Estamos viendo crecer a la primera generación de niños de madres fumadoras y, aún sin estudios científicos
certificables, podemos establecer ciertas diferencias con nuestra
generación que fue mayoritariamente de padres fumadores y madres
no fumadoras.
Los varones son menos altos.
Tienen menos carácter, son más llorones y suplicantes.
Probablemente el haber recibido nicotina durante la gestación no haga que un bebé quiera fumar, pero, ¿ cómo saber que cuando llora sin motivo no se debe a su síndrome de abstinencia ?
Visiblemente hay más homosexualidad, aunque eso no quiera
decir que antes no hubieran los mismos porcentajes pero ocultos.
Los niños actuales juegan con muñecos, los anteriores lo hacían
con "Mecano", "Rasti", "Mis ladrillos", y hasta
juegos de química.
Los deportes antes eran básicamente fútbol todo el año y
natación y paleta en verano, y ahora han sido reemplazados
largamente por los juegos virtuales por computadora, parecidos al trabajo
femenino clásico como el de las cajeras, telefonistas, y
recepcionistas, o sea con una mujer sentada frente a un aparato sin hacer
esfuerzos ni físicos, ni mentales.
Hoy puede apreciarse en ambos sexos unas pésimas dentaduras
muy torcidas, mientras que antes los niños que necesitaban
"aparatos" eran la excepción.
En sentido contrario, los chicos lindos antes eran la excepción, y
al volverse adolescentes se volvían todavía más feos
y desangelados, en cambio hoy son todos "metrosexuales".
Los chicos actuales padecen de "ansiedad".
Los de las generaciones anteriores parecían querer comerse
todo, y sin embargo tenían menos casos de obesidad.
Los niños actuales parecen ser más eléctricos y
rápidos lo que lleva a pensar que son más inteligentes, pero,
también es obvio que los anteriores tenían mejor memoria, o
si tenían la misma capacidad para memorizar estaban más
decididos a usarla, demostrado esto último en un compromiso
más intenso con su propia educación y hasta con el
conocimiento general del mundo que los rodeaba.
Y por último, la generación anterior creció
alimentada sin aditivos ni conservantes, por lo que va a ser difícil
probar la responsabilidad de la presencia de nicotina en sangre durante la
gestación como responsable de la afeminización del hombre
moderno.