ANTECEDENTE: Inicié esta reconversión del "Hyper Hospital" un sitio dedicado a la instrumentación quirúrgica, para darle consejos al gobierno sobre el tema salud, de allí su nombre "Animatecristina", bajo el formato de "posdatas", [el año próximo seguramente será "Animatemauricio"], pero, después de un par de meses fueron acumulándose sucesivamente más consejos sobre economía y justicia que sobre salud. El tema es que no se les puede dar consejos a los que no quieren oir y de allí mi preocupación por desentrañar la mente del converso al kirchnerismo, expresado en varios mini-ensayos. Uno de ellos ensayos sobre el Síndrome de Estocolmo, del año 2013, ahora en el año 2015 no me parece del todo acertado, en especial cuando en las últimas semanas he encontrado media docena de referencias a este síndrome aplicado al peronismo, hecho por distintas personas en las redes sociales y en los medios antiguos [radio y T.V.], apuntando a la clase baja, a diferencia de mi analogía aplicada a la parte de la clase media que, traicionando a su clase, se volvió militante obsecuente de una facción [contradictoriamente muy adinerada] del partido de la clase pobre.

EL SINDROME DE LA MATANZA [Síndrome de Estocolmo - Parte II]: A cada uno de los que en Internet opinaron sobre el Síndrome de Estocolmo, no les contesté pasándoles el link de mi teorización del 2013, sino con esta breve humorada compartida por tres de los cuatro [Estrategia que fue acertada: la gente en las redes sociales no es de leer mucho, y de hecho es de muy mala lectura visto la cantidad de "literalistas", más un número importante de fundamentalistas, ultra fascistas, y enamorados de si mismos incapaces de reconocer el menor error en sus escritos, a los que por lo general con un poco de humor se los puede puentear].

Poco después encontré esto:

¿ En dónde a visto usted a estos síntomas de delirio además de en nuestro ministro de economía ?, pues en todo el resto del peronismo/kirchnerismo: eso que los opositores denominan "el relato" es una suma de ficciones delirantes, y si la presidente de Argentina afirma tener menos del 5% de pobreza, es porque alucina. Cabe preguntarse si esto es el resultado de creerse sus propias mentiras, o es debido a la perdida total del contenido de la palabra "mentir". Digan lo que digan, por más disparatado y alucinado que sea, no puede ser sino verdad porque la palabra "mentira" no existe, fue borrada de sus cerebros, no les significa nada, no se les puede acusar de estar mintiendo porque no registran a esa palabra, o sea: les entra por un oído y les sale por el otro. Es igual a recibir el peor insulto, pero, en un idioma que se desconoce: no ofende en lo absoluto, al menos hasta que se lo decodifique.

Una mentira de cualquier persona en cualquier situación no va a pasar desapercibida a menos que se la acompañe con otras mentiras menores coherentes con la mentira original, y si alguien se molesta en escarbar, tarde o temprano la red de mentiras se enfrentará con una fisura insalvable. El gobierno dijo una primera mentira ya olvidada, pero al rodearla de pequeñas mentiras, y verse obligado a rodear a estas mentiras secundarias con otras mentiras, pues doce años después ya no hay resquicios para decir la verdad, y absolutamente todo lo que el gobierno y su defensores dicen es mentira. Vivir así implica un obvio alto nivel de estrés, y se les nota.

A diferencia del peronismo/menemismo que fue un grupo de corruptos felices que hasta tenían un slogan: "pizza y champán", los kirchneristas han sido unos "perseguidos" desde el minuto cero. Para ellos toda la prensa operaba en su contra, y si no estaban en contra, alcanzaba con no declararse a favor para ser catalogada como "enemiga". Esto explica su avance sobre los medios, no persuadiéndolos con una buena gestión, sino estratégicamente comprándolos, o tratando de desprestigiarlos, o incluso silenciándolos con la excusa de una nueva ley de medios más plural y democrática.

Y a continuación, hicieron lo mismo con la justicia, agregando al homicidio entre sus estrategias.

No fue casual sino sintomática la desaparición de casi todos los programas humorísticos de la televisión en la era "K", ni el bajo rating, o los horarios y días alejados del "Prime time" que han conseguido los programas humorísticos sobrevivientes.

Ganaron en casi todo el país y no fueron felices durante 12 años porque no le pudieron ganar a Macri, y porque el "Grupo Clarín" no aceptó la oferta de compra que le hizo Néstor Kirchner.

Ya había una tendencia a la resignación en las clases bajas [castigo merecido], y una fuerte identidad sectorial enlazada al peronismo y sus líderes por más diferentes que sean... mientras ganen, obvio: un depresivo no tolera la derrota.

El "Síndrome de La Matanza" es todo esto, es una psicosis colectiva que encontró insólitamente a un matrimonio reinante tan psicótico como ellos, para que derramen sobre las masas su infelicidad patológica, esa que infructuosamente han tratado de superar internamente acumulando dinero como sea, mientras que para afuera... ¡ fiesta popular !

Y esto es importante de comunicar: Los psicólogos no se cansan de afirmar que todos tenemos algún grado de psicosis. Entonces, los psicóticos son mayoría y la gente sana y feliz es una minoría [de hecho, son tan pocos que hasta los discriminamos, como pasa con toda minoría, cuando los llamamos "boludos alegres"]. ¿ Acaso no hay una mayoría de avaros frente a una minoría de gente generosa ?... y la lista sigue: Hay mayoría de sucios y minoría de gente limpia [y no sólo en lo personal: miren lo que hace la gente con la basura en la vía pública]. También hay mayoría de violentos frente a una minoría de pacifistas, y lo peor de todo es que hay una abrumadora mayoría de brutos y son muy escasos los inteligentes. ¿ Qué hacen en las escuelas los alumnos brutos con los inteligentes ?: pues les pegan. ¿ Qué hacen entonces las democracias con las mayorías ?: pues las dejan gobernar, e inventaron el método del sufragio para que las mayorías ganen y no les pase por la cabeza la idea de culpar a otros y ponerse a asesinar a las minorías por el bien de la patria, la causa, el movimiento, o el proyecto.

Por todo esto sinceramente yo recomiendo alejarse de las mayorías, de hecho, no veo ningún mérito en ser parte del ganado. Por suerte, por error, o por casualidad, las democracias no pudieron barrer su cinismo debajo de la alfombra, y apenas les pusieron dos límites a las mayorías, y obedeciendo a la más elemental coherencia, prohibieron los mandatos a perpetuidad, porque una reelección eterna definitivamente no es democrática, digan lo que digan los interesados fundamentalistas del voto. Y lo segundo que instrumentaron fue la división de los poderes, de allí que el slogan kirchnerista tan reiterado y autofestejado "vamos por todo" sea netamente antidemocrático, pese a quién le pese, exponiendo en público sin máscaras y sin escrúpulos a su fea jeta autoritaria y fascista.

Estamos a las puertas de un fin de ciclo, y claro, el peronismo va a ganar en La Matanza y en las provincias pobres "matanceras" dominadas por caudillos impresentables, ha comprado las voluntades de millones con clientelismo, pero también se ha puesto a millones en contra, y a mi, entre sumas y restas me da que las próximas presidenciales van a ser una de esas raras excepciones en las que les tocará perder.

Muy recomendable: Video/archivo de frases célebres fascistas de Perón.