socios, y sobre todo porque los negocios florecerán si los "desjudicializamos" pues hoy casi todo termina en un pleito legal, y porque mientras las empresas gasten más en sus planteles de abogados que en sus investigadores, no habrá otra cosa para nuestro futuro que más de lo mismo.
Usted ve a diario cómo la mancha se sigue expandiendo atravesando todas las capas sociales. La "viveza criolla" son minidelitos crónicos: el pez grande se come al pez chico, y el pez chico no duda en atacar a traición a otros peces chicos. Ya no se trata de recuperar la caridad cristiana, ni una nunca existente solidaridad de clase trabajadora, sino de dejar vivir al prójimo sin tenerlo cada minuto bajo la amenaza de ser robado o estafado.
Moralmente infectados estamos siempre más cerca del delito que de la virtud, por eso vemos en un acto sin segundas intenciones como es el de comerciar, a un complot para despojar a alguien de su dinero. Si nuestro objetivo supremo es el dinero, y para ello el fin justifica los medios, cuando alguien lo obtiene siempre presuponemos que utilizó medios ilícitos [¡ y por Dios, comerciar nunca puede ser ilícito, pues se intercambia libremente dinero por otras cosas como bienes o servicios, a diferencia del robo o la estafa en donde el dinero cambia de manos por nada !].
En consecuencia, desde nuestra inmoralidad vemos inmoral al que no lo es, y nuestras críticas a la libertad económica pintan más nuestras perverciones que las verdaderas fallas de un sistema imperfecto [por su tendencia a aumentar "la brecha"] pero demostradamente pujante y abierto para el ascenso social.
[I] Pensamientos únicos: No sólo en economía sino en otras tres áreas hay pensamientos únicos, por ejemplo, el segundo pensamiento único es el de la política, para la que "democracia es votar un presidente y punto" [o hace rato que se hubieran terminado el clientelismo y el sabanismo], el tercer pensamiento único es el que reina en la administración de gobierno en lo que llamamos "burocracia" [reflexione y verá que no hay ni un mínimo de dos tipos de burocracias para que el pueblo pueda votar por una o la otra], y por último la cuarta es la gente que sólo piensa en ella y cómo beneficiarse delinquiendo o parasitando, pero que no llega a profundizar cuánto le confabulan en su contra los pensamientos únicos de los políticos, de los burócratas, y de los otros sociópatas como ellos. O sea: En un entorno de ladrones, sólo se puede pensar en robar... y sólo un demente sería capaz de proponer en público algo como "dejemos de robar por dos años", pero, si nos movemos a otro entorno más favorable, trabajar, producir, comerciar, brindar algún servicio, etc., genera más dinero, sus ingresos se logran de forma regular en vez de esporádica como con el robo, y ya no se arriesga ni la libertad e incluso la vida. Esto implica que para acabar con el delito hay que comenzar desde arriba, pero no desde arriba cambiando a algunas personas por monaguillos, sino cambiando al sistema como ya lo he propuesto, por una democracia extrema o "multidemocracia".
Al final, y aunque mal usado "dogmáticamente" sea peligroso, el pensamiento único liberal resulta ser un aliado, entendiendo que no hay una voluntad dañina sino un dogmatismo
estupidizante, por ejemplo, tener un 20% de desocupados es terrible, pero esa única forma de ver el 20% ciega lo obvio: ¡ hay un 80% de ocupados con miedo a que sus recetas económicas fracasen y termine con ellos indefensos y desocupados !
¿ Así como el liberalismo argumenta que muchos ambiciosos egoístas benefician a la sociedad, muchos políticos inescrupulosos beneficiarían a la democracia "por el absurdo" ?
Rechazamos a la U.S.A. "pro" de los noventas, y vemos como salida ser la U.S.A. "keynesiana" de los cincuentas, sin imaginar un cambio de sistema, pues con tanto tiempo en él sólo concebimos como revolucionario el cometer un delito robándole, no al F.M.I. que recupera sus préstamos sin quitas, sino a los pequeños inversores y fondos de pensión que confiaron en nosotros [ya olvidado, U.S.A. e Inglaterra hicieron lo mismo con otro nombre y cifras mayores, cuando abandonaron el "patrón oro" y dejaron a medio mundo forrado de papeles devaluados].
Cuando Bush le "robó" una elección a los demócratas, al
revés que en Argentina que hubiera ido a una guerra, estos claudicaron rápida y dócilmente.
¿ Esta es la "globalización": una nación con más de 200 años de democracia
copiando los fraudes electorales sudamericanos, mientras nosotros les copiamos a ellos sus defaults y estafas
económicas ?
Primero tome el poder, luego estafe, cometa fraude, llene de dinero a sus allegados,
infunda miedo en los medios de comunicación.
Ese es el pensamiento único global de los políticos... y nunca nadie paga nada.
[J] Forjando personalidades: Usted sirve a la sociedad aunque esté lleno de añejos odios políticos y envidias sociales. Su moral privada [progresistas incluidos] cree justificarse como defensa en contra de la inmoralidad general a la que en realidad usted aporta, y ningún libro lo va a cambiar pero sí concientizar, pues no alcanza con ser "vivo" para apenas subsistir en un nivel estresante, pues todos contra todos siempre perderá más veces de las que le toque ganar, pero, ¿ si deja a su ego de lado para comprometerse y estudiar hasta entender a la política económica y las complejas formas de manipular a la opinión pública y a la inflación del siglo XXI, de qué le servirá si el resto no lo hace y sigue creyéndoles a los políticos y en consecuencia votan mal, mientras la brecha con las otras naciones sigue creciendo ?
La otra opción es rendirse y seguir creyendo lo que siempre le gustó creer "atado con alambre", pues así por lo menos su ego disfrutará de su invicto, pero este libro [o el que usted prefiera], intentará demostrar lo que de alguna forma usted, hombre promedio, o intuye o sabe pero no asume, y la palabra escrita no puede tener "tacto" ni contemplaciones personales.
Tomar conciencia es crecer, y aunque sea indignante el que lo hagan tomar a uno conciencia de prepo, si el resultado es pasar de un mundo supuestamente ideal en el que por más bien que usted se porte constantemente lo traicionan, hacia el que le guste o no le guste es el mundo real, entonces usted se habrá fortalecido, se habrá forjado su espíritu, y no es raro que le robemos el verbo "forjar" a la industria metalúrgica para referirnos al carácter o la personalidad de la gente, y que en este país recaiga en los libros, escritores, y educadores, la responsabilidad de moldear algo duro como el hierro con sólo papel y tinta, fracasando obviamente por un complot de varias generaciones de malos escritores más cientos de miles de desertores que ni leen ni tampoco les creen a los docentes, por ciento abandonados en su tarea por los primeros educadores que son los padres [y no sólo es culpa de los políticos el que la educación argentina no se haya adaptado a los cambios que el mundo moderno nos plantea desde la primaria hasta la universidad].
Pero, aunque usted y miles hagan el esfuerzo para que sus hijos tengan una educación privada, o trabajando duramente crean que ayudan a que el Estado se encargue de educar a sus hijos, de ambas formas se autoengañan: en una recopilación de Leyes de Murphy [un libro de humor] encontré la única solución en el consejo para pintores de Pirsig: "Para hacer un cuadro perfecto, primero hágase a usted mismo perfecto, y luego pinte con naturalidad", porque del cambio en los hábitos de lectura de miles como usted dependerá que los diarios incluyan menos chismes del espectáculo, medicinas alternativas, u horóscopos, para incluir más análisis político "vinculante" y no abstracto, superando a lo que hoy se considera como "política" y que no son otra cosa que las riñas dentro del poder. ¿ Si usted no es un lector constante y crítico, por qué habría de serlo su hijo, al que por otra parte, jamás pudo convercerlo de nada y que encima, ahora que corrieron la edad, ya puede votar ?
En síntesis, en lo político el mundo no sabe para dónde va [en lo económico sí: se va hacia otra crisis]. Europa se une y después Inglaterra se separa. U.S.A. no sólo tuvo un presidente socialista que hablaba como un predicador [que además era negro], ¡ después de hacer eso, va y lo reemplaza por un millonario, capitalista, rubio, que cada vez que habla dice su verdad, y ésta suele ser una brutalidad descarnada que desconcierta e incluso espanta y aleja a sus propios seguidores !
Pues bien, en este entorno yo propongo quitarles los sindicatos a las izquierdas, al mismo tiempo propongo quitarles a los capitalistas su supremacía sobre los trabajadores, propongo llevarles la democracia a estos para entonces ponerlos en un sitial de privilegio dentro de la democracia y, una vez reorganizados, abrazar al liberalismo puro y duro [y no al cóctel explosivo que llamaron "neoliberalismo" que hizo agua justamente sobre la variable laboral causando desocupación y luego recesión] porque sólo el liberalismo clásico dentro del entorno político más igualitario que propongo, va a ser el que nos va a permitir vender carnes en U.S.A., autos en Japón, y por como le van de mal las cosas a los comunistas: hasta vamos a vender petróleo en Venezuela.
Claudio Corniola
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