PROCESO 76-83:
USURPACIÓN DEL PODER ESTATAL.



[1]
Los mandos de los ejércitos profesionales nunca contemplaron penas menores para sus enemigos que la pena de muerte, incluyendo la muerte de eventuales testigos y parientes cercanos al momento de realizar las ejecuciones, y después de realizarlas se entendió como perfectamente justificado el seguir matando por ejemplo a sus madres, abogados, y hasta a los periodistas interesados en la suerte corrida por los desaparecidos.
[2]
El ejercicio del poder sin controles alimenta su crecimiento en forma de metástasis más allá de los límites razonables para cumplir su objetivo original. Esto no justifica pero sí explica lo desproporcionado de las respuestas policiales o militares que las guerrillas han recibido en todo el mundo, y cómo después de las guerillas se prosiguió reprimiendo a la sociedad civil por lo que sea, como por ejemplo el pedido de un innecesario boleto estudiantil [reclamaban tener un privilegio estúpido, con infiltrados, y de forma desafiante, incluso sabiendo que el horno no estaba sino a punto de explotar por cualquier cosa].
[3]
Por el fatídico [para las izquierdas] principio de "no contradicción", no se puede ser al mismo tiempo una inocente niñita estudiante a la que no le alcanza el dinero para ir a estudiar a la escuela y por eso reclama justa y pacíficamente, y al mismo tiempo ser una valiente combatiente que defendió el arsenal que ocultaba en su casa para que no caiga en manos de los militares.
La mentalidad base del militar es la de un vago, bastante bruto, con tendencias homicidas, y no la del prócer justiciero, y lo prueba la historia humana entera desde que se inventó el primer cuchillo: los militares se encontraron por sorpresa con un arsenal guerrillero... y después se hicieron un festín con esos chicos de los que apenas sobrevivió uno.
[4]
Superada la experiencia guerrillera izquierdista por el progreso económico y sobre todo por el de los mejores derechos sociales de las sociedades democrático-liberales, queda esperar que las fuerzas del orden enfrenten el creciente narcotráfico desmilitarizándose transifiriendo equipos y personal a la policía.
[5]
Si bien la izquierda también violó derechos [en especial disfrutaban violando el derecho a la vida de sus víctimas], no violó derechos humanos porque estos graciosa, parcial, pero legalmente sólo se pueden violar desde la impunidad del poder estatal. A mi entender la cuestión es absurda teniendo ya tipificados a los crímenes y al subgrupo de los "crímenes de guerra", porque más que obviamente todos los derechos son humanos [los mosquitos, cucarachas, y ratas, no tienen derechos, y por eso los matamos sin remordimiento].
El Estado argentino no puede ser considerado terrorista sino que, amenazado por terroristas, eligió ser pasivo cuando sus autoridades legales fueron desalojadas del poder por usurpadores militares capacitados por el Estado para ser asesinos. La sociedad argentina y sus militares tenían el mismo objetivo, pero, no compartían los mismos métodos: la civilidad recurre a la violencia en última instancia, con una fuerza proporcional, y de manera tercerizada, mientras que los militares [y policías] por ser los que se exponen en primera persona frente a la violencia, prefieren la superioridad en vez de la proporcionalidad y... "primero disparan y después preguntan".
Como sea que se usen las palabras el resultado es el mismo: siempre que haya asesinatos, habrá asesinos, y un ejército hecho para asesinar al que no se le puede recriminar nada por haber estado evidentemente en guerra, al final terminó cometiendo otros delitos como complicidad o encubrimiento, cuando protegió a sus miembros más miserables que usufructuaron el poder sin control que se les dió para chantajear a las familias de los secuestrados, o desvalijarlos de sus pertenencias, o torturarlos por sadismo, y hasta la apropiación de sus hijos, todos delitos y crímenes de guerra inamnistiables, cuyas condenas recaen sobre los ejecutores, sobre los integrantes de la fuerza que los protegieron, pero nunca sobre el Estado argentino que sin dudas ahora está siendo chantajeado emocionalmente por la izquierda que ya no busca el poder, sino el dinero, pero no el de los militares, sino el de sus conciudadanos vía indemnizaciones injustificadas.
[6]
La izquierda erró al armar un ejército irregular, al aliarse con el peronismo que fue el primero en dispararles, y también con la estrategia judicial por su tendencia a privilegiar lo simbólico por sobre lo concreto: Hubo una guerra, se cometieron crímenes de guerra, se tuvo que cambiar la cúpula militar, y los mismos policías y militares habrían apresado y fusilado a los asesinos y torturadores en seis meses, y lo hubieran hecho en parte para expiar un colaboracionismo que sí puede ser amnistiado.
[7]
Lo que no puede ser anmistiado, y ni se ha pensado en castigar, es el colaboracionismo institucionalizado de la iglesia y algunos medios periodísticos, y deben ser castigados, primero, por que son culpables, y segundo, para que las eventuales futuras dictaduras no tengan colaboradores que les faciliten las cosas.
[8]
En síntesis: Igual que ayer y hoy, mañana la gente va a seguir matándose y no hemos aprendido nada para prevenirlo, de hecho, estamos haciendo lo contrario premiando con dinero a los que iniciaron la guerra. También premiamos con dinero a los que producen desmanes, destuyen los bienes públicos, y hacen piquetes cortando calles y rutas. Finalmente, les cobramos impuestos a los que trabajan, a los que invierten, y a los que ahorran, para darle subsidos a los que no trabajan ni ahorran... sino que exclusivamente nos chantajéan y patotéan.
[9]
Es comprensible que no se comparta mi opinión [ni desde la izquierda, ni desde la derecha] sobre que la dictadura militar no hizo un genocidio, sino una masacre a manos de unos fundamentalistas cristianos anticomunistas, secundados por delincuentes y sádicos, pero, más información podría ayudar:
"Click" para ver el tema: "Robo a las víctimas de la E.S.M.A."
[10]
Posdata: Pese a lo que comúnmente se cree, excepto por algunos consejos, no hubo intervención del gobierno de U.S.A. sino contra nuestros militares [pese a sus intereses durante la guerra fría, y forzados por lo hecho previamente en Chile]. Nuestras fuerzas armadas aprendieron tácticas anti-subversivas de los franceses, y no en la Escuela de las Américas, o en algún curso dado en West point.
"Click" para ver el tema: "La gran mentira de Videla."

Claudio Corniola













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