[A] Aconsejar, pontificar, sermonear: Aconsejar es algo que está prohibido en Argentina en donde suelen insultar al "consejero" [supongo que por gastar millones de dólares en libros de autoayuda, y tan poco en libros de buenos modales], por lo que le aconsejo llevarse sus consejos a donde no sea como sembrar en el jorobado desierto.
Pontificar: Dar consejos inapelables con predicciones de calamidades apocalípticas para quienes no los acepten.
Sermonear: Sancionar a quien cometió un error pese a haber sido aconsejado o pontificado previamente [el sermón comienza generalmente con un "te lo dije"].
[B] Ejemplificar: Las anéctodas reemplazan, elípticamente, a los consejos, por ejemplo, esta historia:
Una señora se fracturó uno de los dos huesos del antebrazo [o sea, entre el codo y la muñeca], su familia la llevó al hospital y de allí salió para su casa correctamente enyesada [y aquí podría haber terminado la historia para servir de ejemplo sobre lo que se debe hacer ante una fractura pero... esto sucedió en Argentina].
Como a esta señora al día siguiente el dolor todavía no se le había ido, concluyó que evidentemente los médicos no la habían curado bien, así que visitó curandero tras curandero hasta llegar a un "huesólogo" [esos que "acomodan" huesos] que con la sóla ayuda de un asistente y sin quitarle el yeso, ni mirar sus radiografías, comenzó a retorcerle y tironearle la mano para arriba y para abajo [mientras que la paciente cantaba "Aurora"].
Antes de cobrarle y mandarla para su casa, el huesólogo le profetizó que para mañana se le habría ido el dolor y... acertó.
Aquí también podría haber terminado la historia, pero, sigue: el dolor habría cesado porque al volver a separar las dos partes de hueso fracturado, uno de los bordes filosos del mismo cortó un nervio haciéndole perder la sensibilidad, o se cortó una arteria por lo que el brazo sin irrigación sanguínea se "duerme" y en pocas horas muere, algo evidenciado en que al poco tiempo lo toma la gangrena, y aquí también podría terminar esta historia de porquería para que sirva de ejemplo de lo que no se debe hacer con una fractura, pero, por culpa de los médicos que habían hecho que el huesólogo fracasara [aunque para la mentalidad de ella había sido el mejor de todos ya que le había quitado el dolor] y, como a esta altura de la historia la señora tenía fiebre y su brazo bastante olor a podrido, ya era la hora de ir a... la Iglesia.
Si una vez allí alguien le hubiese dicho: "señora déje de hacer estupideces y vaya al médico", la historia terminaría pero... la derivaron a un cura sanador [y por milagro no llegó a verlo, ya que se desmayó en la cola para entrar a su parroquia, y algún ateo ignorante que nunca falta le pidió una ambulancia por teléfono].
El médico novato que llegó clavó su mirada en los dedos morados sobresaliendo del yeso [al mismo tiempo que comenzaba a llegarle el olor a podrido], rápidamente, cortó la remera para ver hasta donde estaba tomado el brazo y encontró manchas verdeazuladas sobre la clavícula y, al mirarle la espalda, encontró otra enorme mancha sobre el omóplato.
Con la paciente volando de fiebre por la infección, hubo que meterla por la fuerza en el quirófano [se defendía dando patadas y gritando: ¡ me quieren matar !], y después de un huesólogo y algún que otro curandero de menor jerarquía, más un cura sanador que no tuvo la oportunidad que se merecía, hubo que "desarticularle" el brazo cortando a través de la articulación del hombro [en vez de serruchar por la mitad del brazo dejando un "muñón" como en una amputación normal] y de cabeza a terapia intensiva por la infección generalizada.
Así, después de curadores y curanderos que le sacaron todo el dinero posible, se salvó gratis de morir porque gracias a Dios todavía existen los hospitales públicos, en donde yo fuí el último en estrechar su mano cuando los cirujanos me pasaron el brazo infectado para que lo tire en una bolsa de residuos patogénicos.
Por eso no soy de dar consejos [son muy capaces de morirse antes que aceptar uno] pero, reparemos lo reparable o amputemos cuando haya que amputar, sin dudar, sin rodeos, sin dar falsas espectativas fabulando con curas mágicas.
Al Estado le pedimos que haga de todo, cuando convendría que se concentre en hacer bien sólo algunas cosas, para lo cual le sobran los presupuestos que hoy despilfarra en cosas ridículas como penes de madera.
Con la fractura de esta señora no falló Salud Pública, porque fue correctamente tratada e, incluso, fue salvada de morir, entonces, se falló al no educarla, lo que la llevó a perder un brazo y, al sistema de salud, perder plata con su segunda y más larga internación que no fue un hecho aislado ya que hay cientos de casos por año donde los médicos se encuentran con cadáveres abrazados a estampitas, o botellitas de plástico con la forma de la virgen María llenas de agua bendita, muertos por una simple apendicitis teniendo teléfonos por todos lados y siendo gratuitas las llamadas al servicio de emergencia.
Sin llegar a casos tan extremos, hay miles de sujetos que son capaces de pasarse dos años tomando analgésicos y masticando de un lado de la boca porque les duele una muela del otro lado y sólo van al dentista cuando tienen la cara deformada por la inflamación y ya no queda muela que salvar.
O sea que, en lo poco que todos estamos de acuerdo que el Estado debe hacer, por no hacerlo en forma coordinada, fracasa y seguirá fracasando, y no sólo es culpa del Estado: el principal diario argentino es privado, y publica todos los días el horóscopo y hace uno especial de dos páginas los fines de semana.
No hagamos una caza de brujas [aunque aquí se trate justo de una caza contra las brujas, curanderos, etc.] pero, desde la educación y la propaganda estatal, les debemos declarar la guerra.
[C] Ejercicio ilegal de la medicina: Todas las medicinas alternativas hacen un extraño culto por lo natural [no deben saber que las bacterias también son naturales], y según sus seguidores hay "farsantes que bastardean a la profesión", y por eso les
propongo, así como hay un registro de cultos, crear un registro de "alternativas" integrado por un congreso con representantes de éstas, que debata y autorice la práctica de "alternatividad" a las neoterapias que brotan a diario.
Que los mismos "alternativistas" examinen y autoricen a los nuevos y, por supuesto, que se hagan cargo de lo que autorizan [aunque ésta no sea la solución ideal, por lo menos impone algún tipo de orden].
[D] Testigos de Jehová: Conocí a una "testigo" que seguramente se ganó el cielo, y por respeto a su memoria nunca exploto delante de uno de ellos, pero, no me guardo el siguiente fragmento de una carta de Pedro incluida en el nuevo testamento:
"Que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado, y de fornicación; de las cuales cosas si os guardareis, bien haréis. Pasadlo bien".
El suicidio por omisión es pecado, pero por este texto los "testigos" se prohiben el recibir transfusiones de sangre.
El Concilio de Jerusalén fue convocado para decidir si los seguidores de Cristo debían circuncidarse según el rito de Moisés, y Pedro decidió no asustar a los conversos con la práctica de tan absurda cirugía, después de todo, si Dios quisiese al hombre circuncidado, le habría hecho el coso distinto.
Como el cristianismo nuevo no podía sino integrarse de judíos conversos y gentiles [paganos e hinchas de otros dioses] y los judíos ya venían circuncidados tal como Cristo que nació en una familia judía que seguía los rituales judíos y por lo tanto lo circuncidó siendo un bebé, y por eso los cristianos ex-judíos querían que los gentiles ya adultos voluntariamente se cortaran allí abajo, y así casi se produce el primer cisma religioso.
Como en esos tiempos los gentiles ya aportaban más dinero que los judíos conversos [viejo estigma judío], algo vital para una religión en desarrollo, la solución para no alejar a los ex-paganos con el deseo de convertirse, no sólo fue descartar la circuncisión sino que a quienes practicaban rituales como sacrificar animales
para beberse la sangre [algo ya prohibido desde tiempos de Moises], por una insistente iniciativa de Pablo, Pedro apenas si les sugirió que: "si os guardareis, bien haréis".
Una vez decidido no circuncidar, se envían emisarios a todas las ciudades donde el cristianismo tenía seguidores [con el mensaje ya citado de las cosas de las que sí debían abstenerse].
O sea que de la carta de Pedro que definía que para ser cristiano no era necesario ni circuncidarse, ni matar a un animalito para beberse su sangre, se pasó autodestructivamente a prohibir un acto de amor como el de donar sangre que precisamente se hace para que un enfermo [generalmente un pariente compatible] pueda pasarlo bien [y hasta le niegan transfusiones a sus hijos, cuando los niños son ateos por naturaleza].
[E] Pseudociencias: Como un cristiano se siente frente a una desviación herética de su fe [supongo que con ganas de quemar herejes], o como los astrómomos deben sentirse frente a los astrólogos [más cualquier científico cuando discute con un activista de una pseudociencia "afín"], así deberían sentirse los políticos ante el surgimiento de una pseudociencia política, pero, en realidad no existe una ciencia política "dura" [como la física o la matemática] y nuestros políticos son los representantes de una pseudociencia que todavía está sola [la quiromancia estaba sola hasta que un argentino inventó la dactiloscopía].
Lo que estoy tratando de decir es que los que nos gobiernan tienen el mismo estatus intelectual que los astrólogos, aunque, en honor a la verdad, estos aveces la embocan.
[F] Teoría del auto-caos: Abundan ejemplos como el de la fractura que terminó en una amputación, y todos nos hemos visto en alguna situación tontamente obcecados en hacer lo posible para terminar mal, una especie de instinto suicida de distintos calibres: personal, familiar, social, y hasta nacional.
¿ Por qué el niño que le teme a la oscuridad al punto que sus padres deben dejarlo domir con alguna luz encendida, después en la calle se divierte arrojándole piedras al alumbrado público ?
¿ Por qué quienes van en tren a trabajar rompen sus asientos y ventanas, si deberán usarlo para regresar a sus hogares, sumando meses de incomodidades hasta que lo reparen ?
Algunas personas sienten tanto placer al destruir cosas que no les pertencen, que les desborda su capacidad de razonar pues se destruye algo puesto a su servicio [asientos, ventanas, luces, etc.], o que en un futuro les podría servir. Luego no es cuantificable el displacer por las molestias que inevitablemente se deberán sufrir por su propia culpa, más las culpas acumulativas de cientos de idiotas auto-caóticos.
El estúpido placer obtenido se llama "vandalismo", que según el diccionario español significa "espíritu de destrucción que no respeta nada", derivado de los Vándalos, una tribu germana que invadió España [que luego sumó vandalismo, genocidio, y cristianismo en América, sin ser penalizada con ningún adjetivo].
El adjetivo "autocaótico" difiere de "vándalo", en tanto le cabe a estúpidos que destruyen bienes propios, o que sin ser exclusivamente personales les pertenecen a su propia comunidad.
Dejando atrás la vida en la selva [y no está prohibido volver a ella], vivir en una sociedad implica la suma del trabajo de todos para todos, cuidando y mejorando los bienes públicos, pues el motivo de vivir en sociedad, excepto en Argentina, es enfrentar al caos y la imprevisibilidad de la naturaleza [y sus depedadores].
Esto explica por qué se siguen a líderes que sólo pueden causarle perjuicios a la sociedad, y también explica cómo funcionan ciertos prejuicios auto-perjudiciales: La destrucción del orden del otro [que sin excusas válidas será siempre un delito], para una mente limitada y con tendencias violentas, no sólo pasa por el placer de causar daño, sino que de una forma perezosa le llevaría a creer que eso le traerá orden a su propia vida [es obvio que es más trabajoso poner orden que destruirlo].
En ese sentido, la estructura del pensamiento socialista, peronista, sindicalista, piquetero, universitario protestador "anti-todo", y hasta el del colonialismo español, tienen la misma raíz que el auto-caos, y eso explica por qué necesitan tanto de la "movilización": porque sin la gente actuando, no hay destrucción.
Si destruir para empeorar las condiciones de vida propias es estúpido, peor es el adjetivo aplicable a quienes hacen apología del caos [me refiero a los periodistas], por dos vías: primero premiando a los generadores de caos con la fama instantánea lo que arrastra a más vándalos a hacer de las suyas "en banda", y la segunda forma es cuando el periodismo incuba caos magnificando pequeños hechos caóticos de la vida cotidiana llevándolos al nivel de conspiraciones planificadas por fuerzas ocultas, generando miedo en la población, y "tirándole" ideas a los autocaóticos.
Una noticia del tipo: "Una nueva fábrica robotizada puede armar un auto en cinco minutos",
ni estando borracho el director del noticiero tramsmitiría en vivo esos cinco minutos de armado porque la gente le cambia de
canal, pero, si un automovilista intenta atravesar un piquete y una horda de manifestantes le destruyen el auto, pues no sólo
lo van a pasar entero... ¡ sino que lo van a repetir varias veces !, porque lamentablemente tenemos apetito por la
destrucción y los noticieros "hacen la lógica". El fan de alguma personalidad del espectáculo o deporte
puede perder una hora viendo una transmisión sobre su biografía, pero, no uno sino toda la audiencia va a devorar horas
de T.V. para ver su caída en desgracia y, aunque cueste ver la conexión, esta es la raíz del rating [no muy alto
afortunadamente para la salud de nuestra sociedad], de los programas de televisión pagados por los gobiernos peronistas y
kirchneristas con una mecánica harto repetida: una falsa denuncia que la justicia va a desestimar, pero cientos de repeticiones
de la noticia incluso con posterioridad a ser desenmascarada como falsa, donde la más inmoral de todas es insistir repitiendo
que el fiscal Alberto Nisman se suicidó cuando ya está probado ante la justicia con la coincidencia unánime de
todos los peritos convocados por el juez... ¡ como si hiciera falta hacerlo frente a un asesinato tan descarado y sólo
posible en un país en donde reina la impunidad para los que gobiernan !
Claudio Corniola
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