[11]  DEL PATRIARCADO AL MATRIARCADO


[A] ¿ Para cuándo el 50% ?: El progresismo busca llegar al "50 y 50" en todo para igualar a los sexos en cuestiones laborales, pero, esa búsqueda política iniciada por las derechas, pero que en el siglo XXI ha sido magnificada y exagerada por las izquierdas muchas veces hasta caer en el ridículo, ha chocado contra el hecho biológico de que tenemos cerebros diferentes para funciones diferentes, y punto, no discutan ni mientan más. Hoy vivimos en tiempos de mayor igualidad de oportunidades, completa igualdad legal, y más libertad sexual que nunca incluso hasta para que una mujer decida ser hombre, lo que coincide con mayores fracasos matrimoniales que nunca, y evidentemente más sexo fue acompañado de menos amor, pero a las mujeres eso no les preocupa [no hay protestas por el aumento de divorcios] porque siempre han sido las más materialistas, algo muy expuesto en la forma en la que eligen a sus parejas [aceptando que sólo es para velar por el futuro de sus hijos], por eso no reclaman más amor sino mejores sueldos y hoy, como sea, incluso lo hacen mintiendo al insistir e insistir en difundir el mensaje ya refutado de una falsa desigualdad salarial que, además, es ilógica o las empresas únicamente contratarían personal femenino más barato. Pero, incluso para las mujeres ya adoctrinadas en esta tonta creencia, ¿ cómo terminar con este foco de conflictos imposible de resolver pues la diferencia salarial no existe y eso es fácilmente comprobable ?... pues bien, una solución es que al ser contratada cada mujer le manifieste a su empleador si desea un salario femenino o masculino, para que se le abonen sus servicios por los mismos valores y se les hagan los mismos descuentos que tienen los hombres que cumplen con su misma función y misma carga horaria.
Las mujeres [el 50% del talento y la capacidad cerebral del país, excepto en la izquierda] han llegado al tope en su incursión laboral alcanzando las mismas remuneraciones que los hombres cuando se da la rara casualidad de desempeñar un mismo trabajo y por la misma cantidad de tiempo. Obviamente una enfermera nunca va a igualar el salario de un cirujano, pero esa diferencia no está relacionada con su sexo, pues un enfermero igualmente también gana menos que una cirujana [la diferencia es que el hombre no lloriquéa por esa diferencia salarial, como sí lo hacen las feministas]. Hoy las mujeres capacitadas no pueden ser desperdiciadas en este momento crucial de nuestra historia y me temo que es injusto el 30% de participación en las listas legislativas y de la falta de un correlato para ese cupo dentro del Poder Ejecutivo incluyendo la presidencia y el gabinete, ¿ por qué al Congreso van lo que parece ser el personal de limpieza de los líderes políticos en vez de las mujeres más pujantes e independientes ?
Los cupos para mujeres deberían avergonzar a las mujeres por considerarlas incapaces de competir de igual a igual contra los hombres si no es con ayuda y, para colmo, las mujeres que entran al Congreso de la Nación gracias a ese cupo son otro motivo de vergüenza por sus tristes desempeños.
Las mujeres trabajan mejor en equipos chicos por ser polifuncionales, mientras que nosotros somos focales, y con tendencia a establecer jerarquías y liderazgos, por lo que somos mejores para las grandes empresas, las guerras, y la política, motivo por el que claramente las superamos con nuestra presencia en esas cuestiones.
La solución matemáticamente indiscutible estaría en alternar gobiernos 100% masculinos, con otros 100% femeninos de cinco años cada uno, más largos que los actuales ya que no habrán más reelecciones a no ser para los presidentes que se cambien el sexo.
Con tantos siglos sin cargar con el terrible peso del poder, esto podría llevarlas a cometer errores como dictar nuevas leyes de divorcio, tenencia de los hijos, duplicar sus sueldos, suspender el fútbol al primer incidente, etc., pero, las mujeres que tienen hijos y nietos no les legislarán en contra [además en cinco años se tienen que ir] por eso confío en su capacidad para armonizar y construir sin destruir, en su pasión por aprender y enseñar, vital para un sistema nuevo, y en que ya no podemos seguir dándonos el lujo de desperdiciar a nuestras mejores mentes [lo han demostrado con sus envidiables rendimientos universitarios].
Se ha determinado que en promedio son un 3,2% más inteligentes, con una memoria insuperable [hasta los monos tienen mejor memoria que los hombres], pero, sorpresivamente fallan en la curiosidad [madre de descubrimientos e inventos].
Si las mentes más brillantes tienen siempre el pecho liso y peludo [como el 99% de los homicidas y genocidas], es por la ley de las compensaciones: el triunfo femenino por 3,2% no se nota en los hechos, pues los hombres "empatamos" cada 100 años compensando con sujetos como Da Vinci, Mozart y Einstein, que probablemente sólo sean seres mitológicos inventados para avergonzarlas constantemente [incluso haciendo trampas, pues las grandes mentes homosexuales deberían contar para el lado femenino "con cuerpos de hombres"].
Sin estos fenómenos se nos caería peor el promedio y su ventaja sería del 15% que es lo que se ve en las universidades, pero pese a ello, usted siempre llevará a su hijo al pediatra varón con 8 de promedio en vez de a una doctora con un 9,5 conseguido en la misma universidad].
No es lo mismo un sabio que un todavía más escaso genio y la mayoría de estos murieron en la pobreza estafados, robados o boycoteados por sujetos que no les llegaban ni a los talones.
Un test equitativo debería evaluar el dominio del lenguaje, [rubro de predominio femenino aunque los más notables escritores, y no los Nobel de literatura, sean hombres], la inteligencia "bruta" [matemática, lógica, ajedrez], la aplicada [la que busca el éxito siempre con el menor esfuerzo], la social, pues no se puede medir con la misma vara a un pigmeo, un peón rural, que a un contador público, ya que éste último idiota no sobreviviría en la selva Africana [ni tampoco si su subsistencia dependiese apenas de manejar una simple granja], por eso en el test perfecto se deberían sumar puntos por la creatividad, orden, elegancia, comprensión, retención, velocidad, y la capacidad de manejar varias situaciones en simultáneo como hacen las mujeres [virtud que intencionalmente no le aporta puntos a sus "IQ"].
Además tenemos mejores chances los que nos divertimos con los tests de inteligencia frente a los que se estresan cuando son evaluados [y la mujer siempre siente que está rindiendo un examen, comparen sino las formas de vestirse de ambos sexos].
Si bien ellas se expresan apenas de forma ligeramente más imprecisa [pero no incomprensible] eso no les trae ningún problema para intercomunicarse: el contexto, sutilezas en la forma de entonar las palabras, o en la puntuación, y hasta en los gestos, les sirven para evitar lo que para nosotros son ambigüedades, incoherencias, y hasta disparates, sin embargo las leyes que son un concierto de ambigüedades, incoherencias, y hasta disparates, las escribimos siempre los hombres.
Que una reunión de mujeres parezca una Babel de temas cruzados sin sentido, no significa que un gobierno de mujeres sea inoperante por enredárseles órdenes y contraórdenes, básicamente porque a un gobierno que siga las reglas liberales para nada lo afecta que los ejecutantes usen polleras [al revés: los comunismos fueron gobernados al 100% por hombres].
Comparemos lo que nos pasa a nosotros que tenemos varias leyes y reglamentos oponiéndose entre ellos, más leyes inconstitucionales, dos ministros de economía de un mismo presidente haciendo cosas completamente distintas, y hasta los presidentes hacen cosas completamente distintas de las que prometieron durante la campaña electoral.
La sociedad moderna es altamente compleja y el análisis de cualquier tema requiere del trabajo previo de "clarificar" o "desenredar" los elementos que lo componen, lo que se dice "poner todas las cartas sobre la mesa", pero, las mujeres pueden obviar ese paso ya que se mueven en el peor de los enredos como peces en el agua, curiosamente, enredos que son causados por hombres, pero, infantilmente insistimos en culparlas a ellas y así: ¡ somos todos felices y tan geniales !
Debo reconocer que algunas veces no las entiendo como cuando les ponen apodos unilateralmente a cosas que ya tienen nombres aceptados por la comunidad [y pretenden que uno los retenga], o cuando guardan cosas en donde ni la C.I.A. ni ellas podrán encontrarlas [solución: múdese y las cosas perdidas aparecerán] y, aunque en menor medida incurren en algunas contradicciones cambiando de opinión sin darse cuenta de que lo hicieron, sospecho que son errores de interpretación míos, los que hasta los quince años de edad son perdonables, pero, después de los treinta no [en quince años se puede aprender otro idioma].

  [B] Concientización: Siendo racionales antes que patriarcales o matriarcales, deberíamos ver las ventajas de evitar forzar una situación "50 y 50" dejando que cada familia decida libremente lo más conveniente, por ejemplo la familia real inglesa es un matriarcado. Sumando a las mujeres y evitando la fuga de cerebros masculinos, nos restaría hacer campañas de concientización para que éstas entiendan que deben alimentar, cuidar y educar bien a uno o dos hijos, si les quieren dar alguna chance de tener éxito en la vida, [en especial cuando las estadísticas muestran a tantas mujeres solas cargando con esa responsabilidad] en vez de tener seis hijos que no completarán su educación o que sólo habrán nacido para engrosar las estadísticas de mortalidad infantil. Luego, tras una infancia superada exitosamente, los judíos recurrían a casamenteros, mientras que la aristocracia inglesa a los acuerdos, más los tejes y manejes de las mujeres de la alta sociedad para cruzar familias, algo hoy muy limitado por la libertad conquistada exclusivamente por las jóvenes mujeres porque a los hombres esto no los ha movilizado manteniéndose obedientes a los mandatos maternos y, a lo sumo, siendo posteriormente infieles. ¿ Este es un problema que debe ser investigado y solucionado, o se debe seguir dejando a los adolescentes en total libertad para engendrar hijos tras relaciones temporales ?
¿ Pero, a quién falta decirle esta obviedad ?, ¿ a vos que te convirtieron en abuela apenas superados los treinta ?, tal vez arrastrando un matrimonio fracasado que siempre dejará una sombra en tu corazón, la de perder la esperanza de estar por siempre juntos pero con la responsabilidad recargada sobre el otro, cuando todo era tan dulce por pertenecerse mutuamente como en los finales de las telenovelas, sin razones para temerle a nada, porque ya no había que pelear nunca más: un techo, un hombre, y los hijos, sólo amor y belleza generándose espontáneamente en cada acción, cada frase, y hasta cada error era una oportunidad para reírse de uno mismo y no en ser aprovechado para herir al otro y demostrar su superioridad sobre él, cuando de pronto se hizo demasiado tarde por un veneno que se filtró entre ambos, comenzó como una rutina inofensiva y de repente pasaron seis o siete años y nadie les avisó que la rutina causa amnesia: las cosas buenas se olvidan, las cosas malas nunca prescriben, y suman gota a gota hasta rebalsar la pobre y vieja copa rota y a fuerza de voluntad imaginada como sana, pero que no lo estará nunca más pues perdió el encanto de las cosas nuevas sin ganar el orgullo de las cosas "antiguas" y no "viejas" como las paredes de la casa, los muebles, la cama, todo igual que siempre pero de alguna forma afeado, dejado, y con olor a indiferencia, lo que afecta a las mujeres, hijos, mascotas, ¡ y hasta a los "insensibles" aparatos eléctricos porque nada funciona bien !, momento ideal con las defensas psicológicas más bajas que nunca para salir a la calle y ser asaltado, que le roben a un hombre su auto, o que lo rematen desempleándolo para poner en su lugar a un joven granuliento con un vocabulario de apenas doscientas palabras, o terminar un juicio de divorcio y que en medio de la ruptura familiar la nena rebelde sea madre soltera, convierta a su madre en abuela, y le enquilombe todavía más la vida. Demasiados finales "no felices" como para que la sociedad no reaccione y haga algo.
Este es un mundo salvaje y el amor no va a cambiarlo sino a ocultarlo el tiempo necesario para que ambos cometan el error de tener hijos, por eso el amor es pasajero, porque se ha propuesto lo imposible: ¡ crear otro mundo perfecto adentro del mundo real, un mundo para dos idiotas ilusos que se creen impermeables e inmunes a todo la miseria económica y humana que los rodea, un mundo engañosamente feliz al que vale la pena ser traído a vivir !
Y ha sido obvio: a un mundo salvaje por mileños los padres y madres prefirieron traer hijos varones, y seguirá siendo así cuanto más duras sean las condiciones de vida de los progenitores, lo que se ha comenzado a revertir sin parar desde la revolución industrial, y con más fuerza desde inicios del siglo XX, pero, ya en el siglo XXI, al menos en occidente y en las clases media y alta, con igualdad ante la ley y también con igualdad de oportunidades, las mujeres siguen sin despegar como era deseado y siguen a la sombra de los hombres: ¿ excusas ?, pues docenas, ¿ evidencias ?, ninguna, ¿ por lo menos algún indicio ?, no, ni la maternidad, pues entre las mujeres que optaron por no ser madres no hubo una explosión de Maries Curie [1867], Goldas Meir [1898], Ayns Rand [1905], Fridas Kahlo [1907], Ruths Bader Ginsburg [1933], ni Angelas Merkel [1954], de pluralidad ideológica, mientras lo que sí hay es una serie de líderes feministas clonadas [apodadas como "feminazis" -seguramente el neologismo más acertado de todo el siglo XX-], no electas, ni representativas, que han memorizado una serie de eslogans que todas repiten sin variaciones, ni barnices ideológicos diversos pues todas son socialistas/comunistas que atacan a todas las mujeres que no se subordinan a sus mandatos de muda obediencia en manada y falta de individualidad.

  [C] Hijos estatizados: De acuerdo, con un saldo a favor los hijos son una bendición pero también una maldición. El sistema legal debe dar más posibilidades para deshacer el vínculo matrimonial en forma incruenta [creo que para lastimarse alcanza con dejar de amarse], liberando al sistema judicial de esos juicios para que los jueces resuelvan casos más importantes que venganzas domésticas usando a los hijos como rehenes.
En compensación, el sistema debería ser más intolerante a los incumplimientos de los padres, pero, todo intento por hacer esto sería "declamatorio" pues los padres que explotan se fugan y así no se les puede hacer colaborar económicamente con la crianza y educación de sus hijos, y perseguirlos y atraparlos cuesta más dinero que lo adeudado por ellos que, verdaderamente en su mayoría son insolventes.
Visto lo que se gasta en salud y educación, al terminarse un matrimonio los hijos pasarán a ser del Estado, y si el padre los quiere ver, que pague un "ticket" por la visita. El Estado "padre" terceriza el cuidado de los niños generalmente en la madre, que quedaría a sueldo del Estado [y para pagarlo cobra los tickets].
El caso más frecuente es el de los adolescentes que no se hacen cargo de sus hijos y luego hacen una carrera gratuita en una universidad pública, o sea que encima obligan al Estado a gastar en ellos un dinero que nunca van a devolver.
La solución obvia es que el incumplidor pierda el derecho al estudio en beneficio de su hijo, que así tendrá sus estudios pagados y una buena parte de su futuro segura, sin que al Estado eso le cueste más, no por castigarlo, sino por obligación pues debemos evitar que por demagógica generosidad el Estado después no pueda cumplir con la educación de nadie.
Partimos de que el que no se hace responsable de sus hijos es un generador de problemas para el Estado que, por ejemplo, debe estar presente cuando una catástrofe como el incendio de una fábrica, nos deja con un centenar de hijos de trabajadores huérfanos, pero, año tras año se nos "incendia una fábrica" de padres que evaden sus responsabilidades para seguir viviendo la vida loca, y que el aumento de huérfanos lo pague otro.

  [D] Adopciones para lesbianas y afeminados: Sus improductivas uniones equisexuales [biológicamente -como si hiciera falta- está probado que no pueden reproducirse ni entre dos mujeres, ni entre dos hombres] no son un problema, sino una solución que aporta cantidades de padres y madres dispuestos a adoptar "mezclados", o sea: lesbianas pudiendo adoptar niños, y afeminados pudiendo adoptar niñas, siempre dejando que en última instancia decidan los menores.
Siendo los hijos del Estado, mientras la pareja equisexual pague la correspondiente cuota mensual, el Estado terceriza en ellos la crianza y educación de un huérfano, pero pagando pues el Estado necesita de esos ingresos para los chicos menos afortunados que nadie quiera adoptar [creo que esto no es "vender" a un niño, sino comprarle un futuro].

  [E] Supremacía paterna: Desde la década de 1970 en U.S.A. [Bader Ginsburg, caso Moritz] y luego en el resto de occidente, la ley fue borrando meticulosamente lo que le quedaba a esta supremacía, excepto en el área lingüística, así un padre y una madre siguen siendo los "padres", y expresiones como "patria potestad" que proviene de un dominio milenario se seguirán usando aunque modificadas en busca de una igualdad práctica. No hay impedimentos para la familia matriarcal, y de hecho la "polifamilia" actual producto de los varios matrimonios y casamientos es micro-matriarcal, y muy alejada de la gran familia patriarcal clásica que además de un patriarca tenía los fuertes lazos laborales de la empresa familiar. Hay algo en los genes y en la constitución del cerebro que las leyes no van a poder cambiar nunca: antes de crecer y convertirse en un macho alfa, o de seguir a un macho alfa, los niños quieren más a sus madres pero siguen las órdenes de sus padres [o los desobedecen menos], mientras que las niñas son consentidas por sus padres y eso las hace más independientes, lo que las lleva a preocuparse por encontrar una pareja, más que a encontrar a un líder, o macho alfa, que seguir.

  [F] El divorcio con la Iglesia: Los creyentes que van por el segundo enlace se evitarían varios problemas si [igual que como la Iglesia obliga a tomar un curso] el juez nos informara de nuestros derechos: "una vez casado usted tiene derecho a permanecer callado, todo lo que diga puede ser usado en su contra, antes de firmar tiene derecho a asesoramiento legal, si no lo tiene se le proveerá de un defensor público".
Este asesoramiento permitirá reservarse causales religiosas de nulidad para evitar ser discriminados por su comunidad religiosa, más la aparición de contratos prenupciales que den salidas a los fracasos matrimoniales evitando juicios que los arruinen económicamente para único beneficio de los abogados.
El Estado, la Iglesia, y las asociaciones de mujeres deben colaborar en materia educativa para que una mujer con dos hijos chicos y un marido prófugo evite, no la fuga del marido, sino un tercer embarazo y posteriores.
Que las futuras generaciones tomen conciencia de que existe la posibilidad de regular la natalidad, y si les gustan mucho los chicos, ténganlos más espaciados, y después de los veinticinco años de edad y cinco de matrimonio [o sea, bien consolidado].

  [G] Del patriarcado al matriarcado: Propongo que una familia sea la madre y sus hijos independientemente de sus padres [los bienes gananciales serán repartidos "50% y 50%" mientras no hayan hijos].
Disuelto un matrimonio, la tenencia de los hijos debe ser del Estado que paga desde el parto o la cesárea, hasta las vacunas que se les dan a los niños, y también se encarga de su salud y educación, independientemente de que algunos padres tengan el poder adquisitivo para pagar esto voluntariamente de su bolsillo.
El Estado puede delegar la tenencia negociando con los padres, por lógica, los más capacitados para hacer de padres aunque no sepan ser esposos. Esto debe ser así para evitar para siempre los problemas internacionales de los padres "viajeros" que se llevan a los niños que, si nacen en este país, son del país [así "ser argentino" querrá decir "ser propiedad de Argentina"].
El mundo fue un mundo de hombres, pero en el siglo XXI cualquier mujer puede hasta ganar una guerra con sólo apretar botones, y no puede ser puesta en duda su mayor habilidad para apretar botones más rápido que los hombres [y lo sostengo yo que soy una "luz" con los dedos].
La familia tal como se la ha conocido por siglos, fue una conquista social femenina para no estar indefensa mientras se dedicaba a la crianza de los niños, pero, ahora la crisis de esa institución no se debe al hombre, sino a la nueva mujer convertida en fuerza productiva en ascenso constante frente al retroceso masculino que se hace más evidente cuanto menos músculos necesite cualquier actividad, entre ellas una actividad "femenina" como pocas por sus métodos pero insólitamente reservada casi en exclusividad a los hombres: la política.
Los dos pilares de la política son la seducción y las mentira [no lo digo peyorativamente hacia la mujer sino hacia la política], y se comparta o no esta afirmación, no hacen falta muchos músculos para ser político por lo tanto en cuanto las puertas se abran no van a volver a cerrarse: la mujer está mejor capacitada para la política, además, los hombres ya estamos acostumbrados a creerles mientras que somos más desconfiados con otros hombres, algo que los partidos políticos tradicionales no parecen interesados en querer explotar.
Es una cuestión de tiempo, primero ingresaron al mundo académico donde se encontraron con los mejores hombres, luego asaltaron el mundo empresarial donde se les sigue oponiendo resistencia pero nunca les han ocasionado un solo retroceso, y finalmente van a entrar en la política más allá de la formalidad que implica una ley de "cupo femenino" del 30% que no es una conquista sino una barrera: los políticos pusieron entre ellos y las mujeres un "cordón" de mujeres políticas mononeuronales que sólo sirven para desalentar al resto de las mujeres para entrar con convicción en la política.
Cuando la mujer deje de delegarle la política a los hombres, caerá el último reducto psicológico del agonizante patriarcado, pero, para que esto suceda, las mujeres deberían desafiliarse de todos los partidos tradicionales y crear su propio partido político.
Estadísticamente las mujeres más inteligentes se casan menos. Si lo que la sociedad busca por medio de la educación gratuita es que todos alcancen a desarrollar su potencial, o puedan simular eficientemente ser inteligentes, las consecuencias serán que cambie el equilibrio de poder, no en cuanto a que el dinero fluya de unas manos a otras, sino que tarde o temprano tras cincuenta años de educación igualitaria que [ahora nos parece extraño pero siempre se habían privilegiado a los varones] producirá un cambio en las relaciones sociales, la más probable es la de escuelas de mujeres para mujeres en todos los niveles incluido el universitario, luego, la demora en llegar a la maternidad, y tercero, por lógica [ya está pasando] la baja en los matrimonios [menos matrimonios y de menos duración].
Cuando asuman a la maternidad como algo privado, al matrimonio como algo temporal y no como un mandato social para toda la vida [una inercia de otras épocas para darle un heredero varón al hombre que las mantenía], cambiará el mundo.
Estamos en una época de transición del patriarcado al matriarcado, por el desplazamiento del varón como proveedor y eje de la familia, hacia otro que comparte la provisión [gracias a las máquinas que hoy hacen el trabajo pesado masculino], a la larga quedará un único eje lógico en la nueva organización, pues hay una sola mujer, varios hijos de diferentes matrimonios, varios ex maridos, y el doble de abuelos.
Por eso creo que la nuestra tiene a la última generación de "Magdalenas" que viven como víctimas en la queja permanente, para siempre inimputables por cualquier crisis de la pareja, primero porque con un matriarcado tendrán que asumir el grueso de la responsabilidad y, segundo, porque hoy el psicoanálisis en caída libre ya no inculpará a las madres por todo: vía libre para tomar el poder y al mismo tiempo compartir las culpas si se equivocan.
El cambio será traumático por toda una cultura milenaria que ha implantando el concepto de familia con un rey-guardián a la cabeza, una mujer felizmente relegada a la crianza de los niños, mismos que son criados "en la ausencia del padre que trabaja" y en consecuencia "formateados" para construir familias iguales.
La mujer moderna que trabaja comparte el reinado en la familia, siente la carencia de protección que siempre esperó recibir, mientras el varón siente la falta de sumisión que siempre creyó merecer, y así vamos a tener varias generaciones traumadas hasta que el formato matriarcal se instale lentamente [para el 2030] para no tener una guerra de sexos que sólo puede terminar como en los países del Islam con la derrota y esclavitud del más débil y, yo realmente creo que en el origen del Islam hubo una guerra de los sexos que los hombres victoriosos borraron de la historia [lean "Las mil y una noches": esas eran otras mujeres con mucho más carácter que las actuales].
Por culpa de la nueva economía vamos hacia un gran matriarcado "globalizado", con unos pocos patriarcas [los hombres muy exitosos], y así la eterna crisis de occidente, ahora va a llegar hasta China por culpa del liberalismo y su propensión a sacarle el jugo a toda la fuerza laboral disponible.
Yo creo que va a pasar algo inevitable por razones "de mercado", sin importar que las feministas comunistas retrasadas del siglo XXI estén alborotando las cosas contra el patriarcado que no existe desde el siglo XIX. Una feminista actual es evidente y poco convincentemente una berreta quintacolumnista de los nostálgicos de la toma del poder por las guerrillas de izquierda largamente derrotadas. Los únicos países comunistas que quedan son China, Vietnam, Laos, Corea del Norte, y Cuba, con los dos primeros saliendo del comunismo, y con el último dando los primeros pasos en esa dirección tras su último y más grosero error que fue arruinarle la vida a los venezolanos [obviamente en estos países no tienen ni noticias de algo parecido al feminismo].
Fuera de allí, las mujeres ya son la visible vanguardia de las izquierdas, logro que no debe ser motivo de orgullo, o sea: no son la vanguardia activista de una ideología exitosa e intelectualmente pujante e innovadora, sino de una ideología fracasada y en franco retroceso que celebra el logro de conseguir algunos minutos gratis de televisión por reclamar cuatro o cinco pavadas de mala manera: han recorrido muchachas un largo camino, y ahora han asumido el deber de "tomar la lanza" para tratar de "sacarles las papas del fuego" a la otrora poderosa y temible izquierda, pero, sólo están en ese sitial por tener una vagina y, aunque no puedo probarlo, me parece que las están usando.

  [H] La infidelidad: Siempre que se discute sobre política con estadounidenses, en algún momento ellos nos largan este consejo: "primero resuelvan sus problemas internos", y lo mismo cabe aconsejarles a las mujeres.
El problema de las mujeres son las otras mujeres con las que llevan una competencia despiadada a tal punto que hasta una mujer de sesenta años casada desde hace cuarenta y con tres hijos, deba cuidar a su marido del acecho de chicas de veinte años [y no por mérito de ese hombre en particular].
Cabe plantearse la cuestión de la infidelidad como una solución para dos mujeres [complotadas, claro], y no como un problema para una porque, evidentemente, éste es el abandono y así lo han entendido las mujeres por generaciones hasta que, primero, cierta autonomía económica y, segundo, un gigantesco complot judicial contra los hombres más exitosos dieron vuelta la historia con un final impredecible sobre el futuro del matrimonio.
La familia como sostén económico y contención psicológica durante el crecimiento de los hijos ha sido insuperable, pero el matrimonio como institución jurídica ha fallado y sólo funcionó mientras el hombre tuvo el control total de la coerción interna, cuando obviamente no era justo dejar eso en manos de un animal.
La solución fue postergar el matrimonio para después del quinto año de convivencia, lo que mejora estadísticamente la perfomance del matrimonio, pero, como ahora se rompen más "convivencias" que matrimonios, la solución no hizo nada por la estabilidad de las parejas, ni por recuperar la familia tradicional que cínicamente toleró a la infidelidad para el puro goce sexual y descarga maculina [por ser funcional, pues a los beneficios para el cuerpo y la mente, la infidelidad sumaba el producir adrenalina].
El abandono del cónyuge que ahora está penado por la justicia con una legislación tan dura que espanta [hay hombres que se desmayan en el registro civil, nunca una mujer], podría reducirse con una legislación que aliente económicamente a mantener la familia tradicional con sus tradicionales infidelidades, pero, menos abandonadas y menos hijos "condenados al diván".
El matrimonio debería reformularse para incluir un mínimo "control de daños", esto terminaría con las uniones extra-matrimoniales. Estos contratos prenupciales deberían ser obligatorios y hasta sugiero incluir metas que permitan anularlo si no se cumplen, por ejemplo: ser propietarios en no más de cuatro años, en zona residencial de determinadas características, y con tantos metros cuadrados según los hijos, mismos que deben estar pactados con cifras mínimas y máximas, terminar la carrera universitaria para quien se haya casado siendo estudiante, más las condiciones de reparto si deciden anular el matrimonio, etc. pues a quién se le ocurriría proseguir con el "proyecto de pareja para toda la vida" con quien no puede cumplir ni el proyecto de un mísero año, descartando el "amor ciego" y el "contigo pan y cebolla" [las metas consumen tiempo que se le resta a las peleas domésticas y a la infidelidad, es más: el marido que no cumpla sus metas, se portará como un santo más allá de la fidelidad].

  [I] Seguro: Los hombres deben proponer que una familia sea la madre y sus hijos, y que tras una separación, los bienes gananciales no se dividan al 50% sino al 33% entre el que puso el dinero, la que puso el útero, y los hijos en común, terminando con la "cuota alimentaria" que es una verdadera estupidez.
Para las mujeres tener hijos es un privilegio biológico, mientras que para los padres es una simple cuestión de orgullo, entonces, que paguen por ella [si además de tener en su currículum una importante cantidad de hijos que los acrediten como "machos", también obtiene el amor de esas criaturas, mejor para ellos]. Depende de las mujeres el proponer una nueva legislación menos feminista que desemboque en que tengan más hijos los mejores "proveedores" y no los más "machos".
El modelo actual evidentemente no está funcionando: Los abandonos siguen, las mujeres golpeadas están como siempre y, así promueven que sus hijos tengan malos matrimonios todavía más inestables que los de su generación, que a su vez generarán otra camada de parejas que no sabrán cómo mantener una familia estable sorteando las inevitables dificultades que el destino les pondrá en el camino, aumentando el problema exponencialmente.
Será más efectivo [y en concordancia con el "resuelvan sus problemas internos"] el uso masivo del seguro de matrimonio.
¿ Acaso no se aseguran los autos y otras pavadas menos importantes ?: Aquí la aseguradora renovará las pólizas tras mandar inspectoras que evalúen la forma en la que el hombre mantiene su casa, o si cumplió las metas anuales, etc.
Usted puede ser una belleza espectacular, pero, eso no le da ningún seguro, entonces mientras la belleza le de cierta tranquilidad, contrate un seguro porque le cobrarán una tasa baja obviamente guiados por el lógico pensamiento: "¿ quién va a abandonar a una mujer de tanta belleza ?".
¿ Cuál es el problema si se lo va a hacer pagar a su marido y si todavía hay más matrimonios que divorcios, eso también sería un negocio atractivo para las aseguradoras ?
De paso, cuando usted dude de su esposo, ya no llamará a un investigador privado sino al que le vendió el seguro: imagínese que una mujer más joven le roba el marido, pues bien, ella quiere casarse y tener seguridad económica por lo que querrá un seguro de matrimonio, pero, ¿ cómo conseguirá un seguro el sujeto que abandonó a su esposa anterior sino pagando tasas altísimas ?
El problema de la infidelidad, excepto que un hombre abandone a su mujer para irse con otro hombre, tiene siempre a otra mujer apretando el gatillo, y así la "otra" no robará maridos insolventes, pues conseguir un seguro implicará menos dinero en su bolsillo, y más en un fondo indemnizador de abandonadas.
Hagan un "Congreso femenino", funden cooperativas femeninas de seguro matrimonial, redacten los nuevos contratos prenupciales que los maridos firmarán para proteger su patrimonio, así que ustedes protejan lo suyo pues el contrato debe ser equilibrado sin supremacías: definan y firmen qué es lo "justo" cuando se llevan bien, pues un contrato prenupcial abusivo incita a violarlo o a "hacer que parezca un accidente" [y tras una pelea lo justo deja de existir y sólo importa lo vengativo].
En U.S.A. el 14/09/1953 el informe Kinsey los despabiló sobre que el 25% de las mujeres le era infiel a sus maridos y que el 50% no llegaba virgen al matrimonio, ¡ imaginen el terremoto una década antes de la píldora nticonceptiva ! [después se supo de su falta de rigor científico mal intencionado, pero el terremoto ya esta causado].
En el año 2010, es entendible que ya no se dramatice que el 99% de las mujeres no llegue virgen al matrimonio, es más, ya nos asombramos cuando una mujer llega soltera al matrimonio.
La mujer separada y con hijos tratando de sacarle dinero legalmente a su ex-marido [dejando una gran parte en manos de su abogado], está indefensa comparada con la mujer separada que aprendió su oficio y hasta le quita clientes al ex-marido [las mujeres pueden ser doctoras de mujeres y mecánicas de autos de mujeres], incluso para conseguir nueva pareja [con estudiada selectividad] es mejor la "vidriera" laboral que quedarse encerradas en su casa llorando su mala suerte, y para ello no hay que quedarse encerradas cuando las cosas marchan bien, aprovechando al maestro gratuito en casa.
No puede haber una ley que obligue a las esposas de los médicos a estudiar medicina, pero sin dudas es una consecuencia de la "Ley del menor esfuerzo" que debería convertirse en una tradición [en algún momento cada tradición fue una novedad].
La vulnerabilidad económica de las separadas las convierte en presas sexuales "entregadas" a enamorarse como si fueran adolescentes sin haber aprendido nada, pero, afortunadamente cada vez más mujeres hacen las cosas mejor, pese al actual pico histórico de fracasos matrimoniales: "Amor" es indefinible, pero, mantener un matrimonio es aprender a ser imprescindibles, y "capitalizar" un divorcio quedándose con una casa, es peor que capitalizar el matrimonio quedándose con un título universitario [si no, están entendiendo mal el concepto de "menor esfuerzo"].
Los hombres saben que cuando comienzan a ser menos imprescindibles, los que antes se mantenían alejados de su mujer, comienzan a merodearla guiados por su olfato, conectado directamente con la parte más animal e inmisericorde del cerebro.
Por eso el consejo para que las esposas dejen de trabajar y se queden en casa es la carnada perfecta: la ley del menor esfuerzo mal entendida. Claro que después de algunos años llega una joven profesional y les roba el marido sin despeinarse, ¿ y el hombre debe pagar ?, ¡ ya les pagó por unas largas vacaciones de vida gratuita y haraganería a cambio de nada !, y no sirve escudarse tras los hijos, pues adoptaron una pésima estrategia y siempre pierden [excepto para la que se haya casado directamente por dinero y no le interese ni el matrimonio ni los hijos], pues se puede ganar dinero, pero se pierde un hogar, y si la madre piensa en los hijos debe evaluar lo que les implica la pérdida del padre.

  [J] Un nuevo orden: El viejo orden con un 80% de matrimonios para toda la vida y amor eterno es insuperable, pese al 10% de matrimonios fracasados por violencia doméstica, y al 10% fracasado por infidelidades masculinas o femeninas. Pero, cualquier orden es mejor que el desorden actual. Hoy egresan de nuestras universidades más mujeres que varones, hay más madres solteras profesionales que nunca [por vocación y no por ingenuidad], los matrimonios de clase media y alta se retrasan y duran menos, excepto por las clases muy altas que son más patriarcales y duran más "a la antigua". Las clases bajas se reproducen inconscientemente como conejos, y las mujeres promedian los cinco hijos con tres padres distintos. La tasa de natalidad está subiendo en base a estúpidos subsidios pero bajando en la clase media, y todo señala lo obvio: vamos hacia un matriarcado desordenado y empobrecido para los sectores mayoritarios, y manteniendo un patriarcado refinado y civilizado en los sectores más acomodados, exitosos, y liberales, cuando de ser "ordenado" [relean bien este tema], la sociedad pasará esta etapa de cambio mucho mejor, hasta que no resolvamos el problema de por qué carajo las parejas actuales ya no se aman durante toda la vida como las anteriores, con lo lindo que es amar y ser amado, pero así son las cosas, y la mujer trabajadora actual pasando más tiempo afuera de su casa aumenta la infidelidad femenina, e incluso la vuelve rentable por beneficios laborales, con lo que estamos liquidados, a no ser que las mujeres se mentalicen para tener una larga convivencia en vez de un primer matrimonio, y sólo tener hijos con su segunda o tercera pareja después de los 27 años y con un título universitario ya obtenido, para no sólo ser "la mujer de", sino ser su compañera de trabajo, o mejor aún: su socia.
Esto sucede cientos de veces con matrimonios entre médicos y enfermeras, potenciando a éstas y llevándolas a recibirse de médicas. Esto es bueno pero rara vez imitado en otras profesiones, por eso en el área salud sería muy interesante formar profesionales exclusivamente con docentes femeninas para recalar en hospitales exclusivamente femeninos, de modo que ya no hayan hombres obligando a mujeres a desnudarse, y menos con permiso para tocarlas [obviamente, cada mujer será libre de elegir un hospital femenino, masculino, o mixto].
Conclusión: De la misma forma libre una mujer joven puede decidir ser parte de una familia patriarcal, o construir una familia matriarcal, pero siempre controlando que no se sume una segunda generación de niños antes de alcanzar una solvencia económica estable, en ese sentido una recomendable inversión en una educación de calidad, y en última instancia la despenalización del por siempre cuestionable pero necesario aborto, son las herramientas para que las familias, que son las células de la sociedad, sean más sanas.

Claudio Corniola


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