Docentes No Evaluadores [año 2017]: Si nos preguntamos honestamente sobre qué es lo que falla, lo primero que salta a la vista es que se desbarrancó la familia tradicional que era el soporte de una infancia feliz sin conflictos intrafamiliares. Entonces, si vamos a reformar a la escuela, una cosa primordial que se les debe enseñar especialmente a los varones, son los conceptos de fidelidad, y de solidaridad, pero no entendido como regalarles a los pobres las cosas viejas que ya no sirven, sino algo mucho más simple: los fuertes defienden a los más débiles, lo que en contra del igualitarismo de moda va a poner a las cosas en su lugar: los hombres son los fuertes, las débiles son las mujeres, y hay que cuidarlas toda la vida. ¿ Iguales ?: Sí, todos somo iguales en derechos, pero, adentro de las escuelas son mejores las mujeres, mientras que afuera de las escuelas y universidades, para aplicar lo aprendido han sido mejores los hombres, que trabajan más, pero también ganan más dinero, si es que consiguen trabajo, porque en las solicitudes de empleo siempre exigen "buena presencia", lo que favorece largamente a las mujeres, y nunca piden tener inteligencia. Por lo tanto, a "agachar el lomo", esperar la oportunidad, y ser ultra competitivos. Entonces, señores padres, una escuela condescendiente nos va a dar el "título", pero nuestros hijos van a ser poco competitivos, fracasados, frustrados, y casi seguramente izquierdistas [hasta los 70's algunos izquierdistas eran autosuficientes vendiendo sus propios libros entre sus propios seguidores, pero ya ni gratis por Internet se leen libros de esos, incluso aunque algunos sean de lectura obligatoria en ciertas universidades, todos los alumnos recurren a los resúmenes].
Un segundo paso es definir la relación entre la familia y la escuela... ¿ es un contrato ?, o sea: una familia le entrega su hijo a un grupo de docentes, paga cierta suma de dinero de su bolsillo directo al de los docentes, o indirectamente de su bolsillo, al pago de impuestos, y finalmente al bolsillo de los docentes que, una vez cobrado, ¿ tienen la obligación de devolverle a esa familia a un médico, ingeniero, o astronauta, según lo pactado ?
El no tener un contrato firmado ha evaporado al concepto de "exigibilidad", y salvo raras excepciones, los padres no se convocan para plantearles algunas exigencias a las autoridades de las escuelas de sus hijos... y me temo que cuando lo hacen, nunca es por cuestiones académicas.
Sobre las exigencias académicas tenemos dos problemas:
¿ El sistema educativo está obsoleto ?: Evidentemente lo está y es un problema global dado en un mundo en el que hay que cambiar a las computadoras cada seis meses porque ya son reliquias. Me temo que para algunas materias los profesores no pueden tener más de cinco o seis años que sus alumnos, mientras que para algunas materias directamente el alumno no necesita a ningún profesor sino más prácticas laborales como las propuestas en el ya lejano y lamentable congreso pedagógico del preclaro y superprogre gobierno de Alfonsín [¿ quién les paga el servicio a las empresas, quién les paga el trabajo a los alumnos, y quién evalúa cuáles alumnos podrán acceder a este privilegio: las empresas, las escuelas y universidades, o los alumnos libremente ?], algo difícil y que en muy pocos puntos del país están implementadas, generalmente por las universidades vinculadas con la agroindustria: la lentitud con la que se actualizan los programas de estudio nunca van a permitir la inserción laboral de ningún estudiante que hoy se encamina a ser un desocupado más, salvo al ser aceptado para algún empleo por conocimientos o habilidades seguramente adquiridos fuera de la escuela y que lo diferencien del "montón".
El segundo problema no es global sino local: ¿ Son rescatables los docentes que han sido capacitados dentro del actual sistema educativo, "hijo bobo", o neutral, del agresivo sistema educativo elucubrado por Perón, más interesado en adoctrinar que en enseñar copiando modelos fascistas, nazis, y comunistas ? Definitivamente el peronismo y el progresismo argentino han hecho algo peor, pues visto que los nazis y los fascistas ya no existen, únicamente nos queda compararnos con los alumnos y profesionales rusos, y especialmente en ingeniería electrónica, comunicaciones, e informática, que son carreras jóvenes y en la que prácticamente todos arrancamos de cero a finales de la década del setenta... y ya nos han sacado una considerable ventaja los admirados ex-comunistas, por lo que comparativamente nos va peor contra el primer mundo que otra vez nos ha sacado una ventaja indescontable, y no hay excusas porque en los setentas todos estábamos en pañales, y encima ellos estaban en medio de la crisis del petróleo.
Posdata: Comparemos los autos que hacían tanto ellos como nosotros en los setentas, con las industrias automotrices actuales: 100% inventado y producido afuera, con algunos modelos ensamblados localmente, o sea: en 40 años de todas las escuelas técnicas y universidades de ingeniería de Argentina no salió ni una sola idea que le haya sido útil al mercado automotriz, que no es que no nos interese, porque nos apasionan los autos, pero, nuestro mucho o poco talento se malogra por una mala capacitación que intencionalmente a dejado de lado el cuidado y desarrollo del pensamiento abstracto.
Lo que hasta ahora ha hecho el gobierno PRO siempre fue neutralizado por los sindicalistas docentes, por lo que el gobierno se ha limitado a poner más dinero, vigilar que no se desvíe de su destino, y sentarse a esperar un milagro que, de producirse, se va a ver dentro de diez años.
Mientras tanto, el resto de mundo va explorando nuevas opciones, como los vouchers del economista Milton Friedman con los que el Estado le reintegraría al contribuyente que no usa a la escuela pública para sus hijos, unos vales que únicamente sirven para pagar la escuela privada de su elección. Esta es una idea interesante que se utiliza en algunos Estados de U.S.A., y me asombra que no se utilice en todavía más porque Friedman siempre es muy lógico y convincente si uno tiene una mente abierta y sin prejuicios, pero, a mí me parece que es una estupidez de segundo nivel, porque es mejor eliminarle impuestos a los no usuarios sin hacer reintegros posteriores. Dejando en claro que la estupidez de primer nivel previa es cobrarle impuestos a todos para dar una educación que no satisface a nadie, por lo que lo mejor es que el Estado nos baje los impuestos, se retire del mercado educativo, y le venda sus escuelas a los mismos docentes que trabajan en ellas a pagar en larguísimas cuotas [si los docentes son dueños / accionistas / o socios de su propia escuela, ya va a ser para celebrar el que no se puedan hacer huelgas a ellos mismos], y además, habría que darles gratis un "C.B.C." obligatorio introductorio al mercado para que entiendan que no se han convertido en monstruos, sino en quienes le van a dar un importante servicio a la sociedad, por el que ella está dispuesta a pagarles más de lo que les pagaba el Estado, con una sóla condición: que lo hagan bien... en serio, o sea, sin ningún "bla-bla-blá" progresista.
Curiosamente, la educación en U.S.A. es de las peores, o es la mejor de las peores, porque son ellos los que llevan la delantera en tecnología e innovación.
Las escuelas Waldorf de Rudolf Steiner, o el método Montessori se analizan por separado junto con la adaptación hecha en Finlandia, que es donde más se ha avanzado con estas reformas pedagógicas obteniendo un notable rendimiento, aunque es un sistema caro, y que si bien es igualitario, lo es para poca gente porque se trata de un país con muy poca gente, y que sabemos que ni le llega a los talones a U.S.A. al momento de soltar a sus estudiantes a la calle para que hagan algo mejor de como lo encontraron.
Sin dejar de mencionar que es un hecho el que en esta crisis educativa de la modernidad, los mejores rendimientos académicos y post-académicos son los de los estudiantes japoneses y surcoreanos, fieles al mismo modelo de educación antiguo que se usaba en Argentina antes de Perón, pero todavía más estricto.
Finalmente, el ejemplo más asombroso de Argentina no viene de alguna institución privada de elite, sino de algo atípico sectorial pero no clasista, como lo son nuestras escuelas judías, que no conocen la deserción, y que obtienen un insuperable éxito universitario y profesional.
Animate Mauricio: Como dice con bastante razón el video de Osho que
circula por Internet "Ninguna sociedad te quiere sabio", no lo quieren ni la sociedad comunista, ni la fascista, ni la
capitalista, ni la hindú, ni la musulmana, ni la cristiana, ninguna sociedad [no nombra a los judíos]", pues
bien, el hombre sabio es libre, y el alegato parece ser liberal, pero entonces, ¿ por qué nombra a la sociedad
capitalista ?... pues porque mucho me temo que la sociedad capitalista es un mix mercantilista con "Estado de
bienestar", y ya no es liberal sino en cuentagotas. En el video [tiene dos versiones] al nombrarse a los eruditos en uno se ve
ligeramente a Mises y en otro claramente a Hayek, y claro que son eruditos, pero no son los eruditos al servicio del establishment,
sino todo lo contrario, y en Argentina ni se los nombra, mientras que hasta para ser maestras jardineras en alguna materia tienen
que leer a Marx.
Una revolución en la educación nunca puede pasar por el mal filósofo y peor economista que polarizó
al mundo, y si de milagro este breve ensayo llegase a las manos del ministro y futuro senador, media revolución real ya estaría hecha.
A mí me alcanza con que durante su administración la
educación pública argentina alcance el 50% de los éxitos que tiene la educación judía local,
y para ello comenzaría con un simple cambio de ministro de Educación que, de todas formas es algo inevitable porque
Esteban Bullrich ha decidido abandonar uno de los puestos gubernamentales más importantes, para ir al Senado a dar el
presente dentro de la bancada oficialista, algo mil veces menos estresante, tal vez merecido por lo hecho para su partido al
vencer a CFK [se viene una carnicería en el P.J. y o se divide en kirchnristas, gobernadores, y massistas, o se reinventan
con otro nombre, buscan a otra cabeza, y vuelven al "todos unidos triunfaremos", que por dividirse perdieron la Provincia
de Buenos Aires. Mientras tanto, el P.J. huérfano es de Moyano, Baradel, y los "gordos"], pero no porque Bullrich
haya hecho un milagro [es el segundo partido que fractura, no olvidemos a "Recrear" de López Murphy], sino porque
C.F.K. aún no quiere bajarse del caballo.
Sería deseable que el Estado asuma en nombre de todos sus ciudadanos los reclamos de "exigibilidad" para con la corporación docente que está escondiendo mucha basura debajo de la alfombra. Parte del fracaso de nuestros estudiantes radica en tener un sistema educativo obsoleto, parte en tener a docentes que son una caricatura de lo que supieron ser décadas atrás, y en parte por el predominio dirigencial peronista sin competencia en esta corporación, prueba de ello fue el resultado interno en la última elección en donde el peronismo arrasó dejando en segundo lugar al trotkysmo. ¿ Estamos locos ?: es imposible que los docentes sean un ghetto dentro de la sociedad en donde ellos forman [deforman] a las futuras generaciones de la misma con una ideología que la sociedad rechaza, por lo tanto, lo que está sucediendo es que es falso que los docentes sean en su mayoría peronistas [y si eso fuera remotamente verdad, ya veo por qué estamos como estamos], y demás está decirlo por obvio: es imposible que el trotkysmo sea la segunda fuerza de nada, excepto por la falta de participación de un sector apolílico de los docentes que les ha obsequiado a ambas militancias un fatal protagonismo.
La verdad es que no hay docentes protagonistas de ningún movimiento interno harto de ser la vergüenza nacional, después que nuestra educación haya sido el orgullo nacional. Sí, nos queda el orgullo sin sentido de la gratuidad [¡ Vamos !: "pseudo-gratuidad"], ¿ pero de qué nos sirve tener una educación gratuita que a nuestros hijos les resulta inútil, frustrante, y condicionante para, con mucha suerte, apenas tener un futuro mediocre ?
Curiosamente sí hay movimientos en defensa de la educación pública, pero, sabemos que los organizan los partidos políticos que son los responsables del lastimoso atraso actual, y obviamente lo que defienden son sus privilegios, y la pregunta inevitable es: ¿ por qué hicieron caer la calidad educativa, por qué no se actualizaron, modernizaron, diversificaron, etc. ? porque la sociedad no está en guerra con sus docentes, y de hecho... ¡ gustosamente les hubiésemos dado más privilegios de haberse preocupado mejor por nuestros niños !
Son ellos los que están en guerra, una guerra piojosa por rapiñar como sea dineros del Estado, porque estos lastres socialistas [remarco lo de "lastres" por seguir atados a un socialismo que ha muerto, incluso en su versión siglo XXI: una imbecilidad sudaca nostálgica de las ideas de Marx del siglo XIX] tienen una mentalidad cerrada y resentida que no da para más que el concepto de "repartir la torta", y no conciben la idea de que se pueda generar riqueza, porque la misma es una cosa estática sobre la que hay que avalanzarse primero para llevarse el mayor pedazo posible. Es por todo esto rotundamente falso que defiendan a la escuela pública, porque detrás de esa máscara ellos defienden su privilegio de ser los primeros en servirse, y si de ellos dependiese hace rato que hubieran prohibido a la educación privada, porque no quieren competencia y quieren toda la torta para ellos solos.
Como consecuencia de esto, la falta o rechazo de la competencia es transmitida por los docentes a un estudiantado que no sabrá competir, y que únicamente sabrá quejarse y culpar a otros por su fracaso, y si algo en sus cabecitas tendrá algo parecido al sabor del éxito... va a ser la toma de una escuela, o de alguna facultad, para decorarla con banderas rojas mugrientas e imágenes del Che Guevara.
Como haga lo que haga el gobierno para modificar o incluso apenas frenar el descarrilamiento de la aducación nacional, eso va a ser visto en esta guerra como un ataque a los docentes que saldrán a poner el grito en el cielo porque, según ellos, se ataca a la escuela pública, y hay una conspiración yankee aliada del gobierno de Macri [no esperemos menos que este tipo de reacciones]. Pues bien, hay que dejar que todos los cambios en la forma de educar y evaluar [o no cambiar absolutamente nada] lo decidan ellos porque objetivamente ningún político sabe más de docencia que los docentes. Por lo tanto le propongo al gobierno PRO, concederles a los docentes una "conquista social" que no pidieron, y que no van a poder rechazar: La cuestión de su seguridad física dentro de las aulas o fuera de ellas frente a grupos de padres que los superan numéricamente.
[A] Para imposibilitar la violencia de cualquiera de los dos tipos de agresores [alumnos o padres], los docentes van a enseñar, pero ya no van a evaluar. La evaluación pone a los docentes en la mira de los alumnos como a enemigos, y la cosa ya está pasando a mayores con los alumnos, no estudiando más, sino recurriendo a técnicas mafiosas de amenazas contra los docentes [o contra la institución mediante amenazas de bombas]. Si el docente no califica a sus alumnos, de manera que el papel de "examinador" recaiga en otro docente itinerante completamente desconocido, el docente se volverá un amigo/aliado para vencer en cada examen al enviado desde el ministerio para evaluar a los alumnos.
[B] De esta forma ya no habrán agresiones contra los docentes no evaluadores [DNE], y esto nos dará una información confiable que permitirá premiar con mejoras salariales, no colectivas, sino merecidamente personales para los docentes cuyos alumnos demuestren mejores rendimientos. O sea: de los "premios y castigos" que sabemos que han servido siempre y en todo lugar para sacarle lo mejor a la gente, el gobierno PRO podría poner en funcionamiento por decisión unilateral a exclusivamente los premios, sin incluir castigos para los docentes que no hagan aprobar a sus alumnos. Algo es mejor que nada, y tal vez los malos docentes se vean motivados a mejorar, o los padres lleven a sus hijos a otra escuela, tal cual es su derecho, porque el que la educación sea falsamente publicitada como "gratuita", no incluye la esclavitud de los padres forzados a entregarles sus hijos a incompetentes sin tener ninguna otra alternativa.
La alternativa más liberal jamás imaginada: Si la universidad gasta U$S 20.000 para formar a un profesional... ¡ debe ser la dueña del pase !, e igual que en el fútbol, o cobra el derecho de formación, o le vende el pase a una empresa, o participa con una parte del salario del ex-alumno hasta recuperar con ventaja a su inversión. ¿ Con qué derecho yo contribuyente le tengo que pagar la carrera a un estudiante que no es mi hijo, para que una empresa pueda contratar gratis a un ingeniero en Argentina para hacer por entre diez y cincuenta veces menos dinero, el mismo trabajo que un ingeniero de su país ?, y todavía más...
[1] A las empresas les convendría tener personal que analice los "semilleros" [universidades] como hacen los clubes de fútbol y ofrecer becas que sean adelantos de sueldos futuros, e incluso contratos laborales cuyo trabajo sería estudiar y recibirse.
[2] Las universidades harían lo mismo con las escuelas secundarias para asegurarse alumnos promisorios, ya sea enviando promotoras, reclutadores, o incluso entregando dinero/becas.
[3] Las secundarias harían lo mismo con las primarias.
[4] Las primarias harían lo mismo con los jardines de infantes.
[5] Los jardines de infantes enviarían promotoras, reclutadores, o incluso entregando dinero/becas a los padres que son profesionales bien remunerados que le garanticen a la institución el llevar a sus aulas a niños no conflictivos con infancias ideales que les faciliten el obtener buenos rendimientos en su primera etapa de aprendizaje.
[6] De este modo la educación sí sería por primera vez en nuestra historia, realmente gratuita, incluso con los padres recibiendo dinero para administrarlo como mejor le convenga a sus hijos, más allá de los libros o computadoras, como el comprar un aire acondicionado en las provincias del norte, o un vehículo para la nieve en las provincias del sur, porque si uno de esos estudiantes a los 25 años va a ser un cirujano que salva vidas, esos gastos fueron poca plata, y el prestigio para todas las instituciones que lo formaron les atraerán más empresas dispuestas a ofrecer dinero para sus becas.
[7] Hasta ahora tuvimos un sistema que intentó igualar hacia abajo, y del que no tenemos forma de averiguar para lamentarnos por la cantidad de talentos frustrados hoy condenados a trabajos miserables por fracasar dentro de un sistema educativo que los desmoralizó, fatigó, desilusionó, y los envió desarmados al mercado laboral. Supongamos que el tercio de mejores alumnos va a ser favorecido por este sistema, pues entonces el Estado podrá concentrar sus esfuerzos en el segundo tercio del que cada tanto sale un "Einstein".
[8] ¿ Qué va a pasar en este sistema capitalista extremo con los malos alumnos incorregibles ?: Pues este sistema no les empeora su actual situación con pronóstico de fracaso y, si van a vivir siempre con bajos sueldos sin poder salir de la pobreza es importante tener un sistema que: Primero, al ahorrar el dinero del despilfarro actual de nuestro sistema educativo, el sector más pobre de la población y sin chances de progreso, podría verse favorecido con mejores hospitales y obras públicas antes impagables. Segundo, que el sistema los fuerce a asumir su fracaso y resolver sus causas para no repetirlas con sus hijos [una de las más visibles, es el no tener ocho hijos sino apenas un par para darles mejores posibilidades].
[10] El egrasado que se pagó la carrera en instituciones privadas es libre de negociar como quiera sus contratos laborales, pero, el que fue pagado por el Estado con impuestos cobrados incluso a quienes no tienen hijos [que les han estado pagando la educación a los hijos de otros], ¿ tiene el mismo derecho, o tiene un privilegio ?, ¿ acaso no les va a facturar sus servicios profesionales a los que les pagaron cohercitivamente la carrera ?, más las miles de medias carreras inconclusas abandonadas despilfarrando su dinero sin ningún eventual reintegro como receptor de un buen servicio profesional cuando lo requiera, aunque deba pagarlo, lo que en un mundo que celebra la gratuidad, por lógica debería ser gratis.