[06]  ¿ LAS DERECHAS SON DURAS ?


[A] Simbolismo hueco: Dejando atrás a la leyenda negra de una derecha dura e insensible que explota a la gente o, peor, no la explota y la reemplaza por robots y computadoras para que ya no trabajen más y se mueran de hambre, pasemos de la derecha calumniada hasta lo irrisorio a la gente dura de verdad: los asesinos. ¿ Si usted fuera un periodista o historiador, y adquiriese una máquina para viajar por el tiempo hacia el pasado [y sabiendo varios idiomas], iría a entrevistar a Ghandi o a Hitler ?, o hacer lo que yo creo mejor: ir a la época del emperador Calígula en Roma, o de la sanguinaria condesa Erzebeth Bathory en Transilvania [la inspiradora de Drácula], tiempos en los que no existían los reportajes, de modo que estos asesinos seriales no se pongan "en pose" de héroes nacionales como Hitler, Stalin, Castro, y otros genocidas.
Esta pregunta no es un dilema, no hay un enfrentamiento entre lo moral y la curiosidad, por lo tanto la respuesta de todos debería ser entrevistar al personaje más oscuro para poder entenderlo, de lo contrario se estaría cometiendo una estupidez.
Además, no hace falta hacer un reportaje "combativo", enfrentando al entrevistado discutiéndole o tratando de dejar grabada en la cinta de video sus diferencias con Hitler, ¿ a quién le puede importar lo que usted y cientos de periodistas opinen sobre Hitler ?, pues sólo importa Hitler, y eso no hace que el entrevistador, el director del noticiero, ni sus espectadores, sean ni más ni menos inmorales o nacional-socialistas.
Viendo un documental "dramatizado" sobre una técnica rusa para cirugía cardíaca bajo hipotermia [se dramatizaba siguiendo a una niña rusa en su vida cotidiana, luego en la camilla del quirófano, y al final jugando recuperada en la nieve], al comienzo el documental nos la muestran durante unos pocos segundos en su escuela, donde las cámaras "pescaron" algo insólito: cuando la maestra pregunta algo, los alumnos que saben la respuesta levantan ansiosamente la mano para contestar como hacen todos los niños del mundo, pero, los niños rusos hacen algo antinatural levantando la mano "de canto" hacia la maestra, y en vez de dejarla quieta, la hacen vibrar como a una pandereta.
No me tomé el trabajo de llamar a algún ruso para saber la razón: a algún cráneo del ministerio de educación soviético se le ocurrió que levantar la mano en clase con la palma hacia la maestra era casi igual a hacer el saludo nazi [en realidad romano], y probablemente todos esos niños nacidos décadas después de la segunda guerra mundial, se comenzarían a volver nazis si se les dejara levantar la mano normalmente.
Después del apretón de manos entre dos personas, el saludo romano es el mejor saludo posible cuando un gran grupo de personas desea saludar simultáneamente a una sola por la que se siente respeto, o se le debe respeto pues simboliza a la autoridad.
¿ Esta opinión me convierte en nazi ?: No, de ninguna manera, lo moral y lo ético [el estudio y comprensión o evaluación de lo que es moral] debe ser lo primero en no dejar que "el árbol le tape el bosque", pues eso convierte a lo moral en la irritante y cínica "moralina", siamesa de la estupidez humana, así que por favor... ¡ no seamos huecos, no vivamos "en pose", no critiquemos sin ver antes las cosas desde el otro lado, y finalmente no hagamos leña del árbol caído !

[B] Discriminación inversa: Es tan alto el componente de insultos, groserías, y faltas de respeto del habla rioplatense, que surgió una forma graciosa de resaltar el exceso verbal ajeno con indiferencia en vez de comenzar una pelea, por ejemplo, no es raro que un niño ofuscado le diga a su madre "vieja loca", y por lo que antes recibiría un escobazo, en el siglo XXI es más probable que apenas se le conteste: "lo de vieja estuvo de más", dejando pasar por alto que también se dijo "loca" [¡ hasta se le puede decir a alguien "hijo de puta", admirativamente !].
No sé si ocurre en otros lugares del mundo, pero aquí toda bellísima modelo publicitaria es permanentemente prejuzgada y acusada de tener una inteligencia sub-normal, y ante alguna pregunta intencional para reforzar ese mito, ellas contestan cosas como "no sé, soy rubia", o "soy modelo", una magnífica muestra de humor, y el humor es un mejor indicador de inteligencia que saber cuándo cayó la Bastilla [14 de julio de 1789], un dato que acredita cultura y también memoria, pero no inteligencia.
La falta de inteligencia está en no detectar inteligencia, y peor si se quiere sugerir superioridad, delatando una inseguridad tan alta como tan bajo sea el "agredido" [evalúen la inteligencia del adulto que se burle de la ignorancia de alguien de cinco años].
Lo curioso es que por el otro extremo, en un país que no agota nunca sus esfuerzos por evitar a todas las discriminaciones, todos odian a los "tragalibros" y sabihondos, y no es tanto que el país haga un culto de la mediocridad como que tener demasiado de algo está mal visto, y nadie hace nada cuando se discriminan sin fundamentos a los que no son discriminados en ningún lugar del mundo: las rubias hermosas, los muy inteligentes, los muy estudiosos... y quienes se ganaron una buena posición económica.

[C] Reduccionismos: Que "todo tiempo pasado fue mejor" y que "mejor malo conocido que bueno por conocer", son conceptos que sólo pudieron ser engendrados por una sociedad increíblemente conservadora.
Tamañas estupideces luego autocalificadas como "sabiduría popular" nos avergüenzan. Todos sabemos lo que el paso del tiempo le hace a cosas tan importantes como la juventud, la virilidad y el cuero cabelludo, especialmente en un momento después de los 35 años en que comparado con épocas anteriores, el cambio se hace más vertiginoso y el lógico deterioro físico se ve sumando arrugas e incrementando el tamaño de la frente semana tras semana.
Una persona joven se adapta mejor a los cambios mientras que una mayor tiene problemas, entonces, no es que los tiempos pasados sean mejores, sino que se manifiesta una incapacidad para adaptarse y, esto se agrava por dos motivos: primero, porque el éxito de los más jóvenes al adaptarse vuelve más frustrante ese fracaso y, segundo, que el progreso científico y tecnológico siempre convierte en mejor a la actualidad que al pasado por lo que cualquier circunstancia que incline la balanza a favor de los tiempos pasados es causada por los errores de los políticos actuales [o suyos, porque alguien los votó].
Cuando se meten en la cabeza reduccionismos del tipo "todo tiempo pasado fue mejor" se convierten en prejuicios como paredes de ladrillos mentales imposibles de demoler que atentan por omisión contra el progreso y quien es incapaz de progresar votará al candidato que le garantice que nadie va a progresar [o que si alguien vaya a hacerlo, esté lejos de su círculo social].
Si todo pasado fue mejor, del futuro sólo puede esperarse empeorar y, como mejor que empeorar es seguir tal como se está, la inercia social pesimista triunfa sobre las nuevas propuestas.
El cerebro humano usa la estrategia del menor esfuerzo que tendría más sentido para el trabajo físico y no para el mental que es muchísimo más resistente a la fatiga: un jugador de ajedrez puede cansarse después de una partida de tres horas, compárese eso a cargar camiones con bolsas de cemento durante la mitad de ese tiempo: duelen los músculos y las articulaciones, no sólo de los brazos, sino también de las piernas y la espalda, mientras que al ajedrecista no le duele el cuello por usar el cerebro.
El cerebro es haragán y adopta rutinas que memoriza para no tener que pensar a cada rato, pero, los cerebros de algunas personas disfrutan cambiándolo todo y probando nuevas formas de hacer las mismas cosas [por motivos artísticos, de eficiencia, o de ahorro de energía] y por cada creativo hay miles que "sufren" a esos cambios como si los obligaran a cargar bolsas.
Debido a esto llegan a preferir el "malo conocido" lo que es una absoluta imbecilidad masoquista: no se puede preferir lo malo por sobre lo bueno bajo ninguna excusa, incluida la más obvia, "el abandono de las rutinas genera incertidumbres y miedos".
La cuestión seguramente se viene arrastrando desde que alguien preguntó: "¿ si con las piedras estamos bien, para qué mierda quieren comenzar la Era de los Metales ?".
Afortunadamente los "metálicos" ganaron, pero, los prejuicios se heredan y deben ser vencidos una y otra vez por cada sociedad que intente dar un salto hacia adelante.
La gente es conservadora por dos variables, primero, a más edad más conservadorismo y, segundo, a más cantidad de gente más dificultades para ponerse de acuerdo en hacer cambios.
Los cambios nunca son buenos exclusivamente por ser novedosos sino que tienen otras razones para fundamentar que nos traerán beneficios y progreso con cierto márgen de error, por ejemplo: la aviación cambió al mundo y ya no podemos privarnos de los aviones porque inevitablemente de tanto en tanto se caiga alguno y cien pasajeros se conviertan en puré humano.
El conservador patológico no rechaza los cambios tras debatir argumentos, es más, no podría debatir lo que se niega a escuchar y simplemente rechaza lo nuevo por ser nuevo [no sólo les duele pensar, también les duele escuchar algo nuevo].
Hasta la década del setenta la tecnología sufría el mismo prejuicio, pero, en la del ochenta hubo un aluvión tecnológico de tal magnitud que todavía sigue y ya no tiene sentido argumentar: "¿ si siempre se hizo así, para qué vamos a cambiar ?", cuando nada sobrevive el par de años de uso [la obsolecencia planificada en computación llegó a ser de asombrosos seis meses].
La política a diferencia de la tecnología está siendo cuestionada, abriendo un espacio incluso para "alterar un valor tan importante como la democracia", obviamente para mejorarla.
Autoevalúese: ¿ Rechazó a la última frase encomillada ?, si sintió rechazo es por la palabra "alterar", por lo tanto, usted es un conservador, le teme al cambio, sólo concibe "alterar" como empeorar, y ese miedo es el mayor capital de los políticos para controlarlo [incluso funciona con sinónimos pues, ¿ conoce a alguien que se alegre por una "reestructuración" laboral ?].
Su generación va de salida, y ni sueñe con erradicar los diez estigmas argentinos juntos [tema 08], pero, intente corregir uno sólo en usted o háganos el favor de no contaminar a sus hijos.
Nosotros internamos en manicomios a los "alterados", pero los hubo para el otro lado: Copérnico [80 años antes de Galileo], Newton, Kepler, Einstein, y otros que se alteraron frente errores, injusticias, y sufrimientos ajenos, ayudando a mejorar el mundo.
Budha, Mahoma, y Cristo, alteraron el orden del mundo en que vivieron proyectando su influencia sobre generaciones [sobre todo Budha con más generaciones que el cristianismo y el islamismo].

[D] Etiquetas maliciosas: Poner "etiquetas" es bueno para los desmemoriados, pero, ¿ hacerlo con personas no es una forma de abuso de poder o de impunidad ?
Esto puede llevar a cometer terribles injusticias, el espíritu explorador y creativo aparece en los lugares más insospechados, y debemos liberarlos de las etiquetas autoritarias, como: ¡ usted nació en Mataderos, y entonces nunca servirá para nada fuera de una carnicería !
No pocas veces las cosas amenazan o, sin previo aviso, se salen de curso y se deben improvisar soluciones rápido. Esa es mi forma de pensar y choca frontalmente con la de una gran mayoría que prefiere dejar que las cosas sigan como están sin intervenir, y con las de otro grupo que sale corriendo en busca de un martillo [jamás voy a entender a la gente que piensa que las cosas se pueden arreglar a los golpes].
Una improvisación es, a priori, de jerarquía inferior a la solución que tomaría un grupo de expertos tras analizar el problema en detalle y comparar diversas alternativas pero, cuando algo está mal y en vías de empeorar, hay que decidirse a hacer algo, sobre todo cuando el "grupo de expertos" está muy ocupado en derivar responsabilidades para cualquier lado desde donde no se los salpique. Yo he puesto las siguientes etiquetas:
1] Reglamentistas: Hay un grupo de gente cerebralmente dotada para improvisar soluciones con un elevado porcentaje de éxitos pero que, incomprensiblemente, prefieren no hacer nada porque "no le pagan para hacer eso".
2] Superiores: Grupo pequeño, pero importante, que suele molestarse cuando se le hace ver la existencia de un problema latente y hasta se ofenden si se les sugiere la forma de corregirlo.
¿ Ha sufrido usted la desagradable sensación que sobreviene tras recibir respuestas del tipo: "mejor malo conocido que bueno por conocer", a la famosa "usted está aquí para trabajar y no para pensar", a la ultra famosa "una cosa es la teoría y otra es la práctica", y a las dos vedettes de las respuestas de los mediocres: "siempre se hizo así y por usted no vamos a cambiar" y "si fuera tan fácil, ya se le hubiera ocurrido antes a alguien" ?
La sensación que tengo es de impotencia: ¿ cómo llegar a ese cerebro cerrado, orgulloso de estarlo y que, para colmo, está convencido de que uno es un idiota porque no se comporta como los demás [o que, ante la duda, no va a darnos ninguna oportunidad de demostrar lo contrario] ?
Sólo una vez pude convencer a una de estas personas [la sorprendí con las defensas de su ego demasiado bajas por un reciente fracaso], cuando una máquina enorme y carísima dejó de funcionar al caérsele un tornillo vital hacia adentro [como no se llega a ingeniero siendo idiota, la deben haber diseñado para que falle de tanto en tanto y así requiera de un costoso service].
Al enterarme del problema propuse como hacer subir al tornillo, pero como yo era "uno de esos de la oficina de ventas", los técnicos ni me escucharon y, tras insistir, me sugirieron algo muy desagradable donde guardar mi desinteresado consejo.
En medio de la discusión sobre responsabilidades que se desató en la oficina del jefe, me acerqué a la máquina y saqué al tornillo limpiamente al primer intento, y sin perder mis dedos en el rescate [un vez en mis manos, vi que no era un tornillo sino un bulón "tirafondos" de unos cinco centímetros, o dos pulgadas].
Como nadie estaba mirando para salir de testigo [excepto cuando uno se equivoca o fracasa], sin los merecidos aplausos sólo me quedó la satisfacción de entrar en la atestada oficina y decir: "me pareció ver un lindo tornillo", y ponerlo en la mano del jefe técnico [estuve a un segundo de decirle una grosería].
Como todos los técnicos todavía deben estar tratando de averiguar cómo lo saqué de allí adentro sin que la máquina me triture la mano, que esperen al próximo libro, aunque no me cabe la menor duda sobre que, al saber cómo resolví el problema, en vez de aplausos, van a decir despectivamente: "así, cualquiera".
Por esto tengo siempre un agradecimiento especial por las mujeres que siempre festejan y alaban nuestra iniciativa, aunque en el fondo sólo traten de asegurarse el tener a alguien a disposición para que les cambie sus lamparitas quemadas ["vos que sos tan inteligente... "].
Sres. "superiores" [algunos docentes, más jefes en la actividad privada, y cantidades incontables en la burocracia pública], sepan que no está todo inventado, que germinan en las cabezas de las personas menos pensadas todo tipo de inventos sobre los que ustedes jamás tendrán control, y lo mejor que pueden hacer es alentar a todos a expresar sus ideas, porque castrando la creatividad ajena no se ocultan las carencias propias.
3] Ladrones: Por una que se gana hay cien frustraciones y las peores son cuando [aparte de la bronca por no haber sido valorado] dos o tres meses después el censor de ideas ajenas se ilumina con alguna "genialidad" muy parecida a nuestra sugerencia original [lo más probable es que quien nos suele sentenciar: "ocúpese de lo suyo que ya está todo inventado", tardó tres meses en procesar lo que a uno se le ocurrió un fin de semana mientras tomanba sol, tiempo que causó el olvido del autor original, en beneficio de su ego "superior"].
4] Mosqueteros: Uno no puede guardarse sus ideas por sujetos como los del grupo "3", porque también hay muchos que necesitan de un empujón para despegar, perfeccionistas que provocan una "reacción en cadena" que hace que una idea boba parezca el invento del siglo, y cuidado, no cualquiera trabaja bien en equipo y algunos sólo los usan para "desaparecer" adentro.
5] Pincha globos: Una de cada siete personas resulta no tener imaginación pero sí una lógica impecable a los que se les debe reconocer que hacen un gran aporte, aunque sean odiosos.
6] Onanistas: Abundan los sujetos que no pueden evitar decir "tengo una idea mucho mejor" lo que, además de antipático, apenas es una copia retorcida de nuestra idea original [¿ si tenían una idea tan buena, por qué no la dijeron antes ?].
7] Trepadores: [ver tema 13, punto E] Son los apóstoles de la politiquería. Quienes tengan por compañero de trabajo a estos sujetos o a alguno del grupo "6", van a terminar haciendo todos sus trabajos inconclusos sin llevarse ningún crédito.
¡ Confronten, protesten, y hagan huelgas !, antes que crezca el amor entre ellos y sus jefes, que se acostumbrarán a que ustedes les tapen todos sus baches, para que ellos los capitalicen.
8] Bajo perfil: Hay personas que prefieren tragarse sus buenas ideas por temor a que les digan que están mal.
Sepan todos que hay errores geniales dignos de admiración por los que no deberían tener vergüenza, entre otras cosas, porque pueden provocar que alguno se enchufe y terminen generando algo bueno entre los dos [en las películas siempre que alguien dice algo que parece una pavada, el protagonista contesta "eres un genio" reelabora lo que el "extra" dijo y salva al mundo sobre la hora].
Hay una escala encabezada por nuestras compañeras de trabajo con demasiado amor propio como para soportar el rechazo a alguna idea, superadas por las personas naturalmente tímidas, los empleados nuevos [tal vez porque no quieren empezar con el pie izquierdo] y, en la cima, los que son nuevos en el país: ni sexismo, ni racismo, pero, si tiene una compañera nueva llegada del interior o de un país limítrofe, no le pida su opinión delante de nadie porque no le va a contestar sino con evasivas y, segundo, porque aunque usted la quiera hacer participar en los debates del grupo, sólo le va a hacer pasar un mal momento gratis [no trate nunca de ser amable con quienes circunstancialmente prefieren ser ignorados].
9] Defensores de la ley del menor esfuerzo: Para trabajar menos la gente recurre a su inteligencia [hasta descansando el cerebro es hiperactivo: juegos, música, cine, etc.], sin que esto implique que cada haragán esté construyendo en su garage a una máquina para que haga su trabajo, pues generalmente alcanza con encontrar excusas para escaparse del trabajo sin inventar nada.
10] Por amor al arte: Las discusiones entre amigos [o sus reemplazos modernos "on-line"] miles de veces han solucionado los problemas del país tras serios debates en los que nadie tiene fe, [inteligencia condenada a la "no-acción"].
Como ejercicio, que algún grupo alguna vez termine con un proyecto concreto [cooperativo o de bien público], pues sólo hace falta confianza, ya que la parte difícil [tener ideas originales] ya fue superada, restando la parte tediosa de vencer los "peros", y las trabas de la maquinaria nacional de impedir.

[E] ¿ Las zurditas son fáciles ?: Vox populi o etiqueta maliciosa colocada por odios o envidias, merece un análisis más profundo en lo que yo llamo "Ejercicio ilegal de la psicología barata", porque esta etiqueta es bastante cierta [perdón mamá].
Recurramos al "cliché" cinematográfico, seguramente falso, del psicoanalista preguntándole sobre su infancia a alguien tirado en un diván, porque siendo los niños egoístas en extremo y aceptando al egoísmo como un patrimonio de la derecha, ¿ en qué momento y por qué nació la pasión por las causas colectivas ?
Si la clase alta es apolítica y casi anarquista, la pobre es clientelista, y sólo de una pequeña porción de la clase media sale el progresismo a contramano de una mayoría de esta clase que busca ascender hasta ingresar en la clase alta, sin querer ser nunca la vanguardia de una clase baja que siempre rechazó a estos supuestos benefactores "de afuera", entonces se explica como inevitable que siempre hayan personas con el etiquetado espíritu de "defensores de pobres", tal vez por quedar marcados y para siempre diferenciados quienes tuvieron una infancia sufrida de los que la tuvieron muy feliz, dentro de la seguridad de hogares con padres que trabajan para sus hijos, y no al revés como en las clases pobres.
Los niños mimados por la clase media con los años asumen responsabilidades y pierden privilegios hasta exigiendo que no se los trate como niños, aún siendo niños. Mientras que algunos nunca superan esta etapa y siempre buscarán a otro "padre protector", y por desgracia lo encontrarán en algún político.
¿ Qué fue lo que a mí me marcó ?: Yo fui el mayor de tres hermanos de una clase media típica, donde por ejemplo mi madre siempre pagó por tener "cama adentro" a una "niñera". Una de ellas [aproximadamente de 18 años] enfermó y mandó a avisar por teléfono que no vendría a trabajar, la persona que lo hizo estaba muy asustada y mi madre descubrió la causa: la "enfermedad" era en realidad un aborto séptico. Entonces mi madre convenció a mi padre para ir en su rescate [muchos años después, supe que mi madre también se había hecho abortos, más o menos por la misma época en la que me enteré de que ella también era una militante comunista]: dejamos a mis dos hermanos menores [un varón y una nena] en la casa de mis abuelos, y nos fuimos a buscarla a una villa de emergencia de las que se conocen como "cavas" [se construyen racimos de casillas precarias, no hechas con ladrillos, sino con chapas y maderas, en los terrenos abandonados de excavaciones hechas para extraer "tosca", que creo que es la tierra indicada para fabricar precisamente los ladrillos que les faltan a esas casillas]. La encontramos, la llevamos a casa, la atendió nuestro médico, y en unas semanas de cuidados se curó. Y lo que a mí me marcó a esos nueve o diez años de edad, fue la conjunción de la aventura del rescate, con el conocimiento de que los fetos arrancados a pedazos se vengaban dejándole una infección a su madre, que esa pobre chica del interior [con la que de hecho compartía mi dormitorio] era una homicida, más la visión imborrable de ese gigantesco cráter lleno de casillas miserables: un mundo de pesadilla que no había visto ni por televisión. Moraleja: Pobres hubo siempre, gente desesperada haciendo cosas irracionales hubo siempre, y cuado las cosas están mal, hay que "tomar al toro por las astas" y arreglar las cosas "en persona".
Bueno, un final feliz, pero, la clase media no puede ir siempre al rescate de la clase pobre cuando sus padres están a kilómetros de distancia en otra provincia, o cuando el supuesto "marido" desaparece de la escena, y lo que la clase media hace, no es siempre "tomar al toro por las astas", sino pagarle al Estado para que haga de padre, médico, maestro, etc., pero, el Estado fracasa y multitudes nacen, viven, y mueren por siempre desamparadas.
Sin llegar al desamparo, incluso hasta los padres más posesivos van abandonando a sus hijos de a poco, y en algún momento se cruza una línea en la que el menor pasa de estar bajo la mirada paterna la mayor parte del día, a otra realidad en donde la tutela es sustancialmente menor, esa línea marca la entrada en la adolescencia y lo que estos menores "desamparados" hacen, es agruparse entre ellos.
Pertenecer al grupo da seguridad, pero los vuelve vulnerables a conseguir la aceptación del mismo y para evitar cualquier tipo de rechazos se adaptan todas las respuestas a las ideas de los demás, inhibiendo toda iniciativa privada ["loco" es lo primero que se le dice al que tiene ideas originales] y el que mejor lo haga nunca forjará una identitad por afuera del grupo y, pese a las arrugas que irá ganando con el tiempo, nunca saldrá de la adolescencia, mientras que quien no se adapte o se rebele contra las inflexibles normas internas, superará con más o menos éxito esta etapa de la vida que indefectiblemente en todos los balances personales figura como "tiempo perdido haciendo estupideces no tan divertidas".
Sin el lastre del grupo, y terminado ya el proceso de independencia de los padres, a cualquier sujeto se lo considera adulto aunque conserve algunas conductas impropias para la edad, por ejemplo la inmensa mayoría abandona la militancia "progre" de su juventud, pero, hay un 2% que conserva esa ideología según lo señalan reiterativamente los resultados de las elecciones [mucho menos que el 7% que conserva algún hobbie de la infancia].
Durante la adolescencia se produce la explosión hormonal que lleva al despetar sexual, con un problema para el adolescente pues ésta desde siempre fue una actividad individual y no colectiva, aunque en los tiempos del peronismo [1940-70] era habitual ir "en barra" a todos lados, incluso hasta para debutar sexualmente con una prostituta, y así lo que en cualquier cabeza implicaría un desmedro por el respeto propio, ellos lo revalorizaban por ser efectuado por el grupo.
Rápidamente el adolescente descubre que el sexo no sólo no le abrió la puerta al mundo de los adultos, sino que encima le creó otra dependencia, y por fin descubre por qué el pusilánime de su padre no sólo trabaja todo el día, sino que después se deja gritar por su madre: ¡ porque es la única que le da sexo !
La salud psicológica de un adulto no depende de su grupo de pertenencia ni de poder vaciarse cuando lo necesite [lo que por cierto ayuda, y aprenda: el semen no se acumula en los testículos, sino en una vesícula, o "bolsita", vecina a la próstata], sino de la seguridad y el respeto propio y ajeno, más la libertad para reevaluar sus creencias, modificarlas, y hasta descartarlas, o sea: al mismo tiempo dosis de seguridad y confianza en uno mismo, firmeza sin terquedad, y elasticidad sin ser dóciles ni sumisos.
¿ Y las "zurditas" ?: Bueno, ellas están rodeadas de sujetos tan complejos e inseguros que se agrupan para faltarle el respeto a la autoridad [para ellos siempre opresora], sin percibir que las mujeres en determinados [e impredecibles] días demandan atenciones extra-políticas [aunque rara vez lo expresan verbalmente], como por ejemplo que se les falte el respeto, y es para empujarlos que se vuelven "fáciles" [de no ser por ellas, ningún zurdo se hubiera reproducido y, también gracias a ellas, es que los partidos de izquierda tienen el doble de militantes varones de los que deberían tener según el número de votos que sacan en las elecciones].

[F] ¿ Las derechas [políticas] son siempre duras ?: El poder [y el deseo por conservarlo] endurece a la izquierda más lírica, sin embargo, cuando un gobierno de derecha sucede a otro de izquierda indefectiblemente sobrevienen los penosos "ajustes" o políticas de "shock", cuyo sustento teórico no es de derecha sino meramente contable: las cuentas públicas no cierran casi exclusivamente por empleados tomados de más por el partido que ha dejado el poder [y le ha dejado un presente griego a su sucesor], pero además de esto que nadie discute, ¿ qué tendrá que ver el ajuste público con que el sector privado despida en promedio al 10% de sus empleados ?
A no ser que esto sólo sirva para bajar salarios sin la oposición de un pueblo shockeado por el miedo a perder sus empleos, para renovar al personal sacándose a los empleados viejos de encima, y otras actitudes bellas que no han salido de la teoría del funcionamiento de los mercados, pero sí de la administración de empresas como perfectos hijos de puta.
Para esto sirve la justicia, pues sin lugar a dudas aquí la derecha no tiene soluciones sino de muy largo plazo [ver capítulo 3, temas 63 y 64].
Según Adam Smith, las decisiones egoístas de muchos empresarios se suman dando como resultado algo beneficioso para la sociedad, pero, en el caso de los despidos decretados durante los ajustes, el resultado no puede ser otro que retracción del consumo, recesión, y en el mediano plazo la destrucción del ahorro de los desocupados y, sin ahorro, a las empresas que iniciaron el proceso se les va a encarecer el crédito al mismo tiempo que les van a bajar las ventas.
Por eso le cabe a los funcionarios del Estado no iniciar este tipo de ciclos económicos tan negativos, primero porque aunque se trate de empleados públicos caros, parásitos, y además opositores, los beneficios conseguidos por un lado van a ser más que neutralizados por las desventajas desencadenadas en avalancha por los empresarios que se creen los genios de la economía cuando son unos imbéciles irresponsables que abren la caja de Pandora y después van a ir a llorarle miseria a los funcionarios del Estado para que se las cierre.
Yo no puedo calificar como "duros" a quienes se la pasan llorando [aunque "llorar miseria" sea un "acting"], y ya no sé qué decir sobre los del signo opuesto que se pasan años mintiéndole a su pueblo afirmando que está todo bien, excepto tal vez por lo siguiente: todos mienten.
La desocupación no se reduce tomando empleados públicos sino que se ajusta hasta el límite necesario para tener los "clientes" suficientes para ganar las reeleciones. Si las reelecciones se pierden, los reemplazantes está forzados a nivelar el presupuesto desquiciado heredado, y lo que sobreviene es algo similar al "Síndrome de abstinencia" de los drogadictos. Pues bien, los empresarios saben que va a pasar eso y va a aumentar el ahorro preventivo haciendo caer al consumo, entonces... ¿ para qué producir más o igual que antes del ajuste ?, además, si el trabajador hace ahorro preventivo, el empleador hace despidos preventivos porque como todos los gobiernos ya saben que la primera cifra oficial de su gestión va a ser una aumento de la desocupación, pues arrancan endureciendo las sanciones contra los empresarios para evitar los despidos que, obviamente, van a ser hechos con antelación aunque se trate de un gobierno "progre" decidido a no hacer ningún ajuste, o hacerlo gradualmente.
¿ Qué hacer ?: Pues decir la verdad, algo como "cualquier cambio de gobierno genera incertidumbres y eso hace caer el consumo, luego el empresario debe producir menos y por eso despide personal en cualquier lugar del planeta, por lo que en este sitio vamos a permitirlo para evitar que además de la desocupación, no nos aumente el peor cierre definitivo de empresas, a las que se les reducirán impuestos al comenzar a recontratar a su personal. Los contratados en los últimos seis meses por el gobierno saliente van a ser cesanteados en el acto y cobrarán un seguro de desempleo por otros seis meses, y si los empresarios contratan a ex agentes del gobierno antes del vencimiento de los seis meses, los montos del subsidio les serán transferidos para abonar los salarios. Por ley enviada al Congreso se seguirán reduciendo los impuestos y cargas laborales hasta que la desocupación sea un promedio de la existente entre la U.E. y U.S.A.
En síntesis: La desocupación aumentará mucho, pero se reducirá más rápido de lo que cayó, o el actual presidente renuncia tras convocar a nuevas elecciones en 18 meses [esto sí es ser un verdadero "duro"], y no importa si los empresarios aprovechan la temporada de despidos libres para comprar robots y computadoras: ser eficientes es una bendición y no una maldición que temer, porque permite competir, exportar, y generar más puestos de trabajo en otras actividades alejadas de las manufacturas.
¿ Qué no hacer ?: Pues marxismo en cualquiera de sus variaciones con todas sus graduaciones e intensidades, la última de ellas, la del francés Thomas Piketty autor de "El nuevo capital", que lloriquéa porque la tasa de retornos del capital "r" siempre supera a la tasa de crecimiento de renta "g" [r > g]. Piketty dice que ésta es y ha sido siempre la contradicción central del capital. Otra vez con el cuento de los problemas internos del capitalismo... [¡ ufa !] explicado por un socialista para colmo tras la caída del comunismo por lo que mejor hubiese sido que nos explique esto último, pero, insiste con lo de aplicar impuestos a las grandes fortunas para conseguir la refrita pero siempre cruda igualdad, porque los tortura que el rico se haga más rico mientras el pobre se hace más pobre, lo que es falso: desigualdad no es pobreza, y el liberalismo ha sacado a más pobres de la pobreza que ningún tipo de izquierda, y en especial lo ha hecho desde 1973 [la crisis del petróleo que terminó con varias décadas de keynesianismo].
La tasa de ganancias del capital del capitalismo neoliberal es superior al crecimiento del P.B.I. del pueblo, aumentando la brecha y [concluye] poniendo en peligro a la democracia, pero, si no fuese así, sin tasa de ganancias se tendrían pérdidas y quebrantos, entonces el rico ya no sería rico y así todos seríamos iguales: el empresario quebrado, y sus ex empleados desocupados, o sea, todos iguales en la miseria, igualados hacia abajo.

Claudio Corniola


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