"Iconoclasta" es una palabra griega inventada para poder nombrar a un "destructor de íconos", o sea, de imágenes que representan a dioses o santos que nunca tuvieron existencia física real, o que ya no están vivos. El iconoclasta destruye porque considera que la adoración es injustificada, o porque la misma se ha desviado de la fuente, hacia el objeto que la representa.

La iconolatría es lo opuesto, y se trata de personas que veneran a imágenes pasándose de rosca. Para ellos la imagen [un cuadro, o una escultura] es el Dios o el santo en cuestión. Necesitan creer en algo que los proteja, pero, les resulta más fácil creer cuando pueden ver algo físico.

El ícono tiene un valor artístico. Algún artista puso más que su talento y experiencia para hacerlo, le puso mucho amor, y ese plus se nota.

Pero cuando ese objeto pasa a ser amado por cientos de miles de personas, y por centenares de años, algo se le pega y pasa a ser más que un pedazo de tela pintada, una roca esculpida, o una madera tallada. Y lo mismo pasa con los objetos que pertenecieron a personas famosas: algo de ellas se pegó al objeto. No se puede medir, no se puede pesar, ni ver con un microscopio... pero al tocarlo, o apenas por pararse frente al objeto... uno se conmueve.

Pero, estos comentarios sobre poderes hipnóticos intangibles de objetos inanimados, no estaría completo sin resaltar el hecho de que la imágen por excelencia en los siglos XX y XXI, no está estampada sobre una tela, ni tallada, ni esculpida... porque se trata de una imagen televisada.

Incluso antes de la televisión, Hitler se convirtió en el primer ícono viviente adorado por sus seguidores gracias al cine y la radio.

En Argentina tenemos algo único, y tan único, que no existe una palabra para designar en castellano a un "creador de íconos". En inglés sería sencillo, y se le podría decir a alguien "iconmaker", y todos comprenderían que se trata de un creador de íconos.

Y el asunto de la palabra a usar se complica porque hay dos aspectos a tener en cuenta: uno es el del artista que imagina cómo es un Dios y lo convierte en un objeto innegablemente bello, y el otro sentido de la palabra, no es el de hacer físicamente un objeto, sino el de convertir a una persona real en un ícono.

Para que se entienda mejor: Perón, Evita, y el Che Guevara, ya fueron convertidos en íconos... y ahora somos testigos históricos del intento de convertir en ícono a Néstor Kirchner.

¿ Por qué ?: Porque como parece que intuyó acertadamente Leni Riefenstahl [la cineasta que inventó al "ícono Hitler"], la adoración es realmente barata y crea una fidelidad casi indestructible, como se terminó de demostrar después con Stalin, y por si quedan dudas, por la insoportable adulación [o sea: "chupada de medias"] eterna y babosa, indigna e indignante, de los peronistas por sus dos íconos mayores... ¡ que medio siglo después nos siguen rompiendo la paciencia con sus loas a esa pareja de corruptos !

Para ser claro, y usando un arcaísmo que le escuché decir a mi dulce abuelita [que de hecho fue su contemporánea]: ¡ maldita sea su sangre, me cago en sus muertos !, o sea: formalmente me declaro un activista iconoclasta, pero...

Pero, ¿ qué gano destruyendo un ícono amado ?, porque esa gente ama a "X", ya sea un indemostrable Dios, la imágen de una vírgen que llora evidentemente falsas lágrimas de sangre, o el recuerdo dejado por un supuesto salvador de los pobres que lo que realmente hizo bien fue mentirle al pueblo y llenarse de dinero junto con sus cómplices.

¿ En qué nos perjudicamos [usted y yo] por el amor atesorado en los corazones de terceros, por más equivocados que estén ?

¿ Por qué no podemos cerrar capítulos históricos sin dejar heridos ?: Hubo un "Big bang" del que todavía se puede rastrear su radiación, el hombre descendió del mono, la Tierra ni era plana ni era el centro del universo, hubo una inquisición con miles de muertes y ninguna bruja fehacientemente detectada, y está probado [figura en sus declaraciones juradas] que el último salvador de los pobres y su equipo se hicieron asquerosamente millonarios mientras gobernaban a los pobres que debían salvar y que, sin querer incinerar todo el amor que sienten, les recuerdo que siguen siendo pobres, y para peor: usados.

Si ni usted ni yo los podemos sacar de la pobreza, con qué derecho vamos a quitarles lo único que tienen, aunque eso ahora sea el amor hacia una Presidente dueña de un cinismo pocas veces visto.

Porque vamos... millonaria, exitosa abogada, progresista, con su harto proclamada "condición de mujer"... ¿ y no es abortista ?, pese a los cientos de personas con la misma condición que mueren a causa de abortos sépticos que, para su desgracia, son menos que los cientos de miles de cristianos que votan lo que ordenan votar los encargados de portar a los íconos de su fe.

Cinismo, sumas, restas, y cagarse en sus compañeras de género que siguen muriendo, cuando el aborto es una simple cuestión matemática: un aborto legal y muere una persona en estado embrionario, pero, en un aborto séptico mueren dos [madre e hijo], y como dos es más que uno, y como la Presidente lo es de todos, y no sólo de los peronistas y los cristianos fundamentalistas, entonces, otra vez muere gente por causa del amor por los íconos: Moises matando 3.000 judíos adoradores de un becerro de oro, la inquisición, los nazis, los comunistas, y varios casos más como resultado del obrar de los adoradores del poder y de lo que hacen para permanecer en él, comprando a quien sea, y engañando a quien sea... aveces sin matar a nadie aunque dejando morir, porque de evitarlo, sospechan que perderían poder y luego dinero.

Pero frente a tanto cinismo, encontramos que hay gente que realmente ama de manera sincera y desinteresada a quienes creen sus protectores, y tal vez deberíamos hacer la "vista gorda" ante la iconolatría de unos pocos casos ya irreversibles de personas de muy avanzada edad... ¿ por qué causarles un dolor, si ya es suficiente con que sus muertos estén ardiendo en el infierno ?

¿ Juraron por que, de inclumplir con sus deberes de funcionarios públicos, Dios y la patria se los demanden ?, ¡ qué pena !, porque alguno de los dos se los demandó, y en forma: A Perón se le murió Evita, a Menem [divorciado] se le murió su amado hijo por pelotudear con un helicóptero [un medio de transporte nacional y popular], a Cristina se le murió Néstor [y ella que lo sabe todo, no supo hacer una simple resucitación cardio pulmonar], y finalmente a Máximo se le murió un hijo por nacer.

Una vez fallecido Néstor Kirchner ya no puede ir preso por corrupto, pero, podemos evitar que nos lo conviertan en un ícono de la democracia que no reconquistó, o de los derechos humanos que no defendió durante la dictadura, ni de una gestión exitosa [en realidad, apenas menos mala que la precedente] gracias a un modelo que le dejaron funcionando De Mendiguren, Remes Lenicov, y Lavagna. Abramos los ojos, y no cerremos la boca, ante cada maniobra por endiosarlo a "él" [sí... "el" dueño de media provincia, "el" genio de la obra pública sobrefacturada, "el" antiguo aliado de Menem, y hasta "el" socio de Clarín cuando le convino para llegar al poder].

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