- El fanático es un depresivo grave que únicamente encuentra la paz [y hasta euforia] en su obsesión.
Cuando el dios de los judíos, cristianos, y musulmanes, castigó a Adán a "tener que ganarse el pan con el
sudor de su frente", en realidad lo bendijo y le salvó la vida.
El trabajo es antidepresivo, y en los casos de trabajo esclavo o emparentado con la esclavitud, lo depresivo no es el trabajo
sino la esclavitud. Si el trabajo le parece depresivo, pues renuncie y pruebe con el desempleo, y en poco tiempo comprenderá
la diferencia entre depresión y opresión.
Entonces, la opresión es diferente pues implica que alguien o algo [jefes, empresas, padres, cónyuges, bullies, etc.],
le están torturando psicológicamente, pero, el caso de los líderes de los peores fanáticos
[los políticos, religiosos, y las reinventadas líderes feministas/feminazis], es diferente pues sus seguidores
autoesclavizados siempre han sido libres de elegir, pues bien, mi teoría es que el truco para capturar militantes de lo que
sea es siempre el mismo: apuntar a los ya depresivos para ofrecerse como sus únicos salvadores, y por el módico precio
de la obediencia incondicional, van a recibir la mejor oferta de todas: una razón para vivir, un líder a quien amar,
y lo mejor de todo, como en esas ofertas de fin de temporada al estilo de: "compre dos y el tercero será gratuito",
pues van a recibir sin cargo extra, a alguien a quien poder odiar y culpar de todos sus fracasos.
- Características del fanatismo
[1] Dogmatismo: Serie de creencias encadenadas [como un rosario de pelotudeces] convicciones que no
se cuestionan, ni razonan, y que incluso algunos aman. El fanático no inventa el dogma, el que lo
inventó es un hijo de puta, y el fanático lo adopta como si su vida dependiese de eso.
[2] Intransigencia: No se acepta ningún tipo de crítica, y si éstas
están bien fundamentadas peor, porque va a responder con lo único que tiene, o sea: con violencia.
[3] Maniqueísmo: En la cabeza del fanático sólo hay lugar para un relato
único. La menor diferencia de matices es considerada como completamente opuesta al dogma abrazado. La vida
del fanático es en blanco y negro.
[4] Polarización / demonización: De un lado los fieles al dogma son buenos,
patriotas y amigos, mientras que los opositores son enemigos, infieles, traidores, sanguinarios, mentirosos, y
anti-patria. Como dato curioso, el fanático insiste en que todos esas características suyas que
le endilga al otro... ¡ se le notan en la cara !, o sea que el fanático no necesita
escuchar ni analizar los argumentos del otro, y le alcanza con verle la cara para querer matarlo.
[5] Discriminación: Desprecio y deshumanización hacia quienes no acepten los
principios del dogma, o los mandatos de su líder, incluso cuando el líder cambie de opinión.
[6] Autoritarismo: Necesidad de imponer, incluso por la fuerza, los principios del dogma a quienes no los aceptan.
[7] Obsesión: El fanático no puede cambiar de tema, y tampoco puede ganar
ningún debate por descerebrado, pero, va a acusar a su vencedor de ser ignorante y necesitar leer
más, que es justamente lo que el fanático no hace nunca.
[8] Memoria selectiva: A pocos minutos de perder un debate, el fanático puede volver a
discutir lo mismo con otra persona, como si hubiese olvidado las refutaciones que le acaban de decir en la cara.
- Los memorables personajes interpretados por Jack Nicholson [locura], Anthony Hopkins [canibalismo], Hugh
Laurie [egoísmo extremo], y Jim Parsons [Asperger] son anecdóticos,
al igual que los integrantes de la larga lista de fascinantes asesinos seriales, pues los fanáticos con su
pequeña cuota de obsesión, o si lo prefieren, de demencia... pues son legiones miles de veces más peligrosas.
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al igual que los integrantes de la larga lista de fascinantes asesinos seriales, pues los fanáticos con su
pequeña cuota de obsesión, o si lo prefieren, de demencia... pues son legiones miles de veces más peligrosas.
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- A continuación usted puede servirse de una serie de ensayos, libros, y hasta links para ver videos hechos por
personas que realmente saben lo que hacen, teniendo como centro a los fanáticos psicóticos políticos,
religiosos, etc.,
sobre en lo que a mí respecta, no voy a deprimirme por su molesta presencia, y es más: me río de ellos.
Claudio Corniola
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