LA MILITANCIA PERONISTA O... "LA CAMPORA":
Yo fui un adolescente politizado [cuando la cancioncita de fondo no para de sonar en las radios], y me acuerdo haber oído a muchos de mis mayores decir: "yo soy peronista de Perón"... y después lo votaban a Cámpora, que duró dos minutos hasta que volvió Perón del exilio y lo rajó a patadas por llenarle el gobierno de putos y de zurdos.
La militancia "K" es muy diferente a la vieja militancia peronista.
Antes un militante vivía para el partido y su líder.
Ponía dinero de su bolsillo, su auto para llevar "compañeros" desde zonas
difíciles hasta los lugares en donde se votaba, y hasta sus casas para ser "Unidades básicas"
[denominación ligeramente militar, y muy pelotuda, para designar a un centro cívico peronista].
Y a cambio de todo esto, y después de muchos años, tal vez se lo premiaba con
un puesto de empleaducho en algún municipio, banco oficial, o empresa estatal.
En cambio, los muchachos de "La Cámpora" [otra denominación pelotuda,
homenajeando a un chupaculo de Perón con dos dedos de frente, que traicionó a la izquierda a la que
consiguió engañar], no comienzan su militancia asistiendo a alguna marcha -ni en pedo abandonan el aire acondicionado de sus oficinas- sino como
gerentes o asesores de empresas, e incluso comienzan su
militancia por ejemplo en la derechista UCEDE [como el nuevo millonario vicepresidente de la Nación].
O sea, de la izquierda a la derecha, del auto al servicio del partido al avión privado
[como Jaime], de la casa convertida en "Unidad básica" al piso en el menemista Puerto Madero
[como la mitad del gabinete que no vive en un lujoso barrio privado amurallado].
En fin... no se le puede negar al kirchnerismo el hecho de haber disminuido la pobreza creando nuevos millonarios.
Supongamos que esta millonada de dinero gastada en adquirir inmuebles lujosos o empresas que
después le sobrefacturarán al Estado, haya sido dinero ganado en buena ley [un peronista famoso como
Barrionuevo reconoció que en el peronismo nadie hizo la plata trabajando... y no lo expulsaron del mismo], lo
asombroso no es el incremento patrimonial tanto como el incremento en la ceguera de los kirchneristas "de abajo"
que se niegan a ver y discuten a muerte defendiendo lo indefendible.
¿ Quieren profundizar el modelo ?, bueno... prueben echando a unos doscientos millonarios del
gobierno -que no sean empresarios hoteleros, porque el poder ejecutivo quedaría acéfalo-, o algo así,
porque el kirchnerismo tiene un formato de poder bicéfalo: antes Néstor y Cristina, después Cristina
y Néstor, y hoy Cristina y Máximo [que no parece ser hijo de Cristina, sino más bien hijo de
Néstor y Zannini] y, como Máximo no detenta cargo público alguno, no habría forma de darle
salida del poder. Su poder pertenece a una de las formas clásicas con las que los antiguos monarcas se
mantenían en el poder, a saber: amor, dinero, miedo [el amor de Cristina, el dinero que le hace ganar a su séquito,
y el temor que le tiene la prensa].
Vale recordarle a los kirchneristas "de abajo" que desde hace por lo menos cinco
años que ya no se habla ni discute de política [por ejempo sobre inflación, pues ya no vale la pena
discutir cuando el adversario niega hasta que la sangre es roja], porque en realidad de lo que se discute es siempre de su
corrupción, o de el silencio obsecuente de los kirchneristas "de abajo" haciendo la vista gorda con el
enriquecimiento de los kirchneristas "de arriba".
Quiero recordar que según la teoría desarrollada en el primer capítulo de mi
libro "Adiós al neoliberalismo" [año 1999], en cuestiones vinculadas a la política [incluyendo a la
corrupción], nadie puede ser convencido de nada, por lo tanto todo el gasto kirchnerista en comprar medios no
convence a nadie que ya no tenga "abrochado", por lo que le sería más barato seguir comprando
votos mediante subsidios y otras dádivas que las concede la presidencia de la Nación en su beneficio,
pero las pagamos nosotros vía impuestos e inflación.
Ir al "Archivo Negro" peronista.
|