LA MUSICA Y LOS IDOLOS:

1] Como alimento para el alma, generadora de cultura y al mismo tiempo un comercio, la música, a través de los creadores y sus miles de seguidores que comparten gustos estéticos y rítmicos, muestra una cara del humano "ser social" que necesita de ella como elemento que enlace al grupo de pertenencia a través de la voz, el mensaje, lamento, o la protesta del otro al que se adhiere, que puede ser el único canal de extroversión de miles de adolescentes acorralados entre sus problemas sentimentales y los problemas familiares, económicos, sociales, etc.
Si fue reteniendo los distintos comentarios ya hechos sobre la música: motorizador de la inteligencia en la infancia, único método de masaje que actúa sobre el nervio vago, desestresante especialmente mediante el baile, pero irritante cuando no hay un vínculo directo con ella, como es el efecto de la música de los padres sobre los hijos [y viceversa], hay que sumarle una teoría que afirma que además recarga de energía eléctrica al cerebro que usa al tímpano como a una dínamo para convertir a las ondas sonoras en impulsos eléctricos que envía al cerebro que, ahora, no sabemos si se alegra por la música o por la "ingesta" de electricidad gratuita.
La música nos acompaña desde la infancia de la humanidad y nos va a seguir acompañando cada vez más y solo falta que las radios algún día transmitan en "ondas cerebrales" y, aunque no se llegue a ésta exageración, su influencia actual [potenciada por los videos] la convierten en moldeadora del carácter y estilo de generaciones, en especial a partir de 1960, año en el que nací.
La influencia sobre el crecimiento intelectual y la salud psíquica de nuestros niños ha sido subestimada por los educadores de todas las épocas, y no me refiero a enseñar a tocar la flauta en una hora de clase semanal, o enseñarles unas cuantas horribles canciones patrias para cantar a coro en los actos escolares, sino a tener música permanentemente: además de las clases de música que deberían ser más exigentes y productivas, debería haber un aula con música ambiente clásica, otra con tango, folclore, jazz, etc., aunque como todas las mujeres comentan, los hombres no puedan hacer dos cosas al mismo tiempo, como escuchar música y hacer una simple suma.
Esto es efectivamente cierto cuando el cerebro se exige, pero no cuando el cerebro disfruta y, toda educación que no se disfruta, no es por culpa de la información que el cerebro necesita, sino por culpa de los malos docentes y, corregir esto llevará décadas [la educación "carismática" ya propuesta], así, la música como herramienta educativa, y no como otro elemento pasatista tipo televisión [también desperdiciada para la educación], debe recaer en los padres: a aprender música señores.

2] Un caso para ser analizado por los economistas proteccionistas: la música importada impide la creación no solo de una industria discográfica local, sino también de bandas locales duraderas y hasta impide la creación de nuevos ritmos, limitándose a experimentar y mezclar ritmos importados como el rock más lento y tecnificado de la última etapa de los Beatles con más o menos actualización "tecno" o incluyendo detalles latinos o jamaiquinos, o en algunos casos intentar la copia directa de un producto ya de bajas pretensiones como el rap, el hip-hop, y las telebandas de chicos lindos prefabricadas para venderles discos y posters a las adolescentes, o la lamentable mezcla de rap, con su temática de violencia urbana, más una cumbia de músicos improvisados y sin más ambiciones que las comerciales.

3] Así la única creación original de América Latina posterior al tango fue la excelente bossa nova brasileira en los sesentas.
Entre el mayor logro Argentino que fue el tango "musical" [aunque notable, lo "poético" de las letras no se entiende en el exterior], sumado a lo estético de una danza originalísima, acorralados al norte por la poderosa música del altiplano que se escucha y genera con gran calidad en nuestras provincias norteñas [ambos estilos sin duda "depres" y de ejecución compleja que requieren de cierto virtuosismo], por culpa del sabotaje de la música de fines del siglo XX de la provincia mediterránea de Córdoba más conectada a los ritmos paraguayos del noreste [más alegres y simples de ejecutarse] que a la cumbia colombiana de la que sólo le queda el nombre, ahora sí que mataron al tango.
El problema es que entre el rock, el beat, y el pop, se forma un arco tan amplio del que parece imposible salir excepto con toques instrumentales autóctonos pero, las discográficas no invierten en experimentos, y para colmo la larga crisis económica nos priva de estudiantes de música de calidad, lo que nos llena de oportunistas que meten un "hit" pegadizo y luego desaparecen.

4] Comprendiendo lo "Dark" [la veta comercial de los adolescentes depresivos]: Los adolescentes se agrupan en bandas de adolescentes muy dispares que sólo tienen en común la cuestión de la territorialidad barrial. Hay barrios que aglutinan a los adolescentes por otras cuestiones, como por ejemplo el club de fútbol local, o una banda musical, una escuela, parroquia, y en alguna época no tan lejana fueron los bares y billares. Sin embargo pese a toda esta oferta, simpre hubo y habrán individuos solitarios que no encajan en ningún grupo y... a los ingleses se les ocurrió como juntarlos, para venderles un estilo para vestirse, una música que comprar, más bares y discotecas en donde reunirse [y todo el mundo incluida Argentina, los copió]. Pese a que el tango es depresivo, desde 1980 el grupo joven mayoritario depresivo "dark/gótico" [ver "Manifiesto dark" tema 23, puntos 9 y 10] prefiere la música extranjera [con muy buen gusto] mutando del simpático beat de Robert Smith [The Cure] al tecno-metal de Marilyn Manson con su sobreactuada estética macabra [¿ en dónde sino en Buenos Aires, la ciudad con más psicólogos del mundo, se le podía hacer el mayor tributo hecho a una banda de rock: "The Pink Pig - The Whole Cure in the mirror" ?].
Así los nuevos depresivos no tienen "letras" en castellano como la que generaron los tangueros [sorpresa: eran jóvenes al componerlas], pero cuentan con la novedad de los videos y, ¿ eso canaliza la angustia interior o les agrega más introversión ?
El tango y el rock tuvieron una curva de sofisticación musical ascendente tal que ahora sólo acepta ejecutantes de excelencia difíciles de reemplazar, y aquí el rock pese a las bajas por sobredosis, se sostuvo gracias al "capitalismo" que pagó producción, tecnología, y financió la fusión de música y video.
Así, cuando una rama se agotaba por falta de sangre joven por sofisticarse al punto de imposibilitar la entrada de novatos como le ocurrió al notable rock sinfónico, y luego al heavy metal clásico [de "Deep Purple" a nuestro amado "Megadeth"] la industria inventaba el "punk" o el "glam" de los ochentas [plagiando a "Def Leppard" pero con peinados raros], y siguió inventando cada vez cosas más light y menos darks [despreocúpese: lo están extinguiendo].
En general la pandemia no extinguió a los jóvenes pero la cuarentena atacó a la territorialidad de las tribus urbanas y las convirtió en digitales, y ya van a volver a las calles previsiblemente en comunidades afines a la música: rockeros, cumbieros, traperos, y los más persistentes que son los punks / darks, todas comunidades insólitamente alejadas de las legiones multitudinarias de instagramers, youtubers, tiktokers, y twitteros... los jóvenes se vuelven viejos muy rápido.

5] El contenido: De la misma forma que los padres deben y pueden analizar, de tener apenas unos minutos por día para dedicarles a los sueños de sus hijos, pues lo mismo deberán hacer con las letras de las canciones que ellos escuchan y memorizan.
Si el trabajo se hace concienzudamente, el adolescente no solo consigue que le financien sus gustos musicales, sino que al mismo tiempo los padres pueden hacer un análisis comparativo de cómo fue tratado el mismo tema por los amados músicos de su juventud [justo ahora mientras escribo, estoy escuchando "Limbo" de Rush, que no tendrá letra pero igual conmueve hasta los huesos].
La ventaja indiscutible de esto es unir a la familia, educar el "paladar musical" de su hijo, y por último ir acostumbrándose a los estilos modernos de forma que esa música asquerosa, horripilante, vomitiva, comercial, mal cantada y peor ejecutada por esos sujetos que parecen todos homosexuales vestidos con ropa de segunda selección marciana, termine siendo la única que se escuche en su casa, en su equipo, y en sus horas de descanso [sólo me ofenden más las marchas y jingles políticos].
Cada generación tiene su música incluso aceptando que desde la década de 1980 ya nunca se trató de una música de generación propia sino impuesta por las discográficas [en realidad desde un poco antes cuando se inventó el "Punk" para sacarles dinero a un grupo pequeño de marginales a los que la sofisticación del rock sinfónico reinante estaba dejando afuera].
Al final, por algo estas empresas consiguen imponer las modas musicales [siempre hacen estudios de mercado porque, se cagarán en el buen gusto musical, pero no son tontos].
Si su hijo compra un prefabricado clase "B" o si adhiere a un movimiento alternativo que compone su propia música como el excelente "Nirvana", a los fines prácticos será igual: su elección le parecerá irritante, algo imposible pues la música fue hecha para agradar y por eso: debe ser usted el que no encaja.
Confieso que se me hinchan las pelotas, al punto de apagar la radio o el televisor, por escuchar tres segundos a pseudomelódicos como Julio Iglesias, Luis Miguel, etc., y en cambio puedo escuchar toda una canción de "Yes" [¡ con lo que duran !].
Supongamos que usted comparte mi patología y se enamora de una admiradora de Luis Miguel [¿ conoce el chiste de la millonaria que quiere tener un hijo igual a Luis Miguel ?], bueno, le recomiendo tomar sales digestivas y sentarse a escuchar todas las canciones por respeto y/o amor, y/o hasta que le entren por un oído y le salgan por el otro, y nunca, pero nunca insulte al ídolo de su persona amada, porque es insultar a una parte de ella.
Ellos y sus producciones componen para agradar a solteras románticas y probablemente con tapones de cera en los oídos, por eso no me entra en la cabeza que un hombre en su sano juicio los escuche, ¡ excepto mi propio padre poniendo a Julio Iglesias a todo volumen los domingos a las once de la madrugada cuando yo era adolescente y necesitaba dormir el 50% del día !
Le hubiera aceptado que ponga tangos, y siempre le recriminé no haberme llevado, aunque sea de prepo, a escuchar a Troilo o a Piazzolla, porque me hubiera aburrido, pero, hoy que los aprecio lo podría decir con honor y, en vez de eso, una vez me llevaron a ver a "Sandro y los de Fuego" en All Boys donde mi madre consigue [en ese momento tenía la edad de una groupie] un autógrafo de Sandro que termina de firmar y mancha la hoja con una gota de transpiración y, "la vieja", se pone como esas locas histéricas que por aquellos años sólo se veían cuando pasaban por T.V. a mis amados Beatles [¡ tragáme tierra !].
Si a su hija los graznidos del lobotomizadito de moda la conmueven hasta la médula, llévela a su show y la hará feliz, usted va a llorar de la risa, y tendrá de qué charlar con sus amigos mientras escuchan clásicos como "Pink Floyd" [a mi en los setentas no me dejaron ir al recital de Santana en el viejo gasómetro porque "los rockeros eran todos drogadictos", y claro, de haber ido, ahora me estaría drogando]. Imaginemos que con muletas pero un día vuelve Pink Floyd, ¿ no volvería a ser un niño hipnotizado por la misma música que, honor a los ingleses, ejecutan los dedos de Dios ?, bien, lleve a sus hijos pues necesitan música, y si no les educa su "paladar" agarrarán la primera mierda que le tiren [¿ acaso ya no los hizo de su mismo club de fútbol ?].

6] En estas cuestiones su hijo necesita una pequeña ayudita como diría Ringo Star: "Lend me your ears and I'll sing you a song", por lo tanto hágale escuchar sus canciones.
La verdad es que quisiera matarlo, pero antes debo agradecerle al ex-ministro de economía F. D. Cavallo por la en principio gloriosa convertibilidad [que devino en odiosa y me llevó a la desocupación] porque me permitió, a mis treinta y pico, poder ver a tantos de mis ídolos como al queridísimo Paul Mc Cartney. El sólo recuerdo de haber estado allí con ellos y respirar el mismo aire me inunda de alegría el corazón: Emerson, Lake & Palmer [de los que soy fanático], Rick Wakeman, y de más grande a Chik Corea y Al Di Meola [no fui a ver a "Queen" porque sólo me gustaban "La marcha de la reina negra", "Rapsodia bohemia", e "Innuendo", y ahora me arrepiento tanto].
En otra época fui a ver a "Megadeth" y no pude ir a ver a "Iron Maiden" porque con la entrada comprada me sorprendió la hepatitis y me quedé en cama con mis ídolos tocando a veinte minutos de casa. Claro que con el paso de los años ahora no levanto el culo de mi sillón favorito ni aunque venga Beethoven, pero, guardo un último cartucho de joven roquero para cuando venga "Rush", ídolos a los que debo agradecerles las miles de horas de compañía [los escucho desde los dieciocho años].

7] Los ídolos: El primer ídolo es el padre, pero, se cae muy rápido y, además, el pobre tipo es un laburante que se desloma por su familia y así nadie se hizo famoso ni salió por televisión.
Mi madre inventó el siguiente chiste sobre mi nacimiento:
-Asomaste la cabeza y me preguntaste si te había hecho parecido a John Lennon y, cuando te dije "más o menos", te volviste a meter, hubo que sacarte con fórceps, y después te la pasaste llorando sin dirigirme la palabra por un año.
Yo y muchos de mi generación nacimos con ídolos ingleses y "ningún hombre en el mundo puede vivir sin algún dios, sea falso o verdadero", como dijera Fray Bartolomé de las Casas en 1550, ¡ y hoy los idolatrados nos hablan ! ["Jelou Aryentina"].
A diferencia de la generación anterior dependiente de la radiofonía que idolatró a estrellas de radioteatro, tangueros, Evita y Perón, la generación nacida después de 1960 pudo ver a sus ídolos por televisión, pero, la generación actual pasó a ser "bombardeada" al punto de que se montaron espectáculos para formar, entrenar, y votar a los nuevos ídolos democráticamente y así el adorador se volvió parte del ascenso del ídolo, y no sólo un seguidor, justificando lo que siempre sintió: que el ídolo le debe algo de su fama y gloria a la energía positiva que el adorador le ha enviado todos los días durante su idilio unidireccional [el ídolo no pocas veces termina odiando a los adoradores y, en general, siempre los termina temiendo].
Si usted tuvo ídolos, con más o menos fanatismo, sus hijos los tendrán porque comprueban ya desde niños en la convivencia de todos los días en sus casas que no serán iguales a usted [padre o madre] y, la televisión, aprovecha para venderles algo "producido" a lo que es irresistible intentar parecerse porque peor es nada y, como el portero de la facultad de psicología diría: el miedo a lo desconocido incluye desconocer cómo va a ser uno mismo en el futuro, lo que se soluciona imitando a lo que se le vende como exitoso, talentoso y, sobre todo, querible.
Como resulta evidente, ninguno de los millones de seguidores de Michael Jackson se operan la nariz para dejarse sólo los agujeros, ni tampoco buscan volverse blancos y, al mismo tiempo pero en otro sentido, la generación criada con el dulce "Astroboy" crece y hace sus propios dibujos animados como "Dragon Ball" donde están permitidas todo tipo de atrocidades sanguinarias, incluidas las violaciones.
Entonces, como diría el Sr. Spok [otro de mis ídolos] esto no es lógico y tendría razón, pero, lo que es lógico para un adulto puede no serlo para un niño: usted mismo que leía a Superman hoy no se pone el "slip" arriba del pantalón, por lo tanto, no debe asustarse por los ídolos que adopten sus hijos pues la imitación es una etapa del crecimiento que se supera indefectiblemente y, su trabajo como padre, es ayudar a pasarla y no tratar de evitarla causándole angustia y depresión a esa tierna y confundida criaturita hinchapelotas y merchandisingadicta [darks incluidos].

8] La rubia tarada: Este tierno personaje que se ganó una canción, corresponde a una rubia natural o teñida que toma como imagen a idolatrar e imitar a la de una rubia exitosa y mediática [ya sea que lo haga frontal o tangencialmente].
La cuestión es que entre la imitadora y el objeto a imitar, hay diez años de diferencia y por ejemplo una niña de 12 años imita a una de 22 años que de tierna ya no tiene nada excepto la "cáscara" que recubre a una astuta manipuladora de hombres de todas las edades [y hasta mujeres].
Lo curioso es que la de 22 años actúa un personaje crónico de 12 años pues instintivamente sabe que eso desarma a los hombres aunque le gane el odio de las mujeres.
Entonces la adolescente crece tratando de imitar a alguien que trata de imitarla a ella y, el resultado, no puede ser otra cosa que un cortocircuito mental, pero vaya uno a saber cómo, las rubias taradas al final se han divertido más durante su adolescencia, tuvieron más opciones y se casaron mejor entre los 23 y los 26 años sin apuros, tuvieron unos hijos hermosos y adorables, y hasta las que se divorciaron quedaron muy bien paradas [ya conocen las playas del Caribe y algunas hasta conocen Europa], y todo con el menor esfuerzo pues el dinero que ha gastado en producirse no es más del que ha gastado una mujer standard.
Fue triste ver como muchas adolescentes inteligentes de mi entorno [una sin dudas genial] optaron por ser rubias taradas, terminar su educación secundaria "a reglamento" sin hacer el menor esfuerzo por leer ni un solo libro extracurricular.
Tal vez el estado de ignorancia les sirva después de los 26 años cuando las cosas se les empiezan a poner duras a las menos exitosas y les suena la alarma biológica: ¡ se les oscurece el pelo !, lo que ocurre por una merma en el estrógeno [que ellas no controlan], y que no sólo las hizo más vistosas sino que ha condicionado muchas de sus actitudes frente a la vida.
Entonces la ignorancia les sirve para poder actuar con más naturalidad el papel de eternas adolescentes [lo que obviamente no les va a servir en lo laboral, a no ser para convertirse en las amantes de ejecutivos originariamente menos dotados de inteligencia que ellas]: ellas no se cultivan intelectualmente para no competir con nosotros, para que nuestra felicidad sea plena.
¡ Qué taradas !, pues, ningún hombre justifica algo que para la especie más inteligente del planeta equivale a una automutilación [y ya sabe que en algunas regiones del planeta los hombres mutilan a las mujeres para venderlas como esposas].
Es una pena pero al final cada rubia tarada recibe lo que se merece sin que las "no rubias" decidan atacarla en grupo para tajearle la cara. La rubia tarada se ha desvivido por agradarnos a nosotros los hombres [aunque a algunos sólo les hayan dedicado su indiferencia, o su directo rechazo y menosprecio], y sin saberlo sacrificó lo permanente por lo efímero, cometió un error y va a pagarlo toda su vida, pero, no cometió ningún delito y bajo ninguna excusa se merece nuestra indiferencia, rechazo, y desprecio típicos de los que hacen leña del árbol caído [en su caso apenas envejecido].
Como dice el tango "cuando la veo tan vieja, doy vuelta la cara y me pongo a llorar": imagínense lo que sufren ellas que fueron forzadas a ser las mas bellas y a mantenerse así por más tiempo del que la naturaleza estimó necesario para que pueda cumplir su propósito biológico [seducir a un hombre y procrear].
La rubia tarada es el reaseguro biológico para el enriquecimiento genético de la especie humana, de no ser por ella ocurriría como con la vieja nobleza europea que para acumular poder negociaba los matrimonios entre un grupo muy cerrado en el que a la larga los genes defectuosos se consolidaban [como la semiceguera de la casa real holandesa, o la cara de imbéciles de la monarquía británica, ambos subsanados gracias al precioso aporte de dos altas rubias].
La rubia tarada no pertenece a su grupo socioeconómico pues biológicamente es de clase alta. El no reconocimiento de esa realidad debería llevarlas a agruparse en O.N.G.s y sindicalizarse en defensa de sus derechos pues, como dice un viejo chiste: "tienen el derecho divino... y el izquierdo también".

Claudio Corniola